
06 - Alcohol
—Karoline, no seas aburrida —alargó e hizo un puchero.
—Ya dije que no, Jenny.
—Vamos, vamos, vamos.
—No.
—Al menos para celebrar que tenemos trabajo y en el mejor lugar, ¿sí?
Karoline suspiró, posó sus ojos en su amiga y relamió sus labios al sentirse avergonzada por lo que diría.
—Jenny, nunca he ido a fiestas, clubes o esas cosas.
—¡Pues por eso! ¡Será tu primera vez en ellos! —dijo enérgica.
—Mi hermano se enfadará —respondió, encogiéndose de hombros, tratando de ocultar lo mucho que eso en verdad le afectaba. Lo que significaba la ira de su hermano... el terror que se podía llegar a tener sólo por ello.
—Aish, se le pasará. ¡Vamos!
—No...
—Yo me haré cargo de él, ¿entiendes?
Asintió entonces. Sabía que si Jenny se lo pedía no habría problemas con él.
O eso pensó.
♠
La música retumbaba.
El sitio estaba pululando de gente; unos bailando, otros besándose a mitad de la pista y otros...
Otros simplemente tenían sexo sin importar que los vieran.
—¿Qué tipo de lugar es este, Jenny? —preguntó, observándola sólo a ella, para evitar seguir viendo alguna otra escena de su alrededor.
—Uno espectacular, ¿no es genial? —Sonrió.
—¿Qué es lo gen-
—Oh, ahí está —Miró un punto fijo y comenzó a llamar a alguien extendiendo sus brazos—. ¡Adrián! —gritó.
—¿Quién es Adrián? —preguntó, frunciendo el ceño.
—Ah, es mi primo, trabaja aquí —Sonrió pícara—. Está soltero.
—¿Ok? - respondió entrecerrando los ojos.
Y entonces apareció él; piel canela, cabello negro, ojos oscuros. Guapo sin duda.
—¡Adrián! —chilló—. Te presento a Karoline McKay.
—Muy buenas noches, hermosas damas —las saludó a ambas con un beso en la mejilla. Observó a Karoline y sonrió con malicia—. En este sitio puedes hacer lo que quieras, y yo tengo pensado hacer muchas cosas contigo.
—¡Adrián, no ligues con mi amiga! —Le dio un leve golpe—. No conmigo presente —Carcajeó.
El otro miró la mueca en el rostro de Karoline y resopló. «Tal vez sea de las que se hacen la difícil» pensó.
—No te confundas —Sonrió él—. Estaba bromeando.
—Te creo —mintió.
Jenny sonreía incómoda por la escena, así que los tomó a cada uno del brazo y los arrastró hacia la barra.
—¡Hey, hace rato no se te veía por acá! —saludó el barman a Jenny; ésta respondiéndole con una brillante sonrisa—. ¿Lo mismo de siempre?
—Sí, para los tres. ¡Yo invito!
El hombre comenzó a encargarse de las bebidas, mientras Adrián observaba a las chicas que pasaban por su lado y Karoline...
Karoline estaba por gritarle a Jenny.
—¿Qué haces? Sabes que yo no bebo.
—Oye, tranquila. Sólo diviértete un rato —respondió su amiga con simpleza.
—Por favor, sólo mira a tu alrededor... esto es...
—Es lo de hoy, es lo genial.
—¡No! Esto es horrible.
—Amargada.
—¡No soy amargada!
—¿No?
—¡No!
—Lo es —dijo Adrián bebiendo ya de su tercera copa.
Jenny entonces sonrió, tomó una de las bebidas servidas y se la ofreció.
—Bebe.
—No.
—Y dices no ser amargada.
—No debo beber para demostrarlo.
—Eso dicen las amargadas.
Karoline formó una leve línea con sus labios; tomó la copa y se la bebió de una sola. Hizo una mueca y observó a Jenny, ésta aún sonreía.
—¿Y qué tal, Karo?
—Sabe horrible.
—Te acostumbrarás.
—No beberé más.
[Una hora después]
—¡Karo, ya deja de beber! —gritó mientras trataba de sacarla del medio de dos hombres que bailaban muy pegada a ella.
La aludida negó con la cabeza, bebió de la botella para después sonreír y seguir bailando a su manera.
—¡Karoline!
—No seas amargada, Jenny —Comenzó a reír—. Sólo diviértete un rato.
La contraria apretó sus puños, caminó hacia su primo, se posicionó junto a él y se cruzó de brazos fastidiada.
—Ya es la quinta vez que lo intento y no me presta atención —dijo entre dientes. Él rió.
—¿No habías sido tú la que la hiciste...
—Ya sé! —Resopló—. Sólo no pensé que fuera tan mala con la bebida.
—Pero ella te dijo que...
—¡Cállate!
Posó nuevamente los ojos en la pista y se alertó de inmediato.
—¿Dónde está?
—¿Por qué me preguntas a mí? Estaba viéndote la fea cara.
Ella lo golpeó fuerte en el brazo, haciendo que Adrián se quejara.
♠
—¡No! ¡Déjame! —Trató de liberarse, deteniéndose en cuanto un golpe brusco fue dado en su mejilla.
—¡A mí no me vas a dejar con las ganas, zorra!
El mayor comenzó a despojarse de su ropa... cayendo inconsciente instantes después al suelo.
Karoline gritó y gritó, mas éstos no eran nada para la música resonante del lugar.
Levantó la vista, ésta nublada por las lágrimas acumuladas; quien la había salvado tomó sus manos y la ayudó a levantar.
—Gracias... —Entonces su pecho chocó con la pared, el hombre la había apegado a ésta—. ¡No!
—Tan tonta —susurraron en su oído; su respiración se detuvo, quedó helada.
—Eres muy escandalosa... me gusta.
💣
~Gracias~
-Lu★
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