Epílogo
Las Vegas seis años después...
Tristán
-¡Carajo Tristán! No puedes hacer esto, ni siquiera te encuentras sobrio.
-Y que masss da, me da igual que sea ella o sea otra - balbuce.
-Ahí tienes con eso me das la razón, amigo por que no esperas a que estés sobrio y entonces decides que hacer.
-N-no Fernando, si espero a estar en mis cinco s-sentidos nunca lo haré, ademas Sara ha sido muy paciente en esstos dos años, así que ¿Por que no?
-¡Obvio que es paciente! Si no es tonta, eres un muy buen partido - bufo.
-Como ssea, ella aporta su belleza y ademas ess buena en la cama...
-Si y tu el apellido y el dinero.
-E-ss un buen negocio - respondí con descaro.
-Veo que no cambiaras de parecer.
-No, no lo haré.
-Como siempre aunque no este de acuerdo te apoyare.
-Grac-cias amigo lo se... siempre has sido el mejor.
-Me dices eso por que no tienes otra opción para ser tu padrino de bodas.
-Me atrapaste.
Los dos nos reímos, le puse un brazo sobre su hombro.
-¿Sabes? Er-res un hermano para mi, gracias por es-star siempre ahí no se que hubiera hecho sin ti en estos años - mis palabras era sinceras aunque aun estaban llenas de amargura al pensar en "Estos años" me tome de un trago mi bebida.
-¡Ey! Con calma, si sigues bebiendo así no te podrás mantener en pie, y dudo que te cases si no estas cociente.
-El alcohol es co-mmo el agua bendita - respondí con cinismo.
-Tengo aquí el acuerdo pre-nupcial, necesito que lo revises y lo firmes para llevárselo a la futura"Señora Hamilton".
-Señora Hamilton, s-solo habrá una mi madre. Sara seguirá s-siendo solo eso Sara.
-Solo revisalo - me tendió una carpeta.
-No es necesario confió en como lo redactaste, ademas no tengo cabeza para eso.
-Voy a mi habitación para darme una ducha y regresare por ti para ir a la capilla. Por cierto ¿Te llevara al altar Marilyn? - se burlo.
-No ten-ggo la mas puta idea, pero te repito me da igual.
Fernando se fue dejándome solo, fui a sentarme en un sillón con un trago en la mano, en un par de horas me estaría casando, involuntariamente lleve mi mano derecha a la izquierda y me quite el anillo del dedo anular.
Lo sostuve entre mis dedos, hacia seis años lo llevaba puesto para cubrir el tatuaje que me había hecho por ella, para ella...
Estrelle el vaso contra el piso ¡Maldita sea! Aun dolia el solo recordarla, pero mi dolor era una mezcla entre amor y odio, Nunca, nunca la perdonaría.
Me coloque el anillo con rabia, y me fui al baño me daría una larga sesión en la tina.
Unos golpes fuertes en la puerta del baño me sobresaltaron... ¡Maldición! Me había quedado dormido.
-¡Tristán! - Fernando entro como un tornado -¿Tienes idea de que hora es? - me grito, negué con la cabeza - Te casas en veinte minutos - vi que el ya se encontraba arreglado.
-Me cambio en diez minutos pero por favor no grites, la cabeza me esta matando - me fulmino con la mirada.
-Te juro que en momentos como este quisiera mandarte a paseo eres un gran gilipollas.
-Se que tienes razón en todo y lamento ser un grano en tu trasero, de verdad... pero podrías darme un trago.
-¿En serio? - sus ojos parecían que iban a estallar.
-Ya, esta bien solo me voy a cambiar.
Como lo prometí en diez minutos estuve listo, salimos al asesor y nos dirigimos a la salida del hotel para ir a la famosa capilla.
-Por cierto ¿Que dijo del acuerdo? - cuestione a Fernando.
-Lo firmo aunque no muy convencida, pero no tiene un pelo de tonta, hubo varias cosas que acepto a regañadientes, incluida el hecho de que no vas a usar anillo de bodas.
De nuevo lleve mi mano derecha a tocar el anillo, pero solo por unos segundos.
-Ese es su problema - afirme indiferente.
-¡¡Puta madre!! - renegó Fernando.
-¿Que pasa?
-Deje el anillo en mi habitación, espérame en el loby voy por el rápido y nos vamos.
-Bien.
Fernando tomo de nuevo el ascensor y yo me dirijo a un pilar del loby para poder recargarme, nunca había sido paciente y no me gustaba esperar por nada, me moría de ganas de fumar un cigarrillo, pero por ser espacio publico y cerrado no se puede va contra las normas.
Cerré los ojos tratando de aislarme del murmullo de la gente, la cabeza estaba a punto de reventarme.
Mire mi reloj faltaban cinco minutos para la hora pactada para la ceremonia, siendo honesto eso no me preocupaba Sara esperaría aunque tardara una hora.
Me sentí mal con ella y decidí que le avisaría que llegaría unos minutos tarde. Pronto me di cuenta de que no traía mi teléfono, con las prisas lo había olvidado cuando regresara Fernando llamaría del de él.
El ascensor abría una y otra vez, pero Fernando seguía sin aparecer, empece a desesperarme el efecto de alcohol era ya mínimo y no podía dejar de cuestionarme que carajos estaba haciendo.
De nuevo las puertas del ascensor se abrieron y varias personas salieron de el, pero no había rastro de Fernando y entonces salio una persona mas, me quede helado cuando la reconocí.
Iba acompañada de mas personas y llevaban equipaje, ella iba de blanco su cabello se movía al compás de sus pasos, fueron directo a la salida y ella ni siquiera me vio... cuando logre reacciona fui tras ella y alcance a ver como iba en un auto del hotel.
Le pregunte al encargado a donde se dirigían y él me informo que al aeropuerto.
Tome el siguiente coche y le pedí que me llevara al aeropuerto. El tiempo parecía ir en mi contra ya que parecía que nunca llegaríamos.
Cuando por fin arribamos salí disparado al interior del aeropuerto pero entonces comprendí que no sabia donde buscar.
Corrí de un lado a otro buscándola pero nunca la encontré.
Levante la mirada y pude ver a través de los grandes ventanales que ya era de noche, habían transcurrido mas de tres horas y yo seguía sentado en el mismo lugar.
Paloma
¡Gracias a Dios ya me iba de este lugar!
Por mas que me repetía que no me afectaba la verdad es que si lo había hecho y demasiado.
Cuando había llegado la invitación para la conferencia de arquitectura me había puesto a saltar de gusto, eso me indicaba que iba por buen camino.
Era la oportunidad perfecta para hacer contactos y relaciones con el medio.
Pero lo único malo es que sería en las Vegas... las Vegas no había vuelto desde aquel día.
Aún así vine, era necesario... me repetía una y otra vez que mi futuro dependía de esta decisión y no me había equivocado.
Aunque la incertidumbre de que quizás me encontraría con él me tenia en vilo, pero no, él no asistió, debí imaginarme que este tipo de asunto eran relegados a sus sub alternos, es cierto que no lo había vuelto a ver, pero era imposible no saber sobre su emporio, en estos años había logrado hacer de Hamilton Com. una de las empresas de mas renombre a nivel internacional, aunque todo el mundo lo catalogaba como un hijo de puta sin corazón y compasión, yo que lo había conocido no lo creía, aunque a decir verdad las imágenes que había visto de él en los medios siempre alababan su toque de midas para convertir cada negocio en un éxito, ademas de que siempre se le veía muy bien acompañado y se hablaba mucho de su vida sexual la cual siempre se decía era desenfrenada.
Eso también lo dudaba el Tristán que yo conocía no era así, aunque...
Sacudí la cabeza, de nuevo estaba pensando en él y negando lo evidente.
El vuelo transcurrió sin contra tiempo, el frío clima de Nueva York me recibió con lluvia.
-Disculpa - una voz a mis espaldas me llamaba.
Lo mire desconfiada no lo conocía.
-Mi nombre es Samuel Kingston - me tendió la mano, lo seguí mirando - Perdona, yo solo te reconocí de la conferencia en las Vegas y quería dejarte mi tarjeta por si alguna vez necesitaras de nuestros servicios - esta vez me ofreció una tarjeta, la tome y leí.
-Disculpa es solo que...
-No por favor, soy yo quien se disculpa te aborde - me sonrió y puedo decir que era un hombre atractivo - Somos una empresa de contratistas, no somos una gran empresa pero ya tenemos un nombre en el medio.
-Te agradezco y siempre es bueno tener una referencia - esta vez le tendí la mano.
-Quizás algún día te animes a conocernos y...
Mi teléfono sonó, disculpándome conteste.
-Bueno - mi sonrisa fue amplia.
-¡Princesa! - Lu mi eterno amigo y hermano.
-Espera un momento - le pedí a Lu.
-Samuel fue un placer conocerte, y estaremos en contacto, es mi novio -me fui sin esperar respuestas.
-Lu, cariño ya voy a casa -seguí hablando por teléfono.
-¿De nuevo? - me interrogo pero no respondí - La vieja escusa de que somo novios, me siento usado - me dijo fingiendo dolor, nos soltamos a reír.
-Siempre funciona - asegure.
-¿Que tal tu viaje? - podía ver el trasfondo de esa pregunta pero no quería hablar de ello.
-Estupendo, conocí a mucha gente, se plantearon las nuevas normas de construcción, lineamientos ect. Incluso se hablo de concursos para gente nueva, así que todo bien.
-Entiendo. A final de mes iré a Nueva York y pasare unos días contigo.
-¿De verdad? Me haces muy feliz, contare los días.
-¿Mía no crees que ya es tiempo de regresar?
-Lu...
-Esta bien ya hablaremos.
Abrí la puerta de mi pequeño departamento, respire aliviada ¡Por fin en casa!
Como siempre lo primero que hice fue poner el aire acondicionado, quitarme los zapatos altos.
Fui a mi habitación considere el ponerme a ordenar la maleta, pero lo deje, fui al baño y llene la tina encendí las velas y fui por una copa de vino.
Mi teléfono replico y fui a contestar.
-Hanna - respondí.
-Paloma ¿Ya regresaste?
-Si.
-¿Por que no me avisaste? - me reprocho.
-Por que acabo de hacerlo - sonreí - Pero déjame decirte que nos fue bien, mañana en la oficina ya veras.
-Me alegra escuchar eso, ya veras que Jacob se alegrara también.
Después de charlar unos minutos me despedí, necesitaba estar en silencio.
Me metí a la tina y ahí mis lagrimas se desbordaron ya no las pude retener mas, a pesar del tiempo y de lo vivido había ocasiones como estas donde Tristán reaparecía y hacia que me preguntara una y otra vez si había hecho lo correcto.
¿Que hubiera pasado si nos hubiéramos casado?
Eso... eso ya nunca tendría respuesta.
Nunca mas nos volveríamos a encontrar.
Una vez mas pensé "Que en ocasiones perseguir tus sueños te hacen despertar sola "
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro