Olwen

El búho de hielo era el guardián perteneciente al líder de la torre mágica. A los ojos de Camelia solo parecía un ave poco común y hermosa, pero en realidad su presencia no traía nada bueno.

La había visto cerca a la casa de Camelia cuando la saque bajo la excusa de ir a la feria en la plaza. Pensé que sería suficiente para despistar al ave, pero terminó siguiendo nuestros pasos.

Llevé a Camelia hacia el bosque de nieve sin tener un plan en mente. Lo único que pensaba, en ese momento era escapar del guardián que seguía nuestros pasos.

—¿A dónde vamos? ¿Por qué corremos? —preguntaba Camelia, pero no tenía tiempo de responder seguía oyendo alas de ese búho aletear cerca de nosotros.

—Te lo explicaré después —alegue para seguir el camino sin rumbo que tomaba.

Lo cierto era que trataría en lo posible de no mencionar el tema. Cuando encontráramos un lugar seguro, desviaría el tema para no tener que decirle la verdad.

No es que me gustara mentirle, solo creí que decirle que en realidad no fui asignado para vigilarla sino que yo me autoasigné la misión, no era una buena idea.
¿Cómo lo sería? Si después de todo tenía a los demás ángeles de nieve detrás de mí, y ahora hasta la mascota del líder de la torre estaba tras mis pasos.

Lo único que quería era proteger a Camelia y su familia, pero eso tampoco podría decírselo.

Mientras seguía corriendo por la nieve, pensaba en que mentira usar para mantenerme cerca hasta el fin de esa navidad. Era todo lo que quería, luego podría ser felizmente castigado por el líder o los demás ángeles de nieve. Solo deseaba pasar esa navidad con los
Iclyn y estaba decidido a conseguirlo.

Continuará…