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9

"Sigo pesando en que tu y yo
no eramos el uno para el otro,
pero vaya que a la vida le gustaba
Jugar con nosotros"
Antonio Gómez.

Tristán

Decidido llegue frente a su edificio, bien ahora...

¿Que hago..?

Bueno tocar... Sería lo primero... pero...

¿Y si no quiere abrir?

No, no pienso irme sin hablar con ella.

Estaba a punto de tocar el timbre, cuando un joven salío, aproveche para introducirme en el edificio. Conocía bien de memoria su domicilio, Ella vivia en el tercer piso.

Dude de nuevo frente a su puerta, puse atención por si escuchaba algo, pero no se oía nada, respire profundo y toque.

Unos segundos despues ella abrio la puerta, pude ver su sorpresa.

-Necesito hablar contigo - ella me miro, pero no dijo nada -¿Puedo pasar? - pregunte, sin dejar de mirarme, se hizo a un lado y con la mano me invito a pasar.

Su casa es pequeña, desde la sala podía observa la cocina con una mesa y dos sillas solamente,  la sala consistia en una mesa al centro y dos sillones, muy sencilla pero me gusto. Pude notar tambien dos habitaciones, una era su recamara ya que pude ver ligeramente la cama, la otra permanecía cerrada, imagino que sera el cuarto se baño.

Ella seguía mirandome.

-¿Sucede algo con el trabajo? - me pregunto. -Negue con la cabeza - No entiendo, entonces que suc...

-¿Que paso ese día? ¿Que fue lo te hizo cambiar tu decisión? - ella me vio a los ojos y pude notar como su mirada cambio.

-¿De verdad aún no lo sabes? - percibí reproche en su voz.

-¡No! ¡No lo se! Me lo he cuestiondo por años y no comprendo que fue lo que paso. - Eleve mi tono de voz.

Sin decir nada fue a la cocina y saco del refrigerador dos cervezas, y me entrego una.

-Sientate - me pidio, ella lo hizo frente a mi.

-Tristán... yo por ti rompi todas las reglas que me había impuesto, incluso acepte casarme contigo, sabiendo que eras celoso, impulsivo y controlador.
Estaba dispuesta a dejar todo atras y seguirte pero... para ti no era suficiente.

-¿De que hablas? - pregunte exasperdo.

-¿De que? No dudo que me quisieras, pero tu lo que necesitabas era tu seguridad, ponerme un collar, tu marca de dueño, saber que controlabas mi vida.

-¡¿De que carajos estas hablando?!

-De tu inseguridad, de tu necesidad de tener todo bajo control... si me amabas pero tu necesidad de ser mi dueño era mas fuerte.

-¡Eso no es verdad! - dije exaltado.

-¿No? ¿Y es por eso que tenías a alguien siguiendome todo el tiempo? Para saber donde me encontraba cada minuto del día - ¡Dios! ¿Como... como lo supo? Eso ni Fernando lo sabía. - Si, como ves, me entere de ello.

-¿Pero... como?

-¿Eso importa?

-Por supuesto que si... yo solo lo hice por tu seguridad - debati.

-No mientas, vi el informe, vi las fotos... incluso me vigilabas cuando estaba con Fernando. ¿Que carajos pasa contigo? El es tu amigo, es como un hermano para ti y se suponía que yo era la mujer que amabas...
Trate aún en contra de todo lo que sabía de dar una oportunidad mas a nuestra relación, te pedi tiempo y recuerdas cual fue tu respuesta.

Negue con la cabeza.

-Que si no me casaba contigo en ese momento, no querías volver a verme... y fue cuando lo entendí.

-Y te marchaste sin mirar atras - le reproche.

-¿Y crees que fue facil? Tus malditos celos, tu egoismo y tu necesidad de controlarlo todo, de querer disponer de mi vida, fueron los que me echaron.

-¿Por que no hablaste conmigo?

-¿Para que? Me hubieras mentido de nuevo, hubieras jurado y prometido mil cosas. No Tristán, no hubiera funcionado.

-¿Y tu como lo sabes? - le grite, me sentía molesto.

-Por que aunque tarde comprendí que lo tuyo mas que amor... era una obsesión por ganar, de que oficialmente te perteneciera.

-Angel yo... - fui hacía ella, me puse en cunclillas para quedar a su altura - En verdad te amaba y quería estar junto a ti... pero... pero no sabía otra manera de amarte.

-¿Y creiste que el matrimonio, nos haría estar juntos por siempre? - Dios podía ver tanto dolor en sus ojos.

-Si... si lo creí. - Lleve mis dedos a mi mano izquierda y me quite el anillo que siempre llevaba y le mostre mi dedo anular.

-"Angel" ¿Cuando... cuando te hiciste este tatuaje? - me pregunto mirandome a los ojos.

-El día que nos ibamos a casar - respondí sin soltar su mirada.

-¡Ves! ¡Lo ves! Este es el tipo de cosas que tu hacías, me sorprendías con cosas hermosas y me hacías perder la cabeza, y siempre que estabamos juntos todo era genial, pero despues enloquecías de celos por cualquier cosa y hacías estupideces que me mostraban como eras en realidad.

Ella se levanto del sillón, apartandose de mi, comenzo a caminar de un lado a otro, de pronto se detuvo y me miro.

-Tristán aún así, no hubiera durado...

-¿Como lo sabes? - conteste aún mas molesto, yo le acaba de mostrar que incluso la llevaba en mi piel, que a pesar de los años no me había quitado el tatuaje y ella simplemente me dice que no hubiera funcionado.

-Por que el amor no es posesión, el hecho de que un acta nos hiciera marido y mujer no era suficiente, la unica manera de tener a una persona para ti toda la vida es amandola con libertad, que no se sienta atado, sujeto y asi quiera regresar a ti por voluntad cada día.

Yo aún permanecía de cunclillas y en el mismo lugar, sus palabras me había golpeado duramente, quizas ella tenía razón pero...

-¿Estas segura que fue eso? - me puse de pie y la mire fijamente - ¿Que no fueron tus miedos? ¿A tener una relación con etiqueta lo que te hizo huir?

Ella miro un poco sorprendida, despues me miro con enojo y por último con tristeza.

-Veo que esta conversación no nos va a llevar a ningún lado, Querías respuestas y te las di, aunque no te las merecieras. Asi que... - me señalo con la mano la puerta, busque alguna razón para no marcharme pero no la encontre, sintiendo como el ultimo vestigio de luz se me escapaba fui a la puerta.

-¿Sabes?- ella hablo cuando di el último paso para salir - Quizás tengas razón - me di la vuelta y la observe -  O...  solo sea que estamos tan jodidos que no somos capaz de amar, - sonrió tristemente - De darnos completos, sin miedos... solo tenemos retazos de un corazón, que apenas si es capaz de latir, pero sumergido en la oscuridad y que solo hace daño.

El tiempo parecía ir cada vez mas despacio, pero aún asi permanecía sentado en mi coche, a ratos miraba hacía su casa, y a ratos hacía la nada.

Ya no iba a encontrar nada mas aqui, asi que solo me marche, estuve conduciendo sin rumbo, varias veces pense en ir a buscar a Fernando... pero no me atreví, reconocía que en algún momento tendría que contarle, pero no hoy.

Me negaba a ir a mi casa, hoy mas que nunca me parecia sola, grande, fría.

Termine en casa de mi madre, aún conservaba las llaves, asi que solo inventaría cualquier pretexto.

Para mi alivio fuí informado que ella había salido esta noche.

Pero no tuve tanta suerte con Nana.

-¡Vaya si es la oveja negra!

-Nana...

-Nada, nada ¿Mejor dime que paso? - pense si solo seria mejor marcharme - Y ni siquiera lo pienses, no vas a salir de aqui, hasta que me cuentes que te pasa, aunque puedo asegurarte que tu problema tiene nombre de mujer.

Mire a Nana.

-No, esa mirada es por solo una - me dijo muy suave.

Le conte todo lo sucedido desde el dia que la había encontrado por casualidad en aquella cafeteria.

-¿Si sabes que eres un gran idiota?

-¡Nana!

-¡Que Nana! ¡ Ni que ochos cuartos! Eres un gran inbecil, ¿Y si no dime para que? ¿Por que lo hiciste?

-No... no lo se...

-Ahí tienes, eso les causa solo dolor y malestar a los dos, ¿Y que ganas?

-¿Como responder a eso cuando ni yo mismo se que estoy haciendo?

Nana guardo silencio duramte un buen rato.

-Tristán ¿Por que simplemente no olvidas el pasado?

-¡Por que no puedo..! No quiero - termine en un susurro. -Tengo miedo... de que si olvido, tambien se pierda lo unico bueno que he tenido en mi vida...

Paloma.

Tristán se había presentado en mi puerta sin ningún tipo de aviso.

Seis años... seis años para que pudieramos... ¿hablar? Se que él dijo lo que pensaba, a lo igual yo... pero siento que... le di otro trago a la cerveza, hice mala cara, la cerveza ya estaba tibia ¿Por que siento que solo fueron palabras vacias?

Cuando Tristán se fue me sentía ¿Enojada? ¿Dolida? ¿Triste? ¡Dios!

¿Por que siempre todo con él es tan complicado?

¿Por que con él nunca es blanco o negro?

No, tiene que haber mil tonos de gris.

Decidí irme a la cama, estaba agotada fisica y mentalmente... ¡Vaya fin de semana de mierda! Y eso que hoy apenas era sabado, todavía tenía que sobrevivir el domingo.

El timbre insitente de la puerta me desperto, cuando me levante sentí un dolor intenso en la cabeza ¡Maldición! La luz me molestaba y los ojos me ardían.

Recorde que cerca de las dos de la mañana seguía sin poder dormir asi que había tomado un par de pastillas para poder hacerlo, busque el reloj... eran casi las once de la mañana.

El timbre sono de nuevo, maldiciendo fui atender.

Me quede muda cuando abri la puerta, parado frente a mi  con las mano en los bolsillos Dilan me observaba fijamente.

-Lo siento, te desperte - sentí que su disculpa no era del todo sincera.

-No, no hay problema ¿Quieres pasar?

Dilan entro a la casa pero se quedo de pie detras del sillon, cerre la puerta e iba a pedirle que se sentara cuando note que miraba fiajamente las dos cervezas que había dejado en la mesa de centro.

-Disculpa el desorden, me tome un par de cervezas anoche y me fui a dorrmir sin recoger - me di cuenta de lo falso que había sonado eso en cuanto lo dije, pero no me treví  a decirle la verdad.

-Escapaste - note el leve reproche en su voz, pero decidí ignorarlo.

-No, no lo hice solo que... no podía dormir, estoy demasiado acostumbrada a mi cama - ¡Que excusa tan tonta! -Sientate - le pedí - Tenemos que hablar.

Mientras Dian se sentaba reuni todo el valor que tenía.

-Dilan quiero que sepas...

-¿Sabes? Conociendote quizé darte tu espacio, Estuve esperando tu llamada durante todo el día... incluso... vine a buscarte cuando no lo hiciste, pero no estabas.

-Si salí, tenía una invitación a comer.

-¡Aahh! ¿Y puedo preguntar con quien? — no me agrado su tono.

-Si, con un amigo que conozco desde México, nos reencontramos y me invito a comer para ponernos al día.

-¿Y la pasaste bien?

-Si, Fernando es como un hermano para mi.

-¿Y... me lo presentaras algún día? - era imposible el no darme cuenta del trasnfondo de sus preguntas,
estaba dolido.

-Dilan... si algún día se presenta la oprtunidad, creeme que lo hare pero...

-¿Pero..?

-Dilan lo que paso anoche fue muy hermoso, sin embargo no puedo iniciar una relación contigo, me gustas y mucho, pero... de alguna manera estoy jodida que... ¡Dios! En verdad no quiero lastimarte, pero tengo que ser honesta contigo. No me veo en una relación, casada, con hijos y un perro.

-¡Oye! Tranquila, se que aún eres muy joven, y que en este momento solo piensas en tu carrera, se que para ti es una meta muy importante, yo lo puedo entender.

-Dilan... gracias por entender pero... no es algo por el momento, desde que era una adolecente lo tengo muy claro, no sueño con una boda y el vestido blanco.

-No entiendo, ¿Que no es normal para cualquier ser humano pensar en tener una familia?

-Quizas... pero no para mi.

Dilan me miraba fijamente, se que buscaba en mis ojos cualquier vestigio de mentira.

-¿Por que no me hablas de tu pasado? ¿Que fue lo que te paso para que ahora pienses así? — eso me tomo desprevenida.

-Dilan...

-No, no hagas lo mismo de siempre, me pides que yo entienda, que te comprenda pero tu no eres capaz de confiar en mi ¿Realmente crees que eso es justo?

No, no lo era... pero ¿Como hacerle entender que no me gusta hablar de mi pasado? Que yo misma lucho todos los días por olvidarlo.

-¿Sabes que? Olvidalo - me dijo, mas que rabia podia ver su dolor.

-Dilan, por favor, solo...

-No - su respuesta tan tajante me dejo muda.

Antes de poder decir algo mas, él solo se marcho. Por un momento quize ir detras de él y hacer que me escuchara... pero lamentablemente yo... no tenía nada que decir.

¡Vaya fin de semana de mierda! Primero Tristán y ahora Dilan.

Lo unico bueno había sido la comida con Fernando y conocer a Marijose, ya adoraba a esa pequeña.

Viernes ¡De nuevo se avecinaba el fin de semana! Habían teanscurrido cinco días desde que había tenido mi encuentro con aquel par.

No había tenido noticias de Dilan, y yo no tenía el valor para buscarlo, aunque nunca quise que saliera lastimado... había fracasado.

Tristán al parecer se había convertido en un fantasma, no lo había visto ni una sola vez en la oficina, por Sandy su secretaria sabía que él acudía muy temprano a la oficina, o muy tarde.

Por lo que deducí, él estaba evitandome.

Mentiría si no reconociera lo mal que me sentaba estar en esa situación. Lu me aconsejo que solo les diera tiempo pero... ¿a mi? A mi quien me entiende.

Escuche unos leves golpes en la puerta de mi oficina.

-¿Puedo pasar? - Sandy pregunto cautelosa.

-Por supuesto.

-Lo siento, no quiero interrumpir, te he visto toda la tarde muy ocupada.

Si ella supiera que en efecto mi cabeza se ha mantenido muy ocupada, pero el trabajo no tiene nada que ver.

-No, no es nada, ya sabes no falta el trabajo.

-Si, lo se...oye hoy es viernes y final de mes - la mire con curiosidad - Nosotros acostumbramos a reunirnos en un bar y como es tu primer fin de mes con nosotros, nos preguntabamos si quieres venir con nosotros ¿Que dices?

-¿Nosotros? - pregunte algo confundida.

-Si, algunas secretarias y algunos arquitectos, ingenieros, ect, empleados varios - sonrió.

-¿Y eso?

-Bueno todo empezo con la finalidad de conocernos mejor, ya que como compañeros de trabajo pasamos muchas horas juntos.

-Eso esta genial - realmente lo creía.

-¿Y los jefes tambien acuden? - pregunte como cualquier cosa.

-No, solo nosotros, incluso no se permiten parejas, novios, amantes, esposos ect.

-¿Y eso? - al parecer mi curiosidad crecía.

-Por que la finalidad es convivir y conocernos ¿ Que dices te apuntas?

Mi primer instinto como siempre era decir no, pero parecía escuchar a Lu diciendome "Sal y haz amigos" mi estado de animo estaba decaido y quizas resultara una compañia poco agradable, pero...

-Si Sandy apuntame, esta noche salgo con ustedes.

-¡Genial! Te apunto la dirección y nos encontramos ahí, o ¿Si quieres esperar una medía hora mas y nos vamos juntas?

-Me agrada mas lo segundo, te espero.

El bar se encontraba cerca de la empresa, no era un lugar muy de moda y eso me agrado, a pesar de ser viernes por la noche no estaba muy concurrido.

La proxima ves que viniera invitaria a Jacob y a Helen, estaba segura que les iba a encantar.

Esta noche eramos un grupo de nueve personas, se suponía seriamos diez pero a ultima hora un chico de ingeniería no había podido acompañarnos.

Tenía que reconocer lo bien que la estaba pasando, lo unico malo era aprendermer los nombres de todos, nunca había sido muy buena con eso.

Todos tenía historias que contar y eso es bueno ya que no era el foco de atención.

Me encanto ver que todos se ponían a bailar juntos, de verdad que me resulto fácil mezclarme, definitivamente Lu estaría orgulloso de mi.

A las once de la noche un mesero vino a nuestra mesa y coloco una botella de tequila, me resulto raro ya que la mayorimía tomaba cerveza.

Mire a Sandy.

-Es la hora del juego - grito un poco.

-¿Juego? - pregunte aún sin entender.

-¡Siiii! ¡Verdad o tequila!

-Eso no existe - me reí - Es reto o castigo, o verdad o castigo.

-Si, pero asi es mas emocionante, solo tienes que hacer un juramento - se pudo muy seria y los demas de la mesa la imitaron.

-Levanta tu mano derecha - lo hice - Bien ahora repite conmigo "Juro solemnemente...

-Juro solemnente...

-"Que mis intenciones no son buenas... - No pude evitar reirme cuando reconoci esa frase - Shhhhh seria - me ordeno y obedeci.

-Que mis intenciones no son buenas...

-Pero... lo que pasa en el bar, se queda en el bar - termino aún mas sería.

-Pero lo que pasa en el bar, se queda en el bar - repetí.

-Si no cumpliera mi palabra todos negarían mi versión y no me invitarían de nuevo - repeti palabra por palabra aunque me ganaba la risa.

El juego consistía en usar una botella, la cual se hacía girar, cuando la botella se detenía de lado donde quedaba la boquilla indicaba quien haría la pregunta de cualquier tipo a quien apuntaba la botella con el fondo, si el preguntado se negaba a responder se tenía que beber un caballito de tequila, si alguien mas se ofrecía a tomar su trago era permitido.

Pasaron las tres primeras preguntas de las cuales dos prefirieron tomarse el caballito.

Para la quinta ves que se giro la botella fue mi turno de que me preguntaran.

-Señorita Jefa - el turno de preguntarne fue de David un chico que estaba en mi proyecto - Diganos ¿Algún romance apasionado?

¡Demonios! No se le había ocurrido otra pregunta.

-Tequila, escojo mi tequila - dije sin pensarlo dos veces.

Todos abuchearon e hicieron bromas, Sandy que estaba a mi lado fue la encargada de servirme mi trago.

Siguiendoles el juego y haciendolo mas dramaticos les ofreci el trago antes de llevarmelo a la boca.

Puse en practica lo que Lu me habia enseñado sobre un derecho de tequila, toma aire por la boca, ten a la mano tu sal y limon, tomatelo sin respirar y todo de golpe...

-Buenas Noches.

La voz a mi espalda me hizo atragantar.

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