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La salida del centro educativo no cambio mi aburrido estado de ánimo, por lo que decidí ir a la plaza a entretenerme un rato.

Sí, contar a niños que se caen es entrenamiento, y es mi favorito.

Al llegar tome asiento en una banca cercana a las fuentes, silencioso y cómodo. Perfecto para no ser descubierta.

—Veamos la cartelera de hoy.

Para ser Viernes esta un poco vacío el centro comercial, pero si hay niños, lo que significa : diversion por las próximas dos horas o hasta que me aburra.

- angel -

Vi catorce diferentes niños caer antes de venir por algo de cena, mamá me regañaría si viera mi bandeja.

Sushi.

Adoro ese enrollado de aguacate y arroz. Las algas no me gustan casi y la verdad odio el pollo. Por lo que no se si en realidad esto es sushi.

—con qué aquí vienes en lugar de ir a la academia.

Me atragante, no bromeó.

Esa dulce voz la conozco, es la de mi ángel.

—» Ay no! ¿Por qué comes sin agua?

Termine de masticar bien sin emitir sonido y golpeé mi pecho tratando de quitar la molestia.

—No soy fanática del agua embotellada.

Respondí, mi ángel sonrió y tomo asiento en la silla frente a mi.

—¿entonces?

—Ah, sí. Mamá me prohíbe ir.

No mentí, a un ángel no debería mentirle.

—¿por qué?

—Me distraigo con facilidad.

Ella asintió y yo sonreí por aquel gesto.

—¡Yo te podría ayudar a que no te distraigas!

Haerin, Haerin, Haerin.. Si tan solo supieras.....

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« verte bailar supone una distracción para mi enamorado corazón »