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CAPÍTULO VI

Capítulo 6


"Un Ángel enamorado"

El tiempo pasaba tan rápido. La rutina se seguía repitiendo igual. Los chicos eran en extremo cuidadosos conmigo. Erick se iba haciendo indispensable en mi vida, era muy constante y atento conmigo, de vez en cuando me robaba besitos y cuando lo hacía mi cuerpo revolucionaba a mil por minuto, nunca pasaba ese límite y yo estaba muy agradecido, porque si él fuera a más no sé cómo reaccionaría. Erick y los chicos entrenaban duro los días que no tenían partidos, el campeonato de fútbol interaulas estaba por concluir.


By y yo, los apoyábamos desde el graderío. Precisamente estábamos en ese lugar, mientras yo reflexionaba sobre algunas cosas que había observado. Algo oprimía mi corazón. Trataba de entender lo que ocurría, encontrar una explicación.

By rompió el silencio y me pregunto:

-¿Estás enamorado de Erick?-

Mi mirada se centró en él y de manera reflexiva conteste:

-By, yo no debo enamorarme, yo no puedo hacerlo, yo.... !no quiero!.-

By:

-¿Por qué?-

Yo traté de simplificar para Byron:

-Es muy complicado. Mi mejor amigo Joseph estaba enamorado, ¡muy enamorado!, él chico que tanto le gustaba lo supo y se acercó a él. Fueron la pareja feliz por algún tiempo, hasta que se enteró que el idiota ese solo se le había acercado para jugar con él, solo por ganar una apuesta.-

Suspiré profundo y continué:

-Tú ya lo viviste con Diego. No encuentras la forma de consolarlos cuando ocurre algo así. Lo único que te queda y puedes hacer es estar allí para ellos. Ese año, ni siquiera fui de viaje en las vacaciones, solo mi hermano viajó. Johnny que es un buen amigo y yo, no nos separamos de Joseph. Los tres hicimos un juramento, prometimos que.... ¡No nos enamoraríamos nunca jamás!.-

Para cambiar un poco el tema, me atreví a preguntarle a Byron, mientras miraba a Franco jugar en el campo:

-¿Tú, cuándo se lo dirás?-

Byte abrió los ojos de manera sobrenatural, analizo detenidamente mis expresiones y el lugar al que se dirigía mi mirada y conteniendo la respiración me dijo:

-Por favor dime que no he sido tan obvio, como para que todos los demás lo sepan-

Sonreí con dulzura para tranquilizarlo y le dije:

-No. Lo guardas muy bien. Como te habrás dado cuenta, soy yo que tengo una maldición que me hace analizar demasiado las cosas, que lo he notado.-

Hice una pausa, luego continué con mi razonamiento:

-Yo pienso que él siente sino lo mismo, algo parecido a lo que tu sientes por él. No estaría demás que le dieras un empujón para ver que resulta.-

Byte respiró profundamente de nuevo y giró sus ojos a otro lugar y me dijo:

-Hace mucho que conozco a Franco, nunca se ha acercado a mí, ni remotamente. Durante este tiempo, todo se ha resumido a actividades con el grupo. A veces llegué a pensar lo que tú sospechas, más bien... a soñar. A veces siento su mirada, pero luego pienso, él es muy observador en torno a todos nosotros, así que igual me mira a mí, como también a los otros. Además piénsalo, él es el "Doctor Corazón", no crees que sería a él a quien correspondería dar el primer paso, si realmente yo le gustara.-

Por toda respuesta y para finalizar le respondí:

-A veces mientras estas dentro del huracán no eres sensato, no razonas. Doc podrá analizar las cosas y aconsejar a quien se encuentre dentro de la tormenta. Pero, ¿Qué pasa si él mismo está dentro de una?-

Ambos hicimos silencio, ya que Erick llegaba corriendo a la malla que separaba el campo de los graderíos, él nos dijo:

-Solo iremos a ducharnos y luego nos reuniremos en la cafetería, el director del Instituto nos dará una información y luego nos podremos ir a casa.-

Byron le respondió:

-Nosotros nos iremos y los esperamos allá-

Erick sonrió de manera boba y luego movió sus dedos en señal de despedida.

Ya estábamos en la cafetería, esta se veía repleta, yo miraba a cada chico y aún reflexionaba acerca de lo que venía dándome vueltas en la cabeza.

Esperamos unos minutos más y los primeros que llegaron fueron "los rinos" Y para sorpresa de todos los presentes ***se fueron a sentar en la misma mesa de siempre*** (que conste y quede anotado mi sarcasmo). Los profundos ojos café de Damian se fijaron en los míos y por unos minutos nos quedamos así, viéndonos sin expresar nada en particular.

By me sacó del trance con un codazo que dio en mis costillas y me preguntó:

-¿Qué haces?, ¿por qué lo ves así?, ¿quieres provocar pelea?-

Yo miré directamente a Byron a los ojos y le dije:

-Durante el tiempo que he estado aquí, he observado una conducta repetitiva, no sé si me equivoco, esto me ronda en la cabeza y me da intranquilidad.-

El rostro de By se veía como si tuviera esos signos característicos de interrogación, yo solo lo solté sin miramientos:

-Tú no has observado que Damian se vuelve hostil y grosero, únicamente cuando está cerca de Erick. Cuando Erick no está, Damian es distinto.-

En el rostro de By ya no cabían los signos de interrogación que se le estaban formando.

Yo proseguí:

-Quiero comprobar si lo que he observado, es así. Haré algo y quiero que me ayudes observando, observa las reacciones de Damian. ¿Sí?-

By asintió.

Empezamos el experimento y algo disimulados veíamos a Damian, estaba con su grupo, reía y hasta hacía algunas bromas, de vez en cuando dirigía la mirada a la mesa en la que estábamos sentados con Byte y luego miraba hacia la puerta principal.

Yo empezaba a sentir oprimido mi corazón y sentía mi garganta casi cerrada, me sentía acongojado, quería llegar a la verdad y salir de dudas en lo que por algún tiempo empecé a sospechar, pero al mismo tiempo me daba miedo saber que no me equivocaba.

En ese momento, Franco aparecía por la entrada principal de la cafetería, seguido por Erick y luego venía Diego. Justo fue entonces cuando la sonrisa de Damian se borró de su rostro y colocó un semblante frío. Frunció sus labios, giró su mirada hacia nosotros por unos segundos y luego miró a través del ventanal.

By:

-¡No puede ser! ¿Desde cuándo has observado esto?-

Yo solo le respondí:

-By, concéntrate, haré algo y tú serás quien juzgue la situación, yo no podré mirarlo, así que tú serás mis ojos.-

By asintió de nuevo.

Erick llegó justo a la par de nosotros en la mesa, me miraba fijamente y luego sonreía como bobo, como siempre lo hacía, me preguntó si yo quería comer algo y yo le dije que sí, pero que quería que antes de ir a comprar algo me hiciera un favor, le pedí que fuera a mi salón porque yo creía que había dejado mi libreta negra en el escritorio. Erick me dijo que sí. Él y Franco salieron rumbo a mi salón y By y yo pudimos ver claramente que Damian no les quitó la mirada hasta que estos traspasaron la puerta, luego su mirada se centró de nuevo en donde estábamos con Byte y luego prestó atención a los compañeros en su mesa.

By me miraba y trataba de decir algo, pero su mente ahora estaba como la mía, montada en una maldita centrífuga.

Yo solo alcancé a decir:

-By, por favor, concéntrate, sé mis ojos.-

Diego que ya estaba allí, en ese momento estaba muy confundido y me miraba a mí y miraba luego a By.

Cuando Erick entraba de nuevo por la puerta, yo me incorporé y comencé a caminar hacia él con una sonrisa (obvio, era una sonrisa fingida, ya que mi mente y corazón en este momento, en el que estaba comprobando mis sospechas, estaban extremadamente oprimidos) y cuando estaba a centímetros de él elevé mis manos y las puse sobre su pecho y con la sonrisa pintada le dije:

-No me lo vas a creer, pero mi libreta estaba al fondo de mi mochila (hice un puchero y continué diciéndole) -Lo siento mucho, me perd......-

No alcancé a terminar la frase, porque un tremendo escandalo se escuchó a un costado de donde estábamos con Erick. Giré mi vista y observé que Damian iba caminando a toda prisa hacia la puerta, la que empujó con mucha energía y salió sin mirar atrás.

Yo volteé a ver a Byte, quien en ese momento tenía las dos manos sobre su boca y la expresión en sus ojos más que de sorpresa, era de horror.

Erick caminó de prisa a donde se había escuchado el escándalo seguido por Franco, yo como pude empecé a caminar a la mesa donde Byte aun mantenía la misma expresión de hace un rato, mis piernas parecían de un muñeco de trapo. Me senté sin quitarle la mirada de encima a By y cuando esté al fin se quitó las manos de la boca, lo dijo:

-¡¡¿Damian siente algo por Erick?!!-

Cerré mis ojos, en ese momento mi corazón se detuvo por completo, mis pulmones detuvieron todo movimiento, mis ojos se pusieron calientes y tanto era el calor que irradiaban que empezaban a arder, mis sospechas se habían disipado, yo tenía razón. Tuve el valor de preguntar:

-¿Qué fue lo que pasó hace un momento?-

By:

-Justo cuando llegabas cerca de Erick, Damian se paró, si él hubiera tenido láser en los ojos, ustedes dos estarían partidos por la mitad en este momento. Empezó a caminar, un chico traía una charola con su comida y Damian se la arrebató y la estrelló en el suelo, luego se fue casi corriendo.-

Byron entonces empezó a decirle a Diego que cerrara la boca, que luego le contaría. Erick y Franco ayudaban al chico de la charola a limpiar el desastre.

Yoooooo..... yo tenía esa extraña opresión en el pecho, qué era lo que estaba sintiendo, qué era esa horrible sensación para mí nunca antes experimentada, yooooo ¡¿tenía celos?!. ¡No!, ¡no!, ¡no!... ¡No puedo sentir celos!, si los siento es porque.... (más que una interrogación, era una confirmación la que en este momento estaba haciendo) ¡Yo estoy enamorado de Erick! (cerré mis ojos, llevé mis manos al pecho, me incorporé y empecé a divagar y a caminar sin rumbo).

Mis pasos me llevaron frente a mi casillero, ni siquiera podía concentrarme en la contraseña del candado, allí estaba mi celular, necesitaba con urgencia comunicarme con mis amigos de Canadá. Necesitaba hablar con ellos, yo en ese momento los necesitaba tanto.

Un movimiento, una sensación a mi espalda hizo que mi piel se erizara, me alertó. En ese momento reprimí mi visión central y forcé mi visión periférica. Había alguien a mi espalda, lo veía distorsionado, pero si veía claro que se dirigía a paso lento hasta donde yo estaba. Maldita sea, justo en esa fracción del tiempo y el espacio, las palabras de Erick resonaron fuerte y claro en mi mente "No tienes que estar solo, nunca jamás" Parpadee fuertemente y luego volví a concentrarme en la presencia, agudicé mis sentidos y coloqué mi mente y mi cuerpo en modalidad de defensa. Yo aún le daba la espalda. A pesar de ser algo borrosa la imagen que mi periférica me permitía observar, noté que quien se me acercaba, traía los brazos caídos, sus hombros relajados, sus pasos titubeantes, así que no consideré que representara peligro o me fuera a atacar, aún así, por si las dudas, apreté fuerte mis manos y apoyé muy bien mis piernas, en los entrenamientos de taekwondo había aprendido que mi fuerte estaba en mis piernas, con las manos era un inútil.

Al tenerlo a escasos centímetros de distancia, iba a voltearme para encararlo, en ese instante vi la sombra de su mano izquierda pasar a mi lado (casi a la altura de mi sien), hasta quedar apoyada sobre el casillero que tenía enfrente, luego él daba dos pasos para estar más cerca de mí.

Mi sentido de conservación activándose, me hizo reflexionar en la situación: a esta distancia, en la posición que estaba Damian, en la posición que yo tenía, solo bastaba con apoyar mis dos manos enfrente sobre el casillero y ejercer presión hacía atrás para derribarlo. Pero me intrigaba la forma en cómo se me acercó, la forma en cómo su aliento chocaba en mi cuello, la forma en como inhalaba mi esencia, el calor de su cuerpo invadiendo mi espacio.

-¡Maldita sea la confusión! Será posible. No puede estar pasando.. Damian no iba por Erick,... ¡¿Damian iba por mí?!....-

Su voz profunda y ronca interrumpió mis pensamientos:

-¿Entre tú y Erick...?

Mientras él iba haciendo la pregunta, su mano derecha se había pegado a mi pierna derecha y la iba deslizando hacía arriba en dirección a mi cadera...

En esa fracción del tiempo, ya había decidido derribarlo, no permitiría que él me tocara, pero de pronto en una acción rápida el cuerpo de Damian ya no estaba pegado al mío y cuando me giré pude observar a Erick tomando con mucha furia la mano del moreno y con su otra mano le daba un fuerte golpe en el rostro, que lo lanzó hasta el otro lado del pasillo, impactándose con los casilleros que estaban enfrente de donde estaba el mío.

Erick me miró (la mirada de Franco era dulce y serena en comparación con la mirada que tenía Erick en este momento). Con los dientes apretados, los ojos hermosos color miel oscurecidos por el enojo, me dijo:

-¡No permitas que Damian te vuelva a tocar!. ¡No permitas que nadie te toque!-

Yo tenía amarrada la lengua, no podía pronunciar palabra, nunca imaginé ver al Erick que tenía en este momento enfrente.

Él bajó su mirada, su respiración estaba agitada, ya no apretaba los dientes, pero sus labios si tenían esa bella expresión de niño empurrado...

Erick en todo de súplica me dijo:

-¡Vámonos!-

Yo sujeté su mano y comenzamos a caminar, con disimulo miré a Damian sentado en el suelo, limpiándose la sangre que brotaba de su boca y sus ojos fijos en mí.

Antes de abandonar el lugar por completo, Erick se detuvo y sin voltear a ver a Damian le dijo:


-¡Él es muy importante para mí Damian! En un principio solo era un coqueteo, pero ahora estoy seguro de lo que siento. No vuelvas a acercártele.-

Llegamos a la cafetería y Erick solo asomó la cabeza por la puerta, les hizo señales a los chicos y estos salieron inmediatamente. Fuimos al parqueo, nos subimos en el auto y salimos de allí.

El silencio era incómodo. Erick no había pronunciado palabra alguna. Yo miraba a Byte que estaba sentado en medio de Diego y Franco en el asiento trasero y luego veía de nuevo el camino. Ya enfrente de mi casa, Erick estacionó pero no apago el jeep como acostumbraba a hacerlo. Yo tenía clavada mi mirada en él, pero él solo veía hacia el frente. Me baje del automóvil aun buscando su mirada, pero al ver que este solo miraba el horizonte sin prestarme atención, me separé del automóvil y Erick arrancó dejándome allí parado, ni siquiera esperó a que Franco se pasara al asiento del copiloto como era habitual. Lo último que escuché fue el grito de Byte:

-¡ERICK DETENTE!-

Pero el carro solo se perdió unas calles más adelante.

Hubiera querido sentarme allí mismo y echarme a llorar, pero estaba en medio de la calle. Fui caminando hacia mi casa, me sentía mareado y con náuseas. Entre, tiré mi mochila y mis llaves al suelo, apoyé mi cuerpo sobre la pared y me deslicé hasta el suelo hasta quedar en posición fetal, abrazando mis piernas.

FICHA DEL PERSONAJE (en la gráfica):


DIEGO (me gusta el nombre)

Estudiante de segundo año diversificado, en el instituto "LaVid aes Lo-ca"

Estatura: 1.70

Cabello: castaño claro.

Ojos: café.

Baso el personaje en parte de la fisonomía de:

(lo siento, solo encontré la foto del chico sin su nombre, me gustó su expresión y el piercing de su lengua.)

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