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13

¿Quieres saber cuál es mi problema?
Te quiero.
Me encanta tu nombre.
Me encanta la forma en que me miras.
Me encanta tu hermosa sonrisa.
Me encanta como transformas un pesimo día en uno radiante, lleno de alegría...
Con solo mirarte...
Ese es mi problema.

Tristán.

Suspire con pesadez una vez mas, pero en esta ocasión Fernando me miro, sabía perfectamente lo que me decía con la mirada " Paciencia" pero no tenía ni una gota.

La junta parecía interminable, le di un trago a mi vaso de agua.

Por fin una hora mas tarde, la sala de juntas se encontraba vacía, mire mi reloj iban a dar las nueve de la noche.

-¡Maldita sea! - resople.

-Ya hombre, ya calma tu mal genio - me dijo Fernando.

-¡Que me calme! Se me fue todo el puto día - me queje.

-Tristán en verdad no jodas, desde que Smith quizó defraudar a la empresa haces esto.

-Si lo sé - me pase la mano por el cabello - Es solo que esta vez... hoy yo necesitaba estar en otro lugar.

-¿En los Angeles?

-Si, cuando hice el plan de viaje, nunca recorde la junta mensual. - Me volvi a quejar.

-Ya, me imagino que tu ansiedad de ir a vigilar al demonio te esta consumiendo.

-¿Qué? ¡No!

-¿No? ¿Me vas a decir que el hecho de que ella haya viajado con tres hombres, mas el que la esta esperando, no es el problema?

-No.

-¡¿No?! ¡Por favor! - se mofo.

-Tengo que reconocer que siempre, siempre estare celoso de que alguien se le acerque, y tambien estoy conciente de que puede haber alguien que quiera conquistarla, ella es muy guapa... ademas de que tiene un gran corazón, por supuesto que siempre habra el riesgo de que alguien quiera robarmela... Pero tengo urgencia de ir con ella por otros motivos.

-¿Otros motivos? ¡Carajo Tristán! ¿Que hiciste esta vez? - cambio su semblante.

Le relate a Fernando la platica en la cafetería, como ella se marcho.

-Asi que comprenderas que necesito hablar con ella.

-Y no has pensando que ella se alejo, con el proposito de pensar.

-Si, lo he pensando... pero creo que tenemos que hablar, ya hemos dejado pasar mucho tiempo.

-Tristán... ¿Estas seguro? - lo mire extrañado - Mira amigo si alguien te conoce mejor que nadie en este mundo soy yo, se lo que fue su relación en el pasado, se de todas las veces que la fregaste.

-Fernando...

-No dejame terminar, ella en esecencia sigue siendo aquella niña confianda y entregada - lo mire eceptico. - Ok, ok quizas en relaciones amorosas sigue siendo desconfiada, pero reconoce que tu ayudaste con ese material. Pero con la gente si es entregada, asi que dime ¿Realmente que es lo que quieres? ¿Que esperas?

-Si, ella sigue con esa esencia, lo pude ver en su mirada. ¿Que quiero? ¿Que espero? No lo se amigo, pero lo que si te puedo decir es que haga lo que haga, pase el tiempo, los años siempre sera ella.

Despues de haber probado su boca, su sabor lo supe, siempre sera ella.

-Siempre lo he sabido - me respondió. - Como se que ese no es el problema.

-¿El problema?

-Si, te lo acabo de decir ella en esencia es la misma, mas madura por los golpes que la vida le ha dado, pero la misma, y tu... has cambiado pero... de igual manera en esencia eres el mismo.- Abri la boca para protestar pero él continuo.

-Y no pierdas el tiempo en negarlo, siempre que se trata de ella te vuelves loco, pierdes el control y terminas llevandote todo para el carajo.

Nos quedamos en silencio durante un rato.

-Tristán - lo mire - Tienes una segunda oportunidad no la desperdicies esta vez, ya sabes lo que es vivir sin ella. ¿Quieres que ella se entregue esta vez completamente?

-Es lo que mas deseo - respondi sin nececidad de pensarlo.

-Entonces empieza por darte tu completo.

Mire la sombra del techo una vez mas, gracias a la poca luz que lograba filtrarse.

Las palabras de Fernando seguían rondando mi cabeza.

