- Anna-chan~

- No me hables, fue tu culpa.

- O sea en parte si pero no me la eches toda. No fue mi culpa que te hayas desconcentrado en un examen por mi beso y tu promedio "perfecto" se haya reducido a dos centésimas menos.

- ¿Es en serio, Isha? ¿Te desconcentraste porque te dio un beso? –reprochó Rumi mientras se masajeaba las sienes.

Me sonrojé al escucharlos, pero luego los miré con ojos de cachorro mojado y un puchero mientras sostengo el examen que recientemente entregaron, díganme exagerada pero me gusta obtener notas altas y hoy no ocurrió ya que obtuve 79. Suspiré y guardé la hoja de papel en mi mochila para tomar a mi novio de la mano y caminar hacia la cafetería en compañía de mi mejor amiga.

Cuando el almuerzo ya estuvo en nuestras manos nos dirigimos a una mesa en unos de los costados del comedor. Comimos tranquilos entre charlas tribales, al terminar fuimos hacia el salón atravesando el pasillo, se me antojó un jugo de frutilla por lo que me devolvería a la cafetería, ellos accedieron no sin antes recibir una mirada de mi novio.

¿No les pasa cuando en su momento no tienen ganas de algo pero luego si? Bueno, eso me pasa ahora. Me devolví con mi billetera en mano, al llegar al mostrador pedí dos cajas de jugo de frutillas, el chico me las dio, pagué y emprendí otra vez mi viaje hacia el salón de clases.

En el camino me encontré a un rubio llamando a través de la ventana a un pequeño gato gris que se encontraba sentado en una rama de un árbol.

- ¿Matsuno-kun?

- ¡Mierda! ¡Se fue! –suspiró derrotado y se dio vuelta para encararme- Lo siento ¿cómo te encuentras, Abe-chan? –preguntó con una sonrisa.

- Muy bien gracias por preguntar ¿tú?

- Igual –respondió y dirigió su mirada a las bebidas que tenía en mano- ¿Te tomarás los dos? ¿Me das uno?

- Oh, claro –le extendí uno. En realidad, el otro sería para Tora pero si no se entera que se lo di a otra persona, nunca existió para él.

- ¡Gracias! –dijo con una sonrisa a la vez que abría el plástico que tenía el sorbete.

- Me tengo que ir, un gusto verte Matsuno-kun –lo saludé con la mano y el me devolvió el saludo, antes de llegar al salón me di vuelta y hablé otra vez- No te olvides que hoy tenemos que hacer el proyecto.

- Jamás lo olvidaría, te espero en la entrada.

Sonreí y volví a caminar hacia el aula, antes de atravesar la puerta de madera choqué con el cuerpo de alguien provocando que casi me caiga al suelo.

- Te tardaste mucho ¿estaba llena la cafetería? –elevé mi rostro y vi al sonriente pelinegro que ronda en mi cabeza hace meses.

- Primero que nada, hola –y le di un beso, pero no correspondió, algo raro en él- Segundo, me encontré con un amigo en el pasillo y me puse a hablar con él ¿algún problema?

- No, solo me preocupé porque tardabas.

- ¿y por qué no me devolviste el beso? –cuestioné con una ceja elevada.

- Lo siento –sonrió y unió nuestros labios en un beso posesivo, otra cosa rara de él, hoy a estado extraño.

Nos separamos y volvimos a nuestros asientos para seguir con las clases.

Luego de unas horas más, terminamos con nuestra tortura. Me despedí de Hanemiya diciendo que tenía algo que hacer, él aceptó y se fue, por mi parte yo me dirigí hacia la entrada como habíamos acordado con el rubio.

- ¡Abe-chan! ¿Lista? –preguntó una vez me acerqué a él.

- Más que lista –respondí volviendo a la caminata con él a mi lado- ¿estuviste esperando mucho?

- Nop, lo que ocurre es que hoy salí un poco más temprano por lo que fui a comprar algunas cositas para comer mientras hacemos el trabajo, entonces llegué un poco antes a la entrada.

Asentí y seguimos el camino, comenzamos a hablar sobre pequeñeces, entre ellas el por qué elegimos la carrera, yo le conté mi historia con mi conejo mascota y él me narró que es el mejor amigo de Baji, al principio me sorprendió pero luego recordé que los había visto unas cuantas veces juntos, también me dijo que Keisuke fue quién le implantó el amor hacia los animales y quería acompañar a su mejor amigo en esta travesía, y que ambos tenían el sueño de abrir una veterinaria con una tienda de mascotas.

- ¡Wow! ¡Eso es asombroso Matsuno-kun! –exclamé con brillos en mis ojos, pues pienso que es algo muy admirable.

Levantó su mentón orgulloso y luego soltó una risa. Debo admitir que es un chico encantador y amable, su sonrisa es capaz de atraer a muchas chicas si se lo propone, además de que su personalidad es alegre y tierna, se me hace extraño que esté soltero.

