❲ OO3. dum spiro spero
esa misma noche⸃⸃
En temor de que su oferta fuera mi única esperanza, volví a escanear visualmente el ambiente que me rodea. Árboles, arbustos, figuras extrañas que no parecieran ser humanas y una oscuridad que engulle todo el perímetro. Hice realmente mal en meterme aquí.
一Un trato, dices一no soy estúpida y sé que quiere algo valioso de mí一No estoy aceptando, pero dime qué propones.
一La salida está justo por donde veas este camino de piedras一mueve su cabeza hacia abajo con toda la tranquilidad del mundo, señalando hacia dichas piedras. Al rato reconozco que son perlas, pero como nunca antes las había visto. Se asemejan al brillo del sol, sin necesidad de otra fuente de luz一. Si sales antes de que pueda llegar a seiscientos, consigues escapar con cualquier deseo que tu corazón anhele.
一Pero一me adelanté, preparándome para escuchar lo peor.
一Entonces nos pertenecerás, no saldrás de aquí más nunca.
Tengo la impresión de que en verdad no tengo muchas opciones que digamos. Si intento hallar una salida por mi cuenta, quién sabe cuándo saldré de aquí 一y si es que antes no me muero de hambre一 o si hay animales hambrientos de carne que me atacarán a la primera oportunidad que tengan. En realidad, tremenda es mi suerte de que me haya topado con con un zână y no otra criatura más peligrosa.
Por el lado de Minho, con sus ojos relucientes, se veía más que seguro de sí mismo y listo para una "caza".
Pero una oportunidad es una oportunidad. Y si así tengo que romperme las piernas para escapar, lo haré.
一Acepto.
Esperé a que me dijera algo más; mas comienza el conteo一: Uno...dos...
Casi tropezándome con mis propios pies, me di la vuelta y emprendí el escape.
Estas perlas no estaban aquí cuando llegué. ¿Será que entré a su territorio y por eso ahora me está demandando algo a cambio? No me sorprendería si resulta ser así. Aunque también es culpa suya por no poner alguna señal o algo.
También podría ser que me ha estado observando. Desde que me acerqué a estos lugares, hay un olor a flores presente en la brisa. Incluso en mi propia casa y一oh, dios mío. La coloración en el patio. Todo apunta a que siempre ha habido un zână cerca de mí y hasta ahora me doy cuenta.
Estoy enojada conmigo misma.
Este camino de perlas se me hace cada vez más y más largo. ¿Cuántos minutos hacen seiscientos segundos? ¿Quince? ¿Doce, por lo menos?
Mis piernas están llenas de picaduras de insectos ahora y de moretones por las ramas que se me atraviesan en el camino. No tengo tiempo para ponerme a apartarlas una por una.
一Quinientos doce, quinientos trece一su irónicamente dulce voz se oye distante pero cerca a la vez. Parecía que su voz está adentro de mi mente. Asimismo, bien podría ser que la paranoia me hace alucinar y él no va ni por cien.
Al rato, oigo su voz, más firme que nunca. 一Seiscientos.
Y cuando llega a la maldita cifra, el camino que él me señaló desaparece poco a poco. No veo nada ya. ¿Adónde quedé ahora?
一¡Maldición一grité irritada y angustiada, pisando fuerte el suelo lleno de hojas muertas y ramas secas, el crujido que hacen me sacan de mi irritación. Ahora me siento preocupada. ¿,Ya está? ¿Ahora me van a canibalizar o qué?
Me parece que el camino se extendía hacia la derecha, así que por allá voy. Estoy ignorando los árboles contorsionados, las ramas que parecen manos y las criaturas de ojos rojos que se burlan de mí entre el follaje. Tengo que salir, tengo que salir.
De repente, no hay suelo. Hay un abismo. Apenas puedo reaccionar一abro mi boca para gritar pero ni eso sale. Todo sucedió tan rápido, mi cuerpo entero hace un ruido tenebroso y doloroso a la par que el cielo estrellado es lo último que veo.
Creo que me desmayé por unos segundos, no sé cómo no estoy muerta luego de haberme caído de estas alturas. El dolor más intenso y desgarrador de mi vida se hace presente con el pasar de los segundos. El hueso de mi pierna sobresale y siento que la sangre se me sube a la cabeza ahora.
一Gané一es Minho, mirándome desde el borde.
Hace dos minutos he recobrado la consciencia. Algo febril y mareada, logro sentarme en la cama y me detengo a pensar...
¿Dónde demonios estoy?
Más importante: ¿Quién soy?
Me miro las piernas, desde el muslo, hasta los dedos de mis pies. Están completos, como si nada. Tengo un muy vago recuerdo de haber sentido un trauma o algo. No sé muy bien por qué.
Caminé hasta la puerta, algo transparente que digamos y la deslicé hacia la izquierda.
Frente a mis ojos, hay alguien. Su cabello se ve mojado, recién salido del agua y sus ojos dorados no se despegan de mi vista. Se ve que quiere algo de mí, pero no tengo idea.
一Ayúdame一fue lo primero que se me ocurrió decir.
一Siempre tan descuidada一me mira de pies a cabeza, para luego entrar y cerrar la puerta detrás de sí. Hay una especie de ropero en una esquina y de ahí me entrega unas prendas de vestir sencillas. Son increíblemente suaves. ¿Estoy en el nirvana?
Algo torpe y descoordinada con mis acciones, este alguien me ayuda a ponerme la vestimenta. Mientras lo hacía, no consigo apartar mi observación de él. Tiene cara de tener respuestas a todas las preguntas que rondan en mis lagunas mentales.
一No te acuerdas de quién eras一rompe el silencio y conecta su mirada con la mía. Suena a que está suponiendo. Parece que soy muy obvia con mis acciones y expresiones一¿Al menos te acuerdas de tu nombre?
Fruncí el ceño y cerré los ojos. Mi mente está en blanco. O al menos por unos instantes.
一Elle...一murmuro, no muy segura de mí misma. Siento que hay algo faltante. ¿Quizá mi segundo nombre? ¿Mi apellido?
一Elle no es tu nombre completo, no me sirve一es su turno de enfurecerse y se aparta, pensando profundamente en algo一. Ah, y segunda vez que te lo digo: Me llamo Minho. No lo olvides más.
一¿Quién era yo antes de perder la memoria?一insisto.
一¿Tú?一me señala一Nadie en concreto. La verdad es que tú eres de los nuestros, eres una zână.
一¿Y qué me pasó antes de eso?
一Los humanos te habían secuestrado y te borraron la memoria一me toma de la mano, atento a mí一. Pero te recuperamos. Ahora, no tienes nada que temer. Solo debes recordar tu nombre completo y decirme.
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