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6

"Hay actitudes que duelen,
Cosas que confunden y
Orgullo que distancia"

Paloma

-¡Dios! ¡Dios! Si en la borrachera te ofendí, en la cruda me sales debiendo - los lamentos de Lu, me hacían reír y eso hacia que la cabeza me doliera más.

-Jajajaja te pasas, y ya no me hagas reír. — trate de sostener  mi cabeza.

-Es verdad, y esta vez lo digo en serio no lo vuelvo hacer.

-Eso espero, por que me has hecho beber como tabernero.

-Tenia que hacer que pagaras tu cuota de la universidad.

-¿Cómo? - sabía que no tenía que preguntar, pero la curiosidad mató al gato.

-Si dime ¿Alguna vez te emborrachaste en una fiesta de fraternidad y después tuviste sexo con algún chico muy caliente y despertaste con él?

-No nunca lo hice - y era verdad, es más no recordaba ni siquiera andar mucho de fiesta, y no es que no saliera pero la beca me exigía mucho.

-Entonces agradece.

-¿De que? De amanecer con la cabeza a punto de explotar y con esto- le dije señanlando el parche en mi costado.

-No, de que no amaneciste con un sexy y caliente chico, por que anoche sobraban.

-Lo dudo, con toda seguridad habría vomitado sobre él.

Los dos nós soltamos a reír y a sostenernos la cabeza.

-Deberia ser ilegal, no deberían permitir que uno se haga un tatuaje cuando no está en sus cinco sentidos - me queje.

-Mejor cállate, te pusiste obstinada.

-¿En serio? No me acuerdo. — Y era verdad no podía recordar.

-Bueno yo tampoco pero ya te conozco. - Le aventé la toalla que tenía en las manos - No ya en serio, si te pudiste algo pesada, y más cuando decidiste el diseño.

-Dios solo espero y haya quedado bien. ¿Cuando me bañe me puedo quitar el parche?

-Si pero no te asolees por unos días, no dejes de ponerte la crema y tener limpio y seco el tatuaje. — Hablo la voz de la experiencia.

-Por lo menos estaba tan ebria que no recuerdo si dolió.

-Gracias por eso, por que tienes una boquita de carretonera.

-Lo prometo no vuelvo a beber.

Cuando llegamos al aeropuerto de la ciudad de México Lu y yo nós despedimos, el se quedaría y yo seguiría con mi viaje a Nueva York. Me acompaño hasta que mi vuelo fue anunciado, aunque ya habíamos pasado varias veces por lo mismo, siempre que nós despedíamos me dolía como si fuera la primera vez, de antemano sabía que lo volvería a ver, pero aun no me iba y ya lo extrañaba.

-Promete que pronto iras a visitarme - le exigí.

-Te lo prometo, pasare las fiesta de navidad y año nuevo contigo - lo abracé fuertemente y las lágrimas amenazaron con salir.

-Te quiero mucho - le dije mirándolo.

-Yo más tonta - le di un beso y me fui.

Para cuando llegue a Nueva York ya era más de media tarde, decidí ir a la oficina hasta el día siguiente, incluso no llamaría ni a Helen ni a Jacob. Helen con seguridad vendría a la casa y me acosaria . Descansaría esta noche y mañana me pondría al día, total que podría cambiar en unas horas.

Tristán

Por supuesto que la esperaba, pero aún así la incertidumbre me estaba matando, ¿Donde demonios estaba? ¿Donde se había metidon y sobre todo ¿Con quien? Me lleve la mano al cabello y me lo frote con frustración.

Al parecer después de tantos años, ella aún lograba hacerme perder la calma.

Se supone que no debería importarme lo que ella haga, que si hice toda esa estupidez del concurso fue solo para poder vengarme de lo que me hizo.

Pero aun así la esperaba, quería... Necesitaba verla a los ojos, ¡No! Yo no necesito nada más que hacerla sufrir por lo que me hizo.

Aun no tenía muy claro como iba a seguir con esto, pero encontraría la respuesta.

Por lo pronto ya la tenía en mis manos, gracias a su socia que había firmado el contrato.

Cuando conocí la resolución y supe que ella había ganado sentí mil emociones encontradas, por un lado las cosas había salido como yo quería, pero por otro un orgullo de ver lo capaz que era, incluso Albany reconoció su talento y eso ya es mucho que decir.

Yo mismo había redactado los estatutos del contrato ese mismo día, y no queriendo que Fernando me hiciera cambiar de opinión no le comenté nada, busques otro asesor legal y le di la orden de callar.

Pero cual fue mi sorpresa al llegar a su oficina y que me dieran la noticia de que no estaba. Y para colmo el duende que trabaja con ella no quiso decirme nada. Y para peor los días siguientes de nuevo me encontré con más de lo mismo, había estado vigilando su casa y nunca entro o salió, lo que inmediatamente me llevo a la conclusión de que estaba fuera de la ciudad.

Para que negarlo eso me enfureció aún más.

Así que hice presión para que el duende me firmara el contrato y así tenerla en mi puño, pero eso no me había tranquilizado como yo esperaba, la maldita incertidumbre era una espina en mi mente y en mi... Alma.

Era suficiente.

Salí de la oficina para caminar un poco, el frío otoño se hacia cada día más intenso, di gracias por eso. Necesitaba pensar con claridad.

Encendí un cigarrillo y lo disfrute doblemente, por que en cada calada encontré paz, y logró relajarme. Pero además mi naturaleza rebelde disfrutaba hacer algo que no debía.

Simple yo tenía el control en mis decisiones.

Fui a la pequeña cafetería donde la había visto por el ventanal, se había convertido en mi refugio, de alguna manera lograba paz.

Disfrute mi café poniendo mi mente en blanco, solo me sentaría a tomar un buen café.

Una hora más tarde regresé a la oficina, de nuevo sentía que tenía todo bajo control.

Estaba en una llamada cuando mi secretaria me anuncio que había llegado, no podía negar la sorpresa, incertidumbre, respire profundo tome el control y respondí lo más calmado que pude.

-La recibire en cuanto termine.

Mi secretaria asintio y salio, inmediatamente termine la llamada. Pero la haría esperar, si yo había esperado días ahora era su turno.

Trate de ocupar mi tiempo para no abrir esa puerta inmediatamente, ¿Como era posible que después de tantos años ella lograra hacerme perder el control?

Cuando la conocí era el efecto que causaba en mi, ella me hacía replanterame mi vida, mi mundo y eso me volvía loco. Y al parecer eso no había cambiado.

Tenía que recordar que ella me dejo, que no Le importó que yo hubiera puesto el mundo a sus pies, fue más importante sus metas que mi amor.

Necesitaba una bebida fuerte, tome un escocés con hielo, mire el reloj había transcurrido más de treinta minutos, esta vez mantendría el control siempre.

-Que pase - di la orden a través del teléfono, no me acerque a la puerta para recibirla, me quede en mi escritorio fingiendo que estaba muy ocupado.

Pero cuándo se abrió la puerta me fue inevitable levantar mi vista. Ahí estaba ella de pie, observándome ¡Por Dios! Se veía muy bella, nós miramos a los ojos y supe que necesitaría de toda mi cabeza fría.

"Solo recuerda que ella te dejo"

-Pasa - volví a fingir que estaba revisando unos papeles.

-Tristán... - no pude evitar sentir algo en el pecho cuando la escuché pronunciar mi nombre.

"Solo recuerda...

-Señorita Villanueva tome asiento - sonó más como una órden.

-Tristán es necesario que hablemos del...

-Concurso y el contrato - ella asintió - Bien pero para eso creó es necesario que se siente— esta vez lo hizo.

-Yo... Pienso que... va ser un poco incomodo que trabajemos juntos por...

-Por que me dejaste en el altar sin ninguna explicación hace seis años.

-Tristán...

-No tendría porque, aquí nadie sabe lo sucedido y me imagino que no deseas que nadie lo sepa ¿Me equivoco? Además hace mucho tiempo que yo lo supere y pienso que a tí no te afecto -trate de que mis palabras no transmitieran lo que realmente sentía.

Al ver que no me respondía continúe.

-Señorita Villanueva pense que era una profesional, pero veo que me equivoque.

-Lo soy - ahí surgió algo de ese carácter que yo conocía.

-Dejame decirte que lo dudo - podía ver la tormenta que se iba formando - Entras a un concurso el cual abandono sin esperar los resultados, al parecer para irte... asolear - el tono de su piel tenía un matiz de bronceado el cual deseaba tocar, aprete mi mano - Alguien más firma por tí el contrato, y tu simplemente te apareces una semana después frente a mi y dices que no es conveniente trabajar juntos.

-Se que dicho así, suena que soy una irresponsable, pero no es así. Es verdad que tuve que irme, pero... Tristán de verdad creó que sea muy incomodo para los dos - podía ver como estaba usando sus autocontrol, para no exaltarse.

-Esta bien, como quieras - saque una copia del contrato.

-De verdad gracias, es lo mejor. — se escuchaba... ¿Nerviosa? ¿Aliviada?

-Me imagino que ya tuviste tiempo de leer el contrato - ella me miro extrañada - Sabrás de la cláusula de cancelación e incumplimiento - le di la copia, ella comenzó a leer. - Hay una penalización económica para el que no cumpla los términos.

-¡Pero es una fuerte cantidad de dinero!

-Imagino no es la primera vez que firmas un contrato.

-No pero... Es demasiado no puedo pagar una cantidad así.

-Entonces solo cumple con lo pactado.

-¡Demonios! ¿En verdad no lo entiendes?

Nos retamos con la mirada y supe que ningun cedería.

-Te ofresco una opcion mas.- Ella no hablo pero me miro con interes.

-Pasa el fin de semana conmigo.

-¡¿Qué!? ¿Es una jodida broma?

-No, no lo es - afirme.

-¡Estas loco!.

-Tu fuiste quien pidió una salida, tu decides si la tomas o no.

-Por supuesto que no, ¿Acaso piensas que eso no hará estar juntos de nuevo?

-¿Quien hablo de una relación? Yo solo quiero acostarme contigo - sus manos se cerraron con fuerza, podría jurar que me quería abofetear.

-¡Eres un...

-¿Hijo de puta sin corazón? Que te extraña si tu misma me lo arrancaste.

Mis palabras la golpearon con fuerza, su rostro palideció.

-Bien será como tu quieras, solo que este juego es de dos.

-Perfecto - sonreí cínicamente - Necesito que presentes tu proyecto ante los ejecutivos el día viernes a las diez de la mañana.

-Asi lo haré.

-Y ese mismo día ocuparas tu oficina.

-¡¿Qué!? ¿De que demonios hablas?

-Veo que en tus "vacaciones" no te permitieron revisar el contrato - ella no me respondió y eso me frustro más, ¿Con quien carajos estuvo? - El contrato especifica que tienes que trabajar con el equipo que se te asigne.

-¿Pero... Tengo que atender a los clientes que...

-No pienso interferir con tu empresa, pero tienes que venir aquí todos los días. Arregla tus horarios y me avisas.

La furia que emanaba de sus ojos me penetraba como si fueran dagas, y eso me gustaba, me hacia desearla más, mi mente imaginaba como tenerla tumbada sobre mi escritorio y hacerla mía.

-¿Algo más? -me pregunto en tono muy ácido, no tenía duda de que si pudiera, ella me mataría en ese momento.

-Solo una cosa... No se te olvide que soy tu jefe, así que deja de llamarme por mi nombre ¿Queda claro?

-Lo entendí perfectamente... Señor Hamilton. - salió dando un portazo.

El primer paso ya estaba dado, ahora la tenía en mis manos, no se que esperaba de este encuentro, pero me agrado ver que aun tenía su carácter, iba a disfrutar aun más verla caer.

Había transcurrido tres cuartos de hora cuando la puerta de mi oficina se abrio de golpe y Fernando entro abruptamente.

-¡¿Me puedes decir que carajos es esto?! — me apuraba con una carpeta.

-¡Oh Fernando! Adelante pasa y sientate.

-Dejate de estupideces, Tristán maldita sea, ¿Que hiciste? - tome la carpeta que me ofrecía, aunque no era necesario, me imaginaba de lo que se trataba. Y no me equivoque era el contrato de ella.

-Fernando...

-¿De verdad pensaste que como yo no lo redacte, no me enteraría?

-Fernan...

-¡Eres un hijo de puta! - en verdad estaba molesto.

-Dejame hablar... Y...

-Es una maldita obsesión la que tienes con ella, ¿Cuando lo vas a superar? - quise hablar pero no me lo permitió. -No, no te atrevas a mentirme a mi, ¿Que acaso no fue tu maldita obsesión lo que te llevo a perderla en el pasado? Dime, anda ¿Para que hiciste toda esta comedia?

-¡No lo se! ¡Contento! No lo se, lo único que se es que no quiero que salga de mi vida, que me miento diciéndome que me conformo con solo verla, pero también quiero que sienta lo que yo, y no, no quiero hacerle daño solo... Quiero que sienta lo que yo... desde que me dejo.

-Amigo - Fernando se sentó frente a mi - Cuéntame.

Comencé diciéndole del día que la encontré, que la estuve espiando, la investigación y del plan para atraer la a la empresa. Que yo no tuve que nada ver con la elección de su proyecto. También fui honesto cuando le conté que había redactado el contrato para tomar ventaja y como engatusar al duende para que lo firmara.

Pero del encuentro de hoy no quise hablar, se enfadaría de nuevo.

-Eres mi mejor amigo y hermano, pero no estoy de acuerdo y no te apoyare con esta locura. Yo siempre la aprecie.

-Y no te lo pediría, solo quiero seguir adelante.

El día señalado para su presentación ella llego temprano, la podía ver cuidando todos los detalles en el salón de juntas. Hoy más que nunca agradecía las cámaras ocultas.

Me quede embobado admirandola, de aquella niña de uniforme y calcetas largas solo quedaban sus gestos, ahora su figura era más esbelta y vestía con un traje sastre que la acentuaba más, y sus piernas lucían perfectas en aquel par de zapatos altos, llevaba el pelo en un moño que la hacía lucir más profesional, pero hermosa tambien.

Poco a poco la sala se fue llenando y pude notar que no era el único que la admiraba.

-Señor ya es hora de la reunión - Sandy llamo a mi puerta.

-Que de inicio, en cuanto termine aquí, me reuniré con ellos.

-Si señor.

No tenía nada que hacer, solo quería ver un poco más.

Pronto Paloma tomo el mando, se hacía escuchar y todos prestaban atención... Algunos demasiado. Era el momento, Fui directo a la sala de juntas.

-Como pueden observar la estructura esta diseñada bajo las condiciones requeridas, y usando variedad de materiales, también se cumplen las demandas ecologicas - ella se encontraba de espaldas señalando el pizarrón electrónico.

-Buenos días - todos me devolvieron el saludo, menos ella. Se giró y me observo.

-Señorita Villanueva - le sonreí con descaro.

-Señor Hamilton - Pude notar que seguía furiosa.

-Por favor continúe.ñ — le pedí.

-El tiempo de construcción es de cuatro a seis meses como tope.- Me gusto ver que no se inmuto, continuo con su presentación.

Pero tambien pude darme cuenta que no era el unico facinado en escucharla hablar, pero sobre todo de verla moverse de un lado a otro.

-Señorita Villanueva - ella se giro y clavo su mirada en mi - Realmente es una gran presentación pero... la mayoria pondríamos mas atención si se sentara, ya que su figura es un factor distrayente.

Pude ver como apretaba los puños, y como se contenía, aún asi se sentó.

-Sientese aquí - palmee la silla que era mía, yo seguía de pie. -De aqui puede manejar el pizarron y seguir con la presentación.

Ella no me respondió, pero lo hizo. Empujando un poco mas el limite continue parado de tras de ella, con una mano apoyada en el respaldo. Paloma me ignoro y continuo, la junta duro unos treinta minutos mas.

Los asesores conmenzaron a salir, cuando ella iba hacer lo mismo la empuje suavemente del hombro para que se sentara de nuevo.

-Necesito que hagas unas correciones.

De nuevo no me respondió pero siguio sentada. Una vez que estuvimos solos empece.

-¿Sabes que este proyecto es para una casa de retiro? - fui directo.

-Si, solo que no se me ha explicado de que tipo- Ella era directa tan bien, pero cortante.

-Es para personas de la tercera edad, no quiero que sea un asilo, e pensando que se puede dar calidad - note que ahora si tenía su atención, asi que continue - Quiero que tengan un gimnacio para rehabilitación, una alberca, pero sobre todo que todas las instalaciones sean accesibles - ahora estaba tomando nota - Mas que nada deseo que se sienta como un hogar - Paloma levanto la mirada y me observo, no dijo nada solo continuo mirandome, yo no podía ni tampoco quería dejar de mirarla.

Y como siempre que me quedaba atrapado en su mirada, el tiempo parecía detenerse.

La puerta se abrio de pronto.

-Osito.

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