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Libro de los Demonios Capitulo 10 - Los secretos de Nilua

Luego de dormir relajadamente tras la reunion con Zie, es agradable saber que se encontraba bien tras lo que sea que haya ido a hacer a Nilua, ahora que ya tengo mi diploma es momento de hablar con Ayame para regresar a Mikaru. Me levanto para preparar la comida y dejo a las chicas que continuen durmiendo un rato antes, me tomo mi rato en preparar caldo de yilete y palo de la vida para comer, luego de pasados una hora mas o menos, voy a despertarlas, su manera de levantarse me da gracia en el sentido que tenian una pereza enorme, se van a hacer sus necesidades y luego vienen a la sala para comer, les sirvo y desayunamos.

Tras el comer, ellas se ponen a conversar sobre lo que hariamos hoy, mientras que aprovecho para llamar a Ayame.

—Alo, Ayame.

—Ayame (telefono): Buenos dias, ¿que sucede Alex?

—Te llamaba para preguntarte si ya puedo regresar a Mikaru.

—Ayame (telefono): Ahhh de eso, escuche que ayer te graduaste, felicidades y si puedes volver pero.

Ya me lo imaginaba.

—Pero que.

—Ayame (telefono): Necesito su ayuda para un viaje.

—¿Viaje?

—Ayame (telefono): Sucede que surgio algo en Nilua y necesito escolta, los otros dos no me dejan ir sola.

—¿No tiene que ver conmigo verdad?

—Ayame (telefono): No para nada, es como un pedido mio.

—Mmm bueno supongo que podemos.

—Ayame (telefono): Gracias, entonces los espero en el templo dentro de un rato para organizar todo, sera rapido.

—Esta bien.

Finalizo la llamada.

—Chicas iremos de paseo fuera de Arkalia.

—Alexa: ¿A donde?

—Nilua, Ayame quiere que la ayudemos con algo antes de poder regresar.

—Margo: ¿Entonces ya termino lo que te concernia a ti verdad?

—Si pero debemos ir al templo, preparare algunas cositas.

—Konoka: Te ayudare.

—Gracias.

Empezamos a empacar para el viaje y posteriormente regresar a Mikaru cuanto antes.

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En el hotel...

Desperte con una pereza enorme por causa de que dormi tarde ayer, pero no fue tan malo puesto que se que mi amigo esta aqui tambien y supongo que pronto regresara a Mikaru, me extraña un poco el que no viera a Carmen por la habitacion hasta que veo su silueta viendo afuera desde el balcon. al acercarme me percato de algo que por sorpresa me toma, ella estaba con algo similar a polvo flotando entre sus manos.

—Buenos dias Carmen.

Mis palabras la sobresaltan un poco y el polvo que flotaba cayo al vacio.

—Carmen: Buenos dias, señor Zie.

Estaba alterada.

—¿Eres una cazadora de espiritus verdad?

Ella luego se calmo un poco y me responde.

—Carmen: Si, pero no me considero como tal puesto que solo se hacer esto que viste.

—Entiendo, tienes chi pero no sabes manejarlo adecuadamente, ya se que tal si te llevo al templo de esta ciudad alli pueden ayudarte.

—Carmen: ¿Enserio me llevarias con los demas?

—Por supuesto, te enseñaran a que uses tu chi.

—Carmen: ¿Podemos ir hoy?

—Si, pero primero hay que desayunar e iremos a ver a la lider de los cazadores de espiritus.

Y empezamos a cocinar, a Carmen se le nota una emocion mayor puesto que vera a sus semejantes.

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De regreso al apartamento...

Luego de alistar la cosas, salimos para ir al templo no sin antes.

—Margo: Esperen solo llamo para avisar a mis padres.

—Dale.

Ella llama a sus padres para notificarles que saldria de la ciudad, no le gusta preocupar a sus progenitores. Tras un momento finaliza la llamada.

—Margo: Ya.

Y continuamos nuestro andar hacia el templo para reunirnos con Ayame, al llegar ella se encontraba en entrenando a los discipulos de nuevo ingreso. Luego ella le delega lo de enseñar a Kazuko y se acerca para recibirnos.

—Ayame: Vaya no tardaron mucho.

—Con tal de que pueda regresar pronto.

Se rie en tono burlon.

—Ayame: Tranquilo, solo es por esta vez.

—¿Para que debes ir a Nilua?

—Ayame: Ahhh sucede que en esa region hay muchas historias sobre seres de arena.

—Margo: ¿Seres de arena?

—Ayame: Si, sobre eso se debe a que en Nilua se reportaron avistamientos de siluetas en el desierto y ataques.

—Por eso la llamaron, quieren que vayas a solucionarlo.

—Ayame: Si.

—Alexa: ¿Y cuando nos iremos?

—Ayame: En un ratito solo terminare de atender unos preparativos y partimos.

Antes que ella se retirara para terminar sus diligencias, un cazador de espiritus viene del porton principal.

—Cazador: Suma sacerdotisa, vienen a verla.

—Ayame: ¿A ver quienes?

Al darme vuelta para ver quienes le acompañaban resulta que son Carmen y Zie.

—Zie: Suma sacerdotisa, venia a que le enseñes sobre como usar sus poderes a Carmen.

—Ayame: Bien acercate niña.

Carmen se acerco para ser examinada. Ella la empieza a ver con mirada de medico.

—Ayame: ¿Que razon te llevo a creer que es una cazadora de espiritus?

Antes de que Zie respondiera, Carmen y el se vieron mutuamente a lo cual.

—Zie: Hoy en la mañana vi a Carmen manipulando el polvo del balcon de un hotel.

—Ayame: ¿Polvo?

—Zie: Mas concretamente un poco de arena que tenia.

Eso que dijo la hizo ponerse pensativa y nos sorprendio a todos su reaccion, pero tras un ratito.

—Ayame: Quiero probar algo, prueba meditar niña.

Basicamente le dio el concepto para usar su energia chi, ella lo hizo obediente y al poco rato indica que lo logro.

—Ayame: Bien repite despues de mi, arte chi, muro de viento.

—Carmen: Arte chi, muro de viento.

Al principio Ayame creo una rafaga demasiado fuerte, pero nos sorprendio que Carmen no lo lograra, tiene el rostro de esfuerzo pero nada pasaba ni una debil brisa salia de las palmas de sus manos.

—Ayame: Mmmm a ver prueba de nuevo.

—Carmen: Si, arte chi, muro de viento.

Y de nuevo no acontecio nada. Ella parecia decepcionada ni que decir de Ayame.

—Zie: ¿Que podria ser, suma sacerdotisa?

—Ayame: Esto es extraño, usualmente despues de meditar pueden concentrar su energia chi sin tanto problema, algunos a la primera no lo consiguen pero a la segunda si, a mi ver es como si la energia chi no reaccionara de manera adecuada.