Él tenía razón... esta vez no podía cometer los mismo errores.

Cerre los ojos tenía que tratar de dormir aunque fuera un poco, tenía que estar en el aeropuerto a las siete de la mañana.

¡Maldita sea! - masculle un poco alto, la señora que esta a mi lado me miro con reprobación.

Pero en verdad estaba a punto de perder la poca paciencia que me quedaba.

Todas las cosas se habían puesto en mi contra.

Para empezar el vuelo había llegado con treinta minutos de retraso, por lo que en vez de salir a las ocho de la mañana como estaba previsto, el avión logro despegar a las ocho carenta.

Un vuelo con turbulencias y muy movido.

Pude llegar a los angeles a las casi tres de la tarde, y para colmo la entrega de maletas estaba hecha un lio.

Y ya para cerra con broche, el clima estaba axfisiante, estaba seguro que rondabamos los treinta grados.

Asi que por fin pude llegar al hotel a las cuatro veinte.

-Señor buenas tardes ¿En que puedo ayudarle? - la joven detras del mostrador me sonreía.

-Tengo una reserva Tristán Hamimton.

-Un momento - tecleo en su computador.

-Si señor, reservo una habitación en el quinto piso, cuarto quinientos seis.

Asentí, ella continuo con el registro y me entrego mi llave.

-¿Algo mas en lo que lo pueda ayudar?

-Si, ¿Me puede decir si el auto que alquile ya se encuentra en el hotel?

-Si, aguarde - de nuevo busco la información - Si señor, permitame y le entrego las llaves. -Se giro y busco un sobre, enseguida me lo entrego.

-Señorita necesito que me diga si la señorita Paloma Villanueva se encuentra en su habitación.

Me miro con recelo.

-Ella se encuentra en la hanitación quinientos cuatro - Su semblante cambio - Es un miembro de equipo de trabajo, que se encuentra en el hotel.

-Un segundo por favor. - De nuevo busco en su ordenador, y despues hizo una llamada.

-Lo siento señor, nadie responde en la habitación.

-Esta bien.

Con toda seguridad seguían en la casa de retiro. Fui a mi habitación y me di un baño rapido, y fui hacía ellos.

Me sorprendi un poco al ver que el cielo se había nublado, aunque el calor seguía siendo sofocante.

Normalmente el trayecto se hacía en una hora, pero logre llegar en cuarenta minutos.

Vi dos coches en la entrada, respire con alivio, eso me indicaba que seguían aqui.

Me estacione junto a los otros coches, al descender se me acerco un hombre.

-Señor disculpe ¿Busca usted a alguien?

-Si, al equipo de trabajo que viene de Nueva york y a señor Steve.

-Bueno el señor Steve se marcho con el equipo hace como treinta y cinco minutos.

-¿Se marcharon? ¿Regresaron al hotel?

-No señor, fueron a comer.

-¿Y sabe a donde se dirigían?

-Si señor, si quiere en cuando la señorita termine, nosotros vamos a reunirnos con ellos.

-¿La señorita?

-Si, la arquitecta, ella tuvo que quedarse, por que llego otra señorita, ahorita estan dentro se la casa.

-Vaya usted y reunase con ellos, digales que yo la llevo mas tarde.

-No señor, no puedo hacer eso, el señor Steve me encargo mucho a la señorita.

-Lo entiendo pero no te preocupes, yo soy el señor Hamilton el jefe del equipo asi que necesito que ella me explique los resultados de la visita y enseguida vamos.

Me miro con recelo durante unos segundos, pero termino accediendo, aunque no muy convencido.

Respire profundamente antes de entrar, me dio gusto ver que el calor había desaparecido totalmente, incluso el cielo se veía gris con nubarrones, no tardaría en llover.

No fue dificil localizarlas, se encontraban en el salón principal, estaban tan absortas en su platica que ninguna me escucho llegar.

-Buenas tardes - trate de sonar casual.

-Buenas tardes - me saludo la mujer que estaba con ella. Paloma no respondio.

-Por favor sigan con sus asuntos no quiero imterrumpir, y era cierto, quería que terminaran para que se marchara y nos dejara a solas.

-Señor Hamimton, Steve y los otros se marcharon a comer, el chofer que aguarda afuera le puede decir en donde para que los pueda alacanzar.

-¿Señor Hamilton? Un placer soy Kim Bates la dueña de la agencia de decoración que contrataron. - Me molesto su "Interes" y sonrisita.

-Que bien, Paloma esperare a que termines, quiero los resultados de los informes.

Me di la vuelta y sali, de memoria se el efecto que causa en una mujer cuando escucha mi nombre, y esta no fue la excepción.

Ellas salieron del salón minutos despues y vinieron a mi encuentro.

-Señor Hamilton terminamos, espero no haberlo hecho esperar mucho tiempo - y ahí de nuevo la coquetería.

Sabía que lo cortez era haber respondido algo como "Para nada" "No tiene importancía" pero si la tenía ya quería que se fuera, asi que me negue a decir algo.

-Me despido, Paloma un placer querida; gracias por tu tiempo y buen viaje - le dio un beso en la mejilla. - Señor Hamilton un verdadero placer - saco una tarjeta y me la entrego - Aqui esta mi numero personal cualquier cosa estoy a sus ordenes - pude sentir su insinuación.

-Gracias pero no la necesito, me imagino Steve o la arquitecta Villanueva tiene sus datos.

Su expresión cambio a molestia, sus ojos me traspasaban, pero no me importo.

Se marcho dejandonos solos por fin, el silencio se hizo presente, solo interrumpido por unas finas gotas de lluvia que se escuchaban afuera.

-Paloma.

-¿Quiere el informe? - me pregunto.

-Si, pero en tus palabras, dime a que conclusión se llego, las medidas que se van a tomar y cuanto tiempo nos vamos a retrasar.

-En cuanto a lago se va a meter una barda que refuerza la tierra, como un contenedor, obviamente quedara cubierta para que no se note. En la entrada se van a poner cimientos, mas tierra y un puente para el acceso.

-Suena muy bien, ¿Cuanto tiempo nos va a retrasar?

-Solo una semana, como la casa ya esta terminada, van a empezar a traer los muebles, y la decoradora estara trabajando al mismo tiempo, ya que lo que se va a reparar es fuera - ella hablaba evitando mirarme.

-Buen trabajo - me sonrió debilmente.

-En cuanto a costo se trato de que no se elevara.

-En eso no escatimen, si es necesario hay que hacerlo.

-Ya hay una habitación terminada, decorada y lista para uso ¿Quiere revisarla?

-No, confio en que ya lo hayan revisado.

Nos volvimos a quedar en silencio, ella trataba de no mirarme, y yo no le quitaba la vista.

-Si es todo, sera mejor que nos vayamos, la lluvia parece tomar fuerza, y el chofer esta fuera esperando.

Lo pense por un segundo yo necesitaba hablar con ella, pero este no era un lugar muy comodo, ademas no tenía ella otra opción mas que irse conmigo.

-Si tienes razón pero... el chofer ya no esta.

-¿Como que no esta? Él tenía que esperar por mi ¿Por que se fue?

-Si, me lo informo, pero yo le pedi que se marchara, no tenía caso que se quedara, yo te voy a llevar.

-No me parece, debiste preguntarme por lo menos que pensaba, pero como siempre haciendo tu voluntad.

Estaba molesta.

-Si te hubiera preguntado ¿Te hubieras ido conmigo? - de antemano sabía la respuesta.

-La verdad no. - Respondió con sinceridad.

-Lo sabía por eso lo hice, y tu y yo tenemos una conversación pendiente.

-Será mejor que nos vayamos, la lluvía esta arreciando.

No espero mi respuesta, comenzo a caminar, la segui. Ella tenía razón la lluvia era muy tupida, fui al coche y le abri la puerta para que se subiera, corri a mi lado y tambien aborde el coche.

A pesar de que fue cuestion de segundos bajo el agua, nos alcanzamos a mojar.

El olor de su perfume se intensifico, su aroma llenaba todo el espacio y mis sentidos despertaron.

Puse el auto en marcha, pero la lluvia había aumentado y la visibilidad se me dificultaba.

Habíamos avanzado unos metros cuando sentí que el coche no avanzaba, pise a fondo el acelerador pero las llantas solo patinaban.

-¿Que es lo que pasa? - me pregunto.

-El coche no quiere avanzar, creo que nos atascamos.

Volvi a pisar el acelerador, pero el resultado fue el mismo.

Me baje para poder revisar, y si las llantas estaban atascadas y el camino era un charco de lodo.

-Lo siento, pero no vamos a poder avanzar, las llantas estan atascadas y el camino peor - ella me miro.

-¿Pero... y ahora? No podemos quedarnos aqui. - En eso tenía razón, mire al rededor y lo unico que hanía era la casa.

-Vamos a tener que volver a la casa, solo que...

-¿Que?

-El coche no se mueve y... vamos a tener que correr y tus zapatos - dije a modo de disculpa.

Ella me miro, despues a sus zapatos, suspiro pero se los quito, bajo del coche y se echo a correr, cerre la puerta y fui tras ella.

Llegamos a la entranda totalmente empapados, pero lo que me sorprendió fue su risa, fue como cuando tenía diecisiete años... dulce, franca, divertida y natural.

Con toda seguridad me había quedado como un completo baboso ya que ella me miro y pregunto.

-¿Que pasa? ¿Por que me ves asi?

-Te ves hermosa - le solte.

Su sonrisa desaparecio, y ella entro a la casa. La segui hasta que la vi detenerse en seco, se giro para enfrentarme.

-¿Por que haces esto? ¿Ahora que estas jugando?

-Paloma antes que nada quiero que te quede claro que esto no es un juego...

-¿No? En seis años jamas me buscaste, despues te conseguiste un contrato solo para poder llevarme a la cama, y como no te funciono te dedicaste a molestarme, me exigiste respuestas, Y despues solo te dedicaste a ignorarme... ¿Y ahora? ¿Coqueteas conmigo? - estaba temblando.

-¿Tienes frio?

-¿Eres bipolar? - me pregunto muy enfadada, al ver que no respondía se sereno un poco - Si tengo frio estoy completamente mojada. - Me dijo aún tono molesto.

Recorri la habitación con la mirada, buscando algo que sirviera para secarnos, pero no encontre nada.

-¡Maldición no hay nada! - me queje, ella me miro - Nada con que secarnos - aclare.

-¿Y que esperabas de una casa en construccion? - me respondió sarcastica.

Entonces recorde...

-Dijiste que ya habían decorado una habitación, vamos a ver que encontramos.

Ella comprendió que no me movería, hasta que ella lo hiciera, asi que de mala gana empezo a caminar.

La habitación se encontraba en la planta baja al fondo de la casa. Y si estaba totalmente amueblada y equipada.

Fui al baño y para mi alivio se encontraba en la misma situación, tome un par de toallas y se las entregue.

Ella comenzo a secarse y yo busque encender la chimenea.

-No creo que encienda - me dijo y me gire para verla - Por el momento todo es decoración, ni siquiera hay corriente de luz aún.

Fui al salón principal a buscar unas velas que había visto, para mi suerte encontre fosforos.

Cuando regrese a la habitación comprobe que los maderos estaban secos, asi que funcionaría.

Con mucho esfuerzo logre encenderlos, la habitación se fue tornando mas calida, pero aún se sentía fría, quizas a causa de la ropa mojada.

-Vamos a tener que quitarnos la ropa humeda, o nunca entraremos en calor.

Ella me miro con cara de pocos amigos.

-Te puedes cubrir con el cubre cama - le ofreci.

La vi dudar, pero despues de unos minutos entro al baño, aproveche para quitar mi ropa himeda y envolverme en una toalla.

Despues de unos minutos salio del baño.

-Deberías sentarte cerca del fuego - le ofrecí.

No respondió, pero tampoco se movió, guardaba la distancía entre nosotros.

La observe de reojo y vi que temblaba.

-¿Sabes? El calor corporal ayuda mucho a retomar temperatura. Deberiamos de acostarnos cerca de la chimenea y abrazarnos.

-¿Si? Y ahora eres experto en la materia. -Se burlo.

-No experto, pero te puedo asegurar que es verdad.

-¿Ya lo has hecho?

-Si una vez.

-¡No me digas! ¿ Y con quien? ¿Sabes que? Olvidalo no es asunto mío.

-Fue contigo - ella me miro muy sorprendida.

-¡¿Que?! ¡Eso es mentira!

-No, no lo es... recuerdas nuestro viaje a Nueva York hace siete años.

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