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3

Salí del pequeño departamento, dejando a mi Kerfuffle dormida, para ir a la presentación de Zecora. Era de mañana pero necesitaba caminar para aclarar mis ideas referentes a los ponis. El lugar donde vivía no era nada del otro mundo, aunque toda la cuidad era así o al menos los departamentos más nuevos, pues los antiguos son un poco mas grandes pero eso no me servía ya que vivo solo… aunque ahora puedo decir que vivo con Kerfuffle o eso me gustaría pensar. Es curioso, le temo a la gobernante de los ponis y duermo con una poni, pero a ella yo le tengo un profundo afecto mientras que a la alicornio le tengo un gran pavor, aunque últimamente ese terror se está transformando en otra emoción, algo aún mas poderoso pero no me quedaba claro en que. Continuaba caminando pero cada vez crecía más y más un impulso de curiosidad por ver que decía Zecora sobre el estado actual de Equestria y sobre el como conquistan a otras criaturas sin violencia.

Luego de un tiempo llegue a la Biblioteca Norte: un edificio que asemejaba más a una pecera pues las paredes eran de cristal, con algunos letreros en donde se leen diversas cosas. En la entrada a la biblioteca me esperaba Pazuzu con dos vasos de leche y con mas o menos diez donas de chocolate.

—Hola —decía mientras comía una dona— compré unas donas y te traje un vaso de leche pues estoy seguro de que no desayunaste.

—Gracias —dije a par que me comía uno de los panes— ¿Y dónde será la junta?

—En la sala de juntas siete —respondió mientras seguía comiendo—, en cuarenta y siete minutos —aclaró.

—Está bien —. Nos sentamos en una banca cercana y empecé a comer junto a mi amigo, agradecido por su gesto.

—Por cierto, me mandarán a un asistente —dijo mi amigo— empezará a trabajar mañana y necesito que me ayudes a darle la bienvenida a mi laboratorio.

—¿Asistente? ¿Y eso porqué?

—Van a mover a mucho personal al proyecto de energía, pues el Elixir Oscuro ya se va a acabar y mi jefa quieren ser de las primeras en tener nueva tecnología, e ir a la cabeza en el negocio.

—Y no será que las cebras que buscan invadir Equestria ¿Lo quieran hacer por el Elixir Oscuro que pueda haber ahí? —cuestioné en voz alta.

—No, de hechos muchos ya quieren fuera el Elixir Oscuro por lo difícil que es el mantenimiento de los Extractores —me aclaró—. Esos deseos por invadir Equestria son porque quieren y porque pueden.

Finalmente llegó el momento de la presentación; recorrimos la biblioteca hasta llegar a la sala de juntas siete, entramos y nos sentamos en una de las sillas que rodeaba la mesa central. Ya había algunas cebras esperando y en el extremo mas lejano, en función a la entrada, estaba Zecora con un proyector, varias diapositivas y algunos papeles. Fueron llegando más cebras, entre ellas Mefisto, y pasado un tiempo la puesta fue cerrada.

—Compañeros cebras —empezó a hablar en voz alta una de las presentes— estamos un total de diez cebras, todos presentes excepto la jefa de laboratorios, pero en su representación fue asignada la cebra Pazuzu —señalo a mi amigo el cual aún tenía un poco de chocolate en su hocico—, dicha esa excepción procedemos a empezar con esta reunión —señala a Zecora —. Empiece por favor.

—Buenas tardes, mi nombre es Zecora y hoy voy a proceder a explicar todo sobre la cultura poni —prendió el proyector—. Para empezar, su gobierno es una especie de monarquía constitucionalista en la cual la líder se hace llamar “Princesa”, tienen un sistema dirigido por distintas asociaciones, cada una con un líder llamado “canciller” —Zecora puso una diapositiva en la cual se apreciaba un círculo, la circunferencia estaba dividida y en cada división había un dibujo. En el centro del dibujo estaba la imagen de una alicornio, cosa que me incomodó un poco—. Hay en total cinco asociaciones: Relaciones Sociales, Educación, Comercio, Construcción y Economía con distintas ramas en cada una, cada canciller controla su asociación, redacta leyes que todos deben seguir y es elegido por la Princesa.

—¿Y dónde entrarían las empresas y corporativos? —preguntó una cebra macho llamado Caronte: era el jefe de una de las empresas que fabricaba los auto-móviles.

—Pues las empresas en teoría no tienen influencia sobre el gobierno —respondió Zecora.

—Pero si el gobierno redacta las leyes, leyes que tienen que seguir, ¿Acaso ellas no tienen control sobre esas decisiones? —cuestionó y algunos presentes empezaron a murmurar.

—No, esto se hace con el fin de evitar la corrupción y para defender los derechos de los trabajadores.

—Y el gobierno, ¿Cómo defiende al trabajador? —habló otra cebra de nombre Fire Cross, dueño del restaurante mas exitoso de la región sur; él a veces me da una despensa. 

—Redactando leyes en favor del trabajador: como establecer un máximo de horas trabajadas, garantizar un ambiente de seguridad y dar un salario mínimo para evitar bajos sueldos además de evitar el despido injustificado.

—¿Y no creé que todas estas restricciones pueden causar un desequilibrio en el mercado, al limitar las acciones de los dueños de las empresas? —dijo Crota: una de las encargadas de un corporativo de varias empresas.

—Siendo honesta, no veo en que podría afectar al mercado —Zecora se estaba poniendo nerviosa.

—Establecer un mínimo de sueldo restringe a futuros empresarios a poder contratar casco de obra de forma barata, esto provoca que cueste trabajo levantar una empresa desde cero sin mencionar el hecho de que, con tantas leyes contra el despido, no puedes prescindir de un trabajador malo para contratar a uno mejor, pues para despedirlo tienes que cerrar la empresa, literalmente.

—Además ¿Quién decide lo que está bien y mal? —habló con tono ofendido otra cebra hembra llamada Fossil —. Digo yo, pues hasta donde se ni siquiera se tiene una definición de bien y mal, y no creo que ellos tengan una definición universal.

—Tememos ejemplos históricos sobre el mal uso de la palabra “Bien”, de como varios han muerto o han sufrido porque alguien con poder impuso su perspectiva —empezó a hablar una cebra anciana de nombre Kars, un historiador muy reconocido en Cébrica— y que mejor ejemplo que nosotros: fuimos atacados, cazados, exiliados por cuestionar el orden establecido, por hacer que otros despierten, que se cuestionen sobre sus princesas y si de verdad eran necesarias.

—Cebra Zecora, hay otras criaturas ajenas a los ponis ¿Tiene información sobre su situación actual? —preguntó la cebra que había hablado al principio, de nombre Rose Tafari.

—Claro —respondió—. Existen varias criaturas no-poni racionales en Equestria: Grifos, Dragones, Cambiantes, Kirins, Hipogrifos, Yaks, Ciervos, Renos, Minotauros, Ponis Vampiro, Gatos, Aves, Búfalos, entre otras —mostró una serie de diapositivas en las cuales se podían apreciar fotos de cada una de las criaturas dichas, tanto en su sexo masculino como femenino— si quieren conocer un poco más a detalle a cada una procedo a repartir, a cada uno de ustedes, un libro donde encontraran descripciones mas específicas de ellas.

—¿Y dónde viven estas criaturas? —dijo con curiosidad Mefisto mientras ojeaba el libro de Zecora.

—Cada criatura tiene su propio reino, pero están empezando a vivir en las ciudades poni con más frecuencia, sobretodo en la capital llamada Canterlot. Aparte que cada vez es más común ver la existencia de relaciones interespecies, es decir, entre distintas especies.

—Interesante —divagó mi amigo, y me le quedé viendo raro.

Desde hace mucho yo tenía una pregunta que rondaba por mi mente, surgió cuando terminé de leer el libro poni, y este era el momento:

—Si un reino o un grupo de criaturas empezaban a causar problemas o se revelaban contra la figura de la Princesa ¿Son destruidos o encerrados? —hablé serio—. En el pasado ocurrió, pero en teoría hay una nueva gobernante ¿Se sigue haciendo eso?

—No —respondió mi amiga—, estoy segura de que ella no haría eso.

—¿Y cómo estás tan segura? —subí mi tono de voz—. Me han dicho que todos los ponis son pacíficos pero ¿Qué pasa con los que no? Y no te creo que todos salgan buenos. ¿Y si ellos en realidad  eliminan, expulsan o marginen a los que no son como la mayoría a fin de mantener la apariencia de paz?

El silencio reinó durante un buen rato y no hubo respuesta de mi amiga. En el lugar alguien tosió, y yo me atreví a hablar.

—En vez de matarlos a todos a lo loco, como era el plan original, yo propongo que simplemente destruyamos a su líder y véanos como se toman la idea de libertad. 

—Me parece una idea curiosa —declaró Crota— es como un punto menos radical, además yo creo que los ponis y las otras criaturas nos pueden ser muy útiles.

—¿Y crees que los ponis lo soportaran? —me preguntó Kars.

—Estoy seguro de que van a poder soportar la idea de vivir sin gobierno. Y si se pregunta de donde saqué esa seguridad, es porque yo duermo con una poni, y ella vive feliz sin reglas —eso sorprendió a casi todos, excepto a Pazuzu.

—Supongo que está decidido ¿O alguien está en contra? —les preguntó a todos Rose Tafari y nadie respondió— se da por terminada la reunión.

Dicho eso último las puertas se abrieron, nos levantamos y empezaron a abandonar el lugar. En eso fui con Zecora, la cual estaba recogiendo todas sus cosas.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, no salió como esperaba y no pude presentar toda la información, pero al menos podré salvar a casi todos los ponis de sus locuras.

—¿Quiéres que te ayude?

—Claro.

Zecora y yo salimos de la biblioteca a altas horas de la noche y le ayude a llevar sus cosas a su casa, la cual no estaba tan lejos pues en menos de diez minutos habíamos llegado a su departamento. Era diferente, bastante mas grande que el mío: con dos habitaciones, sala, comedor para cuatro cebras y una pequeña cocina con su estufa y lavabo. La decoración era muy peculiar pues las paredes tenían algunas máscaras de diversos colores y expresiones, había un caldero en el centro de uno de los cuartos y casi todos los muebles están hechos de madera de jungla. Para ser uno de los bloques de departamentos mas antiguos, estaba en perfectas condiciones.

—Sabías que en Equestria yo vivía en un árbol en medio de un bosque —me empezó a contar—, elegí ese lugar porque me recordaba mucho a esta casa y ahora que estoy de vuelta extraño mi árbol.

—Suele pasar, a ti siempre te ha gustado la naturaleza. 

—En Equestria hablaba rimando, pues tanto color en aquel lugar me inspiraban a que ese fuera mi expresar.
—¿Y si pudieras volverías a Equestra? —pregunté curioso.

—A pesar de vivir experiencias inolvidables y amigos hacer , Cebrica fue donde abrí mis ojos y siempre vivirá en lo más profundo de mi ser.

—Se nota, pues estás rimando mientras hablas.

Zecora soltó una pequeña risa al darse cuanta de eso y fue entonces que dijo:

—Lamento decir que por lo visto solo una cama tengo, así que tendrás que dormir con alguien que puede causar estrago.

—Si con estrago te refieres a la poni con la que dije dormir, no te preocupes, ella entendería —expliqué con calma—, y antes de que me preguntes su nombre es Kerfuffle.

Nos acostamos y ella se durmió casi al instante. Me rodeó con sus cuatro extremidades en un pequeño abrazo, sentía su calor corporal, y antes de finalmente ir al mundo de los sueños tuve un fugaz pensamiento:
Ojalá pudiera devolver ese abrazo.

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