Todo
06:00 hrs, 1° Septiembre, 1939. Polonia.
— Uhm...amor...¿qué sucede?
— Nada, nada mi vida, tengo un llamado del cuartel.
— ¿Algo malo?
— Un incidente, nada malo...Debes descansar mi cielo.
— Ve con cuidado.
— Lo haré mi amor, duerme, necesitan dormir.
El teniente coronel acaricia el vientre abultado de su esposo y sonríe levemente observando como su amado se acomoda entre las almohadas para volver a tomar su sueño.
Silenciosamente, se pone en pie y comienza a ponerse el uniforme. El águila blanca de su insignia sobre su pecho y enfundar su arma.
Toma su gorra con el color de rojo cubriéndola por completo y de nuevo el águila coronada en el centro, aquella que muestra su grado y demuestra que hay que tenerle respeto.
Quizá el teniente Wu es hijo de padres inmigrantes del medio oriente, pero ha crecido amando su actual patria como la propia, su esposo y futuro hijo están creciendo y viviendo aquí.
Él lo sabe. No es una llamada común, ha sucedido lo que tanto temía.
Tiene mucho que proteger.
22:32 hrs, 03 Septiembre, 1939, Polonia
— ¡Yifan!
El teniente observa a su esposo con cinco meses de embarazo caminar hacia él con esa expresión preocupada que le hace ver que tiene conocimiento de todo.
Es obvio, todo el mundo, de forma literal lo sabe.
— ¿Por qué estás despierto mi amor? Deberían estar durmiendo...
Coloca su mano sobre su vientre al mismo tiempo que besa su frente y acaricia sus cabellos mirándolo con ternura y aliviándose con el acto un poco del dolor de su corazón.
— No me pidas dormir...
— No es nada malo.
— ¿Lo estamos?
Yifan sabe a que se refiere Sehun y se maldice, como lo ha hecho en todo el día, por no volver a la patria de su esposo, tal vez allá estarían mejor.
Pero Sehun no reclama,no, él pide respuestas. Pese a que debe haber escuchado la radio, es obvio que quiere oírlo de él. No existe más remedio que la verdad.
— Sí. Estamos en guerra, mi amor.
— Oh, mi Dios...
Sehun se aferra a su cuerpo, sus manos aprietan con fuerza el saco de su uniforme dejando que las lágrimas humedezcan la prenda azulina.
— No temas, no tengas miedo. Yo los protegeré.
Y con esa promesa en el aire, acaricia su cabeza con la diestra y lo cubre con la izquierda, queriendo protegerlo realmente de todo mal en ese momento, a él y a su hijo.
No importa cómo, la promesa se marca en su alma y la llevará hasta el final.
05:40 hrs, 02 Diciembre, 1939, Estación Central de trenes Polinesa
— Mi amor...
—Sehun, mi vida, es hora.
— No puedo, no podemos. No puedes dejarme solo.
— Esto es algo que yo no quiero hacer, pero es mi deber.
— Huyamos...
— No, sino hago algo ahora, mi vida será la de un cobarde y miles de personas sufrirán por mi cobardía. Mi lugar es en el campo de batalla, para esto he trabajado tanto... Pero tú no mi amor, tú y nuestro hijo deben irse, estarán seguros ahí...
— No vayas, no pelees...
Mentiría si las lágrimas de Sehun no quebrantan su corazón, decir que su pecho se contrae de verlo ahí, tan frágil y temeroso. Que la culpa crece por no partir antes, por exponerlo a tanto peligro como el que están viviendo en el momento.
Pero ese tren podría sacarlos, llevarlos lejos donde la maldad y destrucción no corrompan su blanca alma.
— Antes de empezar una guerra, tú debes saber bien porque estás peleando.
— Amor...
— Tú eres lo que yo adoro, eres todo lo que yo tengo...
Tomando su mano izquierda, aquella donde el anillo de oro reposa, sella sus labios como firma de su promesa mirándolo a los ojos.
El silbato del tren suena y saben que es hora, que es la despedida.
— Teniente Wu, el tren está por partir.
Asiente mirando al cabo, su mano se aferra a la de su esposo y como último símbolo de su amor, toma la insignia de su pecho y la coloca en manos de la persona que ha llenado de alegría sus días oscuros.
