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24

Te debo las mejores y...
quizás las peores horas de mi vida, y ese es un vinculo que no puede romperse...

Jorge Luis Borges.

Tristán

-Tengo que admitir que su proyecto es el mejor, arquitecta. - Albany nos sorprendió a todos con sus palabras. Al ver que todos seguiamos en silencio prosiguio - ¿Ya tiene tiempo de trabajo y entrega?

-Si, se necesitara un minimo de dos meses, al ser un recinto tan antiguo tendremos que trabajar en partes, y necesitaremos un restaurador para los murales. Y sobre la ampliación de la zona norte, tendrenos que trabajar veinticuatro por veinticuatro, ya que el lado de la calle es una zona principal y no la podremos tener por mucho tiempo inactiva.

Ese temple es algo que siempre le había admirado, y me gustaba la pasión que ponía en su trabajo, pero tambien sabía lo osbtinada y terca que resultaba ser.

-¿Y en cuanto tiempo se puede dar inicio? - procure que mi voz fuera serena, además quería ser profesional como ella, pero tambien quería que ella me mirara.

Busco en sus notas antes de responder.

-En un maximo de quince días, los permisos correspondientes seran tramitados en ese lapso - ella respondió pero no me miro.

-De acuerdo, por mi parte todo esta bien. - Albany se puso de pie tomo sus cosas y salió, acto seguido los demas lo imitaron, observe que ella hacía lo mismo.

-Paloma necesito que te quedes - mi petición era una orden, ella me miro iracunda, pero aún asi no respondió.

Fueron saliendo de uno en uno, podía sentir como nos miraban. Cuando la última persona salio, ella tomo sus cosas y se puso de pie para irse tambien, le cerre el paso.

Ella me miro con desprecio, y supe de inmediato que no iba a ser facil, pero mi rabia se disparo cuando me percate de que ya no llevaba el collar, inmediatamemte busque el anillo, pero tampoco estaba. Asi que a mi vez la mire como su jefe tratando de intimidarla.

-¿Es algo relacionado con el proyecto? - su tono fue helado.

De nuevo quiso salir, me interpuse.

-Tenemos que hablar - mi tono para nada fue nada cortez, estaba deseperado y a punto de perder cualquier hilo de cordura.

-Le repito señor Halmiton, ¿Es sobre trabajo? - no le respondí, trataba de encontrar la manera de hacerle entender sin que perdieramos los estribos -  No tengo nada mas que hablar con usted. - me dijo tajante.

-Si tenemos - replique con autoridad.

-En mi trabajo no trato asuntos personales - dicho esto intento pasarme de nuevo.

-¡No! Esta vez no te iras, no voy a dejar que te escondas de nuevo, ¡Vamos hablar y te advierto que no me importa dar otro espetaculo! - no pude evitar levantar la voz, lo unico que queria era una oportunidad de hablar con en ella.

Nos desafiamos con la mirada, pero ninguno retrocedio.

Respire hondo antes de hablar.

-Pienso que me debes una explicación  - dije en un tono que pareciera calmado.

-Si, tal vez deberíamos de haber hablado y aclarado la situación... pero perdiste la oportunidad, en el momento que me dejaste sola en la calle y llamandote ¿Algo más? - me dijo con una sonrisa y tono sarcastico.

-Esta bien, sere yo quien...

-¡Por favor espere! Señorita Linton ¡Por favor! - Sandy pedía.

-Tristán corazón, necesito hablar contigo - la puerta se abrio ¡Maldición!

-Sara no ves que estoy ocupado - respondí sin dejar de mirar a mi angel endomoniado, vi en sus ojos que se puso aún mas furiosa.

-Si ya veo, creí que tendrías verguenza y ya no te presentarias en la empresa - le dijo a Paloma.

-¡Sara maldición!  ¿Que quieres? - le espeté.

-Tristán lo unico que quiero es que esta mujerzuela  y busca fortuna ya no haga daño, que ya no se cuelgue de ti para conseguir fama Osito. - Ese maldito tono de niña de dos años.

Paloma puso los ojos en blanco, sonrió con amargura y levanto las manos en modo de rendición, y de nuevo se quizo ir, esta vez la retuve del brazo. Ella miro mi mano deteniendola.

-Voy al sanitario en lo que tu arreglas tus asuntos... "Osito" - se safo de mi agarre, tome sus carpetas de trabajo, se que era infantil, pero era mi último recurso, ella solo me miro por un segundo mas y salio de la oficina.

Mientras Sara hablaba sin parar la observe llegar al escritorio con Sandy y dialogar con ella, entonces la vi escrbir algo en un trozo de papel, se giro y me observo unos segudos y se marcho al baño.

Los minutos transcurrian mientras Sara no dejaba de parlotear, y yo de observar por donde ella se había ido, esperando su vuelta.

-¿En verdad es lo que quieres? ¿Una mujer que te ame solo por tu dinero? - eso capto mi atención. - Ademas ella solo te desprestigia, esta arruinando tu imagen, ¡Y la empresa! ¡Te imaginas el daño! Deberias despedirla inmediatamente, tienes que volver a tus cavales. Esa trepadora tiene que marcharse, no te preocupes yo te perdono y volveremos a estar juntos, las revistas nos adoran, nos llaman la pareja perfecta. Yo te ayudare a restaurar tu imagen.

Mi instinto asesino desperto, senti una necesidad de apretarle el cuello, lamente el hecho de que no fuera hombre para poder darle una golpiza.

-Sara vete. - le ordene.

-No - me retó.

-Sara lo mejor es que te vayas ¡Ahora! - El grite.

-No sin que antes me asegures que esa trepadora se va.

Sin decir nada di media vuelta y sali de la oficinan Sara vino detras insistiendo con lo mismo.

-Mira niña, nadie va a venir a mi empresa a decirme que hacer, y ella no se va. - Ya no lo soporte más.

-Entonces exijo una oficina en esta empresa. - me pare en seco.

-¡¿Que?! ¿De que carajos estas hablando?

-Te recuerdo que somos inversionistas en esta empresa, asi que tengo todo el derecho en cuidar el patrimonio de mi familia.

-En todo caso es tu padre quien tiene el derecho en pedir cuentas.

-No, te equivocas soy yo quien lo tiene, mi padre puso a mi nombre su inversion. Y querido como tu estas pensando con lo que te cuelga en las piernas y no con la cabeza... te exijo una oficina.

Necesitaba salir de ahí, alejarme de aquel ser tan despreciable, o iba hacer algo que me traería consecuencias graves, aunque no me arrepentiría de ello.

-Señor Mondragon - la voz de Sandy me hizo volver.

-Tristán - Fernando golpeo mi hombro.

-Aqui tienes a la persona que puede atender tu solicitud, como bien sabes él es el asesor legal - le dije con acritud a Sara, me dirijo a mi amigo - Toda tuya.

Sin esperar mas sali a buscarla, ya había demorado.

El elevador hizo sonido de detenerse, las puertas se abrieron y mi madre salió de él.

-Tristán- se acercó a darme un beso.

-Madre - La salude y quise seguir adelante.

-¡Espera, necesito hablar contigo!

-En un momento regreso - fui directamente al baño en su busca, entre sin pensar, solo quería encontrarla y que pudiéramos hablar, pero ella no se estaba, la busque por los pasillos, pero no había rastro.

Desesperado fui al cuarto de cámaras, no podía solo desvanecerse. Después de unos quince minutos los cuales se me hicieron muy largos, la encontré, ella había ido directa al estacionamiento, un coche ya la esperaba, lo abordó y desaprecio en el.

Busque algún dato o indicio de quién iba con ella, quién demonios era su acompañante, pero solo obtuve las placas del coche.

Maldiciendo, y ahogado en mi propia furia regresé a la sala de juntas.

-Señor Hamilton - Sandy se levantó de su escritorio, solo la ignoré y seguí de largo.

Fernando se encontraba en medio de una llamada, estaba tan furioso que no podía quedarme quieto, ni siquiera había prestado  atención a las palabras de mi amigo hasta que empezó a reírse.

-Bien, muy bien yo trasmitiré el mensaje - colgó.

-Tristán, amigo...

-¿Qué pasó con la arpía? - pregunte secamente.

Fernando me miro y se dio cuenta que mi maldito mal humor iba a explotar en cualquier momento.

-¿Te parece si vamos al gimnasio mientras hablamos?

Traducción "No son muy buenas noticias, vamos a que golpees algo y saques tu furia "

-Vamos - dije apretando  los dientes.

Fernando me había convencido años atrás de instalar un pequeño gimnasio en la empresa.

"Es solo para sacar el estrés "

Pero los dos conocíamos mi carácter de mierda.

-¿Empiezas tú o yo? - pregunto sarcásticamente, ya nos encontrábamos en la jaula de pelea.

Sin responder tire el primer golpe.

- "Mi vida está jodida si no tengo control, y si no está ella me siento vacío, solo y sin un maldito rumbo"

Fernando se tambaleó un poco pero no cayó.

-Pues mi vida tampoco es un lecho de rosas, tengo una hermosa hija pero mi vida sexual se ha reducido al mínimo - me espeto mientras me daba un golpe con el puño.

-Pero tienes a Marijo no estás completamente solo, gilipollas - solté otro golpe.

-Y tú tienes a tu madre, a Nana y tienes una mejor vida sexual que la mía, y ademas tienes... - él dio otro golpe -  "A tu osita" - terminó diciendo en burla.

-¡Ahh no eso si no! - me le fui encima y caímos los dos al piso.

Seguimos forcejeando un buen rato, hasta que las fuerzas nos abandonaron, nos quedamos tirados y jadeando un buen rato.

-Como en los viejos tiempos - dije.

-Como en los viejos tiempos - me respondió.

-Me levante para ir al frigobar, mi amigo me siguió y se sentó en la pequeña sala, le di una cerveza y me senté frente a él.

-Habla - le pedí.

Él le dio un trago largo a su cerveza antes de responder.

-Bueno lo primero, tu madre fue quien puso en su lugar a tu pesadilla.

-¿Mi madre?

-Si, simple y sencillo. Comenzó a relatar lo sucedido.

-"Fernando, Sara tiene toda la razón para solicitar de forma tan educada una oficina, así que por favor proporcionársela"

-"Lo ves Fernandito, como hablando se entiende la gente" -La muy zorra me sonrió con prepotencia. - ¿Así que me dices cuál deseas es mi oficina o yo la escojo? - dijo señalando hacia la oficina de Paloma.

-¡¿Que?! ¿No me digas que..? —me puse de pie.

-Espera y te termino de contar - me senté de nuevo.

-"No querida Sara, tu oficina está en el cuarto piso. Aquí es presidencia, sala de juntas y solo algún caso especial tiene oficina aquí.

-¡Pero no es justo! ¡¿Esa zorra que tiene de especial?!

-Mira niña, para empezar muestra clase y no des un espectáculo, y la arquitecta Villanueva viene a trabajar en esta empresa, algo qué no puedo decir de muchos. En fin la empresa no te niega tu derecho de un espacio para trabajo, el cual se encuentra en el cuarto piso, y desde ahorita te digo, al solicitar tu derecho también adquieres responsabilidades, tendrás que venir todos los días, en el horario de oficina y tendrás los mismos derechos y obligaciones que los demás inversionistas en esta empresa. ¿Algo más?"

Sara se quedó muda, estaban tan molesta que no podía articular palabra, se dio media vuelta y se marchó.

Fernando se soltó a reír a carcajada abierta, cuando terminó su relato.

-Amigo pero en el cuarto piso casi no hay oficina, la mayoría son cubículos.

-Lo se, ¿Por que crees que puedo dejar de reír ¿Te imaginas su cara? - ahora me reí yo también.

-No cabe duda que mi madre es un fiera cuando quiere, y es capaz de poner a todo mundo es su lugar, y ya no la vi. No me entere que ocupaba, la llamaré.

-Te dejó un mensaje, que le debes una, y ya que no la pudiste atender que ya te enterarás.

-¿Enterarme? ¿De qué?

-No dijo nada más.

Saqué otro par de cervezas, le di una, y yo le di un trago largo a la mía, mi amigo guardo silencio, solo me miro.

-¿Qué? - pregunte fingiendo demencia. Él nos me respondió, solo me siguió mirando.

-Se escapó, de nuevo - termine en un susurro.

-Lo se.

-¿Como que lo sabes?

-Cuando entraste en la oficina con cara de voy a matar a alguien... estaba hablando con ella.

-¿Y por que no me dijiste? ¿Por que no me la pasaste?  ¡Carajo Fernando! ¿De qué lado estás?

-Momento, para empezar yo no estoy de ningún lado, y se los dije a los dos, segundo no tenia por que comunicártela ella me hablo para decirme de la licencia y el permiso de remodelación, y que por cierto tú me vas a dar los documentos que le quitaste.

-¡Maldita sea! ¡Carajo! ¿Hasta cuando va estar con esta tonterías? Estoy seguro que de nuevo va a desaparecer. ¡Necesito encontrarla! Amigo si tú sabes dónde está por favor dímelo, ella tiene que hablar conmigo.

-Tristán en verdad no se donde está, y te puedo asegurar que se lo pregunte pero no quiso decirme, ella estaba segura de que tratarías de sacármelo.

-¡Maldita sea! - me lleve las manos a la cara con frustración - ¿Crees que ella se ira de nuevo? ¿Y esta vez no vuelva... nuca?

-Amigo, no se que decirte sólo... sólo que ella te dejo un recado con Sandy.

Me puse de pie y me le fui encima.

-Sabias eso y no me dijiste nada - forcejeamos, mi amigo se reía. - ¿Dime que decía?

-No lo se, lo juro - me dijo entre risas, lo solté.

-¡Eres un cabron! - le dije antes de salir e ir directamente a mi oficina.

-Sandy - dije en cuanto abrió las puertas el ascensor, ella ya me esperaba de pie y con un trozo de papel en la mano, me le quede viendo.

-Llamo el señor Mondragón.

-Un verdadero cabron - abrí el trozo de papel.

"Señor Hamilton, voy ausentarme por unos días, asuntos personales.
Arq. Villanueva.

Solo esas cortas palabras.

-Sandy ¿Solo esto? ¿No dijo algo mas?

-No señor.

-Sandy por favor, ustedes son amigas ella te debió haber dicho algo.

-No ella no quiso decir nada, ella sabía que usted me preguntaría- dijo a modo de disculpa.

-Si, perdona. Pero Sandy si ella llama ¿Me lo dirías?

-Tenga por seguro que si es por trabajo se lo dire - me aseguró.

-No, no lo harás - afirme, ella iba decir algo pero no se lo permití - Sandy Gracias por ser tan buena amiga, pero por favor si ella necesita algo, lo que sea por favor dímelo, pero que ella no lo sepa ¡Por favor! Solo quiero que este bien. Haz eso por mi.

-Si señor.

-Gracias.

Paloma.

-¿Está bien? - Lu vino a mi encuentro y me abrazo suavemente.

-Realmente no lo se.

-Princesa ya te lo he dicho, ya no cargues más con esto, yo pago la penalización del contrato y...

Negué con la cabeza - Lu Gracias pero no, sabes que siempre enfrento mis problemas, ademas ya solo será un trabajo más y después...  después solo seguiré adelante.

-¿Que fue lo qué pasó? - caminé hacía la ventana antes de responder.

-La junta incluyendo a Albany aprobaron mi propuesta, en quince días empezamos.

-¡Lo sabia! Eres buena y lo sabes, ¿Y... él? ¿Qué dijo?

-Al principio nada, cuando terminó la junta quería que habláramos y casi cedí... pero llego la barbie cabeza hueca a insultarme y salí de ahí.

-¿Y ese hijo de.. - Lo mire - ¿Él no te defendió? - dijo en tono contenido.

-Si, la puso en su lugar, pero yo solo quería salir de ahí., necesitaba salir de ese lugar.

-¿Por que?

-¡Por que si no la hubiera agarrado de las extensiones y hubiera trapeado con ella por toda la oficina! ¡Contento!

-Si, aunque no niego que me hubiera encantado ver cómo le dejabas calva, mi princesa es toda una dama - nos reímos.
-Sabes que siempre vas a contar conmigo.

-Lo se.

-¿Que piensas hacer estas dos semanas?

-Aún no lo sé.

-Ven conmigo a Canadá, antes de que digas que no piénsalo, aunque sea solo unos días.

-Esta bien, lo pensaré... pero por lo pronto hoy vamos a tirarnos al sofá y ver películas.

-No princesa, esta noche es de ¡margaritas!

-¡No estás loco! Aún andan buitres en mi busca, no les voy a dar más, además cada que tienes la ocurrencia de unos tragos para "olvidar" siempre termino haciendo una locura.

-Ya tenía previsto lo de los buitres - sacó de una caja una peluca de cabello muy corto.

-¡¿Qué?! ¡No! ¡No! ¿En verdad crees que con eso voy a pasar desapercibida?

-Si, para empezar no tiene nada que ver con tu actual cabello, yo también voy a usar un disfraz y por último vamos a ir algún bar, no muy de moda o llamativo

-Na, olvídalo ni es tu sueños - repliqué tajante.

-¿En serio? ¿Esto no es llamativo? - dije señalando el lugar.

-Bueno... no es llamativo para gente "Normal"- me dijo haciendo comas con los dedos. -Además venimos de incógnito.

-¿De verdad? ¿Lu un mostacho de Salvador Dalí y unos lentes? - pregunte con burla.

-¿Que? - replicó con fingida inocencia - A Clark Kent le funciona, además y lo más importante es que no te reconozcan a ti, y princesa es perfecto, vas de hombre y estamos en un bar gay.

-¡Dios estás loco!

-Si pero por ti - me guiñó un ojo.

-No definitivamente, yo también lo estoy y más por seguirte el juego.

-Ya déjalo, mejor dime ¿Como te vas a llamar esta noche?

-Solo... llámame cómo quieras, "Cariño"

El lugar era amplio y sonaba buena música, Lu busco un apartado y pidió unas margaritas. Yo no tenía el animo para fiesta, lo único que deseaba era estar metida en mi cama bajo las cobijas y... Lu me miro, se que trata de analizar más estado de animo, él se ha esforzado mucho. Así que pongo mi mejor cara y empiezo a bromear sobre el lugar.

Tratando de no pensar, de no sentir le pido bailar, todo parece ir bien solo me cuido de no beber demasiado no quiero echar a perder la noche.

La música es buena, agradezco con todo el corazón que no bajan la intensidad de la electrónica. Pero pasado un rato viene el cambio la voz de Mon Laferte suena con amárrame, Lu me arrastra al centro de la pista.

-"Ahora si cariño saca la sangre latina y vamos a mover las caderas"

No puedo evitar reírme pero le hago caso, suelto todo mi cuerpo y solo lo dejo sentir el ritmo de la música.

Cerca de las cinco de la mañana arribamos al departamento de Lu.

-Nos tomamos la última y nos vamos a la cama, me dice mientras va a la cocina.

Apago la luz de la sala, dejando solo la pequeña lámpara de mesa, me quedo mirando a través del ventanal, el cielo aún es oscuro como su cabello... ya no lo evito pienso en él, en lo vivido en los sueños sin cumplir, en todo lo prometido...

-¿Mía? ¿Princesa? - Lu se queda quieto detrás mío.

-¿Como te arrancas de la piel lo que tienes tan metido dentro del alma? ¿Como se borran tantos años? ¿Como dejo de pensar en él? - Ya no puedo más y suelto mi llanto que parece no acaba.

-Ya no hagas esto - me pide Lu desesperado - aléjate de él, déjame arreglar lo del contrato - Niego con la cabeza - ¡Por Dios no seas terca! Solo te estás lastimando.

Al ver que no digo nada él continúa.

-Entonces solo habla con él, deja que te...

-¡No! - respondo tajante- No, no quiero escuchar que me insulte, las cosas no son como él piensa. Mi única culpa fue callar, tratar de no lastimar a ninguno.

-No se que decirte, pero te conozco y de terca nadie te gana.

- Necesito hacer esto, cerrar el círculo, esta vez no saldré corriendo y dejar la historia sin concluir y que eso me siga, esta vez me voy a ir pero por la puerta de delantera y la frente en alto.

-Se que lo harás - Lu me abrazo - Ven conmigo a Canadá. Solo serán unos días, tómate esos días para pensar y puedas tomar decisiones con la mente clara.

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