—¿Como asi?

—Ayame: Por asi decirlo, es como si la energia chi se resistiera a realizar una accion.

—Carmen: ¿No puedo usar mi energia chi?

—Ayame: Pues si lo que dijo tu amigo de que lo usaste hace poco, entonces quiere decir que tus poderes funcionan bien, supongo que ha de ser algo momentaneo puesto que nunca habiamos tenido este problema.

—Zie: Entonces no servira que use sus poderes.

Ayame ante eso ultimo se llevo una mano a su menton y vuelve a pensar de nuevo, pero luego eso mismo le dio una solucion temporal.

—Ayame: Tengo una idea, ¿podrian acompañarme ustedes dos tambien?

—Zie: ¿A donde?

—Ayame: A Nilua.

Luego de eso el accede a su peticion y Ayame se va a terminar esta vez lo que tenia que hacer mientras que nos saludamos despues de lo de ayer y nos divertimos un poco sacando unos bocadillos que habiamos hecho, a Carmen se le pasa su breve depresion al jugar con Arakiela. Tras unos minutos Ayame sale otra vez.

—Ayame: Muy bien hora de irnos, hay un vehiculo esperando.

Guarde los bocadillos nos fuimos al vehiculo que es algo pequeño.

—Ayame: A carambola, tendran que sentarse algunos en las piernas de otro.

Carmen y Zie se acomodan al asiento que daba con la ventana izquierda. Pero mientras Alexa, Margo y Konoka decidian quien se iria conmigo, asi que se ponen a jugar piedra, papel o tijera para ver quien ganaba, a la final gana Alexa, iba a quejarme un poco pero luego note que Ayame estaba con semblante de que no tenia todo el dia. Asi que me fui en el asiento derecho delantero con Alexa sentada en mi regazo, Margo le toco atras con Arakiela y Konoka, estaban con mirada de celos por Alexa. Y asi partimos hacia Nilua.

—¿Cuanto tardaremos?

—Ayame: Bueno tal vez unas horas, pero tratandose de mi creo que deberan sujetarse.

Todos quedamos palidos ante sus palabras y luego ella toma la palanca y pisa el acelerador, todos empezamos a gritar por la manera en que ella conduce.

—Ayame: Ja, ja, ja adoro ir en mi carrito.

Y una travesia de terror empezo para nosotros, 4 horas de alta tension hasta que finalmente al llegar a una autopista hacia Nilua se calmo y todos sentiamos un gran alivio.

—Ayame: Fue genial, deberia llevarlos de nuevo.

Todos empezamos a negarle eso con un rotundo no. El trafico en dicha autopista era enorme, camiones, autos y motocicletas iban y venian. Debido al terror habia olvidado que Alexa estaba en mi regazo nerviosa y chiveada esta vez por como estaba, lo mismo se aplica para mi en este momento puesto que una chica estaba sentada en mis piernas, se sentia la suavidad de su piel daban ganas de abrazarla y acariciarla pero tratando de no incomodar a Alexa mantengo la calma como mejor puedo.

—¿Que razon te hizo traer a Carmen y Zie?

—Ayame: Sucede que creo que Carmen es una cazadora de espiritus del desierto.

—Margo: Cazadora de espiritus del desierto.

—Ayame: Segun viejas leyendas habian personas que podian sobrevivir en el desierto de Nilua, se mimetizaron con el terreno y adquirieron poderes similares a los nuestros pero de mecanica distinta, creo que si llevamos a Carmen a su elemento podra usar su chi mejor, me enviaron por que los cazadores de espiritus y soldados aseguran haber visto siluetas en las montañas y en el desierto.

—Zie: ¿Es posible que Carmen pueda usar sus poderes aqui o mejor dicho es realmente una cazadora de espiritus del desierto?

—Ayame: Es una posibilidad, no puedo asegurar que realmente sea asi pero si lo fuera me sorprende que haya uno de ellos acompañandonos.

—Margo: ¿Llegaremos para el anochecer?

Ayame observa el trafico que habia.

—Ayame: Pues como esta la cosa si.

Tuvimos que divertirnos como mejor podiamos para hacer ameno el viaje, al final entro el hambre y saco la comida para almorzar, era caldo de vacus que realmente nos satisfacio, luego de eso y debido al calor del lugar me dormi.

6 horas despues...

Despierto con el aire fresco y el firmamento teñido de estrellas me di cuenta que Alexa estaba bien acurrucada a mi y le doy un abrazo, Ayame seguia despierta conduciendo. Saco con una de mis manos una manta que empaque y me cubri a Alexa y a mi volvimos a dormir, me sentia algo nervioso por que Alexa dormia mas cerca de lo normal pero recuerdo que si antes era igual y ahora me siento como avergonzado por esto. Pero me mantengo calmado por alguna razon.

—¿Cuanto falta?

—Ayame: Ah ya despertaste, falta poco ya veo las luces de la ciudad de Nilua a lo lejos.

Al asomarme por la ventana efectivamente ya mero llegamos, la brisa golpeaba mi rostro suavemente.

—¿Crees que sean hostiles?

—Ayame: Mm no lo se, pero ya veremos.

Paso un buen rato hasta que llegamos a la ciudad de Nilua, era un oasis en el desierto, la vegetacion era leve. Encontramos un hotel donde hospedarnos, nos bajamos del carro y nos registramos, fue agradable recostarme en una suave cama, Ayame haciendo uso de sus influencias, solicito 3 habitaciones, el primer cuarto le toco a Carmen y Zie, Ayame su propio cuarto y otro se nos asigno a las chicas y a mi. Deberia ser relajante pero habia un problemon para mi puesto que es una sola cama.

—Alexa: Hoy dormiremos todos juntos.

—Konoka: Extraño mi cama en el apartamento.

—Para que la extrañas si desde un tiempo que duermes conmigo.

—Konoka: Cierto.

—Margo: Sera incomodo estando todos juntos.

—Ni modo pero es solo por hoy.

—Arakiela: Puedo dormir en el suelo.

—Konoka: Todos juntos es todos juntos.

Y entre el alboroto nos acomodamos como mejor podiamos, Alexa y Margo quedaron de mi lado izquierdo, Arakiela y Konoka en el derecho, nos cubrimos con una sabana, todos pegados era calido a tal punto que era relajante el dormir pero pasaron 2 horas mas o menos y no podia, supongo que por lo de antes pero ellas estaban bien dormidas asi que me levanto para ver las estrellas por el balcon del hotel, habian unas sillas por lo que me siento para contemplar mejor, paso otro rato y al darme vuelta veo a Alexa sentada a la par mia.

—¿No puedes dormir?

—Alexa: No.

—Bueno al menos no estare viendo solo las estrellas.

Nos quedamos viendo las estrellas juntos, hasta que vemos una estrella fugaz.

—¿Quieres pedir un deseo, Alexa?

Ella estaba pensativa pero con una sonrisa.

—Alexa: Que nada me parte de ti y estemos todos juntos.

—Lo mismo pienso.

Sin meditar mucho tomo la mano de Alexa y nos quedamos viendo las estrellas hasta que sin darme cuenta me duermo.

A la mañana siguiente...

Sentia la calidez tocando mi cuerpo, al abrir mis ojos veo a Arakiela, Margo y Konoka viendo a Alexa y a mi con miradas asesinas.

—Margo: Ya decia yo que no estaban los dos en la cama.

—Konoka: Preparate Alex para tu castigo.

—Espera, espera.

—Alexa: No le hagan nada.

—Arakiela/Margo/Konoka: Hazte a un lado.

Alexa se interpone para evitar que me linchen. Pero su enojo estaba en aumento y en eso.

—Ayame: Vaya que despertaron con energia, acompañenme.

Me salve.

—Arakiela/Margo/Konoka: Todavia te vamos a castigar.

Por ahora. Bajamos al vestibulo del hotel donde estaban Carmen y Zie, luego de estar todos.

—Ayame: Bien partiremos a lo profundo del desierto y sera mejor cargar agua para no morir de sed.

—Vaya que lo dijo ayer lo hice.

—Ayame: Bien.

Luego de eso nos preparamos todo y partimos al desierto en un vehiculo, el camino es escabroso y debido al calor era algo molesto pero llegamos a una aldea al norte de la ciudad para empezar nuestra investigacion en un puesto de avanzada que tenia el ejercito.

—Ayame: Ufff calor mas desgraciado y con la arena sera peor, pero bueno estamos en la aldea Hun.

—Zie: Para mi no es problema.

—Ayame: ¿Eres horiundo de aqui verdad?

—Zie: Claro.

Caminamos por la aldea, sus estructuras son de un material distinto al concreto, la gente usa vestimenta ligera de tela para no sufrir por el calor y aparte hay cazadores de espiritus y soldados en los alrededores.

—Ayame: ¿Quien esta al mando?

Dijo eso a un grupo de soldados que estaban en una pequeña cabaña a lo cual un hombre salio de entre ellos con claros distintivos de que era el superior.

—Soldado: Soy yo, Coronel Non a sus ordenes suma sacerdotisa.

—Ayame: Un gusto, informe lo que sucede.

El coronel vuelve a donde estaba el grupo donde habia una mesa, nos sentamos para discutir a fondo esto.

—Non: Bueno sucede que desde hace tiempo los pobladores lejanos a la ciudad principal de Nilua, han o mejor dicho ven siluetas difusas en el desierto, cosas inexplicables acontecen y por mucho preocupa a los aldeanos.

—Ayame: ¿Alguna agresividad?

—Non: Negativo, por el momento solo han sido espejismos y avistamientos en lo mas profundo del desierto, los viajeros los han visto pero se mantienen distanciados.

—Ayame: Es bueno saber eso, mantengan la vigilancia pero no respondan hasta que muestren sus intenciones.

—Non: Si suma sacerdotisa, soldados a sus posiciones.

Luego de sus palabras los soldados retornan a sus puestos de vigilancia.

—¿Crees que sean de verdad ellos?

—Ayame: Si son los cazadores de espiritus del desierto, supongo que se habran aislado de todo para preservarse.

Eso me dio duda ante eso.

—Y que mas sabes de ellos.

—Ayame: Bueno, segun las historias de Nilua, los habitantes tenian un serio problema para sobrevivir, el calor les sofocaba y el agua no era un recurso que se pudiera desperdiciar, asi que en ese entonces un grupo de cazadores de espiritus fue enviado a ayudar a los habitantes, fue dificil puesto que su chi no era tan efectivo, con el tiempo estos empezaron a tener afinidad con el desierto, su chi se adapto de tal manera que finalmente podian usar al desierto como su gran aliado y dicha herencia se traslado de generacion en generacion, son un pueblo muy rico en secretos y folkclore, con el tiempo sus poderes se fueron pasando, hasta que ahora son leyendas o al menos lo eran.

Eso explica un poco todo.

—Zie: ¿Podemos probar los poderes de Carmen aqui?

—Ayame: Que tonta de mi parte, claro vamos al desierto.

Luego de eso, salimos al desierto con lo necesario, al estar considerablemente lejos de la aldea.

—Ayame: Bien Carmen prueba concentrar tu chi.

Carmen obedecio a sus palabras y con serenidad busco sentir la naturaleza del desierto en ella. Y cuenta nos damos de que habian particulas de arena empezando a flotar alrededor de ella. Ayame esta con mirada de alegria.

—Carmen: Lo logre otra vez.

—Ayame: Ya no queda duda, eres una cazadora de espiritus del desierto, crei que sus tecnicas o el pueblo en si estaba desaparecido.

—Zie: ¿Crees que ahora si le puedas enseñar las artes chi?

—Ayame: Bien haremos la prueba, ¿recuerdas la tecnica que te pedi que hicieras en el templo, Carmen?

—Carmen: Si, arte chi, muro de viento.

Luego de eso note que crea una rafaga de viento que junto con la arena provoca un aluvion de arena enfrente de ella.

—Ayame: Mmm interesante, regresemos por ahora.

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—Alex: Esta bien.

Al menos se que los cazadores de espiritus del desierto todavia persisten, tal vez no quisieron tener nada que ver con la guerra con los angeles y demonios.

—Margo: Maldito calor.

—Alex: Con tu ropa como no.

Era gracioso tenerlos cerca, mientras retornamos a la aldea diviso a la distancia unas siluetas negras que luego desaparecen sin mas. Creo que se dieron cuenta de Carmen, me pregunto si habran otras personas asi que no tienen que ver con ellos directamente. Llegamos para el atardecer y nos hospedamos en una posada en la aldea para despues continuar nuestra mision.

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La gastronomia de Nilua es genial, la cena es estofado de granos y ensalada, de bebida era el fruto de las palmas del desierto.

—Alexa: Que rico.

Di una probada.

—Lo mismo digo.

—Margo: Pues no me ha gustado tanto el grano pero la ensalada es rica y la bebida mucho mas.

—Arakiela: Todo riquisimo.

—Konoka: Verdad que si Arakiela.

Carmen y Zie comian apaciblemente sin decir palabra pero sus rostros decian lo contentos que estan y en mas de un sentido.

—Ayame: Vamos que hay que dormir, mañana sera agotador.

—A proposito Ayame, ¿le seguiras instruyendo en las tecnicas a Carmen?

Mi pregunta hizo que ella quedara pensativa.