Al llegar a mi departamento, acomodamos nuestras cosas en la sala de estar. Chifuyu se sentó en el suelo apoyando su espalda en el sofá al frente de la mesa rectangular, yo fui a buscar mi computadora y cuadernos de la materia asignada. Una vez me acomodé al frente del rubio, comenzamos con el proyecto.

(...)

- ¡Terminamos! –gritamos al unísono mientras chocamos nuestras manos.

- Me sorprende que lo hayamos terminado en menos de tres horas –dijo suspirando cansado.

- A mi igual, me alegra que seas de los chicos que hacen las cosas –comenté con una sonrisa apenada.

Pues es cierto, a pesar de que él es un chico sumamente divertido y parece que no le importa nada, es muy dedicado y responsable con sus estudios.

- Me tengo que ir, Abe-chan –dijo mientras se levantaba y tomaba sus cosas- Me gustó mucho esta tarde, a pesar del trabajo cansador, tu presencia me agrada, espero que nos volvamos a ver y acordemos de juntarnos alguna tarde –terminó con una sonrisa.

- Igualmente Matsuno-kun –devolví la sonrisa y lo acompañé a la puerta- Cuídate en el camino ¿sí? Por favor, avísame cuando llegues.

- Hasta mañana Abe-chan, no te preocupes –dicho esto se despidió de mí.

Cerré la puerta y me dispuse a ordenar todo en la sala de estar. Imprimí el archivo y lo coloqué en una carpeta, su cara delantera era transparente, perfecta para mostrar la portada, y la parte trasera era de color negro mate. Al terminar de arreglar todo para el día de mañana, cené y me acosté a dormir.

Narrador omnisciente.

Eran las ocho de la noche, hora de la cena, y un chico rubio iba caminando por la acera de una de las calles que son pocos transitadas. Este tarareaba una canción que escuchó el otro día, se encontraba feliz pues luego de tanto por fin había podido encontrar cierta conexión con una chica, que, desde su punto de vista, era la mujer más linda e inteligente que había visto, tenía la pequeña esperanza de poder conquistar su corazón.

Iba tan absorto en sus pensamientos que un jalón de su brazo fue el encargado de sacarlo de su mundo. El cuerpo del chico chocó contra el suelo del frio callejón, adolorido miró hacia arriba y lo primero que vio fue la silueta de un hombre.

- ¿Qué mierda? –murmuró el rubio, de un salto se puso de pie y dio unos cuantos pasos alejándose de su atacante- ¿Qué mierda quieres?

- Chifuyu Matsuno –pronunció lentamente mientras se acercaba a su presa.

- ¿Kazutora? –el rubio relajó sus hombros al ver a su amigo- Hombre me has asustado ¿qué pasa?

- Aléjate de Annaisha –respondió directamente- No te quiero ver cerca de ella.

- ¿Hah? Debes estar de broma –comenzó a reír nerviosamente.

- No es una broma, aléjate, y no es una petición es una orden. No me provoques, Chifuyu.

- Oye, perdóname amigo pero no lo haré, quiero estar a su lad -No terminó de hablar cuando recibió un golpe en su cara.

Golpe tras golpe se encargaba de dar el pelinegro de mechones rubios, dejándole en claro a su "amigo" que él no estaba jugando.

- ¿Ahora me harás caso? –preguntó luego de dejar el rostro de Matsuno destrozado.

- E-estás lo-co –susurró- N-no, no t-te haré caso, ella no es tuy –Otra vez, pero estaba ocasión Hanemiya Kazutora enterró un cuchillo en uno de los ojos del chico.

Un grito desgarrador se escuchó alrededor de las calles desiertas. Luego otro y otro, producidos por las tres apuñaladas en su cara. El pelinegro, luego de revisar que el contrario ya no se movía ni se moverá, se levantó y guardó el arma filosa, miró el cuerpo inerte y le habló, aun sabiendo que este no le responderá.

- Tengo ojos en todos lados, sé cada movimiento de los que la rodean ¿acaso pensabas que no me daría cuenta de que ella te llamó la atención? ¿de que te gustaba?

Tras terminar su discurso, comenzó a reír y salió de ese pasillo lúgubre como si nada hubiese pasado, como si no acabara de matar a alguien. Mientras caminaba por las oscuras calles, empezó a cantar:

I did it all for her, so I felt nothing at all.

Would you love me more If I killed someone for you?

Would you hold my hand?

They're the same ones that I used when I killed someone for you.

Lo hice todo por ella, así que no sentí nada en absoluto.

¿Me amarías más si matara a alguien por ti?

¿Sostendrías mis manos?

Son las mismas que usé cuando maté a alguien por ti.

Nota: [risa malvada en pandillero] Bueno gente ¿Cómo andan? Pido perdón por no actualizar antes, el último año de la escuela me está dando como cajón que no cierra je. 

Cosa número dos ¿les va gustando el rumbo de la historia? Si tienen alguna opinión, déjenla aquí.

Cosa número tres, les dejo el nombre del artista y la canción: Alec Benjamin - If I killed someone for you. Es un temazo y me inspiré en ella para hacer parte de esta historia.

Cosa número cuatro, cuídense y besos en la cola <333