Camelia

En mi vida no recordaba momento más vergonzoso, que el que pase con Olwen en aquella cena familiar.
A la mañana siguiente me desperté con la mirada intensa de toda mi familia a mis espaldas, todos esperaban por ver cómo la historia de amor entre Olwen y yo comenzaba.

Mientras que yo, no tenía planeado decirles la verdad. Después de todo Olwen estaba disfrutando de la compañía de todos, que ahora estaban más relajados con su presencia que antes. Al parecer era mejor que pensaran que estaba saliendo con él, en lugar de verlo como un frío guardia de hielo.

Sí, ese sería mi pequeño secreto. Al menos hasta que esa navidad terminará, nadie nunca sabría que Olwen no fue mi novio y cuando su misión terminara se iría, todo volvería a la normalidad. Después de todo él no podía tener una familia, aunque quisiera, así que al menos podía hacer de mi familia suya por un tiempo. Sabía que las cosas eran así, pero nada me impedía desear que ojalá la farsa pudiera ser real por mucho tiempo.

—Olwen, ¿te gusta cantar? —preguntó mi sobrina sentándose al lado de Olwen durante el desayuno.

—No lo he intentado antes, pero quisiera probar alguna vez —confesó notablemente emocionó con la idea.

—Entonces, qué tal ahora —sugerí apoyando la idea de mi sobrina Kimi—. Mira en la escuela, le dieron un cancionero con villancicos para está temporada —mencioné señalando al libro que ella sostenía.

—¿Villancicos? Suena interesante, pero no quisiera arrui…

—¡Vamos! Ya termine mi desayuno —dije para arrástralo de hacia la sala junto con Kimi.

Entre ambas logramos convencer a Olwen que al principio se vio evasivo y reacio a cantar junto a nosotras.

—Vamos, será solo una melodía, Kimi ama los villancicos navideños —pedí asegurándome de usar los ojitos tiernos que papá me mencionaba que siempre ganaban.

—Está bien, pero solo será uno —accedió inmediatamente y se propuso aprender la letra de la canción.

Kimi escogió para nosotros aquel día, el villancico de “Rodolfo el reno”. Lo que hizo que nos acordáramos, casi a la vez que debíamos ir a ver cómo estaba nuestros pequeño amigo zorro que seguía en el establo.

Continuará…