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𝟕

Al amanecer fueron al consultorio del pueblo, Shinji insistió en que no era necesario ya que no sentía nada fuera de lo normal pero aún así le hicieron un examen toxicológico como mínimo. La doctora introdujo un isopo en su boca con un sabor horrible, a su percepción, terminó con una expresión de desagrado agradeciéndole a la mujer antes de salir.

Al salir la luz del Sol lo cegó brevemente antes de poder apreciar el enorme océano que se extendía en su frente, le daba la sensación de ser tan pequeño frente a todo. ¿Qué tanto era su significado frente al enorme mar? Rei le interrumpió su momento mirándola molesta.
- ¿Por qué desapareciste? ¿Te sentías solo? Es contraproducente que me pidas hacer amigos si después te sentirás mal. ¿Qué es lo que deseas? ¿dejar a los demás vivir mientras te sientes miserable por estar solo? - No entraban en la compresión de Shinji lo fuerte de sus palabras, tan solo tenía diez años y ya le hablaba como una adulta. Sus palabras impactaron en frío contra su pecho sin poder responder.
Miró el suelo tragando saliva.

¿Qué debía hacer?
¿Qué debía decir?
Aún no tenía respuestas a nada en su vida.

En ese momento recordó vagamente el lugar al que había ido esa noche, ni supo cómo llego a parar ahí pero sabía que debía volver. Volver para ver el lugar de nuevo, volver para escuchar al chico que estaba ahí... Kaoru, Kaworu.

Al llegar a casa Kaji picó una sandía repartiendo los triángulos entre los tres mientras conversaban distintas cosas. Kaji habló de su época como estudiante preguntándole a Shinji sobre sus clases de violonchelo respondiendo lo mismo cada vez que tocaban ese tema (su experiencia, la forma en que había aprendido, las músicas que mejor tocaba, etc.) Finalizando así la tarde de forma agradable para los tres que no quisieron indagar en el tema de su desaparición para no incomodar.

- Iré a leer al cementerio. - A Kaji ni le dio tiempo de responder ya que éste tomó un libro corriendo a la otra dirección de la casa. ¿Qué hacía un niño de quince años leyendo en un cementerio? Shinji no se veía de esos que invocaban espíritus y mucho menos hacer sacrificios. Ni siquiera parecía creer en alguna deidad, de toda formas lo dejó ser.

Rei lo vio partir sin querer admitir que estaba molesta con él. El castaño llegó al cementerio viendo que faltaban pocas horas para el atardecer, apenas pudo ver bien la estatua ya que fue corriendo al interior de la maleza adentrándose entre las ramas teniendo cuidado de no rasguñarse a medida que se hacía más oscuro agachando la cabeza pensando que quizás todo había sido un sueño pero debía confirmar lo que sus ojos vieron. Hasta que avistó una pequeña luz causando que acelerara más el paso hasta llegar al lugar que había querido estar sentándose frente al lago esperando que Nagisa llegara y ver el atardecer juntos.

Al cabo de varios minutos llegó el albino sorprendido de verlo ahí.
- ¿Me estabas esperando? - La expresión en el rostro de Kaworu mostraba felicidad y sosiego.
- N-no, - Habló bajo para después pensar mejor su respuesta - sí... - a continuación escuchó la risa tierna de Kaworu ser llevada por el viento silenciosamente.
Nagisa se sentó a su lado mirando el reflejo de la luz sobre el agua para dedicarle una mirada al castaño mientras éste estaba distraído, para después desviarla al suelo. Durante años había visto el sufrir de la personas por amor cuando ellas partían y fue aprendiendo con el tiempo todo de lo que alguien era capaz por ese sentimiento, justo ahora se cuestionaba lo que podría hacer con las memorias adjunto a las emociones atrapadas.

La hora exacta de la tarde en donde el Sol tocaba el horizonte los espíritus empezaron hacer presencia, Kaworu ocultó a Shinji con su cuerpo mientras éste veía sorprendido cómo figuras humanoides se desprendían de diferentes lugares como si fueran humo saliendo de una fogata. El castaño abrió los labios de la sorpresa, claramente su presencia llamó la atención de unos cuantos pero el albino mostraba su posición de protección así que decidieron no perturbarlo o hacer escándalos simplemente desvaneciéndose en el aire a cualquier otro lugar.
Después de eso Shinji le miró a los ojos buscando explicaciones a lo que acababa de ver.

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