Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7

Paloma

Habían transcurrido cuatro semanas desde mi plática con Lu, sus palabras rondaban por mi cabeza una y otra vez. Pero no tenia sentido mi vida estaba bien no me hacia falta nada, aunque desgraciadamente mi subconsciente no pensaba de la misma manera y en ocasiones me traicionaba con la imagen del chico de cabello negro y ojos azules.

Lu no había vuelto a sacar el tema y yo se lo agradecía.

El calor ya se hacía presente en esta época del año, y la cafetería de la escuela no ayudaba mucho, pero teníamos que comer algo y hacer y hacer tarea al mismo tiempo, Lu se encontraba leyendo su nueva historia mientras yo no dejaba de quejarme.

—¡Estoy muerta!

—Se te nota ¿Química?

—Si, de verdad que esa materia va terminar conmigo mucho antes de lograr graduarme.

—Relájate un poco.

—Sabes que no puedo, necesito notas perfectas para solicitar la beca, mi objetivo es muy alto.

—Sigues pensando en aplicar en UNY.

—Si y lo voy a conseguir — recosté mi cabeza en la mesa, cerré mis ojos de verdad estaba agotda. Lu dejo su libro y se puso a trabajar en una libreta

— ¿Matemáticas?

—Si, así como a ti la química no te quiere, a mi las matemáticas me vomitan — sonreí y volví a cerrar los ojos escuche el timbre de su celular

—Tristán — dijo, abrí los ojos de golpe pero no quise que viera mi interés ¿Interés? Me regañe mentalmente — Si mañana — me levante con toda la intención de alejarme.

—Espera Mía ¿A dónde vas? — eso lo hacía con toda intención, quería decirle unas cuantas cosas, pero no caería en su provocación, me giré para verlo y respondí con toda tranquilidad.

—Por un refresco ¿Necesitas algo? — sacudió la cabeza en negación.

Me quede haciendo tiempo hasta que vi que colgó, no quería darle motivos para iniciar de nuevo. Me volví a sentar, esperaba que Lu me comentara algo pero no lo hizo y la curiosidad me estaba matando ¡Maldito Lu! Y aunque estaba segura que esa llamada tenia que ver con la moto de la expo no iba ser yo la que preguntara. Veinte minutos después seguíamos igual

— ¿Lu? — dije al final.

— ¿Si? — podía jurar que note algo en su voz.

— ¿Tienes tiempo hoy? — pregunte de manera inocente.

— ¿Para? — Maldito Lu, seguía jugando conmigo.

—Quiero ir al centro comercial, quiero hacerme un regalo... ya sabes con lo que me pagaron de la expo — me miro.

—Bien vamos ¿Pero que vas a comprar?

—No es algo precisamente que voy a comprar. — ahora era yo quien lo iba a dejar con la duda.

—No entiendo.

—Ya veras — sonreí.


***

Llegue corriendo al café me había tomado mas tiempo del que pensaba en el centro comercial, pero había valido la pena una vez mas... le había ganado, al manos así me sentía, odiaba cuando alguien me decía que me parecía en algo a... a mi padre.

Fui directamente al vestidor lo bueno era que hoy era un día ligero de trabajo.

—Wooo que padre te quedo el cabello — me comento Karla.

—Gracias. — sonreí ampliamente.

—Si se ve genial aunque tu cabello es bonito ¿Cómo se llama esa tendencia?

—Estilo californiano.

—Pues es genial ¿Chicas listas? Vamos a trabajar.

Cerca de las ocho Lu me llamo disculpándose por que no podría venir hoy a recogerme, que le llamara a mama para que ella me llevara a casa, no había terminado la moto que estaba personalizando y la había quedado de entregar al día siguiente. Lo tranquilice diciendo que no había ningún problema.

—Escuche sin querer, hoy no viene tu novio, yo te puedo llevar — Mario no perdía oportunidad, sabia que lo sensato seria negarme pero quería estar en casa lo mas pronto posible y si mama aun tenia alguna cosa que hacer tal vez me tendría esperando por un rato, además mañana era día de subasta y aun tenia un trabajo pendiente.

—Si Mario te lo agradecería, tengo tarea y necesito hacerla hoy — el sonrió ampliamente.

—Es un trato por cierto me gusta lo que te hiciste en el cabello — dijo refiriéndose a que me había oscurecido el tono de mi cabello y me había aclarado las puntas, nada que ver ya con que fuera igual al de el.

—Gracias — le sonreí.


Tristán

Cuatro semanas desde el día que me trato como un idiota aun sentía resentimiento con la malcriada por como me había tratado y no es que estuviera esperando que se postrara a mis pies aunque era lo habitual en cuanto sabían mi nombre o posición pero ella me trataba como si no existiera y lo que mas me enloquecía era que me había sorprendido varias veces pensando en ella. La peor de todas fue cuando estaba a punto de meterme entre las piernas de una chica que había conocido en un bar y de pronto imagine sus labios rojos, sus ojos y ahí estaba ella, conclusión cuando regrese a la realidad y vi a mi acompañante ni siquiera logre una erección.

No entendía que me sucedía con ella, ni siquiera me gustaba, y para nada es de mi tipo y aun así pensaba en ella. Había evitado el estar en casa cuando sabia que ella y sus mama irían, muchas veces había querido contarle a Fernando pero no sabia como, si yo mismo reconocía que era un depravado, ella era aún una niña de diecisiete años.

Había estado en contacto con Luis "el novio" cuando compre la moto había salido a la platica de que la quería personalizar y el se había ofrecido hacerme el trabajo, y aunque no era mi costumbre dejar que cualquier persona y mas si no la conozco le ponga las manos en algo tan especial para mi, acepte. Mi teléfono vibro.

—Fernando.

—Tristán ¿Qué haces hoy?

—Recoger la moto.

— ¿Ya la terminaron? Que bien me imagino que estas feliz.

—Por supuesto — de pronto eso no se sentía cierto.

—Bueno amigo te llamo por que ya hay plan, Mónica la chica que conocí ayer tiene dos amigas que te gustaría conocer.

— ¿Me gustaría? — no estaba seguro.

—Si confía en mi cuando me he equivocado. — era cierto, nunca cuando se trató de mujeres.

—Estupendo te marco cuando este por salir para que me ubiques donde se encuentran.

—Perfecto hablamos mas tarde — colgó.

Eso era lo que necesitaba una noche de copas y sexo y... ya era hora de buscar algún lugar de peleas.


***

—El taller se encontraba dentro de la casa de Luis, me sorprendió un poco ver que dos chicos mas trabajaban con él.

— ¡Tristán! — su sonrisa era muy sincera, y me sentí un hijo de puta con él.

—Hola Luis, veo que vas en serio con esto — dije señalando el taller.

—La verdad es que eso espero, aunque inicio como un pasatiempo he descubierto que cada vez me apasiona mas. — sonaba muy orgulloso.

—Eso es bueno y va perfectamente de la mano con tu empresa.

—Si espero un día llevar esto conmigo e integrarlo. Pero ven veamos que opinas.

Se encamino hacia el fondo y vi que la moto se encontraba cubierta respire hondo me había dicho que si no me gustaba no dejaría que aflorara mi mal genio yo se lo había permitido, le quito la cubierta y me quede sin palabras.

—¡Wooo!

—Te ves realmente sorprendido. — me dijo expectante.

—La verdad es que lo estoy, y déjame ser honesto tenia mis dudas pero me has dejado mudo. Me entendiste mucho mejor que yo ¡Es perfecta!

La moto aun conservaba su color rojo solo que ahora llevaba en el tanque una par de alas difuminadas, las partes de piel llevaban la letra "H" bordada muy pequeña y le había cambiado el manubrio tal y como lo quería.

— ¡En serio Luis es perfecta! — estaba maravillado.

—Me siento muy feliz de que te haya gustado.

— ¿Sabes? Tengo otra moto que significa mucho para mi, me... la regalo mi hermano es negra totalmente solo tienes algunas partes cromadas ¿Me podrías hacer el mismo diseño de las alas en ellas?

—Si por supuesto, pero estaría lista como en un mes ¿No hay problema?

—No para nada solo que a esa me gustaría que en ves de la inicial "H" le pusieras "T. A."

—¿T. A.?

—Si.

—De acuerdo, ven vamos al escritorio para hacer las anotaciones ¿Te invito algo de beber? Un café, refresco o...

—¿Tendrás una cerveza?

—Se supone que no debería pero... ahorita te traigo una.

Luis se marcho al interior de la casa, mientras me dedique a observar todo a mí alrededor. Vi un pizarrón de corcho con varias fotografías, me acerque para poder ver mejor, todas eran fotografías de Luis con Paloma. Había una donde eran adolecentes muy jóvenes casi niños se les veía tan felices que provocaban envidia y así había varias, algunas ya mostraban sus cambios físicos.

Había una que me hacia pensar que eran recientes llevaban uniformes escolares y ella se veía... ¡Por Dios! ¡Era una broma! Sentí una erección. Cambie mi mirada a otra fotografía ella estaba montada en una moto y sonreía de esa manera tan dulce y franca que me embobaba, llevaba puesto un pantalón de mezclilla, unos converse rosas y una camisa de algodón blanca y su cabello suelto se veía muy bonita y feliz.

—¿Hermosa, no? — la voz me sobresalto.

—¿Cómo?

—Es hermosa... la motocicleta es hermosa en ese color azul cobalto.

—Si muy hermosa, veo que a tu novia le gustan las motos.

—Bueno al principio no, y muchas veces peleamos por ello otras mas me pidió que lo dejara pero no puedo es mi pasión, sabes de lo que hablo.

—Si lo entiendo, la adrenalina que corre por las venas es como el aire para respirar.

El timbre del teléfono nos interrumpió.

—Disculpa, ¡Mía! — el solo oír su nombre me hizo sentir algo que no me supe explicar, quería poder escuchar la conversación.

—Si, perfecto.

—Por supuesto.

—No se ¿Por qué no le preguntas tu?

—Tristán, Mía me pregunta si te gusto la moto.

—Puedes decirle que me encanto es perfecta — me hacia gracia su juego.

—Lo escuchaste o ¿Te lo comunico? Ja j aja j aja.

—Si claro que voy a ir, es mas ya invite a Tristán para que me acompañe — lo mire intrigado.

—Y yo te adoro, en un rato mas — colgó.

—Tristán se que no lo había hecho pero si lo pensaba hacer, no quiero que te sientas comprometido te quiero invitar al café donde trabaja Mía, hoy es noche de subasta.

—¿Noche de subasta? — lo mire con curiosidad.

—Acepta, me baño y estoy listo en veinte minutos y en el camino te cuento ¿Qué dices? — me miro de una manera tan sincera.

—Si esta bien — al parecer últimamente tomaba decisiones sin saber el ¿Por qué?

Treinta minutos más tarde Llegamos al café el cual ya se encontraba lleno, mire a Luis.

—No te preocupes, tengo mesa reservada Mía me hace que venga cada mes y de alguna aportación — asentí con la cabeza, durante el trayecto me había contado el propósito.

Nos abrimos paso entre la gente sin darme cuenta ya la buscaba con la mirada, pronto la encontré atendiendo una mesa llevaba un pantalón negro, camisa blanca y un mandil verde, note que nuevamente casi no llevaba maquillaje y el cabello recogido en una coleta, entonces se giro y nos miro, me pareció ver un gesto como de disgusto pero no lo alcance a definir ya que fue muy fugaz, se acerco.

—Chicos que bueno que ya llegaron —¡Chicos! Fruncí el ceño — Bien vamos a su mesa que la subasta no tarda y espero que no sean tacaños recuerden que es por una buena causa. — dijo de manera casual.

Nos llevo a una mesa y nos pidió nuestra orden, se veía tan profesional muy seria y concentrada en su trabajo, seria quizás que por eso ni siquiera le dio un beso a Luis cuando llegamos.

—Princesa — vi como rodo los ojos — Yo quiero un capuchino moka frio con crema batida y canela.

—Bien lo mismo de siempre ¿Y usted señor Hamilton? — aquí íbamos de nuevo pero no se por que me extrañaba.

—Un café express por favor señorita — este juego lo podíamos jugar dos.

—¿En serio? No Tristán prueba algo mas, aquí venden muy rico. — me sugirió Luis.

—Lu deja que pida lo que quiera. — ¿Lu? Me quede sorprendido.

—No se, ¿Señorita usted que me recomienda? — le pregunte desafiándola.

—Pide un café irlandés con una tarta — me sugirió Luis

—Bien entonces tomare eso — no pensaba ni probarlo no me gustan las cosas dulces. Paloma se fue por nuestra orden.

—¿Lu? — pregunte.

—Si cuando comencé a llamarla Mía el cual no le gusta, alegando que su nombre era muy largo, ella a su vez comenzó a llamarme Lu, ya sabes para desquitarse pero con la diferencia que a mi si me gusta — sonrió.

Así que cuando me corrigió a que le llamara Paloma es por que no le gusta su sobre nombre. El tiempo transcurrió sin que lo sintiera tenia que reconocer que me estaba divirtiendo y hasta me había tomado el café y había probado la tarta y estaba buena.

—¿Recuerdas que te dije que Mía me hacia venir para apoyar dando una donación? — Asentí — Bueno ahora es mi turno.

—¿Tu turno?

—Si mira — llamo a un mesero y le dio un papel, minutos más tardes subió un hombre de mediana edad al improvisado escenario.

—Tenemos una petición mas, ya tiene suma de inicio y al cantante en cuestión, la canción es Jueves y solicita que la interprete sea Paloma ¿Alguien quiere contra apostar? — inmediatamente ella lo miro con ganas de asesinarlo, Luis comenzó a reír lo mire y vi que a su vez el la miraba.

Empezó el debate por el dinero y el cantante, pero Luis gano.

—Bien aquí el caballero gano — dijo señalando a Luis — Así que díganos desea que Paloma cante la canción o ¿La quiere cantar usted?

—No esta bien que Paloma lo haga. — respondió de manera casual restándole importancia, pero esta vez si me di cuenta que fue con intención.

—Muy bien dejemos que ella se prepare. Paloma ven sube como ves esta noche te tocara cantar ¿Qué opinas? — ella subió al escenario mientras respiraba profundo.

—Pienso que el caballero ofreció poco, ¿Qué tal si su acompañante da la misma suma o un poco mas? — todos me miraron e hicieron bulla ¡Vaya con el demonio!

—De acuerdo — acepte y la muy descarada sonrió, nunca nadie me había sacado dinero de una manera tan fácil.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: