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Libro de los Humanos Capitulo 9 - Cicatrizacion

Hoy me desperté adolorido por el sofá, iba a levantarme cuando sentí que abrazaba algo. Cuando me quite las sabanas, me lleve un buen susto, Alexa, Margo y Konoka estaban bien acurrucadas abrazandome, ahora si me cagaron, no tengo escapatoria de esta situación, pero ya se que hacer, me moví sutilmente para no despertarlas, hasta que finalmente las logre acomodar en el sofá.

Ufff con esta van dos veces, me iré a preparar todo.

Todo transcurrió con normalidad, desde mi perspectiva así se ve, ya que luego de un rato, ellas despertaron y en calma esperaron que les sirviera el desayuno, aliste las cosas del instituto y me fui para no llegar tarde. En el camino me encontré con los demás. Pero cuando entramos al salón.

—Profesor: A ver, Tamura Zie nos envió un mensaje indicando que se encuentra enfermo y que pronto volverá.

—Facu: Bueno, ojala mejore.

—Miina: Pobre hay que darle una visita.

—Yayo: Mmmmm.

Yo también considere la idea, lo visitare a ver como sigue, considerando lo que sucedió. pero primero ojos al pizarron.

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Mientras en la casa de Alex...

Estábamos sentadas observando fijamente una mosca en la mesa, y estamos así desde que Alex se fue.

—Margo: Ahhhhh que flojera.

—Konoka: Iré a vagar mejor.

—¿Y que haremos ahora?

—Margo: Todavía lo preguntas, no hay nada que hacer.

—No se han preguntando, ¿por que Alex siempre tiene lo necesario para mantenerse a si mismo y a nosotras?

—Konoka: Ahora que lo preguntas, no lo se, supongo trabaja.

—Margo: Lo mismo digo, tal vez trabaja de camino a la escuela y por eso llega tarde.

—No lo se, pero siento que el termina haciendo todo.

Al decir eso nos vino a la mente lo ocurrido contra Lizael, como Alex nos detuvo de pelear y como se esforzó por protegernos, aun cuando sabia que no lo lograría, eso nos hizo sentir que a pesar de nuestros poderes, siempre era el que nos protegía. Pero en ese momento se me prendió el foco.

—Ya se, ¡ayudemoslo!

—Margo: ¿Y como?

—Konoka: Mmmmmm, ¿insinuas que debemos trabajar?

—No precisamente, podemos ayudarlo de otras formas.

—Margo: Bueno, pero Alexa, tu haces casi todo en la casa.

—Cierto.

—Konoka: ¿Y si vendemos nopor?

—¡Eso!

—Konoka: ¿¡Esta bien mi idea!?

—Margo: Salvo por eso.

—Alexa: Ya se que haremos hoy, venderemos algo.

—Margo: wiii, ¿que se supone que venderemos?

—Mmmm, no se.

Busque detenidamente por la casa, algo que pudiera no servirle a Alex y después de un rato, me di cuenta de algo.

—Oigan hace calor.

—Konoka: No me digas.

—¿Saben lo que significa?

—Margo: ¿Bebidas?

—Ding dong, acertastes aquí en la refrigeradora hay muchas cosas para elaborar bebidas.

Ellas algo perezosas me ayudaron con las cosas, en el proceso Margo se animo un poco mas y juntas elaboramos muchos mas refrescos, Konoka nos ayudo a su manera, pero tenia una mirada que me preocupo un poco lo que hacia.

Una hora mas tarde...

Preparamos todo y salimos al parque para vender nuestros refrescos, al principio nadie se acercaba.

—Nadie viene, esto es aburrido.

—Konoka: Hahaha, ya se que nos ayudara.

En eso ella palmea el hombro de Margo, le entrega unas bebidas y la patea fuera de la tienda, pero en eso, ella golpea sin querer unas personas que pasaban por allí.

—Margo: Disculpenme porfis.

Dichas personas al verla, se veían emocionados, algo que a Margo la avergonzada.

—Konoka: Efectivo.

Nos reímos de ella por un rato, pero rápidamente, los clientes empezaron a venir lo cual hizo que la venta fuera productiva y después Margo le devuelve el favor a Konoka.

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Mientras en el instituto...

Sonido de campana.

—Profesor: Muy bien pueden retirarse.

Después de lo normal en la rutina del instituto, en vez de ir directo a mi casa, decidí ir a visitar a mi compañero. Tras un rato de caminar llegue a su casa con la sorpresa de que el estaba en la puerta.

—¡Oye Zie!

Tras eso volvió a entrar a su casa, me acerque para tocar su puerta.

—Zie, ¿Por que no te vas?

—Responde.

—Zie: No, no iré a ningún lado.

—¿Y por que no?

—Zie: Por que no quiero ser un monstruo.

—Tranquilo amigo, no volverás a eso.

Lentamente abrió la puerta y parecía tener intenciones de irse del pueblo.

—Zie: Pero te hice daño a ti, a tus amigas, no debo seguir aquí.

—Nadie mas aparte de mi, sabe lo que sucedió.

—Además, ¿quiero saber por que tienes odio a los ángeles?

El suelta un suspiro a mi pregunta.

—Zie: Fue hace mucho, cuando era un niño, vivía en otro lugar, tenia a un padre y una madre que buscaron lo mejor para mi, tenia amigos y muchas otras cosas, pero un día los ángeles aparecieron y mataron a todos en el pueblo, fui uno de los pocos que sobrevivió a eso, pero lo peor es que vi a un ángel tomar la vida de mis padres, me sentí inútil, tenia miedo y odio a la vez.

—Ya veo por eso te afecto, tenias rencor en tu corazón lo que hizo que casi te volvieras un monstruo, pero aun así diría que estamos algo parejos.

—Zie: ¿Por que?

—Mi madre murió hace mucho, y de mi padre no se absolutamente nada.

—Zie: Entiendo, aun que tu situación no se compara tanto a la mía, salvo por la ausencia de los padres. pero no creo que ellas me perdonen.

—Tranquilizate, ellas te perdonaron.

—¿Y cuando regresarás al instituto con los demás?

—Zie: No lo se, pero por el momento tengo un asunto que solucionar por ahora, así que no estaré aquí por un tiempo.

De su cosas Zie saco una carta.

—Zie: Dasela a los profesores para que no se preocupen y dile a ellas que lo siento.

—Okey, pero cuando vuelvas, seguiremos fastidiando con los demás como siempre ha sido.

—Zie: Claro bro.

Chocamos los puños emotivamente, tras eso, el se fue, decidí retornar a mi casa cuando vi una bolsa con una nota a la par de su puerta que no había notado antes, al revisar decía la nota.

Aquí te dejo lo de hoy y mañana «amigo»

—Gracias.

Se estaba haciendo tarde y volvi a mi casa, a tan solo unas cuadras de esta, escuche un alboroto cerca del parque al ver de que se trataba, resulta que eran Alexa, Margo y Konoka que estaban en un puesto vendiendo bebidas.

Al acercarme las vi que tuvieron un buen día.

—Hola chicas.

—Alexa/Margo/Konoka: Hola Alex.

—Parece que esta vez vinieron sin causar problemas.

—Alexa: Claro que si.

—Margo: Alex, probarias nuestras bebidas, para ver si te gustan.

—No me vendría mal.

Las tres se pusieron felices y cada una me dio una bebida que hicieron. Primero tome la de Alexa.

—Esta rico.

—Alexa: Me hace feliz saber que te gusto.

Luego la de Margo.

—Delicioso.

—Margo: Obvio, lo hice con amor.

Mi cumplido la hizo sonrojarse. luego el de Konoka. Pero cuando termino de beberlo, sentí una rara sensación en mi cuerpo que me hizo marearme un poco.

—Mmm pregunta, ¿que le pusiste a la bebida Konoka?

—Konoka: Lo mismo que ellas.

—Pero como así, el sabor es distinto.

—Konoka:¿Sera por que me salio mal la poción?

—Con razón.

Al recuperarme, les indique que había que irnos de allí, ya que quien sabe cuantos tomaron la bebida de Konoka.

Luego de un rato, ellas fueron a la parte de arriba y yo me quede preparando la cena, al llamarlas para comer, bajaron con un tarro, lo colocaron en la mesa y al abrirla, vi aproximadamente 560 Quetzales.

—Alexa: Espero que esto sea suficiente para los gastos.

—Margo: Hicimos lo mejor que pudimos.

—Konoka: Al menos agradece que nos tomamos la molestia de hacerlo.

Cuando dijeron eso, sentí felicidad.

—Es bastante, pero tampoco es que estuviera mal económicamente.

—Alexa: ¿Por que?

—Cuando mi madre falleció, empecé a recibir al mes 1000 quetzales como una pensión por así decirlo, además que hago pequeños trabajos en el pueblo que me da como 250 quetzales adicionales.

—Konoka: No parece mucho la verdad.

—Pero aun así, me hace feliz saber que se preocupan mucho por mi, muchas gracias.

Cuando dije eso, ellas se pusieron rojas y parecía que solo unas palabras les dio satisfacción.

—Ahora coman, he preparado una cena especial por ayudarme, lo hice con amor para ustedes.

Eso que dije las hizo avergonzarse nuevamente

—Alexa/Margo/Konoka: Buen provecho.

—Buen provecho.

Tras esa hermosa cena, nos fuimos a dormir. Por lo menos esta resuelto lo de Zie, han pasado muchas cosas desde que ellas llegaron, pero me alegra que estén aquí, aparte de la cena, creo que les vendrá bien un día recreativo a ellas, ya que mañana sera sábado.

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Esa noche en la ciudad capital.

—Supongo que es momento de enviarle la invitación.

—Cazador I: Entendido.

—Cazador II: ¿Que hay de las chicas?

—Ya veremos que hacer con ellas, por ahora la situación parece que se torna mas peligrosa que antes, así que ese lugar dejara de ser seguro pronto.

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Continuara...

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