Libro de los Humanos Capitulo 1 - El dia en que las conoci
Al igual que existe la luz, también la oscuridad, un mundo donde existen ángeles y demonios que han buscado algo por muchísimo tiempo. El destino de la humanidad, las batallas se volvieron sangrientas, destruyendo todo lo que se encontrara a merced de estas. Los humanos veían estas cosas como testigos silenciosos hasta que al final se cansaron de ser los títeres de una disputa. Así que a raíz de ese sentimiento surgieron los cazadores de espíritus, con poderes sobre la naturaleza que buscan frenar estas luchas y dar libertad a la humanidad.
Sin embargo tal y como dicen a veces uno olvida la razón por la que se lucha, así fue para los 3 bandos que de un día para el otro se corrompieron sus ideales, empezando así a causar desgracias sobre las personas inocentes que viven sobre la tierra. Hay personas entre estos grupos que si recuerdan la razón de su lucha y buscan acabar con este conflicto desolador.
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Soy un chico ordinario con pocas aspiraciones, contento con la vida que ofrece el aire libre del campo y las montañas, trabajador y muy amable tal y como mi madre y mi padre me enseñaron.
Mi nombre es Mizushima Alex, con 19 años, cuerpo delgado, ojos y cabello negro y tez morena con mi estatura de 1.60, he vivido mi vida en pueblo Mikaru es el lugar donde he crecido, un lugar pequeño en las montañas donde la mayoría de la gente se dedica a cultivar la tierra, y la vida aquí es tranquila.
Mi madre me contó que hay cosas buenas y malas fuera del campo y las montañas que la rodean y que cuando estuviera listo las observaría con mis propios ojos. Bueno no es momento de desperdiciar mi día, voy al pueblo a conseguir algunas cosas.
Seguí mi camino, saludando a los vecinos y disfrutando del pueblo. Bueno paso a visitar a mi amigo Tamura Zie que todo el tiempo dedica a su tienda de suministros, es alguien confiable. Fue la persona que me mostró lo agradable que puede ser la vida en el campo, lo que lo caracteriza es que es de tez blanca, cabello turquesa y ojos rojos, es casi de misma estatura que yo.
—Que tal Zie, he venido por unas fajas de te de limón.
—Zie: De acuerdo Alex, dame un momentito.
El entra a su almacén para buscar las cosas que le pedí.
—Zie: Listo, aquí tienes lo que me pediste.
—Gracias Zie.
Justo cuando estoy apunto de irme me percato que entre las cosas de la bolsa, hay un paquete envuelto en tela y me dice.
—Zie: Te olvidaste algo.
Al abrir el paquete veo un incensario y velas aromáticas, recuerdo que tengo algo que hacer. Al salir le doy las gracias y ahora voy al cementerio.
En el camino observo a una chica, de pelo y ojos negros, a eso la resaltan unos lentes y una gorra con orejas de color azul con un suéter azul cuadriculado con bordados grises y una camisa blanca combinado a una falda azul, al verla un poco más me doy cuenta que tiene algo como pequeñas alas blancas, en ese momento ella gira su mirada a mi y solo alcanzo a ver una sonrisa antes de alejarme para continuar mi senda.
Hay chicas que les gusta hacer cosplay en el pueblo, ella se ve muy linda.
El atardecer se hace presente cuando llego a mi destino.
Camino hasta llegar a una parte algo alejada del cementerio, frente a mi hay una lapida que es importante para mi. Me apresuro en sacar el incensario y las velas, las coloco enfrente de esta.
Listo solo me queda una ultima cosa por hacer.
Me arrodillo frente a la lapida y con profundo dolor.
—¿Como estas Madre?, yo muy bien, tal como prometí vine a visitarte, ya cumplí los 19 años y me esfuerzo en ganarme el pan de cada día como me dijiste, ...quisiera que estuvieras aquí para darte un abrazo, ...que me regañaras como siempre.
Desearía que no se hubiera ido.
Al darme cuenta, ya esta por anochecer. Es mejor irme a casa, en el camino veo a otra chica acompañada de hombres un poco amenazadores. Ella lleva una vestimenta como de no ser de por aquí, tiene un cabello blanco y no se si es mi imaginación pero su cabello brilla. Ignorando eso de lado, parece que la acosan, me acerco para intervenir.
—¡Dejen de chingarla!
—Rufián I: Y a ti que te importa, solo damos un pequeño paseo.
—Rufián II: ¡Si, largate chico!
Cuando me fijo un poco mejor en los tipos me doy cuenta de algo.
—¿Si la están acompañando, por que van armados entonces?
Mi pregunta los perturba y enseguida sacan sus cuchillos con intención de atacarme. Los tipos la empujan hacia unos tachos de basura que están en la calle, eso me molesta a un más pero trato de estar sereno ante todo, ellos corren hacia mi.
—Rufián I: Las pagaras pedazo de mierda por interferir.
—Rufián II: Ahora sufrirás jajajaja.
No quería usarlo pero es para defenderme.
—Tomen esto.
De inmediato saco un espada de bambú que suelo llevar conmigo y lo uso para darles unos golpes. Los rufianes intentan apuñalarme pero les desviaba los golpes y empujaba con eso.
—Rufián I: ¡Toma!
La punta del cuchillo esta a centímetros de mi ojo, pero de la nada. Me siento mas ligero y fuerte que antes, enseguida a una velocidad increíble esquivo por poquito la puñalada y con mi arma los golpeo de manera que quedan lastimados, no gravemente pero si les duele. En el momento en que recobran un poco la conciencia.
—Rufián I: Larguémonos de aquí.
—Rufián II: Si Compañero.
Después que se alejan, la fuerza misteriosa que tenia de la misma forma que apareció también se disperso. Dejando de lado eso me apresuro en ayudar a levantarse a la chica que esta algo atónita de la forma en que los ahuyente.
—¿Te encuentras bien?
Al momento de levantarla. Solo alcanzo a ver una pequeña sonrisa y se va sin decir una palabra, bueno, supongo que esa fue su forma de decir gracias. Mejor no le di vueltas al asunto y seguí mi camino.
Logro llegar antes de la noche, hago mi cena y luego me voy al dormitorio, aun así me pongo a pensar un poco en lo que me paso.
Lo que me paso hoy acerca de esa sensación extraña... Podría ser solo mi imaginación o la adrenalina.
A la mañana siguiente vuelvo a mi rutina diaria visitando la tienda de Zie para comprar un par de cosas, en mi camino de regreso, tomo otra ruta para caminar un poco mas por el pueblo. Llego a las cercanías de la estación de trenes que esta en el pueblo, en ese momento veo llegar un tren de la ciudad capital con bastantes pasajeros.
Una chica baja de entre la multitud del tren, lleva un vestido que la hace parecer casi como una niña, su gorro con forma de orejas de ni(conejo) de color amarillo que combina con su largo cabello rubio y sus ojos grises, nuestras miradas se cruzaron, me ve con algo de felicidad y me parecía que me saludaba.
Continuo mi camino creyendo que en realidad saluda a alguien mas.
Regreso a casa y preparo mi cena y así transcurrió mi tiempo viendo la televisión hasta que llega la noche. Me acuerdo que tengo que ir por cosas que me olvide. Al salir comienzo a escuchar ruidos metálicos, explosiones y pequeños temblores que parecen cercanos a donde yo me encuentro, me fijo que algunos vecinos van en dirección a los ruidos y también me les uno y llegamos tan rápido como nos fue posible, encontrando solo llamas y casas destruidas, empezamos a echar agua para sofocar las llamas, en ese momento veo varias siluetas negras entre el fuego y creo que esas cosas son la causa de todo.
Gente se esta retirando del lugar como si supieren exactamente lo que sucede, empiezan a gritar como locos de ángeles y demonios que venían a destruirnos. También gritaban para que los cazadores de espíritus nos vinieran a ayudar.
Entre la locura veo a algunas personas atrapada en el fuego cruzado de esos seres, corro en dirección a ellos para socorrerlos. Consigo ayudarlos a escapar pero cuando voy a correr siento un mal presentimiento, en ese momento algo me atraviesa, y al revisarme con horror veo un agujero en mi abdomen del cual sale un chorro de sangre haciendo que me desplome, ya había escuchado sobre este tipo de heridas antes y se que es mi fin, mi vista empieza a oscurecer a medida que me debilito.
Al menos salve otras vidas, lo cual me alegra, no morí en vano. Antes de cerrar mis ojos, escucho a alguien gritar mi nombre.
¡Alex, alex, alex, alex, alex!
Que oscura es la muerte y cálida...¿un segundo...cálida?
Al abrir mis ojos me encuentro en mi cuarto, lo primero es verme el abdomen que era el lugar donde fui atravesado. Me llevo el asombro de que el lugar en donde se suponía que debía estar la herida no hay ninguna cicatriz o algo que fuera real, creo que esta vez solo fue un sueño pero fue muy vivido, justo cuando pienso en seguir durmiendo escucho la alarma de mi despertador y al abrir las cortinas, el sol esta sobre el pueblo.
Pero que hora sera veamos el despertador.
—!Las 11...Las 11 de la mañana¡
Bueno menos mal tengo ingredientes para prepararme, pero luego imagino unos wafles son tan sabrosos que hasta siento el olor...Un momento...de verdad huele a comida y viene de la cocina
Bajo ávido las escaleras y al ver hacia el lado de la cocina hay una chica cocinando, lo que me sorprende es el hecho de que se trata de la chica que me encontré el día que fui a la ceremonia del cementerio, tratare de saber la razón por la que una chica que ni siquiera conozco esta en mi casa.
—¿Que haces aquí?
—Chica: Acaso no ves, estoy cocinando algo para animarte.
—Pero ni siquiera he hecho algo como para que una chica este cocinando para mi.
—Chica: De hecho si hiciste algo, meterte en nuestra pelea.
En cuanto dice que nuestra pelea, recuerdo el enfrentamiento que presencie antes de morir, eso significa que no fue un sueño, de verdad morí por lo que un miedo surge.
—¿E...Eres la que me mato?
—Chica: No, pero uno de los ataques de mis oponentes si.
—¿En ese caso contra quienes luchabas?
—Chica: Bueno, no querrás saberlo.
No entiendo mucho de lo que me acaba de decir pero parece algo muy serio y peligroso, supongo que mi situación es ahora inestable debido a lo que ocurrió anoche.
—¿Una pregunta si morí, por que ahora estoy vivo?
—Chica: Ah eso, cuando todo calmo, regrese al lugar para resucitarte, cuando lo hice vi algunos de tus recuerdos y la ubicación de tu casa.
—En ese caso te doy las gracias por salvarme.
—Chica: De nada, ¿ah en ese caso puedo saber tu nombre?
Algo pensativo respondo.
—Claro me llamo Alex, Mizushima Alex y ¿el tuyo?
—Chica: Mi nombre es Kamijou Alexa, soy una ángel y a partir de hoy viviré en tu casa.
—¿Pe...pe...pero por que decides vivir con alguien que apenas conoces?
—Alexa: Bueno debido a un par de circunstancias he decidido quedarme aquí.
Creo que esta chica va enserio con lo de vivir en mi casa, ahh que dolor de cabeza pero es lo menos que puedo hacer por la persona que me salvo la vida.
—Bueno un gusto Kamijou, ¿pero antes me podrías decirme un poco de lo que sucedió y quienes eran?
Ella queda meditativa ante mi pregunta a lo cual responde.
—Alexa: Te lo diría pero dudo mucho que quieras creerlo, estas mejor así.
Fue raro pero me tomo el resto del día para mis actividades domesticas y así acomodarme a mi nueva compañera. A la mañana siguiente es hora de ir a la escuela y antes de irme, Alexa me dice que se quedara en casa.
Supongo que es por precaución.
Recorriendo el camino al instituto me encuentro con una figura que me es familiar, se trata de Zie, el además de atender su negocio también estudia en la misma clase que yo.
—Oye Zie, espérame.
—Zie: Ah hola Alex, hoy te veo algo somnoliento.
—Es verdad no dormí mucho ayer.
