𓆩♥︎𓆪 Prólogo
Me senté en uno de los taburetes que se encuentran en la cocina, observando a mamá hacer pasta al horno; ella estaba entrando ligeramente en pánico y seguía mirando al reloj a cada minuto que pasaba. Era consciente del porqué lo hacía, mi padre debía estar en casa exactamente en quince minutos y a él le gustaba que la cena estuviera en la mesa tan pronto como entrara por la puerta principal.
Yoongi se acercó, jugando con sus figuras de los "Avengers"
–Mamá, ¿Puedo ir a jugar a casa de Kook? -Pregunto, lanzándole una mirada de cachorrito.
Ella miró al reloj de nuevo y sacudió la cabeza rápidamente.
–No ahora, Yoon. La cena no demorará mucho y necesitamos comer como una familia -Se estremeció ligeramente mientras hablaba.
Las facciones de mi hermano decayeron, pero asintió y vino a sentarse junto a mí. Inmediatamente, le arrebaté una de sus figuras y me reí cuando jadeo y lo arrebató de vuelta sonriendo. Él era un chico lindo, con cabello negro y esos ojos grises tan particulares. Es mi hermano mayor, y como todo hermano mayor, era el mejor.
Siempre cuidaba de mí en casa y en la escuela, se aseguraba de que nadie me molestara. El único que tenía permitido molestarme, según su opinión, era él, y en menor medida su mejor amigo Jungkook, el cual vivía en la casa de al lado.
–Entonces, Tae, ¿Necesitas ayuda con tu tarea? -Preguntó él, codeándome. Yoongi tenía trece, por lo que era dos años mayor que yo, así que siempre me ayudaba con el trabajo de la escuela.
–Nop, no tengo tarea hyung -Sonreí, balanceando mis piernas mientras colgaban del taburete.
–Bien, niños, pongan la mesa por mí. Ya saben cómo, debe estar perfecta ¿De acuerdo? -Pidió mamá, rociando queso sobre la pasta, para posteriormente ponerla en el horno. Yoon y yo nos bajamos del taburete, para posteriormente agarrar los platos, y dirigirnos a la sala comedor.
Papá era muy particular, sobre todo, si las cosas no eran perfectas, se enojaba y ninguno quería eso. Mi madre siempre decía que mi padre tenía un trabajo estresante. Se enojaba con facilidad si hacíamos algo mal. A las seis treinta llegaba a casa diariamente, comía la cena de inmediato, y luego Yoongi y yo éramos enviados a nuestras habitaciones, en donde jugábamos en silencio hasta las ocho y treinta cuando teníamos que ir a la cama. Odiaba esa hora del día, todo era perfecto hasta que él llegaba a casa, luego de eso todos cambiábamos. Yoon siempre se quedaba en silencio y no sonreía, mi madre tenía esa mirada en su cara, como de miedo o preocupación, y empezaba a correr de aquí para allá organizando todo en el hogar. Yo siempre me quedaba allí y deseaba silenciosamente que pudiera esconderme en mi habitación y nunca salir.
Al terminar de poner la mesa nos sentamos en silencio, esperando que el clic de la puerta señalara que él estaba en casa. Podía sentir mi estómago revoloteando, mis manos empezando a sudar mientras rezaba en mi cabeza que él hubiera tenido un buen día y estuviera normal esta noche.
Algunas veces, su humor era realmente bueno y me besaba y abrazaba. Me decía el niño tan especial que era, y lo mucho que me quería. Eso sucedía normalmente los domingos. Mientras que mi madre y Yoon iban a la práctica de futbol y me quedaba en casa con mi padre. Aquellos "domingos" eran los peores, pero jamás le dije a nadie sobre esos días, y mucho menos que me tocaba y me decía lo bonito que me estaba volviendo. Lo odiaba, y deseaba con anhelo que los fines de semana nunca llegaran. Amaba mucho más que fuera un día de escuela, cuando solo le veíamos para la hora de la cena. Definitivamente, prefería cuando me miraba con ojos enojados, que cuando lo hacía con esos ojos suaves. No me gustaba en absoluto, me hacía sentir incómodo, siempre hacía que mi cuerpo temblara. Afortunadamente, hoy apenas era lunes, así que tenía casi una semana antes de que tuviera que preocuparme por eso nuevamente.
Par de minutos más tardes, él entró. Mi hermano me lanzó una mirada, la cual me indicaba que me comportara y sostuvo mi mano por debajo de la mesa. Mi padre tenía el cabello negro, del mismo modo que Yoon, con ojos marrones, y siempre traía el ceño fruncido.
–Hola, niños -Dijo en una ruidosa y profunda voz. Un estremecimiento se deslizó a lo largo de mi columna cuando habló. Dejo su portafolios a un lado y tomo asiento en la cabeza de la mesa, deseé no mostrar ninguna reacción; de hecho, intenté no moverme para nada. Siempre parecía que era yo el que metía a todos en problemas o hacía algo mal.
Era yo el que empeoraba las cosas para todos. No solía ser así, solía ser el bebé de papá, pero desde que empezó en su trabajo, hace dos años, cambio. Nuestra relación con él se desmoronó por completo. Aunque me favorecía por encima de mi hermano, pero cuando regresaba del trabajo, era como si quisiera imaginar que Yoongi y yo no estábamos allí. La forma tan espantosa en la que miraba a Yoon algunas veces, daba a entender que no deseaba su existencia, lo cual hacía que me doliera el estómago, por verlo mirar de tan mala manera a mi hermano.
–Hola, papá -Respondimos al unísono, justo cuando mi mamá traía la pasta.
–Eso se ve bien Sunmi -Dijo él, dándole una sonrisa. Todos comenzamos a comer de forma silenciosa, mientras que yo intentaba no moverme incómodamente en mi lugar- Entonces, ¿Cómo estuvo la escuela Yoongi? -Pregunto mirando a mi hermano.
Yoongi alzo la mirada nerviosamente.
–Estuvo bien, gracias. Intente entrar al equipo de futbol, luego Jungkook y yo... -Comenzó a decir, pero mi papá lo interrumpió, sin terminar de escucharlo.
–Eso es genial, hijo -Dijo- ¿Qué hay de ti, Taehyung? -Curioseo nuevamente, tornando su mirada hacia mí.
¡Oh, Lunas! De acuerdo, sé cortés, no divagues.
–Bien, gracias -Respondí bajamente.
–¡Habla más alto, niño! -Gritó.
Me estremecí con su tono, preguntándome si iba a pegarme, o quizás me enviaría a la cama sin cenar.
–Estuvo bien, gracias -Repetí un poco más fuerte.
Él frunció el ceño, para luego mirar hacia mamá, que estaba estrujándose las manos de forma nerviosa.
–Sunmi, ¿Qué has estado haciendo hoy? -Preguntó, comiendo su cena.
–Bueno, fui al supermercado y conseguí esa loción que tanto te agrada, luego planché un poco -Respondió mi mamá de forma automática. Siempre hacia eso, tenía sus respuestas listas de modo que no fuera a decir nada inapropiado que lo hiciera enojar.
Extendí la mano por un poco de bebida, pero no estaba observando apropiadamente y la volqué, derramando todo el contenido sobre la mesa. Los ojos de todos fueron a parar hacia mi padre, que se levantó de un salto de su silla.
–¡Mierda! ¡Taehyung, estúpido pequeño de mierda! -Gruño, agarrándome del brazo y empujándome bruscamente fuera de la mesa. De un momento a otro mi espalda había golpeado la pared, y el dolor me atravesó, mordí mi labio para dejar de llorar. Llorar lo empeoraba todo, él lo odiaba, decía que solo los débiles lo hacían. Lo vi apartar su mano, iba a golpearme, sostuve el aliento esperando el golpe, no tenía otra escapatoria que soportarlo.
Mi hermano se levantó de un salto de su silla y se abalanzó sobre mí, envolviendo con fuerza sus brazos alrededor de mi cuerpo, cubriéndome.
–¡Suéltalo, Yoongi! ¡Necesita aprender a ser más cuidadoso! -Gritó, agarrando a Yoon de la ropa, para luego lanzarlo al piso. Me abofeteó, enviándome al suelo, luego se volvió hacia mi hermano y lo pateo en la pierna, haciéndolo gemir del dolor- ¡No te metas en mi camino de nuevo, pequeño pedazo de mierda! -Le grito a Yoon, mientras estaba acurrucado en una bola en el piso.
Lágrimas silenciosas corrían por mi rostro, no aguantaba ver herido a mi hermano; él solo estaba intentando protegerme. Yoon siempre hacia eso, cada que me metía en problemas, él provocaba a mi padre, de tal modo que la tomara contra él.
Mi padre levantó su plato y su bebida, caminando en zancadas hasta el sofá para terminarla, murmurando algo sobre nosotros, siendo "Los peores hijos del mundo" y "Como era que podía seguir aguantando esta vida".
Me arrastré hacia mi hermano y lo envolví en mis brazos con fuerza, aferrándome a él como si mi vida dependiera de ello. Él gimoteó y se levantó para sentarse, abrazándome de vuelta, frotando su mano por mi mejilla punzante.
–Lo siento, Yoon, discúlpame -Murmuré en voz baja, llorando sobre su hombro.
Él negó.
–Todo está bien, Tae, no es culpa tuya -Dijo con voz ronca, me dio una pequeña sonrisa de encías, mientras trataba de ponerse en pie. A lo que me levante de forma rápida para ayudarlo. Escuchaba movimiento, así que alcé la vista, para encontrarme a mi madre limpiando la mesa de forma frenética.
–Lleven sus cenas a sus habitaciones y coman, ¿Bien? -Ordenó, besándonos a ambos en la mejilla. Ella debería ir donde mi padre y hacer control de daños, él se encontraría de mal humor por mi torpe error, y ella tenía que calmarle antes de que pasase algo peor- Los veré en la mañana. Los quiero a ambos, por favor estén callados, y pase lo que pase, quédense en sus habitaciones -Ordenó, rápidamente besándonos otra vez.
Teníamos una buena casa, cuatro dormitorios y todo estaba en un mismo nivel. Mi padre ganaba buen dinero, por lo que vivíamos en una zona bonita. Yoongi vino a mí habitación y comimos en silencio, sentándonos en el suelo cerca de mi cama. Agarro mi mano con fuerza cuando oímos a mi padre gritarle a mamá desde el salón, el sonido de algo quebrándose me estremeció. Esto había sido totalmente mi culpa.
Empecé a sollozar, así que Yoon envolvió sus brazos alrededor de mi hombro, apretando suavemente. Él siempre parecía mucho mayor que yo; a pesar de su edad era mucho más maduro.
–Está bien, todo está bien, Tae. No te preocupes -Susurró, acariciándome el cabello. Una vez me calmé, y los gritos habían cesado, jugamos cartas por un rato.
Cuando nos encontrábamos a mitad de la partida, escuchamos fuertes pisadas viniendo por el vestíbulo. Yoon se puso rígido cuando los pasos pasaron por mi puerta. Sin embargo, no se detuvieron, gracias a la Diosa Luna. Deje escapar el aliento, y mire a Yoon, quien esbozo una pequeña sonrisa.
–Es mejor que me vaya a mi habitación, son más de las ocho treinta -Indicó mirando mi despertador- Cierra con llave la puerta. Te veré en la mañana -Dijo con un guiño, salió de la habitación y lo observé arrastrarse por el pasillo hacia la suya, se volteó hacia mí- Cierra con llave, Tae -Susurró, esperando ahí.
Cerré tal como me pidió. Para luego poner mi oreja sobre la madera, con tal de asegurarme que hiciera lo mismo con la suya. Volví corriendo a mi cama y me tiré sobre ella, llorando de forma silenciosa. No podía contenerme, las lágrimas caían una tras otra. Había sido un estúpido esta noche e hice que hiriera a mi hermano nuevamente. Y posiblemente a mi madre también.
De repente, un ruido se sintió en mi ventana. Abrí mis ojos de golpe para ver a Jungkook fuera, mirándome con tristeza. Me levanté y corrí hacia la ventana para abrirla, la deslicé hacia arriba de forma silenciosa, preguntándome qué demonios estaba haciendo él aquí ¿No debería estar en su casa?
–¿Jungkook, que haces aquí? ¡Tienes que irte, ahora! -Le grité susurrando, sacudiendo mi cabeza con fuerza, pero el chico estúpido solo trepo a mi habitación por la ventana, cerrándola silenciosamente detrás de él.
Contuve la respiración, mirando a mi puerta, con los ojos muy abiertos. Si mi padre le atrapaba aquí, se volvería completamente loco, no le gustaba que Jeon viniera y jugara en nuestra casa, siempre decía que era demasiado ruidoso.
–¡Jungkook, sal! -Susurré, desesperadamente, intentando empujarlo devuelta hacia la ventana. Me estremecí, solo de pensar que haría mi padre si hubiera escuchado todo el alboroto de mi habitación. Jungkook no se movió; simplemente envolvió sus brazos a mi alrededor con fuerza y me trajo contra su pecho. Trate de alejarlo, pero él solo me sostuvo con más fuerza.
–Está bien -Susurró, acariciando mi cabello Y comencé a llorar otra vez en su pecho; pensamientos de Yoon siendo herido antes, volvieron a inundar mi mente.
Jungkook era alto para su edad; tenía trece años, al igual que Yoon. Ambos eran mejores amigos, y lo habían sido desde que nos mudamos hace cinco años. Tenía el cabello castaño chocolate, y ojos azules claros que eran como ventanas a su alma. Cuando Jungkook te miraba, te hacía sentir como si pudieras volar, era muy lindo, todos mis amigos estaban colados por él. Sin embargo, Jungkook y yo, no nos llevábamos del todo bien. Se pasaba todo el tiempo burlándose de mí, me ponía zancadillas, me tiraba del pelo, y tiene la molesta costumbre de llamarme "Ángel" por alguna razón, me llamo así desde el momento en que me conoció, lo cual me pone realmente furioso.
¿Qué demonios estaba haciendo aquí ahora? Tal vez se confundió de habitación, pensando que sería la de Yoongi, pero sería estúpido, ya que la de mi hermano daba hacia el patio trasero de la casa.
Por alguna razón él se veía tan triste; tenía lágrimas en sus ojos mientras se limitaba a seguir abrazándome. Él sabía sobre mi padre, una vez había descubierto los moretones de Yoon y mi hermano le soltó la verdad. Ambos le rogamos que no dijera nada.
–¿Qué estás haciendo aquí, Jungkook? -Susurré, limpiándome la cara, pero las lágrimas siguieron cayendo.
Me tiró sobre la cama, meciéndome suavemente, justo como lo hacía mi hermano cuando lloraba. Miré su pecho y me di cuenta de que estaba usando shorts y un delgado pulóver de Iron Man. Fruncí el ceño, un poco confundido en cuanto a porque tendría puesto eso, hacía demasiado frío fuera. Entonces caí en cuenta de que estaba utilizando su pijama. Mire al reloj para ver que eran casi las nueve y media. Había estado llorando durante más de una hora.
–Te vi a través de la ventana. Solo quería venir y asegurarme de que te encontraras bien -Susurro, todavía abrazándome con fuerza.
Volví a mirar a la ventana. La habitación de Jeon estaba directamente en frente de la mía y podía observar su habitación, lo que significaba que él podría hacer lo mismo. Me mordí el labio, oh lunas, me había visto llorando.
–Estoy bien, tienes que irte -Murmure empujándole otra vez, tratando de sacarlo de la cama.
Él solo se limitó a negar con su cabeza.
–No me iré hasta que dejes de llorar -Declaró, tenía sus brazos envueltos alrededor mío, lo cual me hacía sentir seguro y caliente. Me deslicé aún más cerca de él, presionando todo mi rostro contra su cuerpo mientras sollozaba en su pecho.
Inicio: 22-5-23
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"Próximamente"
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𓆩Candy𓆪
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