—Ayame: Bueno, dado que ella es una cazadora de espiritus del desierto, me temo decir que seria de poca ayuda y para colmo los unicos que le pueden enseñar mejor son los propios habitantes del desierto.

—Zie: ¿Las siluetas?

—Ayame: Claro, cuando regresabamos los vi en las montañas, saben de Carmen y lo mas probable es que se acerquen por ella.

—Margo: En ese caso la protegeremos.

—Ayame: Podria decirse que si pero desconozco de que son capaces ahora ellos.

Luego de la charla cenamos satisfactoriamente y nos hospedamos en un cuarto, todos juntos sera muy apretujado pero ni modo, las chicas y yo dormimos juntos, Ayame sola y Carmen junto con Zie, debido al frio que se hacia por el desierto cai rapidamente.

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En las cercanias de la aldea Hun...

—Naciste con el mismo don que nosotros niña.

Un tipo en tunica se materializa mi lado.

—???: ¿Que hacemos?

—Por el momento tratar de llevarnosla, Fenos.

—Fenos: No creo que sea facil, esa aldea esta vigilada por los cazadores y soldados, aparte esa mujer rubia me da la impresion que es muy fuerte.

—Ya veremos que sucede.

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De vuelta a la aldea...

Estaba durmiendo apaciblemente cuando siento que Carmen se me pega mas.

—¿Sucede algo Carmen?

Ella lucia incomoda y con cierto nerviosismo.

—Carmen: Siento que algo anda mal, ¿puedo pegarme mas?

Sin mas le permite acercarse mas, la cubri con una sabana y la abrazo para que su incomodidad desaparezca.

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A la mañana siguiente...

Despertamos tranquilamente, era temprano y ya el calor empezaba a notarse, veo a mi alrededor y me percato que Ayame no estaba y Carmen y Zie tampoco, levanto a las chicas y nos alistamos para salir. Al caminar un poco vimos a Ayame junto con los soldados en una de las salidas de la aldea.

—Buenos dias.

—Ayame: Ah buenos dias chicos.

Los soldados lucen preocupados.

—¿Paso algo?

—Ayame: Bueno parece que se acercaron las siluetas demasiado, estuvieron a solo 2km de distancia de aqui.

—Zie: Sera que intentaron llevarse a Carmen.

—Ayame: ¿Por que lo dices?

Eso provoca que su rostro cambie a duda.

—Zie: Carmen durmio conmigo anoche por que dijo que tenia un mal presentimiento.

—Ayame: Mmm creo que tendremos que adelantarnos, nos adentraremos al desierto para ver si los hacemos acercarse.

—Margo: ¿Estas segura?

—Ayame: Claro debemos continuar entrenando a Carmen, partiremos de una vez, lleven agua y un poco de comida.

Y asi salimos de la aldea hacia el desierto caluroso, nos tomo una hora perder de vista la aldea, una vez nos alejamos Ayame continua entrenando a Carmen como mejor puede.

—Ayame: Practica manipular la arena.

Carmen haciendo caso a sus palabras se sento para meditar y concentrar su chi, nos sorprendemos por ver como la arena reaccionaba a su energia y luego empieza a manipularla para luego.

—Carmen: Mira suma sacerdotisa.

—Ayame: Nada mal, es bueno dado que estamos en tu elemento, prueba usar muro de tierra.

—Carmen: Esta bien, arte chi, muro de tierra.

Tras eso nada paso, la arena siquiera reacciono ante eso.

—Carmen: No funciona.

—Ayame: Tranquila, es de esperarse que ciertas tecnicas no funcionen mucho aqui al estar sobre arena.

Mientras entrenan, miro a mi alrededor contemplando el inmenso desierto y a lo lejos veo unas siluetas difusas.

—Mira Ayame.

Ella y los demas voltean hacia donde estoy viendo, se asombran de verlos.

—Konoka: ¿Que hacemos?

—Ayame: Quedaros aqui tratare de acercarme.

Nos quedamos donde estamos y ella empezo a acercarse cautelosamente hacia las siluetas, estas no parecian tenerle miedo, siguio hasta estar a 100 mts de las siluetas.

—Ayame: ¿Sois cazadores de espiritus del desierto?

Dichos espejismos se veian uno al otro y luego.

—Ayame: Respondan.

Vertiginosamente se disipan entre una tormenta de arena la cual se aleja al horizonte. Estaba deprimida en cierta forma por su casi cercania, seguido de eso regresa con nosotros.

—No quisieron responder.

—Margo: Crei que harian algo al verla muy cerca.

—Zie: Tal vez solo eran espejismos.

—Ayame: No, estoy segura de que son lo que busco pero es como si me evitaran.

—Alexa: Es mejor retirarnos.

Luego de eso por precaucion volvemos a los aldea para informar a los soldados, Ayame decide entrenar a Carmen sin alejarse mucho de la aldea, por mientras Margo y yo practicamos para mantenernos fresco por aquello de las dudas, Alexa estaba contenta observandonos y Konoka por su parte leyendo. Y Asi cayo la noche y cenamos mariscos que hay en la region, el ambiente es tibio por asi decirlo, tras un rato de cenar, vamos a dormir y mas aun yo que entrene y mas el calor que me molesto.

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Mientras en las cercanias de la aldea...

—Fenos: Es la hora.

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De vuelta a la aldea...

Estaba despierto puesto que no lograba dormir, por lo que me levanto para tomar un poco de agua y al ver hacia el lado de mi cama para ver como esta Carmen solo para ver como es arrastrada hacia afuera por la ventana, alerto a los demas y trato de jalarla hacia dentro pero termine siendo arrastrado, mientras saliamos de la aldea vi a los demas correr para ayudarme pero son detenidos por causa de que sus extremedidades se entierran en la arena para que no nos rescaten, Carmen despierta con horror y empieza a gritar descontroladamente, en un instante acabamos afuera de la aldea y trato de mantenerla junto a mi.

—Silueta I: Vaya no pense que se darian cuenta pronto.

—Silueta II: ¿Que hacemos?

—Silueta I: Pues irnos, hay que dejarlo atras, solo nos interesa la niña.

—No voy a permitir que se la lleven.

—Silueta I: Te dejaremos ir forastero pero no vuelvas.

Veia a desde lejos como Alex y los demas corrian como mejor podian eliminando los aluviones de arena que la segunda silueta les lanzaba.

—Esta niña viene conmigo.

Ella estaba aterrada y yo mas pero trate de abrazarla lo mas fuerte que puedo para evitar que la rapten pero en un abrir y cerrar de ojos la arena empieza a dar vueltas alrededor nuestro a modo de remolino a lo cual se volvio espeso y no pude ver hacia afuera del remolino, solo los gritos de los demas escuchaba. luego senti como si flotase en el aire junto con ella de alli, todo se volvio oscuro, me cubro los ojos para evitar que la arena me dañase la vista.

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De vuelta a la a las afueras de la aldea...

Estaba entre decepcion y lagrimas por el hecho de aver permitido que se llevasen a Carmen y a mi mejor amigo. A pesar que casi les atrapaba, hundian mis pies en la arena o me lanzaban ondas de arena.

—Alexa: No te preocupes.

—Margo: Los encontraremos.

—Konoka: Por lo visto no tenian intenciones de herirnos.

Meditantes estamos por la accion de las siluetas.

—Ayame: Si, no te preocupes Alex, no creo que le hagan daño a tu amigo.

—Voy a buscarlos.

Estaba a punto de irme pero.

—Ayame: Permiteme tantito no vayas como loco, puesto que no tenemos idea de donde pueden estar y mas aun puedes acabar perdido tambien.

—Alexa: ¿Que podemos hacer?

—Ayame: Hay que tratar de dormir, tenemos de buscarlos en la mañana.

—No voy a esperar, ire a buscarlos.

—Ayame: Piensa bien tarado, es un desierto basto y dudo mucho que lo encuentres.

—Yo lo ayudare, eso hacemos los amigos.

—Konoka: Apoyo eso.

—Ayame: Bien os lo pondre asi, si los cazadores de espiritus del desierto quisieran dañarnos, nos habrian matado a todos, pero por lo visto no quisieron por lo que creo que no le haran daño a tu amigo, reconozco ese aprecio que le tienes pero es mejor buscarlos con la luz del dia.

Estoy enojado y triste, mi mejor amigo estaba quien sabe donde en el desierto y no podiamos hacer mas que esperar hasta el amanecer, por lo que tuve que ir a tratar de conciliar el sueño junto a los demas.

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En alguna parte del desierto de Nilua...

Siento como la arena se calma y vuelve a su lugar, abro los ojos y veo una especie de oasis a mi alrededor y atras mio a las siluetas que eran personas con una vestimenta similar a la de los aldeanos.

—Carmen: ¿Donde estamos Zie?

Estaba turbada por ver que estabamos quien sabe donde.

—Silueta I: Estan en el oasis de Qnur'olan.

—Silueta II: Bueno es lo que te puedo decir pero me temo que tu chico debes irte solo venimos por la niña.

—Ella no se ira con vosotros, ademas no ven que esta asustada.

Al decirles eso, se ven los rostros para luego sentarse.

—Silueta I: No te preocupes niña, te hemos traido por que eres una de nosotros y por lo tanto queremos que estes a salvo con tus similares.

—Sois los cazadores de espiritus del desierto.

—Silueta II: Si, hemos tenido que vivir lejos de la civilizacion para llevar un estilo de vida pacifico.

—¿Por que?

—Silueta I: Es algo que el jefe puede contestar, permitiremos que te quedes puesto que veo el desierto en ti tambien.

Creo que es por que soy de esta region pero luego de un rato nos llevan a una aldea que estaba construida en las paredes de una gran montaña, no habia visto con detalle el oasis pero ahora que lo veo es hermoso, hay vegetacion, un rio cristalino recorria este lugar rodeado de unas grandes montañas que parecen de una roca rojiza que no he visto en esta region.

Llegamos en tan solo unos minutos, a unas edificaciones que estaba incrustadas en la pared de una de las montañas que rodean el oasis, habian muchos de ellos rodeandonos con miradas de escrutinio y temor, uno de ellos parece ser el lider.

—Silueta I: Gran jefe hemos traido a una hija de la arena.

—Gran jefe: Como es que una de nosotros andaba afuera.

—Silueta II: La encontramos con unos viajeros del mundo exterior, la rescatamos.

—Como que rescatarla, solo la secuestraron y trataron de dañar a mis amigos.

Un fuerte golpe de arena me dio por la espalda tumbandome al suelo, Carmen al ver esto se asusta y se acerca llorando.

—Carmen: ¿Estas bien?

—No llores estoy bien.

—Gran Jefe: Bien hecho Wanos y Fenos, habeis hecho bien en recuperarla de los forasteros, en cuanto a ti chico, te permitiremos irte, te daremos una faltriqueta con agua un poco de comida para que vuelvas con tus amigos, no vuelvas.

—No me ire de aqui sin Carmen.

—Gran jefe: Con que asi se llama, Carmen, bienvenida a nuestra aldea, tu hogar.

—Carmen: No me quedare, me ire con mi amigo.

—Gran jefe: Los forasteros no son bienvenidos a aqui, aqui podras vivir en paz con tus semejantes.

—Carmen: Si no permiten que mi amigo se quede, pues me ire con el.

—Gran jefe: Veo que el mundo te ha afectado, pero debes estar aqui, las personas de fuera solo te usaran para una guerra egoista.

—No es una guerra egoista.

—Gran jefe: Eso crees pero solo ha traido miseria para vosotros y para nosotros.

—Wanos/Henos: Nos lo llevaremos lejos.

—Gran jefe: Si, es lo mas prudente.

Rapidamente me sujetan los pies para que no pueda liberarme y luego empiezan a crear el mismo remolino pero de inmediato Carmen en ira atraviesa y de alguna forma logra disipar el vortice, los aldeanos incluido el gran jefe estaban sorprendidos por su reaccion.

—Carmen: No permitire que lo alejen de mi.

Y agilmente empieza a manipular la arena alrededor para estar en postura de atacarlos si era necesario. El gran jefe da un leve suspiro.

—Gran jefe: Bueno, debo reconocer tu tenacidad niña, permitire que tu amigo se quede por esta noche pero mañana debera marcharse.

Son aliviantes sus palabras, a lo cual.

—Gran jefe: Me llamo Honoros, soy el gran jefe de esta aldea y de los cazadores de espiritus del desierto.

Tras eso nos llevan a una de las estructuras, parecen cuevas a simple vista pero dentro estan cubiertas por velos para evitar que la arena pasara, estan bien organizadas que costaria creer que parescan cuevas, nos dan una cama para Carmen y para mi, era suave a lo cual creo que esta hecha de hojas suaves de las palmas ryol que se usan para hacer que las camas sean frescas.

Nos acostamos y podiamos respirar un poco pero no me quito el hecho de que Alex y los demas estan preocupados. Estoy seguro de que nos encontraran mañana puesto que ahorita acaba de acrecentar la tormenta de arena.

—Carmen: Voy a acariciar tu espalda para aliviarte un poco el golpe.

Habia olvidado por completo el golpe.

—Esta bien, pero no es nada.

—Carmen: Como que bien, tienes tu espalda morada.

Lo decia con tono de preocupacion mientras levantaba una parte de mi camisa para ver mi espalda.

—No te preocupes, pero debemos hallar la manera de regresar.

—Carmen: Lo mismo digo, pero no puedo dormir por la preocupacion.

