Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7

"Porque, sin buscarte
te ando encontrando
Por todos lados,
Principalmente...
Cuando cierro los ojos"
Julio Cotazar.

Paloma.

Me sentía furiosa, no me equivoque al pensar que él no perdería la oportunidad para recordarme que le hice daño.

Pero no le iba a resultar tan facil,por que a final de cuentas había tomado la mejor decisión.

Tristán me ordeno, si me ordeno por que solo eso sabe hacer, que me quedara despues de la junta. Imagine que sería para insistir en lo de su fin de semana, asi que decidí que si me volvía a insultar con lo mismo, esta vez le daría una buena bofetada.

Pero me equivoque, cual fue mi sorpresa cuando él comenzo hablar de los cambios en los planos de construcción.

Pero me sorprendi aún mas cuando hablo de las mejoras, para hacer calidad de vida, por un momento me recordo cuando lo conoci, cuando levanto de nuevo la cafeteria donde trabaja sin pedir nada a cambio, bueno solo que fingiera ser su novia...

No pude evitar mirarlo.

Su rostro ahora mas maduro, me parecía mas atractivo. Llevaba una barba muy ligera, pero muy bien cuidada que junto con su cabello negro le enmarcaba la cara de piel blanca, y sus ojos de ese color azul que siempre me parecieron calidos y dulces, ahora me miraban gelidos, endurecidos.

Llevaba puesto un traje negro que le acentuaba perfectamente la figura, podía imaginar que seguia cuidando de su fisico. Él se encontraba de pie, frente a mi con sus manos dentro de los bolsillos, y me miraba fijamente.

Mentiría si dijiera que no me provocaba algo, mi cuerpo a lo igual que haces seis años reaccionaba tan solo por una mirada.

-Osito - se escucho una voz a mi espalda y el busco con la mirada.

El contacto visual se habia roto, tratando de controlar mi corazón que latia como un desbocado y buscando serenarme, empece acomodar mis papeles.

Un repicar de zapatos avanzaba hacia nosotros, una mujer vestida con traje de diseñador paso a mi lado sin ni siquiera verme. Se le lanzo encima, el parecio sorprendido, me miro por unos segundos y despues la abrazo.

Y entonces note que una de sus maños tenia varias marcas de cicatriz en la piel.

Quizas seguía en las peleas o carreras callejeras, levante la vista y el me veía fijamente, desvie la mirada a mis cosas y evite mirarlos de nuevo.

-Amor ¿Donde te metes? Te he estado buscando - ella hablaba con una vocecita de niña.

-Sara estoy algo ocupado, tengo trabajo.

-¿Ahhh si? No me había fijado pense que estabas solo.

¿Solo? ¡Ja! era imposible no verne cuando entro, mustia.

-No, no lo estoy de hecho te presento a...

- ¿Tu nueva secretaria? - dijo sin ni siquiera mirarme.

-No, es la arquitecta Villanueva, ella...

-¡Ahh¡ - me miro de arriba abajo sin disimular que para nada le gustaba.
-No entiendo, tienes mucha gente a tu servicio ¿Por que no dejas que ellos atiendan el trabajo? Y asi tu y yo aprovechariamos el tiempo.

-Sara ya lo hemos hablado, es mi empresa y siempre voy a estar al frente.

-Bien, bien señor gruñon pero invitame a comer.

-Solo dejame terminar antes...

-No creo que sea necesario, ¿No le molesta verdad? mmm... no recuerdo su nombre - me dijo mirandome de forma burlona y se pego mas a él.

- No para nada - empece a recoger mis cosas.

-Sara no, si quieres ir a comer, vas a esperar a que termine, si no puedes irte. -¡Ja! Me hubiera gustado aplaudir, ella lo miro con cara de perrito regañado pero el ni se inmuto.

Me quede sin saber que hacer.

-Amor, no te enojes - ella se pego aun mas a él, si es que eso es posible y lo beso.

De ninguna manera podía decir que eso no me impacto, tome mis cosas y busque salir de ahí.

-Señorita Villanueva no hemos terminado - escuche su voz en cuanto me puse de pie y di la vuelta.

-Señor Hamilton se que no, pero en vista de que usted esta ocupado...

-Sientate - su voz sono tan fuerte que me sobresalto y eso me molesto.

-No es necesario, ya tengo anotado todo lo que necesita - lo desafie con la mirada.

-¿Asi? Entonces quiero los nuevos planos para el lunes.

-Cuente con ello - ¡Dios! Con que gusto me le iba a la yugular y lo estrangulaba junto con su rubia hueca.

-¡Pequeño Deñonio!

La voz en la puerta me hizo sonrerir, me gire.

-¿Asi que era cierto? Ven aca.

-¡Fernando! - él me extendio los brazos y corri hacia él, sentia tanto gusto de volver a verlo.

-¡Pequeña! - me abrazo fuertemente - Eres una malcriada si no vengo a buscarte, tu no vas.

-Disculpa hoy es mi primer día, pero juro que iba hacerlo.

-Anda, anda salamera... ya se, te perdono si vamos a comer.

-Por supuesto - sus palabras sonaron tan sinceras que me hizo sentir en casa.

Fernando tambien había madurado, aún tenia esa hermosa sonrisa siempre en los labios y me hacía sentir como su hermana menor.
Fisicamente era un hombre muy atractivo, moreno y alto y con una mirada dulce y a la vez penetrante.

-Fernando no hemos terminado - escuche a Tristán detras de mi.

-No des la lata, ademas estas ocupado - bien sabía que lo decía por ella.

-Ella aun tiene que conocer su oficina y el personal que estara a su cargo. - Tristán no disimulaba su molestía.

-Y lo hara, pero tiene que comer, cuando regresemos yo mismo la llevare.

-Esta bien, esta bien, y ya que van a comer vayamos juntos. — Ofreció.

¡¿Qué?! Se le había safado un tornillo, de ninguna jodida manera.

-No gracias amigo, esta belleza y yo tenemos mucho de que hablar y pues comprenderas que cuatro son multitud - lo mire tan agradecida y él descaradamente me guiño un ojo, no pude evitar reír. -¿Vamos Princesa? - Fernando me ofrecio su brazo, sin pensarlo dos veces lo tome y sali de ahí, sin mirar atras.

No mire ni una sola vez hacía atras, pero podria jurar que sentía mi espalda taladrada por la mirada de aquellos dos.

En cuanto se cerraron las puertas del elevador, pude respirar. Mire a Fernando quien a su vez me veía.

-Anda, pregunta - negue con la cabeza, sentía que si lo decía en voz alta dolería aun mas.

-Bien, yo te lo dire - no sabía si darle las gracias o pedirle que no lo hiciera - Tristán y ella tienen años saliendo, nunca ha sido nada serio pero ella...

-No lo piensa dejar - pense en voz alta.

-¡Exacto! Ya sabes como son algunas relaciones.

No, no lo sabía, yo jamas había estado en algo asi, y me era imcompresible como algunas mujeres tienden a soportar la falta de amor de su pareja, o ser tratadas como objeto solo por mantener un nivel social.

Fernando tuvo el tino de escoger un restaurant muy tranquilo, y eso nos permitio poder conversar.

Me pregunto sobre mi vida en Nueva York. Y comence contandole desde que llegue para cursar la universidad.

-Pequeña senti mucho lo de tu mamá, me hubiera gustado acompañarte pero me encontraba en España, y para cuando me entere tu ya habías regresado aqui.

-Lo se, gracias. ¿Sabes? Aún la extraño mucho y con Lu en México hay dias en los que me siento muy sola - Fernando me tomo las manos y me dio un suave apreton.

-Pues no mas, yo estare siempre que me necesites - me sonrió.

-Gracias, pero ahora dime ¿Tu sabes que pretende tu amigo al tenerme en su empresa? - vi su lucha interior.

-Paloma te voy a decir lo msmo que le dije a él, los aprecio demasiado a los dos, asi que yo no estare en medio, pero... no permitire que te haga daño.

-Lo siento no es mi intención ponerte en medio de toda esta situación.

-De eso estoy segura pequeña... ¿Me contaras por que lo dejaste en el altar?

-¿De verdad no lo sabes?

-Lo imagino, pero queria escuchar tu versión.

-Quizas algún día - sonreí debilmente.

-¿Aún duele? - asentí con la cabeza, como decirle que no sabía si era por lo que pudo ser, suspiré.

-Mejor cuentame de ti - le pedí.

-Version corta o larga - me desafio.

-Mmmm... la autentica.

-Despues de nuestro viaje a las vegas, acompañe a Tristán por un tiempo - me miro dudando - No fue un buen tiempo. Despues estuvimos en Londres, él se dedico a la empresa y yo tuve que viajar a Madrid, mi padre enfermo y yo pase una temporada con ellos.

Pero ya me conoces, no estuve quieto mucho tiempo, comence a trabajar en un bufete de un amigo de mi padre y ahí... conocí a una mujer.

-Eso no es raro - bromee, él esbozó un intento de sonrisa.

Fernando se quedo callado con la mirada perdida, pero no pude evitar notar la amargura en su voz, decidí guardar silencio hasta que él continuara.

-En fin - prosiguio - Me enamore - lo mire asombrada - Si no me veas asi, lo hice. Ella era bonita, inteligente... demasiado. Salimos por seis meses antes de que tuvieramos intimidad, déspues de un par de meses me dijo que estaba embarazada y...

¡Dios! Me sentía en shock, no parecia aquel hombre que yo había conocido, incluso pense que en cualquier momento diría que bromeaba.

-Y de ahí solo eran peleas, - lo mire mas atonita - Ella cambio radicalmente, yo le propuse casarnos y no quiso, nos fuimos a vivir juntos y de ahí todo se jodió aún mas, ella odiaba estar embarazada y me culpaba, ella queria seguir de fiesta y como comprenderas era imposible.

-Fer lo lamento - no podía procesar lo que decía, pero se notaba que aún le dolía.

-Lo se pequeña, en fin para no hacer el drama mas extenso, a los dos meses que nacio Marijose, se fue.

-¡Es una niña! ¡Espera! ¡¿Se fue?! ¿Como que se fue?

-Si un dia llegue del trabajo y me encontre que habia tomado sus cosas y se habia ido.

-¿Y la niña? ¿Marijose?

-La dejo, según ella conmigo estaría mejor.

-¡Dios Fernando! ¿Acaso esta loca?

-¿Que te puedo decir? Durante los siguientes meses me quede en el mismo piso, esperando a que ella se arrepintiera, pero no lo hizo, cuando Marijose cumplio un año contacte a Tristan y él estaba a punto de venir a Nueva a York, y aqui estamos.

-¿Cuantos años...

-La niña tiene dos, pronto tres.

-¿Y el vivieron para siempre felices? - pregunte sarcasticamente.

-Solo en los cuentos princesa, solo en los cuentos.

-Me gustaría conocerla - le pedí.

-Por supuesto, le encatara su tía - mi sonrisa se hizo muy ancha.

-¿Tía?

-Si, solo tiene a sus titos pero viven en españa, y aqui solo a su tio Tan.

-¿Tan?

-Si Tristán.

-¡Oh!

Tristán

Estaba que me llevaban los diez mil demonios. En mis planes no estaban ni Fernando ni Sara.

Pense que iba a pasar la tarde con ella, aunque fuera por trabajo.

Ademas estaba el hecho de que no podía negar que me había enojado ver como a recibió a Fernando, como le sonrió, de aquella manera en que se le ilumina el rostro.

Y ademas se habían ido juntos.

Cuando llego Sara me molesto, pero vi como a Paloma le incomodo y quise aprovechar la oportunidad... y todo me salio mal.

Sara no había parado de hablar desde que salimos de la oficina, pero me daba igual, no escuchaba casi nada de lo que decía.

-¡Ey! Amor - me toco el brazo.

-¿Que pasa Sara?

-¿Te pregunte a donde te gustaría ir a comer?

-Donde quieras - la verdad me daba igual... ¿Donde habran ido a comer?
¡No! No podía perder el control de nuevo.

¡No! esta vez no.

Sara habia tomado el mando nuevamente durante la comida, pero realmente me daba igual, no podía sacarla de mi mente.

Cuando ya no pude mas le pedi que nos fueramos, aunque yo no había probado alimento, solo había tomado algunas copas.

Lleve a Sara directo a su casa.

-Osito ¿Ya te vas? Pense que podríamos pasar la tarde juntos, tenemos varios días sin vernos - ¡Dios! Que siempre tiene que usar esa voz.

-Sara tengo que regresar al trabajo.

-Anda, te aseguro que la pasaremos muy bien, es mas te hare olvidar todo.

¿Olvidar? Por que no.

Ya había oscurecido y me encontraba frente a la ventana con un vaso de vino, Sara se encontraba en el baño.

Mentiría si dijiera que no disfrutaba el acto fisico, Sara era muy buena amante, pero... esta vez estuve pensando en ella.

-Sara ¿Estas lista? - me urgía estar a solas.

-Si amor, pero dime ¿Por que no fuimos a tu casa? No niego que es muy bonito el hotel, pero no vamos a poder pasar la noche juntos.

Precisamente esa había sido la razón, no quería que se quedara toda la noche.

