28
Tristán.
—Esto es una mal idea, muy mala idea — me decía mientras se frotaba la sien.
—Fernando por si no lo sabias te escuche las ultimas veinte veces — dije con fastidio.
—¡Pues no lo parece! — me respondió malhumorado.
Sabia que no llegaríamos a ningún lado, lo ignore y revise el gps, unos metros adelante tome las desviación.
—Amigo por favor trata de entenderme — suplique.
—Tristán lo intento pero... solo que me sorprende tu actitud.
—Lo se amigo, créeme a mi también.
Después de recorrer varios kilómetros ya se podía ver la finca bordeada de arboles.
—¿Esto es una casa de campo? — pregunto asombrado Fernando — Mas bien es una hacienda.
—Si, realmente es grande el lugar.
—Amigo ¿Estas seguro de esto? — me pregunto una vez mas.
—No tanto como quisiera — reconocí al fin.
—Es lo que no entiendo, no es como si no la hubiera vistos en años, has estado en contacto con ella todos los días y varias veces al día. ¿Realmente no puedes esperar?
—No, hace mas de ocho días que no la veo, a ti mas que a nadie te consta que quise salir corriendo tras de ella desde el segundo día, pero los asuntos en la oficina no me lo permitieron — respondí frustrado.
—Esta bien lo entiendo pero si sabes que esto te hace un maldito acosador — dijo a modo de rendición — Solo espero que lo hagas valer la pena y no metas la pata. Mira que mi parte no es nada fácil, me hiciste hablarle a una de las cazadoras y hacer que nos invitara, así que mientras tu te lo pasas de lo lindo yo tengo que "Hacerle compañía".
—Se que es un gran sacrificio lo que te pedí, pero lo compensare, hoy por mi mañana por ti.
—Eso ni lo dudes, ya pensare de que manera haré para que me pagues el favorcito — me dijo resignado.
Un guardia nos detiene antes de abrir la verja en la entrada principal.
—¿Que se les ofrece?
—Venimos con la señorita Lucy — respondo con impaciencia, me siento tan cerca y a la vez tan lejos.
—¿Sus nombres?
Nos identificamos y el guardia va y hace una llamada, inmediatamente se nos permite el acceso. Al llegar a la casa la puerta se abre y sale Lucy. Lleva un vestido sin tirantes, largo, suelto va descalza, lleva el cabello en una coleta y no trae maquillaje encima. Me sorprendo jamas la había visto así, de reojo miro a Fernando y su cara refleja la misma sorpresa.
—Hola chicos — nos saluda con una sonrisa en cuanto nos acercamos.
—Lucy — responde Fernando, de manera distante.
—Hola — respondo y me acerco para saludarla con un beso en la mejilla, siempre he sabido que con ella a lo menos yo estoy a salvo.
—Que bien que ya están aquí, vayamos adentro. — Me sigo sorprendiendo, me imaginaba que en cuanto llegáramos le saltaría a la yugular a mi amigo, y por su expresión me imagino que él esperaba lo mismo.
Una vez dentro no puedo evitar buscarla con la mirada.
—¿Oye Lucy...
—¿Un vaso de agua? — me interrumpe con una picara sonrisa.
—No gracias — respondo un poco impaciente, ella sonríe.
—¿Decías? — me pregunta fingiendo inocencia.
—¿Donde esta? — voy directo al grano, antes de que siga con mas juegos.
—En el jardín de atrás, junto a la alberca.
Me muevo con la intención de ir a buscarla, pero me contengo.
—¿Ella sabe? — pregunto.
—¿Que? ¿De que estas obsesionado por ella? No, no lo creo — me responde mirándome fijamente.
—Que te puedo decir, no lo puedo ni lo quiero negar — respondo levantándome de hombros.
—¡Pueden ponerse serios? — nos corta Fernando — Paloma ¿Ella sabe que estamos aquí?
—No — responde mirándonos — Tristán aunque no lo creas hice esto solo por ustedes — la miro y se que habla con la verdad — Ustedes... son algo único y entre tanto enredo y nudos lo llevan lo mejor que pueden. A mi me gusta ayudarles en lo que pueda pero...
—¿Pero? — le pregunto confundido.
—No me pienso poner en medio, en mi estuvo el poder invitarlos, pero lo demás ya es cosa tuya, así que ¡Suerte! — me guiña un ojo —¿Fernando?
—¿Eh? A si, dime.
—¿Quieres que te muestren tu recamara? o ¿Vas a ir con él? — lo cuestiona.
—¡No! me gustaría darme un baño, por favor.
Lucy se retira pero regresa a los pocos minutos con una señora ya mayor y le pide que lleve a Fernando a su cuarto.
—¡Suerte! — me repite y se va.
Sigo pensando que esto es lo que tenía que hacer, pero ahora que estoy a qui, no se como vaya a reaccionar. ¿De verdad me porto como un hombre obsesionado?¿Y si también piensa que la acoso?
No, solo le haré entender que la extraño mucho. Con paso decidido me encamino a la parte trasera de la casa. El camino se me hace largo y pesado, después de atravesar varios arboles por fin la veo, se encuentra recostada en una hamaca, tiene un pie en el suelo con el que se ayuda a balancearse.
Y amas cerca noto que tiene sus ojos cerrados, un libro sobre el vientre y los audífonos puestos.
Paloma
La voz de Soraya suena a través de mis audífonos, y sus palabras me hacen sonreír involuntariamente, llevando mi mente hacia él.
El ultimo día que estuvimos juntos había sido demasiado de todo, sobretodo intenso, el chico de la botarga con los globos, él esperando por mi fuera de la escuela, ver como sufría mientras trataba de hablar, la comida con Benito su trato amable con él y después... después en su oficina él me abrió no solo su corazón, podía sentir como su alma estaba presente en las palabras con las que me contó sobre su padre y hermano.
Cuando lo abrace lo único que quería era reconfortarlo, podía sentir el dolor que lo abatía y lo único que deseaba era que no sufriera, pero... pero cuando me beso ¡Dios! perdí cualquier hilo de racionalidad. Lo único que podía hacer era sentir y yo.. deseaba con todo mi ser fundirme en él.
No he podido dejar de preguntarme que hubiera pasado si el interfono no hubiera sonado, y siempre llego a la misma conclusión... me hubiera entregado a él.
Esa era la razón por la que había aceptado venir con Lu, para huir, escapar, lo reconocía era una cobarde, pero necesitaba la distancia para pensar.
La voz de Soraya sigue fluyendo en mi cabeza y como si fuera una respuesta, un fragmento me lo dice todo.
"De repente en mi vida
Hay algo que me tiene confundida,
No lo puedo evitar, puedo intentar
conservar el asombro hasta el final.
"Mil veces quise estar sola
Vivir sin tu amor aunque sea una hora,
Cada vez vuelve el llanto
regreso a ti, es que te quiero tanto.
"Mil pensamientos giran a mi alrededor
Hacen que sienta paz interior,
Al pensar ¿El por qué? de esta situación
En tus besos encuentro la solución.
Niego con mi cabeza mientras sonrió, por eso amo la música, con ella siempre encuentro como expresarme, cuando no encuentro las palabras que quiero decir.
Abro mis ojos y me quedo sorprendida frente ami se encuentra Tristán ¿Lo estaré imaginado? en un acto reflejo me pongo de pie y me acerco.
—Ángel yo...
Cuando lo escucho hablar mi corazón parece despertar, empieza un ritmo frenético, ni siquiera lo pienso corto la distancia entre nosotros y me arrojo a sus brazos.
—Te extrañe — confieso en un susurro.
Él me abraza con fuerza y siento como suelta el aire.
—Yo mas — me dice enterrando su cabeza en mi cabello — No tienes idea, los días han sido demasiado largos, necesitaba verte, sentirte.
Me separo de él y le doy un beso, él me responde de inmediato y de pronto pierdo la noción de todo, lo único que se, es que me siento segura y feliz. Soy tan dichosa que me gustaría ponerme a cantar y bailar.
***
La fogata se consumía con un chisporroteo de colores, alrededor nos encontrábamos todos. La velada transcurría entre risas y bromas.
—La finca ha pertenecido por tres generaciones a mi familia — Nos relataba Tomas con orgullo — Si incluso sobrevivió a la revolución.
—¡Vaya! Entonces es una reliquia de la arquitectura — comento Fernando.
—Si, aunque siendo honesto la han reformado mucho, ya sabes para ir con la modernidad.
Cerca de la media noche Lucy propuso contar historias de miedo, que al final fue un fracaso ya que mas de alguno terminaba haciendo un chiste de la historia y todos nos reíamos.
Después nos pusimos a cantar, Tomas tocaba la guitarra así que fue mas ameno. Nosotros lo acompañábamos como coro mientras Lu cantaba.
—Chicos para mi es suficiente, así que me voy a dormir — se despidió Lucy.
—Creo que nosotros también nos retiramos — dijo Lu mirando a Tomas quien asintió, y con un simple despido de mano se fueron.
—¿Sabes demonio? — mire a Fernando — Pensé que te ibas a enojar mucho cuando llegamos, pero me da gusto verlos tan feliz, así que el treceavo mandamiento " NO estorbar" me voy — se levanto y se marcho, pero antes de entrar a la casa se giro hacia a nosotros — Se portan bien ¿De acuerdo?
Tristán me sienta en su regazo y me mira por un largo rato, deposita un tierno beso en mis labios.
—¿Pasa la noche conmigo? — me pide con voz suave, lo miro sorprendida y trago con dificultad.
—Tristán yo...
—No me digas que no — me suplica — Pasemos la noche aquí.
—¿Aquí? — pregunto asombrada.
—Si, traemos unas mantas. Esperemos el amanecer, tengo muchas ganas de dormir de nuevo contigo y quiero despertar abrazado a ti mientras los primeros rayos de sol nos alumbran.
¿Como negarme a eso? si con solo escucharlo yo también lo deseo con toda mi alma. Asiento con mi cabeza y el me abraza con emoción y de nuevo me besa.
Después de improvisar una cama, nos dedicamos a observar el cielo que esta noche luce claro y lleno de estrellas, hablamos de todo y de nada hasta que Tristán se queda dormido, yo me acurruco a su lado y me sumo a la inconsciencia.
Despierto aun entre los brazos de Tristán, el me mira y sonríe, yo no puedo creer que se vea aun mas guapo.
—¿Que te gustaría hacer hoy? — me pregunta sin soltarme.
—No lo se ¿A ti que te gustaría?
—Vamos a montar a caballo, la finca es muy grande y debe de haber lugares grandiosos.
—Suena genial pero...
—¿Pero? — me interroga.
—No se montar, nunca me he subido a un caballo.
—Ese no es problema, es como andar en moto ya veras.
Nos despedimos de todos, tomo la mano de Tristán. En la parte de las caballerizas ya nos espera un empleado con un hermoso caballo de color negro, es tan majestuoso que no puedo evitar tocarlo, su pelaje es muy lustroso como suave.
—Es muy hermoso — afirmo.
—Si lo es — reconoce él también — Ademas es muy manso — lo mire interrogativa — se portara muy bien y no nos dará sustos.
—Bien — digo resignada pero no del todo convencida — Pero solo hay uno.
—Si ángel iremos los dos en él.
—¡Estas loco!
—Loco estaría si te dejo subir sola, tu misma has dicho que nunca lo has hecho, ademas el aguanta eso y mas.
Tristán une sus manos formando un soporte y me indica que ponga el pie ahí para subir, lo hago y me ayuda acomodarme sobre el lomo del animal, no puedo negar que tengo miedo pero es excitante a la vez.
Él sube detrás de mi con una destreza que me deja sin aire.
—¡Espera! ¿Sabes montar? — nunca le pregunte. Él me mira y yo niego con la cabeza —¿Hay algo que no sepas hacer? — le pregunto enarcando una ceja.
—Muchas cosas, pero se montar por que así como a mi me gustan las motos, a Henry le apasionaban los caballos.
Comenzamos el recorrido con un trote muy ligero, pero aun así iba agarrada con todas mis fuerzas a la silla de montar.
—Relájate — me susurra con una voz dulce — No tienes de que preocuparte, vas muy bien sujeta, te llevo entre mis brazos ¿Crees que te dejaría caer?
—No — y realmente lo creo — Solo estoy nerviosa.
Atravesamos una arboleda y llegamos a un claro, no es mu grande pero si es un hermoso lugar, podría jurar que se siente mágico.
—¿Te gustaría comer aquí?
—Si, podemos sentarnos bajo aquel árbol — le digo señalando un árbol muy frondoso.
Ponemos una manta en el suelo y el saca lo que trajo de la canasta. ¡Dios! me siento como en una de esas historias que he leído, solo que esta no es una fantasía es una realidad.
—¿Por que sonríes? — me pregunta Tristán, ni siquiera sabía que lo hacía.
—Solo... estoy feliz.
El tiempo transcurre sin que logre sentirlo, siempre que estoy con él es como si todo se detuviera, mi racionalidad me grita que eso debería asustarme, que es bueno ser feliz pero no entregarme totalmente a la fantasía que estoy viviendo, ¿Pero como? cuando mi corazón ya ha echado raíces en todo este sueño.
Después de comer Tristán me anima a que descanse mi cabeza sobre sus piernas, logro quedarme dormida. Siento un beso y abro mis ojos.
—Quise hacer esto desde aquella vez en el avión — me dice tiernamente.
Me siento, lo veo y simplemente lo beso, él como siempre me corresponde. Pero esta vez soy yo la que lo hace mas intensamente, él toma el control y me besa de una manera que me hace sentir que mi cuerpo arde, no se como pero termino encima de él.
Tristán lleva su mano a la parte de atrás de mi nuca, sujeta mi cabello con fuerza para acercarme mas a él. A mi vez yo llevo mis manos a su cabeza y lo atraigo mas, y como me paso en su oficina quiero fundirme en él, siento su erección y un deseo me arrasa, quiero que me haga el amor.
Separa sus labios de los míos, pero deja su frente pegada a la mía siento como le cuesta respirar, sus jadeos son como los míos. En cuanto siento que he tomado aire suficiente lo beso de nuevo.
Él me da un suave beso y se retira, lo miro sin comprender.
—Ángel no...
—¿No? — pregunto desconcertada.
—No creo que debamos...
—¿Por que? — no puedo evitar que mi voz suene dolida.
—Por que no es así como me debería ser.
—Como digas — respondo herida y molesta.
—Ángel no me mal interpretes, te deseo como no tienes una idea pero quiero que nuestra primera vez sea algo muy especial.
—¿Es por que soy virgen?
—En parte, tengo entendido que la primera vez suele ser algo doloroso así que por que no hacerlo lo mas confortable que se pueda.
Hago un puchero, suena razonable lo que dice pero mis hormonas no están de acuerdo.
***
Desde ese día Tristán ha procurado que no nos quedemos a solas por mucho tiempo, me imagino que su control depende de un hilo, sonrió al pensar que se siente como yo.
En unas horas regresamos a la ciudad y en dos días a la escuela. A pesar de que no puedo evitar sentirme frustrada, todo lo demás fue maravilloso, estos días me sentí rodeada de gente maravillosa y en todo momento disfrute.
Al llegar a mi casa Fernando y Tristán bajan del coche para ayudarme.
—Demonio nos vemos suerte en el regreso a la escuela, cuídate — me da un beso en la mejilla y se sube de nuevo al coche.
—Ángel estos días fueron maravillosos, aun no te dejo y ya te extraño.
—Si fue una muy buena idea que fueras a la finca, gracias por todo — le doy un leve beso en la boca — Voy a entrar.
Tristán me ayuda con mi maleta llevándola dentro, antes de salir me toma el rostro y me besa de esa manera en que me vuelve loca, termina el beso suspira y besa mi frente.
Deseo con todo mi corazón poder guardar estos momentos para siempre.
Tristán
¡Dios! necesito de todo mi auto control, no ha sido nada fácil estos días, pero ella lo vale, esperar. Subo al coche y suelto un suspiro.
—¿Sabes? creo que ya entendí a lo que se refería mi padre cuando decía que el día que se caso con mi madre se sintió completo — Fernando me miro y espero a que continuara — Por que ya no tienes que separarte de ella en ningún momento, por las noches es lo ultimo que ves, y por las mañanas ella es lo primero que vez, ademas puedes hacerle el amor en cualquier momento, lugar y si por alguna maldita razón no hay protección no hay problema, se espera lo que viene.
—Tristán ¿No estarás pensando...
—Si amigo lo hago. — mire una vez mas hacia su puerta.
A las ocho de la mañana ya me encontraba en la oficina, tenia la certeza de que tenia muchos pendientes, y no me equivoque. A la una de la tarde aun me encontraba sumergido en un mar de papeles.
Decepcionado por no poder ir a recogerla a la escuela, la llamo.
—Ángel, no voy a poder verte el día de hoy, tengo mucho trabajo y si me escapo de nuevo me encadenaran a la oficina — Ella se ríe y suena tan reconfortante.
—No te preocupes, ahora el trabajo es primero... Tristán te...
—¿Si?
— Nada cuídate hablamos mas tarde.
El día sigue transcurriendo tan lentamente que siento que el reloj conspira en mi contra, y lo peor es que siento que no logro avanzar con los papeles. El interfono suena sacándome de mi miseria.
—Señorita Ruiz.
—Señor hay una entrega para usted.
—Reciba usted. — ordeno
—No puedo señor es directo.
—Maldita sea, bien voy — como si no fuera suficiente que el reloj no avance ahora me quitan mas tiempo. Abro la puerta rumiando mi mal humor cuando veo a mi ángel parada con una caja de pizza.
—Entrega a domicilio Benitos pizza — me dice muy seria, no puedo evitar reírme voy hacia ella y la beso.
Entramos a mi oficina y le pido que la ponga en el escritorio.
—No mejor nos alejamos del escritorio — me dice ruborizada.
—Si tienes razón, mejor vayamos a la sala.
Mi ángel se queda a comer conmigo, me levanta el animo y todo lo que parecía tan negro ya no lo es.
—Me voy — me anuncia.
—Quédate conmigo toda la tarde — le pido.
—No es una buena idea, si me quedo tu no trabajas y yo tengo tarea — hago un puchero y pongo los ojitos — No, esta vez no va a funcionar — me da un beso que yo trato de alargar, pero se va.
***
Mi humor esta peor que nunca he tenido muchos problemas con la licitación de un terreno y eso me a tenido muy ocupado y estresado ya que no he podido ver a mi ángel, después de la pizza del lunes, el martes no la vi, y el miércoles ella solo vino de paso para darme un beso pero desde entonces no la había visto y hoy ya era viernes.
Pero de igual ya había decidido ir a esperarla fuera de la escuela e ir con ella a comer algún lado, así tuviera que regresar a la oficina mas tarde a terminar los pendientes.
Así que checando el reloj a cada rato en cuanto da la una me escapo, me siento como un adolescente mientras logro llegar a mi coche y salgo disparado a su escuela.
Pero al llegar me quedo de una pieza cuando la veo platicando con un chico, me digo que respire que tal vez es un compañero de la escuela, pero pronto desecho esa teoría él no lleva uniforme, aun así me quedo parado, esperando.
Me recuerdo que tengo que confiar.
Entonces ellos empiezan a caminar, salgo del coche y los sigo. Se detienen dos cuadras mas adelante en un café, me quedo afuera y los veo tomar asiento. Pienso que debería marcharme y esperar a que ella me cuente mas tarde, pero entonces ella toma sus manos y todo se pone rojo en mi visión.
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