—Zie: hay que apresurarnos, vamos un poquitin retrasados.
Después de un poquito de conversación y al ver que estamos bien atrasados vamos corriendo a la velocidad de la luz, logramos llegar al instituto justo antes de que sonara el timbre pero al llegar a nuestro salón de clases tenemos el aspecto de muertos. Nos sentamos en nuestros respectivos escritorios esperando a que llegara nuestro profesor, mientras me recupero logro despejar un poco mi mente.
Estar en el salón de clases me relaja un poco de mi rutina, tengo excelente vista desde la ventana, la vida escolar es un poco exigente pero es lo que me termina gustando de aquí, ver a mis demás compañeros armar alboroto antes de que aparezca el profesor, escuchar conversaciones de todo tipo y en ese momento una voz mayor se escucha por todo el salón.
—Profesor: Silencio y tomen asiento.
Del enorme alboroto que se escuchaba antes, ahora todos van a sus lugares y están atentos a lo que el dice, pero en mi caso da la impresión de que en lugar de poner atención al profesor voy a ponerle a las ovejitas.
Así pasa un día más de estudios, siento que pase más durmiendo que estudiando debido a lo que me ha sucedido, acompaño a mi amigo Zie para ir chingando por el camino a nuestras casas.
—Ahh, la próxima vez no caeré ante las ovejitas.
—Zie: jajajaja, es algo típico de ti, cuando algo te altera no duermes bien.
—Supongo que si.
Mientras llegamos a la salida del instituto, veo una figura algo conocida para mi, es la chica que había rescatado de los maleantes esa vez, cuando ella pasa a nuestro lado, escucho un susurro.
—Chica desconocida: Me alegra que sigas con vida.
En ese momento ella continua su camino, Zie me pregunta algo extrañado.
—Zie: ¿No es una conocida tuya o algo así?
—No.
—Zie: Mmmmm, me da la impresión de que te conoce, pero tengo que admitir que es muy bella.
Al final llegamos a un punto donde tomamos caminos separados para retornar a nuestro hogares, decido tomar una pequeña parada para comprar unas cosas para la cena con Alexa, se hace la noche sobre el pueblo y al llegar a un parque, una sombra que me observa desde el otro lado de este, me acerco un poco para ver si distingo a la sombra, al hacerlo esta camina hacia mi, estoy con la guardia alta, entre mas se acerca se me hace mas familiar la figura, al hacerlo me percato que se trata de la chica que me saludo ese día en la estación de trenes, cuando estamos a solo pasos.
—Desconocida: ¿Me recuerdas?
Su pregunta me confunde un poco, pero debo confirmar algo que había pensando desde ese día.
—¿Me conoces de algún lado?
La pregunta hace que broten lágrimas de sus ojos, tras lo cual.
—Desconocida: ¿Acaso haz olvidado todo, ya no recuerdas quien soy y lo que vivimos juntos?
Cuando me vuelve a preguntar, es claro que ella sabe cosas que probablemente yo no, cuando le pregunto quien es de manera directa y calmada, me responde llena de tristeza en sus ojos.
—Desconocida: ¡Soy tu amiga de la infancia, Himekawa Margo, jugábamos y entrenábamos juntos de pequeños!, ¿no recuerdas?
Recuerdo algo vago en mi mente y de inmediato me da un dolor de cabeza que suficiente es para tumbarme al suelo y estoy algo delirante, ...al momento en que Margo se acerca, una bola de fuego que impacta entre ella y yo, seguido caen escombros por todos lados, tras disiparse un poco el polvo de los escombros observo en dirección de donde provino y resulta ser la chica que me hablo esta tarde que con regresaba con Zie y había ayudado antes, ella tiene su mirada puesta en mi y Margo pero mas en ella.
—Chica desconocida: Todavía andas por aquí, cazadora de espíritus, me es un fastidio verte después de la ultima vez.
De inmediato Margo se pone de pie y un pequeño resplandor en una de sus manos, dicho resplandor se alarga y disipa tras lo cual hay una espada muy afilada, la cual empuña sin ningún temor frente a la chica que nos ataco en un abrir y cerrar de ojos.
En mi contemplación de dicha espada, recuerdo lo que me dijo Alexa acerca de lo que había sucedido, siento escalofríos de recordarlo reacciono tratando de evitar que se repita lo que sucedió antes.
—!Por favor paren, paren esto!
Pero mis gritos no son efectivos.
Cuando ellas van a luchar, una voz serena pronuncia unas palabras, las cuales están en un idioma que desconozco.
מגן אלוהי לבוא אלי ולהגן על ברי שלי
Una especie de barrera aparece frente a mi que repele los ataques y escombros causados por estos, cuando me doy la vuelta se trata de Alexa.
—Alexa: Menos mal que llegue a tiempo, ¿Estas bien?
—Si, estoy bien.
Las chicas se detienen y fijan sus miradas en Alexa y yo, pero se ven un poco nerviosas al mirarla, y como si en cámara lenta fuera corren hacia ella, en ese momento recuerdo algo que he escuchado antes de mi madre.
Un hombre siempre debe proteger a las chicas y nunca dejarlas llorar.
Corro en dirección a Alexa abandonando así la protección de la barrera para tratar de detenerlas, una sensación experimento similar a cuando ayude a aquella chica con los maleantes, salvo que esta vez es diferente solo junto mis manos por instinto y como por arte de magia siento que empuño algo y sin pensarlo miro a Margo y la otra chica para detenerlas, lo cual funciona.
Las 3 chicas quedan asombradas de mi inesperada acción y al observar lo que utilice para parar el ataque contra Alexa, que es una espada distinta de la de Margo, pero aun así el ataque de ambas es más poderoso que salgo disparado hacia atrás, impacto contra algo y solo alcanzo a ver como la espada se disipa de mis manos, solo escucho sus llantos de preocupación. Después de eso termino inconsciente.
Despierto bruscamente tras recordar lo poco que sucedió hace rato, al recobrar mi conciencia es de noche, apunto de levantarme estoy cuando siento un bulto cubierto por las sabanas a la par mía, cuando despejo las sabanas me sobresalto y me caigo de la cama un momento, al reponerme y ver lo que esta en la cama, durmiendo plácidamente esta Margo, me hace sentir un poco de alivio saber que termino bien, cuando estoy a punto de despertarla una voz algo engreída pero sutil me habla.
—Chica desconocida: Es cierto que esta durmiendo, ¿pero no sabia que disfrutaras ver dormir a una chica no es así?
Debido a sus palabras me altero un poco y le vuelvo a poner las sabanas encima a Margo. Al darme cuenta que la que me habla es nada menos que la chica que nos ataco, algo preocupado pero estando sereno le pregunto.
—¿Eh, disculpa pero quien eres?
Ella suelta una pequeña carcajada y luego me dirige una mirada algo seria y respondiendo a mi pregunta.
—Chica desconocida: Mi nombre es Konoka Tristis est Lotus y soy una demonio.
Ahora conozco a las que peleaban esa vez, vaya sorpresa.
—Muy bien, quisiera preguntarles un par de cosas a ustedes, pero bajemos a la sala para hablar, a lo cual ella responde.
—Konoka: No hay problema.
Bajamos a la sala y veo a Alexa sentada en uno de los sillones, nos sentamos. Hay un silencio algo inquietante alrededor nuestro pero aun así quiero saber por que se peleaban.
—He visto suficiente y es demasiado obvio que son seres sobrenaturales pero lo que no entiendo es, ¿por que han estado peleando desde ese día hasta ahora?
Ambas se quedan en silencio, entre eso escucho unas pasos que bajan las escaleras, resulta ser Margo que ya ha despertado del todo.
—Margo: Eso se debe a un conflicto que existe entre nosotros.
Seguido de su respuesta, Konoka añade.
—Konoka: Es algo que alguien como tu no entendería.
Ambas respuestas me intrigan, pero siempre tranquilamente les pregunto a ellas.
—¿Pues no puedo entender si no me lo dicen?
Ellas se quedan pensativas un momento tras lo cual me observan fijamente. Se que lo que me van a decir cambiara las cosas para siempre
Continuara...
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