-Solo quise varíar un poco - mentí.

Por mas protestas de Sara la lleve a su casa, y me fui a la mía.

Pero no lograba encontrar un lugar, ni si quiera podía dormir.

Sin pensarlo mas me subi al coche y me fui a los Hamtopns, pasaria el fin de semana lejos de cualquier tentancion... de ella, necesitaba retomar el control.

Deje dicho al servicio donde estaria, pero no podían decirselo a nadie, apagaría mi celular y realmente buscaría mi paz mental.

La casa esperaba en penumbras, como no había avisado que vendría, no había personal de servicio. ¿Cuantas veces la imagine a ella aqui conmigo? Verla sonrerír mientras el brillo del sol y el reflejo del mar iluminaba su rostro.

Sacudi mi cabeza con furía

Agradecí que el otoño se hiciera presente, casi no había gente en esta temporada.

Caminar por la playa al amanecer y la soledad me ayudaban mucho para pensar... lo unico es que ella siempre lograba filtrarse, pero la gran pregunta era ¿Realmente que quería yo de ella? Por momentos pensaba que debería dejar todo atras y hacer que esta vez ella se quedara.

Pero no, no podía olvidar que se fue sin mirar atras, ¿Por que no lo haría esta vez? Al parecer los demonios de su pasado eran mas fuertes.

El lunes llegue a la oficina a primera hora, ella tenía que presentarme los cambios.

Una hora mas tarde la vi llegar, de nuevo lucía profesional, decidí que esperaría a que ella viniera.

Quince minutos mas tarde, mi secretaria me anuncio que me buscaba. Mi pulso se acelero y supe en ese momento que lo mejor sería guardar la distancia, solo tendríamos el trato profesional.

-Señor Hamilton - dijo a modo de saludo.

-Toma asiento - fue toda mi respuesta.

Me mostro los cambios en los planos, hablamos a detalle de su trabajo, de los horarios de trabajo y del personal que estaría a su cargo.

Ella salió de mi oficina y tampoco dijo mas.

Los siguientes días me mantuve a distancía, incluso había ocasiones en las que salía de la empresa.

Me maldecía por haberme metido en este embrollo, según yo por venganza. La cual se iba desvaneciendo.

Hoy no había podido dejar la empresa, se acercaba el final de mes y tenia mucho papeleo que poner en orden.

Llame dos veces a Sandy pero no obtuve respuesta, sali de mi oficina para ver que sucedía con ella y pedirle que me archivara unos papeles y me trajera otros.

Pero no estaba en su lugar, la busque con la mirada y la vi en la oficina de Paloma, me quede observando.

Mentalmente agradeci que las divisiones fueran de vidrio.

Sandy se dio cuenta y salio de su oficina, vino hacía a mi.

-Señor Hamilton disculpe estaba...

-Sandy no te preocupes, solo necesito que archives esto - le tendi la carpeta - Y me organices el ultimo contrato con Spirit.

-Por supuesto señor ¿Algo mas?

-No es todo.

Me gire para retirarme, pero trate de mirar disimuladamente hacía Paloma, hacia varios días que no hablabamos.

-Disculpe ¿La oficina de la Señorita Villanueva?

Un mensajero con un gran ramo de rosas blancas... sus preferidas. Alcance a ver la pequeña tarjeta blanca y senti el impulso de tomarla.

-Sandy te entrego el plano.

-Si Paloma, por cierto aqui te buscan.

-¿Señorita Villanueva? - volvio a preguntar.

-Si, soy yo.

-Me puede firmar de recibido.

-Por supuesto, ven conmigo - se fueron a su oficina. Echando fuego me fui a la mía.

¿Quien se las había mandado?

¿Alguien de la oficina?

O... No, Morgan no había encontrado información de que salía con alguien.

¡¡Maldita Sea!!

Teclee en mi computador y la camara de su oficina me la mostro sonriendo y hablando por telefono, con toda seguridad con quien se las habia mandado.

Sin pensarlo sali y fui directamente a ella. Entre en su oficina sin tocar, ella me miro extrañada pero no dijo nada.

-Me alegraste el día ¡Son hermosas! Y me preguntas por que te adoro - siguio en su llamada.

-Si, esperare muy ansiosa. Oye hablamos en la noche, llego mi jefe. Te amo. - colgó.

-¿Señor que se le ofrece? - me cuestiono cuando vio que no decía nada.

No podía ni articular, ¿Te amo? Sali de ahí sin decir nada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro