19
Me enamoré de ti, de la forma en que sonríes en la mitad de cada beso, de la manera en la que tus labios besan mi cuello. De la manera en la que te ríes con mis tonterías, de tu presencia.
Me enamoré de la forma en la que me hiciste volver a vivir.
Paloma
-¡¿Que carajos!? - Albany me mira entre desconcertado y furioso-Tengo que hablar contigo - le digo y poco énfasis en mis palabras para que vea que lo tuteo.
-Mira niña no creo que te haya dado la confianza para que me hables así - me miro como poca cosa.
Bien era el último empuje que necesitaba, enarque mi ceja antes de hablar.
-Es una lastima que una persona con su sabiduría y talento le guste denigrar a las personas solo por que le cuelga "Algo" entre las piernas. - Sus facciones crispada palidecieron ante mi comentario.-
Y en cuanto al respeto, se gana no se impone y perdió todo derecho desde el momento en que sugirió que me solo me abrieran piernas menospreciando mi trabajo, y el cual no tiene ningún derecho a juzgar si no lo conoce, por cierto aquí le dejo la invitación para la inauguración a la casa de retiro, incluye los boletos del vuelo.
Me di la vuelta para salir de su oficina, pero antes de cruzar la puerta me volví de nuevo hacia él.
-¡Ahhh! Y los tikets los pague de mi bolsa, de trabajos que he tenido sin necesidad de abrirle las piernas a nadie.
Salí de la oficina y me pare en el escritorio de la chica del baño.
-Así es como he llegado a donde estoy - ella me miraba sorprendida.
Con paso seguro me dirigí al ascensor, mientras esperaba ni una sola vez mire hacia atrás. En cuanto las puertas se cerraron y me sentí segura solté el aire, ¡Por Dios! El alma se me iba a salir y en mis oídos podía sentir como mi corazón golpeaba con tanta fuerza.
Definitivamente la adrenalina había bajado, pero aún así sonreía satisfecha.
Sopese la posibilidad de retirarme de la empresa y dejar que la bomba estallara, pero eso seria ser cobarde, y si ya había enfrentado al troglodita machista... ahora iba por la segunda parte.
El ascensor se detuvo y respire profundamente, cuadre los hombros y salí con paso firme.
Sandy me sonrió como siempre.
-Hola - saludo en cuanto me acerque.
-Hola Sandy - mire hacia la oficina de Tristán - ¿Esta el jefe?
-No salio a una junta ¿Pasa algo? - me pregunto, cuando me vio morderme el pulgar.
No tuve tiempo de responder el ascensor se abrió y salio un Albany que tenia los ojos inyectados de furia, al verme se detuvo pero solo por unos segundos.
-Quiero ver a Tristán - le ordeno a Sandy e ignorando me por completo.
-El señor Hamilton no se encuentra.
-Pues buscalo, me urge verlo es urgente.
-Pues tendrá que esperar a que regrese dio la orden de no molestarle. - Sandy le respondió en tono cortante.
Albany se marcho aún mas molesto.
-¡En serio con este tipo! - lo fulminó con la mirada. - ¡Es un grosero!
Le sostuve la mirada cuando sus ojos se posaron en los mios llenos de ira, solo hasta que se cerraron las puertas del elevador, respire de nuevo.
-¿Ahora que paso? - Sandy realmente se escuchaba preocupada.
Le conté lo que había hecho.
-¡Wooo! ¿En serio? Me alegro, ya era hora de que alguien lo pusiera en su lugar - afirmo con una gran sonrisa.
-¡No lo se! No es que me arrepienta de lo que hice, te soy sincera pero... Haber como explota la bomba. - le dije mirando hacía la oficina de Tristán.
-No te preocupes estoy segura de que el jefe te va apoyar, y yo te ayudare en todo lo que pueda, cuenta conmigo.
Las palabras de Sandy me tocaron de alguna manera, me hicieron sentir que no estaba sola, acostumbrada a no compartir mi vida, a cerrarle las puertas a la gente de mi alredor.
-Sandy hay algo que me gustaría... Contarte - ¿Un impulso? Tal vez, pero ella me inspiraba confianza y apoyo.
Ella me miro y después de unos segundos sonrió levemente y me puso una mano sobre el brazo.
-Si es lo de tu relación con el jefe, no te preocupes, yo no creo en nada de lo que se dice.
-¡¿Mi relación!? ¡¿Pero... Pero... Como..? ¿Tan obvio es?
Ella sonrió mas abiertamente.
-¿Obvio? Niña si hay que ver el cambio que ha tenido, ¿Sabes que tengo trabajando casi siete años con él? - afirme con la cabeza - Bueno nunca me había traído café, y ahora lo hace seguido, además empezó a decir "Por favor" "Gracias" y lo mas notorio dejaron de desfilar mujeres por la oficina. Y si eso no es suficiente hay que ver la forma en la que te mira cuando estas en el mismo lugar.
No pude evitar sonreír como boba.
-Paloma yo no creo en nada de lo que dicen, y puedo asegurar que si están juntos es por amor, ¡Al diablo con todos!
De nuevo Sandy me hizo sentir reconfortada, su apoyo, su fe en mi toca mi alma, y se gana mi gratitud y respeto. Se que no me equivoque al confiar en ella, asi que doy un paso más.
-Sandy... hay algo mas que... me gustaria contarte.
-¡Oh por Dios! ¡Estas embarazada! -Sandy se llava una mano a la boca.
-¡¿Que!? ¡No! - mi voz sale con un pequeño grito. - No - repito - Es otra cosa.
Sandy mira su reloj, y después va al telefono.
-Pamela, voy a tomar mi hora de comida, no hay nadie en presidencia, yo te marco cuando regrese - termina su llamada.
-Tenemos una hora. - Me guiña un ojo.
Vamos a mi oficina, de alguna manera me siento mas segura, aunque quiero contarle a Sandy aún me cuesta abrirme. Ella toma asiento y espera paciente.
-Conozco a Tristán desde que tenía diecisiete y estuvimos a punto de casarnos. - hablo muy rapido, ella se ve sorprendida, pero su silencio me indica que espera toda la historia.
Tomo aire y empiezo a contarle sobre la amistad de nuestras madres. Al principio mis palabras son atropelladas, pero conforme voy hablando me siento mas abierta.
-¿Lo dejaste en el altar? - me pregunta muy sorprendida, cuando le cuento lo de las Vegas - ¿Pero... por que?
-Sus celos, su miedo a perderme, era muy obsesivo, controlador, y todo eso me asusto, me sobrepaso.
-¡Woooo! Menuda historia. ¿Y que paso después de que te fueras?
-Seis años de distancia.
-¿Como ustedes no tuvieron contacto en ese tiempo?
-No, yo me vine a estudiar a Nueva York y él siguio con su vida.
-¿Y como fue que..?
-¿No escontramos de nuevo? - asintio - Al parecer el destino nos tenia reservado algo mas. Cuando salio la convocatoria para el proyecto de la casa de retiro, mande el mio sin saber que era su empresa.
-Empiezo a creer que la leyenda del hilo rojo es cierta - sonrei, cuantas veces Lu habia dicho lo mismo. - Te agradesco tu confianza y aprecio mucho que me contaras.
-No gracias a ti por confiar en mi como persona, aun cuando la mayoria me juzga mal.
-Cuenta conmigo siempre que lo necesites - me ofrecio.
-Gracias - le dije, ella se puso de pie.
-Prometo no sonreir como boba cada vez que los vea actuar con indiferencia y no molestar cuando los vea entrar al privado del jefe.
Por supesto que entendi la insinuación.
-No te preocupes por eso no es necesario, tenemos ya tenemos unas semanas viviendo juntos - le guiñe un ojo, ¿De donde me había vuelto tan descarada? Sandy me miro con los ojos como platos.
-¡Oh por Dios! - exclamo.
-Pero esa es otra historia.
-Eres como Sherezade.
-¿Sherezade?
-Si me cuentas una gran historia y después empiezas otra con impacto y ahoras me diras...
-Después, cuando regrese de viaje - termine la frase por ella.
-¿Lo ves? Ahora tengo mucho que imaginar.
Sandy regreso a su escritorio, y me puse a organizar los papeles que me llevaria al viaje. A las cuatro y treinta sono mi telefono, era el momento.
-Tristán - suspire - Necesito hablar contigo, es urgente - tenía que ser yo, la que le contara lo del Albany.
-¡¿Que paso?! ¡¿Te encuentras bien?! - su tono de alarma me indico, que lo mejor era decirle en persona.
-Si, todo esta bien, es solo que necesito hablar contigo - trate de sonar despreocupada.
-Angel ¿Donde te encuentras?
-En la oficina y es algo sob...
-¿Te molestaron de nuevo? - su tono esta vez era helado, cortante -Voy para alla.
-No, no tranquilo - lo mejor seria que no viniera, quien sabe como terminaria el asunto.- Nadie me molesto - ahora fui yo quien cabreo a alguien, pense para mi - Es sobre el proyecto de la iglesia. - en cierta manera tambien eso era cierto.
-Estoy terminando una junta, no creo que vaya a regresar a la oficina, pero estoy cerca del departamento, ¿Te parece si nos vemos ahí en treinta minutos?
-Me parece bien - era perfecto, asi, si se ponia como fiera, iba ser mas fácil que no arremetiera con nadie.
Me despedi de Sandy, y ella me deseo lo mejor para el viaje.
Durante el trayecto trate de ocupar mi mente con lo del viaje, me sentia un poco nerviosa, y no es que dudara de que Tristán me se pondría de mi lado, más bien temía a su reacción... ¿Y si... despedía Albani? No, eso no sería bueno ni para la empresa, ni para nuestra relación, los chismes basados en supociones no se harían esperar.
Antes de abrir la puerta del departamento ensaye una vez mas mentalmente como le contaría a Tristán, puse una sonrisa en mis labios y gire la llave.
Pero cuando entre me quede asombrada. El departamento se encontraba parcialmente a oscuras, y mis muebles habían desaparecido. Solo lo iluminaba unas velas sobre una mesa pequeña, y unos pequeños focos sobre una improvisada carpa de cuatro postes y una tela encima, dentro solo había cojines.
-¿Te gusta? - la voz de Tristán sonó muy suave a través de la penumbra.
Lo busque con la mirada y lo encontre recargado en la puerta de nuestra habitación, a pesar de la oscuridad podía sentir que tenía esa sonrisa de medio lado que tanto me gusta y me hace perder la cordura.
-¡Es hermoso!
Èl vino hacía mi, se detuvo a unos cuantos centímetros, puso sus manos en mi cintura.
-Feliz aniversario - me susurro al oido, haciéndome estremecer, y después me beso.
Sus labios acariciaban los mios, suave, lento. Su lengua se abrio paso en mi boca, tomando y reclamando pero con dulzura, haciendome perder cualquier rastro de sensatez.
Él sonrió sobre la comisura de mi labio y se aparto. Un quejido de protesta broto de mi garganta, abri mis ojos y me encontre con los suyos, relucientes de deseo.
Una vez que nos separamos la racionalidad volvio a mi.
-Espera ¿Aniversario? - no recordaba esta fecha.
-Hoy cumplimos un mes viviendo juntos - su sonrisa se hizo mas amplia.
Me quede sin saber que decir.
-Tristán lo sien...
-Ssshhh - puso un dedo en mis labios - No te culpo, con la inauguración de la casa de retiro a la vuelta de la esquina. Ven - me tomo de la mano y me llevo a la mesita que tenía las velas, me sente sobre un cojín en el suelo.
-¿Tienes hambre? Estoy seguro de que no has comido.
Si tenía hambre no lo había notado, pero ahora que él lo habia mencionado mi estómago rugio en protesta.
-Ya me imaginaba - Tristán fue a la cocina y regreso con un par de platos, cuando me dio el mío me quede perpleja. - ¡Aahh! Espera - volvio a la cocina y esta vez trajo un par de vasos y un refresco.
-¿Pero... ¿Como...
-Una hamburguesa, pero que no sea gourmet, con papas y refresco que no sea de dieta - él me miro - Fue lo que comiste el día que te conocí.
-Lo recuerdas - sonreí.
-Como no hacerlo, si era la primera vez que veía a una chica comer sin disimular - me reí.
-Estoy segura que por eso te enamoraste de mi, por mi apetito - asegure.
-Yo tambien, por primera vez conocía un chica que no trataba de impresionarme, que seguía siendo ella, pero sobre todo me ignoraba olimpicamente. ¿De verdad, no te guste ni un poco?
-Tengo que reconocer que cundo bajaste del coche con aquel aspecto de chico malo, me llamaste la atención y cuando te quitaste la camisa casi me da un infarto - él me miro entre perplejo y divertido - Si tengo que reconocer que eras muy atractivo, pero en cuanto abriste la boca...
-¿Qué? - pregunto con inocencia.
-¡Por Dios! Te portaste como un patán engreido.
-Si es verdad, pero en mi defensa sólo te puedo decir que pense ue eras otra cazadora.
-¿Cazadora?
-Si, otra niña casadera a la cual mi madre había invitado a la casa para emparejar. Pero como no actuabas "Normal"
-¡Oye! - me queje.
-Bueno... no actuabas a como estaba acostumbrado, no pude evitar fijarme en ti, de hecho... aún sigue haciéndolo.
-¿Hacer que?
-Ser normal, nunca haces lo que espero, y no se por que creo nunca lo haras.
No pude evitar sonreir, para mi eso era un cumplido, le di un mordisco a mi hamburguesa.
Seguimos hablando de nuestro pasado mientras comiamos. Tantas cosas habíamos compartido, Tantos momentos.
Después de la comida Tristán trajo un poco de fruta y vino blanco y una pequeña caja de colo negro, él la puso frente a mi y me miro.
Yo vi la pequeña caja y después lo mire a él. Se que el me había asegurado que no dejaría de insistir pero... yo aún...
-Sólo abrela - dijo como si él leyera mis pensamientos.
Aun insegura la abri, dentro se encontraba un infinito, la silueta no era muy grande, la tome entre mis dedos y fue cuando me percate de que era un dije.
Con el pulgar acaricie la joya, la línea del centro estaba cubierta de pequeñas piedras blancas, y en la otra linea que tanbiem cruzaba el centro se podia ver la una inscripción, la acerque para poder leer.
-"Mi ángel" - dijo Tristán, levante mi mirada hacía él - Es lo que dice. El infinito es por siempre.
-Mi ángel por siempre... - susurre.
-Asi es, por siempre - aseguró.
-Es hermoso gracias - sabía que esas palabras eran muy poco para todo lo que quería expresar, pero también sabía que nada era suficiente para describir como me sentía en ese momento. - Tristán lo siento yo no te tengo nada.
-Eso es mentira, tu eres el mejor presente, y el hecho de que estes en mi vida es el mejor regalo.
Fui hacía él, me sente encima suyo y lo bese.
-Te amo - le dije mirandolo a los ojos, le di el collar - ¿Me ayudas? - me gire y levante mi cabello, despues de que me cerro el broche me gire, él llevo sus ojos al dije y con la yema de su dedos delineo la figura.
-¿Sabes? Estuve mucho tiempo pensando que quería darte, y cuando por fin encontre algo... pensé que no... y entonces... tenía que pensar en algo más... pero...
-Tristán ¿Que era lo primero? - tenía la certeza de saber lo que era, pero aún asi tenía que preguntarle.
-Un anillo - dijo en voz baja - Pero lo pense y sentí que tu lo tomarias como una presión más, asi que lo cambie por el collar.
-El anillo ¿No era de compromiso? - él negó con la cabeza. - ¿Y donde esta?
-Ahí - señaló su saco.
-¿Lo puedo ver?
Él se puso de pie, regreso con su saco, de la bolsa interior saco otra cajita tambien de color negro, me la ofreció.
La abrí, dentro había un anillo que era la replica exacta del dije. Mire a Tristán quien seguía de pie y a su vez me miraba expectante.
-¿Me lo puedo quedar también?
Él se puso a mi altura.
-Es tuyo - sonrió - Definitivamente nunca haces lo que espero.
Me acerque y lo bese, él respondió mi beso y abrazandome por la cintura me acerco aún más a su cuerpo.
Pronto él tomo el control de ese beso, haciendo que me derritiera sobre su cuerpo, un leve gemido broto de su garganta, ese simple sonido fue suficiente para encender mis deseos mas primitivos.
Tristán bajo el cierre de mi vestido y después deslizó la prenda sobre mi cuerpo.
Sin dejar de besarme Tristán me levanto, tomó mis piernas las y las enrollo en su cintura. Llevando mi peso, fue a depositarme en los almohadones dentro de la improvisada carpa, él se separo de mi.
-Ángel eres tan hermosa - su mirada tan dulce y a la vez tan llena de pasión hizó que mi corazón se derritiera.
-Y tu eres mi vida - era la primera vez desde que estabamos juntos de nuevo que me permitia reconocer esto en voz alta, y por su sonrisa supe lo que significaba para él que lo admitiera.
Tristán tomo de nuevo mi boca, pero esta vez no solo era un beso, era el reclamo, la posesión primitiva a la cual mis instintos le respondieron con pasión, haciendome perder cualquier hilo de racionalidad.
Él y solo él lograba que mi cuerpo respondiera con una necesidad imperativa al solo roce de sus dedos, cada parte de mi cuerpo gemia con deseperación por ser tocada, besada, marcada y llevada al maximo placer.
Me moria de ganas por que me tomara, que se hundiera dentro de mi cuerpo y se fundiera conmigo en uno solo, me llevara a ese espacio donde solo él y yo importabamos.
Pero a él le gustaba llevarme al abismo lento, se tomaba su tiempo en recorrer cada centimetro de mi, acariciar, morder, chupar, deslizar su lengua, sus manos hasta que mis gemidos se hacían suplicas... y entonces, solo entonces me hacia tocar estrellas con mi manos, lograba tocar el cielo en medio de ese extasis que solo él lograba.
Un leve sonido me hizo recuperar la conciencia, trate de abrir los ojos, pero mis párpados se sentían muy pesados, de nuevo el sonido, frote mis ojos y me incorporé levemente, Tristán dormía plácidamente, tenía su mano sobre mi cadera.
De nuevo se escucho el sonido, me levante con cuidado de no despertarlo, el ruido provenia de su pantalón era su celular.
Lo tome y vi en la pantalla "Sara" ¡Dios con solo ver su nombre se me retorcieron las entrañas! Mentiría si no aceptaba que el mounstruo de los celos me carcomia.
Mire a Tristán, él dormía tan placidamente como un bebe pequeño, el teléfono en mi mano volvio a vibrar, lo regrese a su pantalón no le iba a dar el poder de arruinarme el momento tan bello e intimo que había tenido.
Sin poder resistirme tome mi teléfono y le tone una foto, entonces me di cuenta que mi vuelo salía en una hora.
Fui a mi cuarto me puse unos jeans, un sueter y me calze con unos tenis comodos. Gracias a Dios ya tenia mi maleta echa y los documentos necesarios en mi bolsa de viaje. Tenía la certeza sobre la reacción de Tristán cuando despertara y se diera cuenta de que me había marchado.
Pero si lo despertaba ahora él usaria cualquier artimaña para convercerme de viajar en dos días con él.
Después de dejarle una nota me apresure a tomar un taxi, tenía que llegar o me tocaría esperar por un vuelo dispinible.
Llegue al aeropuerto aún rezando por poder tomar mi vuelo, mi teléfono comenzo a sonar, no tenía que revisar la pantalla para saber que era Tristán, aún asi lo ignore.
Me acerque al mostrador y presente mi boleto a una señorita, después de darme una mirada de desaprobación me indico que alcanzaba el vuelo.
Ya en mi asiento pude respirar comodamente, aún con una enorme sonrisa, había sido una odisea llegar a tiempo para el vuelo... pero había valido la pena por él. Institivamente me lleve la mano al collar y mi sonrisa se hizo mas amplia.
En dos días oficialmente terminaba el proyecto y entonces... ¡Maldición! ¡Albany! No habia hablado con Tristán sobre lo sucedido en la oficina.
Tendría que hacerlo en cuanto tocara piso de nuevo.
Quizas el día tan lleno de altibajos o la felicidad por la sorpresa de Tristán, mas... el sexo tan... lograron que me quedara dormida en el vuelo.
Por fin cerca de las ocho de la mañana arribe al aeropuerto LAX, afortunadamente el descenso fue rapido, ya solo iria por mi maleta y listo, me iría al hotel tomaría un buen desayuno y me pondría a trabajar.
Pero al parecer mis planes iban a variar un poco, me quede muy sorprendida cuando vi que me esperaban.
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