—Lo se estoy en tu misma situacion pero debemos reponernos, mañana podremos hacer entrar en razon al jefe para que nos deje ir juntos de aqui.

Ella rapidamente muestra su sonrisa que para mi alivio el dolor del golpe que recibi. Despues que terminase de acariciar mi espalda, me siento mucho mejor asi que me acuesto para tratar de dormir, acerco a Carmen para darle un abrazo y mientras lo hacia poco a poco empiezo a sentir pesados mis ojos y quedo dormido.

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A la mañana siguiente en la aldea Hun...

Me levanto revitalizado y con lo que dijo Ayame de que a primera hora partiremos a buscar a Carmen y Zie, levanto a las chicas y desayunamos, al cambiarnos salimos para reunirnos con ella en la entrada.

—Ayame: Si que sintieron temprano, muy bien coronel encargase de enviar unos drones para buscarlos.

—Non: Entendido, tenga el radio le mantendremos informada de cualquier eventualidad.

—Ayame: Gracias, ahora nos vamos.

—Arakiela: ¿No puedo ir con ustedes?

—Konoka: Tranquila, necesito que cuides aqui mientras con el resto.

Luego de eso partimos al alejarnos de la aldea, aun que todavia el sol no estaba sobre nosotros el calor ya empezaba a notarse.

—Ayame: Asi nos llevaremos mucho.

Ya me acorde de algo.

—¿Alexa y Konoka pueden volar para ser nuestros ojos en el cielo?

—Alexa: Con gusto.

—Konoka: Claro.

Gustosas levantan el vuelo para luego empezar a surcar el cielo y poder ver mejor.

—Ayame: Bien pensado Alex, ahora nosotros tendremos que movernos tambien, ire al sureste y Margo y tu al suroccidente.

—/Margo: Claro.

Tras eso nos separamos, para tratar de avanzar rapido, damos saltos fortuitos para no movernos tan lento por la arena.

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De regreso al oasis de Qnur'olan...

Con el aire seco del desierto dandonos los buenos dias, despierto aliviado del todo, seguido de eso Carmen tambien despierta con mejor animo que ayer, salgo para ver mejor el exterior de la aldea, no pude apreciar mucho del paisaje de noche pero habian personas por doquier, niños juegan con la arena cual pelota fuese. 

Los adultos se dedicaban a cultivar la tierra, el oasis era hermoso, es como un lugar bendecido por tener agua, vegetacion y alimentos para satisfacer a sus inquilinos. pero no era algo que debia preocuparme, tomando de la mano a Carmen vamos con el jefe.

—Honoros: Veo que durmieron bien.

—Si pero debo preguntarle por que han estado aislados todo este tiempo cuando muchas maravillas pasaban afuera.

El jefe quedo pensativo ante esto pero luego.

—Honoros: Bueno, esto fue decidido por los jefes anteriores a mi, debido a que luchamos por mucho tiempo defendiendo a Nilua, aun que llegaban soldados y demas cazadores de espiritus, eramos los que terminabamos haciendo todo, muchos de nuestros hermanos cayeron por causa de esta guerra que solo nos trajo muerte, por lo que mejor fue escondernos.

—No cree que ya ha sido mucho tiempo, muchas cosas cambiaron y ahora Nilua esta mas protegida.

—Honoros: Puede que si, puede que no.

—Ademas, mis amigos me estan buscando.

—Honoros: Ah cierto pues te daremos unas cosas para que te marches y dejes a la niña aqui.

En eso Carmen se me acerca estando detras mia.

—Carmen: Yo me ire con el.

—Honoros: Es muy peligroso, no sabemos si en algun momento vendran con malas intenciones.

Uno de los tipos que nos trajo se acerca.

—Fenos: Ah olvide comentarle eso, pero venia acomapañado de cazadores de espiritus y una de ellos lucia ser muy poderosa.

—Debe ser Ayame.

—Honoros: ¿Quien es ella?

—Es la suma sacerdotisa y lider de los cazadores de espiritus, vino por que desea saber de vosotros.

—Fenos: Entonces con mayor razon hay que evitar que nos encuentren.

—Me temo que ella no tiene malas intenciones, solo desea saber de vosotros.

—Honoros: Ya veo, pero esta decidido, come un poco y luego te llevaran cerca de la aldea.

—Carmen: Yo me ire con el.

—Honoros: Ya te dije niña, aqui estaras a salvo.

Estabamos enojados, esta gente parece que tiene miedo del exterior, espero que los demas nos encuentren.

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En el sur del desierto...

Recorri kilometros y no veo mas que montañas y arena, se me ocurre tratar de hacer lo mismo que hizo Carmen con su chi y me siento para tratar de controlarla tal como lo hicieron ellos.

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En el suroccidente del desierto...

Caminamos mucho y estabamos agotados, el sudor cubre nuestros cuerpos, al ver el cielo veo leves siluetas que son las de Alexa y Konoka que descienden para acercase.

—¿Vieron algo?

—Alexa: No logre ver nada raro ni ninguna persona.

—Konoka: Igual no se cuanto recorri de este desierto pero no visualice nada raro.

—Margo: Que tan ocultos estaran esos tipos.

—Pues o vemos mal o algo pasamos por alto.

—Konoka: ¿A que te refieres?

—Imagina si pudieran crear ilusiones opticas con la energia chi y por eso no los vemos por ningun lado.

—Margo: Que yo se sepa es imposible hacer ilusiones con la energia chi.

—En nuestro caso seria asi, pero no sabemos de ellos.

Estamos pensativos puesto que no habiamos considerado eso, pero no creo que sea el unico que lo haya pensado.

—Alexa, Konoka, ¿tienen habilidades para rastrear barreras o concentraciones de energia?

—Alexa/Konoka: Claro.

Tras eso ellas se concentran para ver energia.

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De regreso al desierto de Qnur'olan...

Nos encontramos en un problema serio, los habitantes del oasis insisten para que Carmen se quede y yo me vaya.

—Honoros: Ya es momento chico.

—Ya dije que no me marchare sin Carmen.

—Honoros: Tranquilo, tienes mi palabra de que estara en buenas manos.

—Sabe algo, no importa si te aislas, la guerra esta en todos lados y golpea sin hacerse excepciones.

—Honoros: Hemos vivido en paz por miles de años, no hace falta intervenir.

—Espero que continue esa paz.

Es doloroso, no me permitiran o mejor dicho no quieren que me lleve a Carmen conmigo, ella esta siendo sujetada por unos aldeanos, ella se resiste entre lagrimas, no puedo hacer nada en mi posicion y mas aun con mis manos y pies atrapados por arena endurecida, estoy a punto de ser teletransportado hacia la aldea.

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Desde afuera del oasis...

—Vaya con que alli estabais, angeles ataquen.

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De regreso al interior del oasis...

El remolino casi se cerraba y solo los gritos de Carmen escucho, grito como mejor puedo para hacerle saber que regresare de alguna forma, pero.

—Aldeanos: ¡No puede ser!

Dicho remolino se disipo y pude ver algo horrible, uno de los cazadores que estaba conjurando el vortice, estaba tendido en la arena muerto y con la cabeza reventada. Todos los presentes vieron el direccion de donde vino ese ataque y nuestros ojos no daban creditos, eran angeles, no uno ni dos sino cientos de ellos.

—???: Si que se escondieron bien.

Aquella imagen de mis seres queridos muertos vino a mi mente con su presencia, entre la conmocion Carmen se me acerca para asi poder escapar en cualquier momento.

—Honoros: Imposible como es que nos encontraron.

—???: Ja, ja, ja sois muy idiotas al creer que su barrera serviria de algo, solo fingiamos no estar alli para que asi ustedes mismos se expusieran.

Desde mi punto de vista el jefe aprieta sus puños y rechina sus dientes a causa de su negligencia, mantengo a Carmen atras de mi.

—???: Ataquen.

—Honoros: Defiendan este lugar, los demas refugiaros.

Y una lluvia de hechizos cae sobre el oasis, mientras corriamos para cubrirnos poco a poco caian cazadores de espiritus a manos del enemigo, mientras que este no recibia mucho daño.

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En otra parte del desierto...

—Alexa: Ya los vi, hay explosiones.

Ella apunto hacia el noroeste.

—Vamos entonces.

Luego de eso Alexa me sujeta, Konoka sujeta a Margo para ir volando al lugar.

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En alguna parte del desierto...

Estaba concentrada para tratar de manipular la arena cuando a lo lejos escucho explosiones.

—Ya no hace falta buscarlos.

Dando grandes saltos voy hacia el origen de las explosiones.

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De regreso al oasis de Qnur'olan...

Los cazadores de espiritus estaban caendo poco a poco, disparaban lanzas y rayos de luz que creaban fuertes explosiones, la belleza del lugar esta siendo destruida. Al estar cubiertos por unos arbustos actuamos como silentes espectadores de esta masacre.

—Honoros: Los heridos retrocedan, arte chi, muro de arena.

Aquel jefe levanta un gran muro de arena que absorbe bastantes proyectiles lo cual es aprovechado por los demas para contraatacar.

—Cazador I: Arte chi, lanzallamas.

—Cazador II: Arte, bola de lodo.

Una serie de ataques de los cazadores acabaron con algunos angeles pero parecian no acabar, rapidamente estos empiezan a diseminarse por todo el oasis matando a los que no pueden combatir y por poco no la contamos por que una lanza de luz casi nos da, corremos para escondernos y lo unico que escucho atras mio son sonidos de lanzas clavarse detras, Carmen extiende una de sus manos y bloquea uno de los ataques con un muro de arena a lo cual lo extiende para crear una especie de domo alrededor, yo la cubro por si consiguen romperlo, dado que mi espalda esta tocando el domo de arena, siento los impactos estrepitosos y un dolor me recorre como si mi columna fuese a quebrarse.

—??? II: אודה לאפוקליפסה

Estas palabras escucho afuera del domo y los ataques que recibia el domo cesaron, Carmen disipa la barrera y vemos como los angeles retroceden al ver un proyectil de luz purpura que dejaba estelas a su paso y impacta contra unos angeles descuidados, un circulo junto a unas inscripciones extrañas empieza surgir de donde cayo el proyectil.

—??? I: Imposible de donde vino ese proyectil.

Al ver hacia donde provino ese ataque veo a Alexa que fue quien lo lanzo y a la par de ella estan Alex y sus demas compañeras que llegaron por fin, al verme se acercan rapidamente.

—Alex: ¿Zie estas bien?

—Si, llegaron justo a tiempo para salvarnos.

—Alex: Menos mal, Ayame tambien viene para aca.

—???: Imposible, ¿que haces aqui arcangel Alexa?

—Alexa: Mas bien te pregunto, que haces aqui querubin.

—Querubin: Pues acabar con algunos, pero no me esperaba que estuvieras por aqui traidora.

El rostro de Alexa mostraba enojo.

—Alexa: אודה לאפוקליפסה

Vuelve a lanzar un proyectil similar a una lanza hacia el querubin y este pone una barrera pero es rota facilmente por el ataque, sobrevive gracias a que unos angeles se interpusieron en el ultimo momento.

—Querubin: Ataquen.

—Alex: Vamos, hablaremos despues de esto.

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La horda de angeles que estaban alrededor del oasis era enorme y no parecian estar asustados con el ataque de Alexa, en cambio vienen con mayor fuerza, veo a los demas cazadores combatirlos.

—Arte chi, oleada de niebla.

Los sano de sus heridas para que puedan pelear, mientras que.

—Margo: Arte chi, Lanzallamas.

—Konoka: Sello demoniaco, murcielagos del purgatorio

Lanzan sus hechizos con los cuales consiguen explotar varios proyectiles enemigos que venian en nuestra direccion, rapidamente veo a unos que vienen por la retaguardia.

—Arte chi, katana original.

Consigo matarlos facilmente y vienen otros mas.

—Margo: Arte chi, katana aurora.

Corre agilmente hacia esos que venian y los mata de un solo tajo. Consigo evadir unas lanzas de luz que venian hacia mi y contraataco.

—Arte chi, lanzallamas.

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Estaba asombrado por como ellos empezaron a combatir al enemigo, los demas cazadores se retiran para reponerse y veo al jefe tratando de curar a los combatientes.

—Honoros: Como es que...como es que paso.

—Se lo dije, no importa si se ocultan la guerra ira a vosotros, lo unico que podemos hacer es si actuar o no.

—Honoros: Creiamos que no le importabamos a nadie.

Mientras el seguia lamentandose, vi como rapidamente Alex y compañia eran acorralados, Alexa coloco una especie de barrera tratando de que tampoco salieramos lastimados.

—Lo ve jefe, hay personas a las que les preocupan.

Los proyectiles estaban siendo repelidos pero mis amigos no tenian chance a atacar, pero rapidamente una silueta se coloco enfrente de la barrera y un aire voraz de desato partiendo a la mitad a los angeles que nos atacaban, el resto consigue evitarlo.

—Honoros: ¿Quien es esa chica de pelo rubio?

—Su nombre es Kiragi Ayame, suma sacerdotisa y lider de los cazadores de espiritus.

—Honoros: A...ya...me.

Ella le da un embate rapido a unos angeles, otros le lanzan proyectiles pero esta los destruye sin ningun rasguño.

—Ayame: Non, ataquen.

