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Paloma

-¿¡Que!? -pregunte atónita.

-Que te cases conmigo - me repitió con la mayor tranquilidad.

--Que Demonios! ¿Sabes? Para broma es de muy mal gusto. Y como veo que no piensas tomar las cosas en serio... me voy.

-¿Quien dijo que no hablo en serio? - lo mire sorprendida.

-Tristán no estoy para estupideces, llévame de regreso al hotel.

-No - me dijo tajante.

-¡Maldita sea Tristán! No entiendes...

-No, la que no entiendes eres tu - estaba a punto de soltar una sarta de improperios, pero hubo algo en su mirada que me hizo guardar silencio y quedarme quieta - Se que se soy el hijo de puta mas imbécil que has conocido, impulsivo, con muy mal genio y...

-¿Y crees que casarnos, te cambiara? ¿Esa es la solución? - me burle.

-No, se que no sera fácil y tendré que trabajar mucho en ello, si me quiero casar contigo es por que te amo, por que tu me haces una mejor persona, tu siempre logras sacar lo mejor de mi, haces que por primera vez en mi vida tenga un lugar en el mundo, y se que ese lugar es contigo, tu eres mi mundo, mi hogar.

-¿Me amas? No crees que tienes una manera muy rara de demostrarlo, ¿Que acaso cuando se ama, no se lastima? Tu no me amas, ni siquiera eres capaz de confiar en mi.

-Si confió - repitió - Pondría mi vida en tus manos sin pensarlo... es solo el miedo de perderte el que me hace actuar como un verdadero imbécil... daría todo lo que tengo por verte sonreír todos los días de mi vida, quiero dormir abrazado a ti cada una de mis noches y deseo con toda mi alma verte despertar a mi lado, poder abrir mis ojos y que se encuentren con los tuyos.

¡Dios! No podía negar que cada palabra que me decía me llegaba al alma, yo también deseaba arrojarme a sus brazos y quedarme ahí toda la vida... ¿Pero casarnos?

-Antes que nada perdóname por lo de tu fiesta de graduación - prosiguió Tristán sacándome de mis pensamientos.

-Tristán yo... por favor solo llévame de regreso al hotel - su mirada se transformo en dolor y tristeza y mis manos fueron involuntariamente a su rostro, no quería, no podía verlo sufrir - Solo necesito un poco de espacio para pensar... es todo - él tomo una de mis manos y la giro dejando la palma hacia arriba, la acaricio suavemente y enseguida deposito un beso en mi muñeca, que a decir verdad me hizo sentir una descarga eléctrica en todo el cuerpo.

Eso era algo que aún no lograba explicarme con racionalidad, ¿Como era posible que con un solo roce, siempre lograba despertar mi deseo? ¿Como mi corazón empieza una carrera desaforada cada vez que lo veo? ¿Como puedes ser tan imbecil y yo lo siga amando tanto? ¿Por que si se que esto no está bien sigo aferrada a él?

Estos días sin él me habían resultado muy dolorosos, tratar de aparentar ante todos que estaba bien,  mientras mi cordura me hacía malas pasadas, el dolor, la rabia, impotencia, y lo que es peor la necesidad de él...

-¿Te puedo acompañar a tu habitación?

-¿Eh? ¿Como? - venia tan inmersa en mis pensamientos que no me di cuenta de que ya habíamos regresado.

-¿Que si me permites acompañarte?

-Tristán no creo que...

-Solo permite que pueda estar contigo unos segundos mas - ¿Como negarme a eso? Así que asentí con la cabeza.

Hicimos el recorrido en un silencio total, yo no sabía ni que decir, mi cabeza tenia mil pensamientos que no encontraban un orden, ademas de que sentirlo tan cerca y de su aroma que se hizo mas evidente en el elevador,  me hacia aun mas incoherente.

Llegamos a la puerta de mi habitación y de nuevo me quede sin saber que hacer ¿Solo darles las gracias? ¿O no decir nada? Introduje la llave y me gire a mirarlo.

-Tristán...

-Ángel - se acerco a mi, deposito un beso en mi frente y se marcho.

Me quede por algún tiempo en el pasillo mirando por donde se había marchado, esperando sin saber que.

Los minutos empezaron hacer una agonía, mi cabeza seguía en lucha con mi corazón, la razón se imponía pero mis sentimientos se negaban a entender.

Siempre viví tratando se ser una adulta responsable, madura evitando los errores de mis padres,  con miedo a enamorarme por que no quería que me rompieran el corazón, y con el objetivo de lograr algo en la vida... pero quien dice que ser esposa y madre... ¿Madre? Un niño con los ojos de él, su sonrisa... ¡Wooo!

El planteármelo no me asustaba como esperaba, ademas eso no me impediría el realizarme profesionalmente y...

El sonido de mi teléfono me sobresalto, sentí una gran emoción se solo pensar que sería Tristán. Así que sentí una punzada se decepción cuando vi que era Lu.

-Lu.

-Princesa ¿Donde estas? ¿Todo bien? - su preocupación era latente.

-Si, no te preocupes ya estoy en mi cuarto.

-¿Sola? - pude sentir la molestia en su voz.

-Si - respondí un poco decepcionada.

-Voy para allá.

-No, Lu no es necesario, en este momento estoy hecha un lió, quiero estar sola necesito pensar.

-Entiendo, pero recuerda que siempre estaré ahí para ti, si me necesitas llámame no importa la hora ¿Lo prometes?

-Lo haré.

Caminaba de un lado a otro sin poder dejar de pensar, ¡Maldito Tristán! Por que siempre ponía mi mundo de cabeza, siempre era lo mismo con él, metía la pata, me enojaba, no quería volver a saber nada de él, aparecía y solo decía las palabras que me hacían vibrar y... ya mi corazón no escuchaba de razones.

Cambie mi pijama por una playera y unos shorts, no tenia idea de donde encontrarlo quizás estuviera aquí en el hotel, no perdía nada con preguntar.

Pero al abrir la puerta me quede sorprendida al ver a Tristán.

-¿Qu-ue haces  aquí? - le pregunte algo confundida.

- No quiero agobiarte y realmente quería marcharme pero... no pude, y tenia la esperanza de verte de nuevo.

-Tristán yo...

-Perdóname - lo mire aun mas confundida - Te pedí que te casaras conmigo por que te amo y por que quiero pasar el resto de mi vida contigo, pero... nunca te pregunte que sientes tu, quiero que te cases conmigo pero...  solo si eso te hace feliz a ti.

Lo abrace con fuerza, puse mi cabeza en su pecho y podía sentir el ritmo acelerado se su corazón.

¿Era una locura? Si lo era, pero por primera vez quería hacer algo sin estar preguntándome si es lo correcto.

Me pare de puntas para poder besarle, cuando él me correspondió me fundí en él. Lo lleve adentro de la habitación y terminamos encima de la cama mientras nos seguíamos besando, si aun me quedaba un poco de racionalidad en ese momento se perdió.

La noche se desvanecía mientras los primeros rayos mortecinos se filtraban por la ventana, Tristán deslizaba una de sus manos por mi espalda desnuda causando mil sensaciones en ella, mi cabeza reposaba en su pecho y sentía el latir de su corazón, lo cual era el mejor arrullo.

Parpadee un par de veces antes de por fin poder abrir los ojos, aun me sentía cansada, de pronto recordé lo sucedido y busque a Tristán, pero él no se encontraba en la cama, me incorpore algo confundida y lo vi sentando en una silla, mirándome.

-Buenos día ángel - me dijo con su dulce sonrisa, no le respondí solo sonreí como una idiota.

Tristán vino hacia a mi y se sentó al borde de la cama.

-Mi ángel,  eres tan  hermosa y te amo tanto, que a veces duele aquí - me dijo mientras se señalaba el pecho.

-Yo también te amo tanto que no se ni como explicarlo.

Se acerco y me beso tan dulcemente que sentí que tocaba el cielo.

-Te prometo que haré que cada día cuente, para que no te arrepientas de haberte casado conmigo.

-Tristán sobre eso...  yo... bueno... no se... no podemos solo continuar, por un tiempo mas así... solo siendo novios.

-¿Que acaso no... tu... no te quieres casar conmigo? - se incorporo de la cama y me veía confundido - Pensé que después de lo de anoche habías aceptado.

-No me mal entiendas, si quiero ser tu esposa solo que... no se mas adelante, aún somos muy jóvenes y...

-Ángel mira escúchame, si te lo pedí es por que ya no puedo vivir sin ti, no es un capricho.

-No digo que lo sea pero... yo apenas voy a entrar  a la universidad y...

-Si lo se, pero yo quería pedirte que lo pospongas por un año.

-¿¡Que!?

-Solo un año amor, tengo proyectos pendientes de la empresa y voy a estar viajando constantemente y me gustaría que tu fueras conmigo y...

-Pero ¿Y la universidad? ¿Mi carrera?

-En ese año ya estará la empresa en Nueva York y podemos irnos juntos, tu puedes estudiar mientras yo trabajo.

Tristán se sentó de nuevo a mi lado, tomo mi mano izquierda y deslizo un anillo en mi dedo anular.

Me quede viendo la gran piedra que sobresalía del aro de color blanco.

-Si no te gusta lo podemos cambiar - me ofreció.

-No, esta bien - no me atrevía a decirle que se me hacia demasiado, quizás algo mas sencillo, una piedra mas chica.

-Ángel mientras dormías estuve pensando en algo - espere a que continuara - Ya que estamos en las vegas - su teléfono empezó a sonar, los dos lo miramos hasta que dejo de sonar - Como te decía ya que... - de nuevo el teléfono.

-Solo contesta quizás sea urgente - le pedí.

-¡Maldición! Que esperen.

-Tristán solo contesta.

-Esta bien - dijo no muy convencido.

-Fernando - respondió cortante.

-No levantes la voz, te escucho perfectamente.

-En las Vegas - aunque no escuchaba lo que Fernando decía se podía notar la tensión.

-Si me dejas hablar te puedo decir - resoplo.

-Estoy en las Vegas con Paloma, nos vamos a casar.

-No, no es una jodida broma.

-Pues que esperen, soy el accionista mayoritario y no les queda de otra.

-Regresaremos mañana después de la boda -¿Mañana? ¿La boda? no lograba entender - Mañana -dijo tajante y colgó.

-Tristán no entiendo ¿Como que la boda? — mi cabeza daba marcha a toda velocidad no podía procesar todo lo que había en ella.

-Ese idiota me arruino todo, amor pensé que ya que estamos aquí, aprovechemos y nos casemos hoy aquí.

-Pero... pero estas loco, una boda hoy mismo.

-Si podemos hacerlo, aquí las personas incluso viene solo a eso.

-Pero... pero... mi mama y...

-Solo escucha, nos casamos hoy aquí, y cuando regresemos a México dejamos a nuestras madres que organicen la boda que ellas quieran.

Solo por una vez... ¿Y si solo lo hacia?
Tristán lucia tan radiante y feliz...

-Esta bien, lo haremos — ¿Segura? No, no pensaría más.

Reunimos a Tomas, Lucy y Lu para darles la noticia. Lu no estaba muy convencido y le pidió a Tristán hablar con él.

Ellos salieron de la habitación y tardaron en volver, pero al ver sus rostros supe que todo estaba bien.

Lucy enseguida organizo todo, Tomas, Lu y Tristán se dedicarían a organizar la boda, buscarían el lugar, la comida, los anillos y sus trajes.

Y nosotras... ¿a lo demás? lo que sea que eso signifique, podría jurar que me dio miedo, ella parecía ya tener todo resuelto.

Y no estaba equivocada, supo con  exactitud a donde ir por el vestido, saco cita para peinado, maquillaje, manicure... no dejaba de comunicarse por teléfono con Tomas y Lu.

Parada frente al espejo no podía creer que fuera yo, la imagen reflejada no se parecía en nada a mi, habían hecho un milagro y el vestido era muy hermoso... en treinta minutos estaría en el altar junto a Tristán, empecé a morder mi pulgar.

Llamaron a la puerta y no pude evitar sonreír con toda seguridad era Lucy, se había arreglado muy a prisa.

-Lucy aun falta tiem... - me quede con las palabras en la boca - Señora Hamilton.

-Paloma realmente luces hermosa cariño... ¿Puedo pasar? Me gustaría hablar contigo.

Tristán

No podía quitar la estúpida sonrisa de mi cara, pero sentía una gran satisfacción.

Me había jugado el todo por el todo en esta ultima carta y había ganado, ella se casaría conmigo, estaríamos juntos.

De antemano tenia la certeza de que nuestras madres no estarían de acuerdo, se que ella es muy joven aún , pero ¿Realmente importa eso? A través de los años iremos creciendo juntos.

Ya había pensando en dejarlas que organicen una boda en México y con eso tranquilizarlas.

Pero ya hablaríamos de eso cuando estuviéramos de vuelta.

En este momento lo único que realmente me importa es que ella se va a casar conmigo.

-Lo primero ¿Que tipo de boda quieres? - me pregunto Tomas.

-¿Como que de que tipo? - respondí confundido - ¿Que acaso no todas las bodas consiste en lo mismo?

-¿¡En serio!? - Lu parecía no creer lo que decía.

-Solo se necesita un juez y los novios - respondí con seguridad,  Tomas negó con la cabeza y Lu puso los ojos en blanco.

-Tristán este se supone es un día muy especial, que no se va a volver a repetir, se supone te casas con el amor de tu vida y tu... tu... tu no tienes idea de nada ¿Cierto? - no sabia como responder.

Para mi el tener a un juez y a Paloma diciendo si era todo.

-¿Por que no me iluminan? - pregunte al fin.

-Para empezar ¿Donde te quieres casar? --de nuevo lo mire intrigado, ¿Que no se supone que aquí? Lu suspiro resignado - ¿Aquí en el hotel o en una capilla?

-¿Capilla?

-Si de las que abundan aquí, te hacen matrimonios express - me informo Tomas.

-No, se que es apresurado pero yo quiero darle algo especial -asegure.

-¡Vaya! Al fin nos vamos entendiendo - me alabo Lu -¿Alguna idea?

-La verdad no, por eso quiero que me ayuden.

-Yo tengo una idea - dijo Tomas.

Una hora mas tarde ya teníamos la boda arreglada, logramos conseguir uno de los salones del hotel, teníamos la música, las flores, la comida y el juez. Y casi todo se lo debíamos a Lucy.

En cada tanto mi teléfono sonaba con insistencia, unas veces Fernando, otras mi madre y otras tantas de la oficina.

- ¿Y ahora que sigue? - les pregunte.

-¿De casualidad entre tu equipaje habrá un traje negro? - me pregunto Tomas.

-No... de hecho solo traigo un cambio mas de ropa.

-Ya me lo imaginaba - suspiro Lu - Vamos a buscar la ropa para la boda.

Preguntamos a una empleada del hotel y ella nos recomendó una tienda.

En cuanto llegamos Lu le explico al empleado la situación, él inmediatamente me llevo a un vestidor y me ofreció lo necesario, un smoking, camisa, moño, zapatos incluso ropa interior.

Al ver nuestras caras de sorpresas, sonrío y nos explico que eso era muy común y que al menos lo hacia unas tres veces al día, al ver que seguíamos igual de expectantes solo exclamo ¡Son las Vegas!

Compre lo necesario y le di una buena propina al vendedor, hoy me sentía muy feliz y quería que todos se sintieran como yo.

-Bien, creo que ya tenemos todo - afirme.

-Conociéndote lo dudo - escuche detrás de mi.

-¡Fernando! ¿¡Que haces aquí!? ¿Como supiste donde estaba?

-Yo le dije me informo Lu.

-No voy a cambiar de idea - le asegure.

-Lo se... así que estoy a qui para acompañarlos en esta locura - sonreí y lo abrace.

-Amigo gracias.

-Espero que todavía quede algo que pueda hacer - ofreció.

-No, ya tenemos todo - le informe muy orgulloso.

-¿Ah si? - me desafió.

-Por supuesto - asegure.

-Muéstrame los anillos - me pidió.

-¡Maldición!

-Ustedes lo sabían - acuse a Tomas y Lu.

-Si, era lo siguiente en la lista - me dijo Tomas.

-Entonces... vamos por los anillos - Fernando nos indico.

-Ya que tu estas aquí, puedo confiar, no me mires así Tristán que no tenias ni la mas remota idea de que hacer para la boda - me acuso Lu.

-Tienes razón - respondí resignado.

-Hay algo que tengo que hacer - me informo, y lo mire extrañado - Mi regalo de bodas - nos dijo al fin - ¿Esta bien si Fernando y tu se encargan de los anillos? Es lo único que hace falta.

-Por mi esta bien, yo me encargare de los anillos sera mi regalo - le contesto Fernando.

-Nos vemos en el salón media hora antes se la boda.

Nos despedimos y fuimos en busca de una joyería.

Entramos a varias tiendas pero sentía que no encontraba el correcto, después de recorrer casi todas las joyerías decidí que tenia que elegir así que opte por unas argollas en oro blanco, la mía era totalmente lisa, la de ella llevaba unos pequeños diamantes formando un símbolo de infinito.

Fernando pago por los anillos y salimos de la tienda.

-Ahora si, quiero saber por que esta decisión, y no te atrevas a decir que luego, se que tenemos tiempo.

-Tu sabes que después de la metida de pata que di estuve buscando la manera de que ella me perdonara, y también sabes que no tuve éxito. Hace dos días me encontré de casualidad con Jaky     y ella sin saber nada me contó del viaje a las vegas...

-Así que saliste disparado a tomar un avión - me interrumpió.

-Si, espere la hora del evento y después...

-¿Después?

- Prácticamente la secuestre y le pedí matrimonio.

-¿¡Qué!? ¿En serio? ¿Que estabas pensando? No para variar no lo hacías.

-Bueno... dijo si, no es lo que importa.

-Pero eso... Tristán a mi no me puedes mentir, tu hiciste esto para que ella no se vaya a Nueva York.

Había ocasiones en las que odiaba que me conociera tan bien.

-¡Lo sabia! ¡Eres un maldito egoista!

-Amigo no me juzgues tan duro, yo en verdad la amo... yo... solo no quiero perderle, ademas solo le pedí que lo retrasara un año, en lo que nos trasladamos a Nueva York, después si ella aun quiere estudiar yo la apoyare.

-Traducción: esperas que en ese año ella pierda el interés.

-Fernando entiende ella no va a necesitar absolutamente nada, yo tengo suficiente dinero para darle todo... hasta el mundo si ella lo quiere, en ese año quiero viajar con ella y tenerla solo para mi.

-¿Y ella? ¿Que quiere? ¿Te lo has preguntado?

-No lo se, pero lo que ella quiera yo se lo daré.

-Estas mal, muy mal esa obsesión que tienes no va resultar en nada bueno, aunque quizás cuando lleguen los hijos dejes de ser tan posesivo con ella.

-¿Hijos? - pregunte confundido.

-Si hijos, lo mas natural en el matrimonio.

-Si... lo se... pero bueno somos muy jóvenes ya veremos en unos diez años.

-Lo dicho eres un cabrón, solo estas pensando en ti, amigo realmente te quiero pero lo estas haciendo mal, no dudo de tu amor por ella pero las razones están mal.

-Fernando tenia que usar medidas extremas - él negó con la cabeza.

-No quiero ni pensar en la que se va armar con sus respectivas madres.

-Yo tampoco... Amigo hay algo que quiero hacer antes de regresar al  hotel.

-¿Estas seguro? - me pregunto Fernando una vez mas.

-Si, lo estoy, este es mi regalo para ella.

Me acomode en la silla y observe el diseño.

-Puedes empezar - le dije a al hombre que me miraba fijamente, el sonido del compresor me hizo sonreír, ya quería ver su reacción.

Me mire la mano izquierda y en mi dedo anular se podía ver la piel aun enrojecida las finas lineas en color oscuro, me había tatuado un símbolo de infinito como el de su anillo solo que de un lado en letra cursiva se podía ver su "Angel"

Había pedido que a las argollas les pusieran una inscripción en la parte inferior la de ella decía "Por siempre solo Mía"  y en la mía había solicitado pusieran "Mi Angel"

-¿Si piensas usar tu anillo de bodas, cierto? - me pregunto Fernando.

-Si ¿Por que preguntas?

-Por lo del tatuaje... y lo caro que me salieron.

-Esto - señale mi dedo - Es mi regalo con ella, mi compromiso hacía ella. Cuando este en la oficina o fuera de viaje siempre usare mi anillo, pero cuando no este de trabajo mostrare mi tatuaje con orgullo.

-En verdad estas loco, yo jamas me haría un tatuaje con el nombre de una mujer.

-Nunca... digas nunca - asegure.

No me podía quedar en un mismo lugar por mas de cinco minutos, me sentía preso de la ansiedad.

Aunque aun faltaban algunos minutos para la hora pactada con Lu y Tomas, ya nos encontrábamos en el salón.

-Amigo ¿Que hora es? --pregunte revisando mi reloj.

-Tu reloj se encuentra perfecto, y son seis minutos mas tarde que la ultima vez.

-Tienes razón ¿Pero por que tardan tanto?

-No están tardando, solo que ellos viene a tiempo - asentí, tenia razón.

Diez minutos mas tarde Lu y Tomas llegaron al salón, las bromas sobre mi impaciencia no se hicieron esperar. Minutos después aprecio Lucy.

-¿Y Paloma? - no pude evitar preguntar.

-Ya viene, tranquilo aun falta tiempo.

Los minutos parecían ir cada vez mas lento, o de plano mi ansiedad me hacia malas pasadas.

-¿No se por que ella no se arreglo aquí, en el salón? - me queje una vez mas.

-Por que conociéndote no la hubieras dejado, ademas es de mala suerte ver a la novia antes de tiempo - me respondió Lu.

El juez llego y comenzó a prepararse, le di una revisada mas al salón, para ver que todo estuviera perfecto, bien lo estaba, cheque mi reloj aun faltaban veinte minutos.

El teléfono de Lu comenzó a sonar.

-¿Mía? - todos nos giramos a verlo.

-Si, enseguida - me ofreció el celular - Dice que te ha estado marcando pero no contestas.

-Lo puse en silencio - tome su teléfono, y camine un poco alejándome.

-Angel ¿Todo bien?

-Tristán... amor yo...

-¿Que pasa? ¿Estas bien? - dentro sentía que algo pasaba.

-Tranquilo estoy bien es solo que...

-Me estas preocupando dime que sucede.

-Lo siento.

-¿Lo sientes? ¿De que hablas? - ¡Maldición!, no entendía nada y la angustia me estaba haciendo perder lo estribos.

-No... no puedo hacerlo... yo...  no puedo casarme.

-¿De que hablas? - no podía entender lo que decía.

-No me siento preparada, estoy confundida, tengo miedo.

-Esos es normal, pero ya veras que todo ira bien - mi angustia se reflejaba en mi voz, mi miedo era mas que el de ella.

-¿Por que no solo... dejamos seguir el curso?

-No entiendo.

-Solo sigamos así, y en algún tiempo mas, cuando este segura podemos...

-Tu no me amas - no era una pregunta, era una afirmación que me estaba matando.

-¿Como puedes decir eso? - podía notar que lloraba.

-Por que si me amaras ni siquiera lo estarías pensando.

-¿Realmente crees que es falta de amor?

-¿Por que otra razón no te casarías conmigo? — podía sentir como perdía mi alma.

-Te amo eso no lo dudes solo que... tengo miedo ya te dije que no me siento preparada para dar este paso.

-¿Y tu cuando vas a entender que yo no soy tu padre?

-¡Tristán! - sabia que era un golpe bajo y le estaba causando dolor pero aun así no me detuve.

-Yo no te abandonaría, nunca te lastimaría. — Lu se puso enfrente de mi, me miro de una manera que me hizo entender que había cruzado la línea.

El silencio quedo entre los dos.

-Lo siento -esa sola palabra me llego a lo mas profundo, lo entendí ella... ella también me dejaría como Henry... como mi padre solo que ella lo hacia aun sabiendo como me dolia.

-Aun quedan diez minutos para que de comienzo nuestra boda, yo te estaré esperando...

-No lo haré - me respondió muy segura, y entonces todo se derrumbo.

-Esta bien — dije apretando los dientes, no quiero volver a verte nunca en mi vida, lo oyes ¡Nunca! Nunca vuelvas a mi vida por que no se de lo que seria capaz, siempre creí en ti, siempre creí que eras "Mi ángel" que con tu amor habías venido a salvarme de las sombras en las que vivía, pero solo resultaste un ángel de papel, que termino deshaciéndose entre mis manos con la primera brisa.- estaba furioso, dolido.

-Nunca mas me cruzare en tu camino --me aseguro y termino la llamada.

Las palabras habían sido dichas, habíamos trazado las lineas de nuestro destino y habíamos terminado rompiéndonos en mil pedazos.

Todos en el salón me miraban expectantes, lance el teléfono contra una pared, la furia me estaba consumiendo.

-No habrá boda - escupí las palabras, el solo decirlas me quemaban.

-¿¡De que hablas? - quiso saber Lu.

-Ella... no vendrá, dice que no puede hacerlo.

Lu tomo su teléfono e hizo una llamada.

-¡Pero no entiendo!

-Espérame en seguida voy.

-¿Como?

Lo mire expectante.

-Ella... se ha ido

Y entonces salí corriendo de ahí, todo lo que le había dicho, solo era por el dolor hablaría   con ella y si necesitaba tiempo entonces seria paciente...

Llegue a su habitación y toque repetidas veces pero nadie me abrió.

Era cierto se había marchado.

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