Libro de los Demonios Capitulo 5 - Lago de cadaveres
Una vez me pregunte por que un demonio no podía tener amigos, pero luego supe que eso era efímero que tarde o temprano se alejan de tu lado sin darte cuenta o en tu propia cara.
Era una niña, pero mi vida como tal fue usada para la ciencia ya que en ese entonces vivía en la casa del anterior señor del terror de Andord, Emiliano Tristis Est Lotus.
En aquel momento tenia dos amigas a las que llamaba Lola y Lulu, me divertía sin parar en el parque que habían hecho para mi, al principio gozaba sin parar pero sentía que algo me faltaba, no supe de eso hasta que me enseñaron sobre hechicería y demás artes demoníacas que es cuando me di cuenta de algo, sin importar que yo llorara, hablara o me moviera, ellas no podrían dado que vida era lo que carecían, yo pensaba en si era posible darles vida para que no me sintiera sola en ese parque que tenia muros alejándome del exterior de la mansión.
Un día tuve la oportunidad de leer libros sobre nigromancia los cuales me cautivaron al punto que aprendí hechizos para reanimar muertos o darle movimiento a objetos inanimados pero me percate que no hablaban solo se movían aquellos cuerpos de tela harapienta, por lo tanto sabia que si quería que mis amigas pudieran hablar tendría que llegar lejos, un día mientras practicaba hechicería vino alguien a mi.
—Desconocido: Veo que te interesa mucho la ciencia.
—Si.
—Desconocido: Bueno debo decirte niña que tienes mucho talento a mi ver, supongo que puedo ayudarte.
—¿Como?
El sonrió sin mostrar su rostro por completo.
—Desconocido: Te enseñare todo lo que pueda sobre alquimia e hechicería así tal vez puedas cumplir con tu objetivo.
Eso me hizo alegrarme por que finalmente podría darle vida a Lola y Lulu, con el tiempo fui llevada a un laboratorio donde a muchas personas les gustaba lo mismo que a mi, me sorprendí con las herramientas y conocimientos que obtuve gracias a ese lugar, tuve mis dudas al respecto pero fui mejorando y fabricamos seres que después llamamos homunculos, eran similares a los gusanos pero con un aspecto y capacidades raras después con el tiempo obtuvimos mejores muestras y pruebas que ayudaron a mejorarlos al punto en que dejaron de ser gusanos a algo con brazos y piernas, eran salvajes y su nivel de cognitiva era escasa a lo mucho se alimentaban.
—Cientifico I: Mmm casi pero falta que desarrollen su cerebro y el resto de su cuerpo.
—Lo mismo digo.
Mi infancia fue abandonada en pos de la ciencia, a veces escapaba con algunas muestras para probarlas en mis muñecas y así intentar darles vida.
—Sello alquímico, transfusión de sangre.
Usando ese hechizo fui capaz de darles algo de sangre que había recolectado para darles a ellas, a medida que surtía efecto, su tela fue reemplazada por piel de carne, pero note algo enseguida.
Toque las muñecas y sentí que no tenían estructura osea, intente con un cuchillo abrir para ver su interior pero eran nada mas que sacos con sangre. Eso me ayudo con mis teorías acerca de la mejora de los homunculos.
Con el paso del tiempo fui capaz de mejorar eso y los sujetos de prueba ya poseían estructura osea y su cerebro ya funcionaba mejor al punto que ya eran capaces de realizar mas acciones y fuimos instruyéndoles sobre el habla para ver sus capacidades. Dichas capacidades que nos sorprendieron y al tipo que me unió a este proyecto le agrado los resultados, a los años fuimos perfeccionando y podían recibir ordenes e incluso comunicar sus pensamientos, no tenían expresiones y su plazo de vida era algo corto, era un obstáculo por sortear dado que habíamos amplificados sus capacidades físicas y cognitivas pero descuidamos su tiempo de vida, lo cual era complicado.
Los demás científicos no lograban formular la solución y mucho menos yo dado que estaba confundida o quizás meditativa con la situación. Por unos días me aleje del complejo para volver a la mansión con mi padre donde el trataba asuntos que a mi edad no concernían por lo tanto me atendía poco.
En mi cuarto hablaba sola con mis muñecas como únicas testigos, pensaba como solucionar eso, sabia que si lograba mejorar a los homunculos conseguiría a su vez darle vida a mis muñecas y tener finalmente amigos de verdad, un día se me ocurrió traer un prototipo que estaba en desarrollo, a escondidas fui practicando y comprobando como podía lograr derribar ese muro. Al principio fue difícil ocultarlo de mi padre y demás; me llevo tiempo crear la solución dado que pasaba inyectándole soluciones y líquidos que iba creando, con el tiempo de un pequeño homunculo creció hasta formarse como una persona me sorprendió que hablara, sus capacidades eran casi como el resto de los sujetos pero con el tiempo fui haciendo descubrimientos dado que era de mi tamaño tuve la idea de darle identidad básica.
Arakiela.
Ese fue el nombre que le di a ella dado que al formarse completamente mostró rasgos femeninos que me dieron punto valido a su situación, fue difícil contarle a mi padre de esto, pero al final lo tomo de buenas entre comillas. Arakiela fue mejorando con el paso del tiempo me revelo partes y detalles que no había pensado en ese entonces. Y por primera vez me percate que era confiada no temía que le inyectara cosas, me hablaba de como jugaba con mis peluches o hacia figuras, sinceramente parecía una niña normal salvo por el hecho de que su piel era completamente negra, su cabello de color gris oscuro, ojos de color rojo carmesí, parecía una humana en cierto punto dado que su piel no era suave si no tersa o rugosa. me di cuenta que sin atinar cree a mi amiga. Le tome cierto cariño y le empece a enseñar ciertas cosas mientras desarrollaba la manera de alargar su vida.
Una noche descubrí lo que quería tras varios ensayos encontré la solución entre una mezclas de activos, unos catalizadores y unas partículas homogéneas que al revisarlas en un tubo micro biológico, vi que las células de Arakiela que parecían envejecer eran renovadas por la mezcla, al final le aplique eso a ella y al resto de los homunculos, era divertido jugar con los demás homunculos sin embargo, Arakiela era especial y decidí llevarla al laboratorio bajo la excusa de ser mi amiga.
—Arakiela: Mira amiga, hay muchos como yo pero mayores de tamaño
—Si.
En eso se acerco a mi aquel que me enseño.
—Maestro: Ya veo que tus descubrimientos sirvieron de mucho.
Yo con alegría ciega.
—¡Si!
—Maestro: Me alegro con esto hemos logrado algo imposible y dado a tus estimaciones los homunculos ahora puede vivir tanto tiempo como los humanos mismos, debo admitir que resultaste ser una buena discípula.
—Gracias.
En ese entonces Arakiela se sentía feliz al ver a otros similares a ella. Los científicos estaban asombrados tanto de mis capacidades como también de lo que hice con Arakiela. Yo fui muy tonta al pensar que esos homunculos serian creados para que fueran mis amigos... pero un día la diversión se apago y descubrí lo que hacían con ellos.
Estaba en mi casa con Arakiela cuando escuche alboroto en los corredores, salí a ver que era y todo el mundo decía.
—General: Mi señor Emiliano, el enemigo acampa a las afueras y necesitamos soldados.
—Emiliano: Lo se, pero escaseamos de efectivos, supongo que debemos enviar a los homunculos a pelear.
Eso me dejo en shock, corrí rápidamente al complejo y vi carruajes que eran abordados por cientos de los homunculos. Me escondí para ver con mas detalle.
—Arakiela: ¿A donde se llevan a mis amigos, a donde?
—No lo se.
Fui a averiguar los detalles.
—¿A donde los llevan?
—Maestro: Ah niña, sucede que los homunculos serán utilizados para algo importante.
Cuando dijo eso sentía a los homunculos observarme como si fuera alguien rara.
—¿A la batalla?
—Maestro: Si sucede que debemos hacerlo, la situación aquí en el infierno es peligrosa y no hay sitio para reservas.
—Yo pensé que tendría a mis amigos con esto.
El dio una sonrisa ante lo que dije y contesta.
-Maestro: Bueno niña tu deberías saber que en ningún momento te dije que serian para tu deleite personal, ¿a propósito esa que niña que te acompaña es una homunculo también verdad?
—Arakiela: Si.
—Maestro: Me temo que tu también vienes.
Esa verdad atravesó mi corazón con desdén. Tras eso todos en los carruajes fueron llevados a las cercanías del puente que conecta Andord con los demás.
Estaba asustada ya que mi amiga había sido llevada con los demás y no pude evitarlo, en ese entonces pasaba angustiada por Arakiela que podría estar triste, escuchaba a escondidas lo que decían sobre la situación lo cual era desalentador dado que sus informes eran de fracaso y muerte.
Al poco tiempo llego un mensajero dando la noticia de que la batalla fue ganada por poco pero lo que me aterro fue que menciono que todos los homunculos murieron. Así que mi padre y otros mas fueron a ver los restos de la lucha por lo tanto implore que me llevara consigo. Cuando llegamos era un total desastre, cuerpos calcinados, destrozados y mutilados, los soldados buscaron a algún herido pero ninguno fue hallado. Tras eso note algo con miedo y era que los cadáveres lejos de ser seres vivos eran como maniquíes que obedecían nada mas. Mi esfuerzo fue recompensado con horror y desdicha.
Tras lo sucedido escuche cosas que no quería.
—General I: Mi señor hemos sufrido muchas bajas tras el ultimo combate, aun que fueron mínimas las perdidas, nuestro poder militar a decrecido.
—Emiliano: Lo se, la situación con la insurgencia no acabara pronto, los demás estados están tratando la cuestión en si.
—General II: Debemos actuar y buscar reponer nuestro ejercito.
—Emiliano: Claro pero todo en su momento recuerden que la insurgencia es consciente de esto y no caerán fácilmente.
En eso entro el tipo del laboratorio.
—Maestro: Puede que no sea necesario, como vieron, nuestros homunculos hicieron la mayor parte del trabajo por lo visto no hará falta preocuparse por sus efectivos, podemos fabricar homunculos mas resistentes y poder usarlos a nuestro antojo.
Todo el mundo quedo en silencio tras su discurso y yo estaba enojada y llorando a la vez.
—Emiliano: Esta bien si dices que pueden ser útiles pues moveros.
El tipo antes de retirarse.
—Maestro: Me alegra su sabia decisión.
Tras la reunión corrí al cuarto pero en eso me encuentro con el tipo.
—Maestro: Ahh niña, justo quería hablar contigo de algo, perdón por hacer luchar a tus amigos, pero adivine que puedes volver a hacerlos.
—Ya no quiero.
—Maestro: Y casi lo olvidaba pero a tu amigita la encontraron muerta sin mas.
Estaba demasiado enojada en aquel momento.
—¡Lo se!
Tras eso el se fue, me pregunte una vez si hice algo que no debí, que hubiera pasado si no accedía a sus propuestas antes. Pero era tarde, un día mientras estaba en el laboratorio, los demás parecían como si nada en tanto yo estaba destrozada por lo sucedido. Todos diseñando a los homunculos con la formula que había desarrollado, para despejar mi mente llego a un lago que estaba cerca del complejo, estaba desanimada pero para mi sorpresa al jugar un rato lanzando piedras el reflejo del agua se disipo revelándome una calamidad a mi espíritu, cadáveres, cientos y miles de ellos yacían en el fondo de este, sentía que yo les había dado la vida y por mi ineptitud fui incapaz de proteger a mis amigos o como dice ese tipo, homúnculos, los demás tenían razón en algo que solían decirme, para un demonio no existe la amistad ni mucho menos la empatia. Tras un vendaval de arrepentimiento, miedo e ira tome mis descubrimientos y los queme a escondidas del resto, tome algunas de mis cosas de la mansión y huí de allí usando un portal a otro lugar.
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Tras escuchar lo que sucedía en este complejo científico me hace pensar mucho sobre por que los hicieron, que hizo que Konoka abandonara el proyecto. Mientras caminamos por las zonas sin revisar se observan los horrores que sucedieron aquí, cuesta creer que Konoka y otros hicieran esto. Erika y yo llegamos a una especie de jardín donde por cosa extraña hay unos columpios y cosas que usarían los niños.
—Que raro.
—Erika: ¿Que sucede?
—Que harían aquí juguetes para niños.
—Erika: No lo se y no interesa.
Continuamos nuestro recorrido hasta entrar en otra parte que parece un almacén de archivos. los documentos están todos quemados.
—Erika: Regresemos.
Cuando nos alejamos de ese lugar y entramos por donde venimos, escucho un ruido en lo alto del techo pero no veo nada, supongo que por la antiguedad todo esta cayendo.
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Mientras todavía en el centro del laboratorio...
—Nilas: No se exactamente que te hizo cambiar de parecer pero espero que puedas colaborar.
—Sere clara y te digo que no lo haré, fui ingenua en aquel entonces y cometí un error al querer ser Dios.
—Nilas: Sabes, necesito tu ayuda, no puedo ganar esta guerra sin estrategia ni soldados, Andord quedo afectada tras el cambio de mando.
—¡Un no es un no!
—Nilas: Pues si no cooperas por las buenas tendré que tomar medidas mayores.
Siento un escalofrió a eso ultimo.
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Al llegar a donde están Konoka y Nilas noto una atmósfera de hostilidad y seriedad a la vez, es incomodo.
—Erika: Ya patrullamos los sectores.
—Nilas: Bien, dale la orden al resto para empezar todo esto.
Me acerco a Konoka que esta con una molestia que no nunca he percibido de ella.
—¿Estas bien?
Ella no me responde si no que en vez de eso una gota de lagrima sale de sus bellos ojos.
—¿Konoka?
Sale corriendo hacia alguna parte del complejo.
—Nilas: Ahh pero que demonio mas problemática, Erika.
—Erika: Como ordene.
Entiendo su intención y me interpongo.
—Nilas: ¿Que haces chico?
—Permitame ir a por ella.
El solo sonríe ante mi resolución.
—Nilas: Bien ve, estoy seguro que tal vez te escuchara.
Sin mas voy por la misma dirección que ella pero le pierdo el rastro, el complejo es enorme a tal manera que no me extraña el haberla perdido, pero decidido voy de una parte a otra hasta que en lo que parece ser una compuerta que da al exterior, empujo un poco para abrir y seguir buscándola.
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Años después de escapar del laboratorio, estaba asustada, había huido a un mundo completamente distinto al mio. No había oscuridad profunda ni algo parecido a mi hogar, en su lugar pequeñas luces brillaban en el cielo, era oscuro no lo niego pero al menos la luz estaba presente. Al ver a mi alrededor, todo era distinto, habían destellos a lo lejos y parecían casas, al principio sabia que debía tomar medidas para esconder un poco, así que con la ayuda de unos trapos logre cubrir mis alas que eran mi rasgo mas notorio. El miedo me recorría, con un poco de magia logre hacer una fogata para pasar la noche.
A la mañana siguiente, vi el sol colmarme con su luz, sentí que por fin se acabo la oscuridad eterna y con ello mi pasado quedo atrás. Me tomo un rato acostumbrarme al brillo del día tras lo cual empecé a ir en dirección a donde vi las luces ayer. Gracias a los poderes que aprendí fui capaz de moverme sin problema por el paisaje raro, habían plantas con colores distintos, arboles, animales que no había visto, tarde como medio día, al llegar al pueblo me tomo un rato acostumbrarme al lenguaje de los habitantes de este mundo sinceramente era molesto pero si quería vivir aquí tendría que hacerlo, empecé a trabajar un poco para tener un techo dado que ayer olvide decir que sentía gotas de agua golpearme, me tomo por sorpresa y tuve que esconderme bajo el abrigo de un frondoso árbol y volví a dormir. Con el tiempo fui aprendiendo un poco lo que era, estaba el mundo humano y me encontraba en una ciudad costera, decidí viajar por este nuevo hogar y llegue a un pueblo oculto entre las montañas donde me establecí en una zona alejada de la población para no llamar mucho su atención.
Lamento un poco el haber dejado a mi padre atrás y a los demás, pero puede que en algún momento retorne.
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—¡Konoka, donde estas!
Grito fuertemente para ver si me responde mientras me abro paso por el bosque oscuro y con el cielo oscuro y rojizo a la vez, hago un antorcha improvisada para alumbrarme un poco.
—¡Konoka!
No pasa nada, ni un alma en la cercanía, todo esta completamente en calma, tengo preocupación por Konoka que quien sabe a donde se ha ido, espera.
Veo una parte que emite leve iluminación o reflejo, al acercarme un poco mas veo que es un lago, mientras me acerco observo que una silueta esta sentada a la par de un árbol viendo lo mismo que yo, creo que es ella y me acerco con calma hasta que se da cuenta de mi presencia.
—Con que aquí estabas
—Konoka: ¿Me odias?
—¿Y por que te tendría odio?
—Konoka: Seguramente te contaron lo que sucedía en el laboratorio.
Cuando dice esas palabras recuerdo lo que me contó Erika y Nilas, me detengo a unos pasos de ella.
—Si.
—Konoka: Entonces sabes que soy un monstruo.
—No lo eres.
Parece que ella quiere que me aleje o la odie sea como sea.
—Konoka: Sabes bien que por mi causa, osamos allanar el terreno que solo le pertenece a Dios, yo fui manipulada por mi ignorancia y mas aun por que quería.
Mientras me grita con enojo, noto que brotan lagrimas.
—Konoka: Quería un amigo que estuviera a mi lado por siempre, que no me dejara sola, con quien jugar sin parar como en aquel entonces.
Me preocupa ella y me entristece, pero no se cuales serian las palabras mas adecuadas para responder.
—No te tortures, no es del todo tu culpa, tu misma lo dijiste te manipularon.
—Konoka: Ahora que sabes lo que hice lo mas prudente que puedes hacer es dejarme sola, no quiero ver a nadie.
Quedo enmudecido por esa declaración, pero ignorando su enojo y sus intenciones, me acerco por detrás y le doy un abrazo fuerte, a lo cual ella empieza a oponerse y busca librarse de mi.
—Konoka: Dejame en paz.
Finalmente consigo atraparla y la acerco mas. Pero ella se niega y trata con todas sus fuerzas de alejarme y entre mas lo hace con mayor determinación la mantengo cerca mio.
—Konoka: He dicho que me dejes.
—¡No lo haré!
Eso ultimo la hace detenerse.
—Ya te dije que no te dejare ir, no importa lo que seas no te dejare.
—Konoka: Estúpido Alex, sabes bien que en algún momento terminaras muerto por mi causa.
—¡Y!
—Konoka: Que acabaras como mis amigos en este lago.
Cuando dice eso miro al lago y aun que su leve brillo no me deja ver bien, al estar cerca logro ver cadáveres en el fondo de este, quedo asustado y entiendo bien a lo que ella dice sobre que es una monstruo, pero mas bien que lo que sea que conteste ahora sera algo que la ayudara o que lamentare después.
—Konoka: Ahora lo entiendes, cometí atrocidades, cree vida y la envié a su muerte sin mas, no soy capaz de estar a tu lado.
Eso ultimo me hace abrazarla mas fuerte.
—Konoka: ¿Alex?
—No me iré a ningún lado.
—Konoka: ¿Que dices?
—Yo no dejare que me maten ni mucho menos dejare que te maten.
No puedo verla a su rostro pero por un costado de su mejilla son lagrimas las que la recorren.
—Konoka: No soy capaz de tener amigos perpetuos.
—Pero mírame.
La suelto un poco para que estemos rostro a rostro y tomándola de sus hombros.
—Estoy aquí, vivo, no me iré a ningún sitio si no es a tu lado, no te dejare, eres mi compañera y los compañeros jamas se abandonan si no que nos cuidamos unos a otros.
—Konoka: Tonto.
—Además eres como así decirlo parte de mi familia.
—Konoka: Necio y estúpido.
—Pues entonces no me dejas de otra.
En un movimiento la acerco y doy un tierno beso lo cual la toma desprevenida, se molesta un poco y me separa, parece que hice una estupidez, pero luego ella me evita la mirada un poco.
—Konoka: Otro mas.
Eso me hace llenar de alegría que sin dudarlo la vuelvo a acercar y en vez de un beso suave, resulta ser uno muy profundo y emocionante, es como si nuestros corazones latieran a una sola sinfonía que manifiesta amor. Tras un muy pero muy largo beso nos separamos.
—Eso es como la prueba de que aquí tienes a un compañero que no se alejara sea cual sea tu pasado, presente o futuro jamas te dejare de extender la mano.
—Konoka: Sabes eres un tonto que pelea y encima debilucho pero aun así... gracias.
La tomo de la mano.
—Vamos, juntos a enfrentar tu pasado y a ver hacia adelante.
Ella secándose sus lagrimas me da una breve sonrisa similar a cuando la ayude en Mikaru.
—Konoka: Si.
Caminamos de regreso al complejo y volvimos con Nilas.
—Nilas: Ah mientras se demoraban ya empezamos a rehabilitar algunas zonas del complejo.
Esta vez Konoka parece estar llena de determinación con un rostro que para mi es típico de ella.
—Konoka: Lo he pensado mejor y te ayudare pero con una condición.
—Nilas: ¿Y se podría saber cual es esa condición?
Ella con coraje.
—Konoka: Yo misma iré también al campo de batalla.
—Nilas: Mmmm bueno ya que tienes a tu compañero creo que no me tendré que preocupar mucho.
—Konoka: Gracias.
—Nilas: Bien en marcha con todo.
Los soldados y científicos van preparando todo. Pasan unas horas a mi ver, sigo de guardia junto con Erika y mientras hay movimiento por todos lados escuchamos un grito proveniente de otra sección del laboratorio. Acudimos en respuesta y encontramos a un demonio gravemente herido por una chica extraña, de piel color negro profundo, cabello blanco grisaceo, ojos rojos carmesí y con una vestimenta harapienta de tela que tiene una mirada penetrante sobre este y sobre nosotros.
—Chica extraña: Vosotros moriréis.
Erika y yo nos ponemos en posición de combate y esta saca de una de sus manos un cuchillo.
—Baja el arma.
—Chica extraña: Uh, no lo haré.
Sin mediar palabra se acerca velozmente para apuñalar a Erika pero esta le responde con una patada haciéndola retroceder 5 metros, no obstante se levanta para continuar y atacarnos a nosotros, bloqueo su puñalada.
—Arte chi, muro de viento.
Haciendo uso de la ráfaga consigo alejarla un poco. El resto de demonios la rodea para contraatacar.
—Soldados: Ataquen.
Se abalanzan contra ella pero esta los acuchilla con un salvajismo enorme parece un ser lleno hasta el tope de ira.
—Chica extraña: Moriréis asesinos de mierda.
—Erika: No si lo permito.
Erika bloquea sus ataques.
—Erika: Sello etéreo, corte dimensional.
Ella se lanza sobre la chica para tratar de asestar su ataque pero esta lo esquiva por muy poco o mejor dicho resulta herida apenas.
—Chica extraña: Estuvo cerca, pero eso no me detendrá.
—Arte chi, lanzallamas.
Evita mi ataque y a Erika para acertarle una patada que realmente me duele pero luego al tocar el suelo.
—Sello demoníaco, espinas de vacuidad.
Consigo atraparla e inmovilizarla. Lo cual es aprovechado por los demas para acércanos mas.
—Erika: ¿Cual es tu razón de atacarnos, a que estado sirves?
—Chica extraña: A Andord.
—Erika: Te repito por ultima vez, ¿a que estado sirves?
—Chica extraña: Andord.
—Erika: ¿Cual es tu nombre?
—Chica extraña: Yo me llamo.
Escucho la voz de Konoka entre los demás soldados.
—Konoka: ¡Arakiela!
Cuando ella dice eso, la chica empieza a calmarse y de ella brotan lagrimas, un rostro de felicidad como de alguien que por fin encuentra lo que busca; Erika al darse cuenta la deja acercarse a Konoka.
—Arakiela: Konoka, por fin te encontré.
Abraza a Konoka lo cual es emotivo pero eso no elimina el hecho que hirió demasiado a los soldados así que es custodiada hasta que llegamos con Nilas.
—Nilas: ¿Que sucede?
—Erika: Esta chica injurio a nuestros soldados y a un científico.
—Nilas: Ya veo, entonces para que me la traéis.
—Konoka: Disculpa Nilas, ella ataco a los guardias por instinto, es Arakiela.
—Nilas: Mmmmm, creo que lo dejare pasar, en ese caso lleven a recuperación a los demás.
—Soldados: Si.
Enseguida los demás se retiran dejándonos a nosotros nada mas.
—Nilas: Dices que se llama Arakiela.
—Arakiela: Si.
—Konoka: Ella es una homunculo.
—Que raro.
—Konoka: ¿A que te refieres Alex?
—Tu dijiste que no pueden emular las verdaderas emociones humanas.
—Konoka: En ese entonces solo Arakiela las desarrollo dado al ambiente en el que lo hizo.
—Nilas: Ya veo en todo caso la dejo a tu cargo.
—Konoka: No se preocupe Nilas.
—Erika: Ire a patrullar.
—Nilas: Adelante.
Erika se retira a vigilar el lugar.
—Nilas: Muy bien continúen con todo, que esa chiquilla te ayude aun que sea como modo de indemnizacion.
—Konoka: Gracias.
Empezamos a laborar para el desarrollo de homunculos.
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Mientras en el estado de Falios...
—Amo, ¿por que miras hacia el estado de Andord?
—Amo: Sucede que observo a alguien que conozco muy bien.
—No se refiere acaso.
—Amo: Si, por lo visto mi discípula regreso.
—Entiendo, pero sabe bien que hay asuntos mayores.
—Amo: Lo se, he hablado con los señores del terror de Rowens y Sadanos, nuestro señor del terror ha organizado un ataque conjunto para acabar con los insurgentes.
—¿Y usted que hará?
—Amo: Que curioso que lo preguntes, supongo que voy a saludar a mi discípula y ver cuanto ha cambiado desde aquel entonces.
Continuara...
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