Tras sus palabras, vemos recorrer por encima de nuestras cabezas unos misiles y balas que le dan a algunos angeles aniquilandolos, eran los soldados que tambien vinieron a prestar apoyo. rapidamente con tanques empiezan a abrir fuego y los angeles no tardan en responder.

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—¡Ahora, sello demoniaco, murcielagos del purgatorio!

—Konoka: Sello demoniaco, descarga de caos.

—Margo: Arte chi, lanzallamas.

—Ayame: Arte chi, colmillo espectral.

Combinando nuestros ataques junto al de los soldados empezamos a derrotar poco a poco a los angeles, Alexa usandos sus poderes restauro a los cazadores de espiritus heridos y esto se reincorporan a la batalla, mientras nos acercamos unos enemigos se me acercan por los lados.

—Arte chi, katana original.

Los mato pero unos lo evaden.

—Arte chi, castigador de tierra.

Consigo estrellarlos de lleno, Margo mientras evade unos proyectiles y los carboniza con el lanzallamas, Konoka los mata con la descarga de caos. Y Ayame haciendo uso del colmillo espectral los elimina sin mas, los demas cazadores usando sus habilidades ayudan a que el ejercito de angeles retroceda.

—Querubin: Maldita sea, estamos retrocediendo ante seres insignificantes.

—Ayame: Sois ustedes los insignificantes al retroceder por nosotros.

Y mantenemos el mismo ritmo de lucha hasta que pudimos diezmar a varios angeles pero.

—Querubin: Anular velo.

Miles y miles de angeles aparecen de la nada, todos con sus lanzas de luz listas para disparar. Por poco saliamos muertos de no ser por que Alexa uso su barrera para evitarlo pero al estar cerca de ella.

—Alexa: Retrocedan.

Como si supieramos lo que viniese retrocedemos dejando a ella al frente, apunta con su arma hacia los angeles y un circulo dorado se dibuja frente a Alexa y seguido de eso un orbe de luz brillante se forma.

—Alexa: שמור קיצוניות.

De ese orbe se volvio una potente onda dorada que se extendio a lo ancho y largo.

—Querubin: ¡Nooooo!

Seguido de eso como si nunca hubiesen estado quedo el lugar, un grito de jubilo se escuchaba en el oasis, era una victoria contra el enemigo. Estabamos heridos y completamente exhaustos, Junto con Margo y Alexa empezamos a curar al resto mientras que Ayame se reunio con el jefe de la aldea.

—Jefe: Disculpe por nuestro egoismo, soy Honoros, lider del ultimo bastion de cazadores de espiritus del desierto.

—Ayame: No hay de que, soy Ayame, lider de los cazadores de espiritus.

—Honoros: Pensamos que nos habian olvidado, que no les importabamos.

Ayame hace un gesto de disculpa ante el jefe.

—Ayame: Lamento tambien que por fallo de mis antecesores terminasen peleando solos en este frente de batalla, llegamos tarde a vosotros.

—Honoros: Os doy las sinceras gracias desde el fondo de mi corazon y de toda la aldea, gracias por volver, he sido un tonto y guie a mi gente al mal camino.

—Ayame: No te preocupes, hemos intentado por muchos años el encontrarlos, queriamos que supieran que no los habiamos olvidado.

Era un alivio saber que todo termino bien, pero me di cuenta de algo.

—Alexa, ¿si podias vencerlos de un solo golpe por que no lo hiciste antes?

—Alexa: Por que si lo hacia algo muy malo hubiese pasado, lo hice como ultimo recurso.

—¿Y que es ese algo muy malo?

—Alexa: Nada.

Me recorrio una duda debido a esto, pero lo dejo de lado ante lo que hay enfrente.

—Zie, me alegra que estes bien.

—Zie: No fue tan malo como pense y crei que moriria.

—No te preocupes para eso estan los amigos para cuidarse la espalda.

—Zie: Gracias.

El jefe estaba entre lagrimas conversando con Ayame.

—Honoros: ¿Como podemos agradecerles?

—Ayame: Pues permitirnos luchar junto a ustedes, ademas quiero preservar sus costumbres y tecnicas del desierto.

—Honoros: Para el resto de cazadores de espiritus.

—Ayame: No solo para ellos, para todo el mundo, que vean que estais vivos, quiero que venga jefe con su gente a Arkalia a encontrarse con otros cazadores de espiritus.

—Honoros: Cuanto me gustaria pero no podemos abandonar nuestro hogar.

—Ayame: Con que podamos estar comunicados es todo.

—Zie: A proposito Carmen vendra conmigo.

—Honoros: Adelante chico, puedo confiartela pero debo decirte algo niña.

—Carmen: ¿Que es?

—Honoros: Tus poderes requieren de arena como catalizador, ten esta faltriqueta especial, alli guarda arena y podras usarla donde sea.

—Carmen/Zie: Gracias jefe.

—Ayame: Enviare a cazadores de espiritus a ayudarlos y el ejercito vendra a instalar puestos aqui para asistiros.

—Honoros: Gracias suma sacerdotisa.

Fue agotador, paso un rato y el pueblo celebraba que su aislamiento habia acabado y no estaban solos, llego un camion donde nos llevaron de regreso a la aldea Hun para darle las buenas nuevas a los pobladores y al bajarnos Arakiela nos recibe con tristeza y preocupacion.

—Arakiela: Me alegro que esten bien.

—Konoka: Solo estuvimos fuera por un rato y ademas podras jugar con Carmen otra vez.

—Arakiela: Siii.

—Alexa: Al fin podremos volver a casa.

—Si, ¿a proposito Ayame podemos volver?

Ella con sonrisa alegre.

—Ayame: Si, tengo asuntos que tratar aqui, Non, haz que los lleven a Arkalia.

—Non: Si señora, soldados preparen para el viaje.

Carmen y Zie estaban abrazandose felizmente por que no serian separados. Tras eso regresamos y en el camino las chicas por lo agotadas que estaban se me pegan para dormir, y debido al cansancio caigo.

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—Carmen: ¿A donde vamos ahora señor Zie?

—A tu nuevo hogar.

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Transcurrieron mas o menos 6 horas de regreso y antes pasaron a reportar con los lideres y nos dejaron en el templo, Carmen y Zie fueron a recoger sus cosas y por supuesto tambien iremos a recoger las cosas. Al llegar al apartamento.

—Margo: Esperen llamare a mis papas para decirles que ire a Mikaru.

—Dale.

—Alexa/Konoka: Extrañaremos este lugar.

—Lo mismo digo, pero puede que volvamos.

—Arakiela: Estoy emocionada por mi nuevo hogar.

Di un ultimo vistazo a esta habitacion y pensar que aqui solia vivir con mi madre. 

Luego de eso nos reunimos con Carmen y Zie en la estacion de trenes y partimos de regreso a pueblo Mikaru, otras 12 horas de viaje.

Continuara...

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