— Cuando esto termine, te buscaré...no importa cómo, estaré cuidando de ustedes.
— Esperaremos por ti. Lo prometo...lo prometemos. Yifan, te amo, te amo, te amo...
— Te amo, y siempre te amaré.
— Yifan...mi amor...
— Es hora. Los amo.
Las puertas se cierran sin dar permiso a más palabras. El teniente observa como su esposo se va y las esperanzas de volver a verlo se hacen tan efímeras como el final de la guerra.
22:15, 12 Enero 1940, Cuartel de Planificación de las Fuerzas Polinesas
— Teniente Wu, un telegrama para usted
— En este momento no, cabo, estamos a punto de alistar la primera tropa.
— Pero..pero es de su esposo...
No hay nada más anhelante que eso, que escuchar esa palabra, "esposo". Solo el cielo sabe cuánto lo extraña, cuanto lo anhelada y llora por verle.
— Wu, tenemos que salir, los alemanes están avanzando.
Llora como todos los presentes, como todos los que saben que han dejado una vida atrás para proteger esos tesoros.
— Un momento.
— Teniente, no hay tiempo.
Observa a su mayor y asiente, porque es tan importante lo que debe hacer, aun así...su esposo.
—Hable, cabo, hable.
— Informo, teniente Wu, su hijo ha nacido día hoy cuartel de Resguardo Fuerzas Francesas. Estado saludable.
— Mi hijo...
— ¡Wu! Los alemanes están avanzando.
Y aun cuando su corazón brinca de emoción, es el motor de sus pensamientos y sus acciones. En este momento, sabe que ya no tiene una razón de vivir... en este momento, toda su vida se reduce por completo a dos seres, a dos personas que están bien y que necesitan seguir así.
A salvo.
Es su promesa a cumplir.
02:03 hrs, 28 Septiembre, 1943, Reino Unido
— Señor Wu, telegrama.
Sehun camina dejando a un pequeño niño en una cuna, ahí en ese viejo lugar de resguardo donde ha estado pasando sus días desde hace casi un año y que fue capaz de escapar de Francia, la devastada Francia después del ataque de 1940.
— Gracias...
Toma con esperanza el papel casi destrozado, y tan pronto, tan destrozado como sus esperanzas.
28 Septiembre 1945, Estados Unidos de Norte América
— ¡Papi!¡Papi!
Un niño de cabellos azabaches, con una amplia sonrisa corre alrededor del árbol donde el hombre está sentado leyendo un viejo libro.
— ¿Dime mi amor?
— Mira papi, yo también vuelo. ¡Yupi!
El pequeño extiende sus blancos bracitos simulando ser un avión, eso, hasta que comienza a aletear y dar más vueltas hasta quedar mareado y sentarse sobre las piernas de su padre.
— ¿Eso fue un avión o un ave mi amor?
— ¡Un ángel!
— ¿Un ángel?
— Sí, un ángel, como mi papi.. ¡un ángel!
— Mi vida...
— ¿Verdad que sí? Abuela dice que papi lo es, que es nuestro ángel militar.
Sehun sonríe acariciando la cabellera de su hijo que toma con sus manitas la insignia en forma de águila y la pone en su camisa para después ponerse en pie y correr por el patio de la casa donde comienza a jugar con las flores.
Y apesar de que las lágrimas bajan por sus mejillas y que aun su pecho se contrae, su garganta se hace nudo, sonríe mirando al cielo.
Anhelando el día de poder encontrarse de nuevo, de decirle que siempre lo estuvo esperando.
Que igual que él, también cumplió su promesa.
— Sí...un ángel. Mi ángel...
They say before you start a war,
you better know what you're fighting for.
Well baby, you are all that I adore,
if love is what you need, a soldier I will be...
•••
Ahm... ¿han escuchado la canción de The Cab?
"Angel with a shotgun", es una canción muy hermosa y es la inspiración de este oneshot.
Mi papá me regaló el libro del Diario de Ana Frank, lo he leído muchas veces y ayer que hacía limpieza, sonó de casualidad la canción y vi el libro, fue como un momento de inspiración.
••
¿Les gustó?
Díganme lo que piensan en sus bellos corazones.
Por cierto, quiero hacer algo con screenshots de sus comentarios, aun no sé si cómo, pero lo haré ♥♥
•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro