Las reglas fueron hechas para romperse y yo te quiero deshacer al vuelo de los pájaros que rondaban en las playas de medio oriente; donde los barcos bailaban en manos del mar yéndose a sumergir en el océano de tus ojos con tonalidades sombrías y coloridas. Formando un patrón artístico y simétrico.

Era[s] arte
en su forma más pura.

Tan melancólico y poético que dolía. Tan eterno que sanaba a la vez. Siendo el claro ejemplo de esa musa enamorada de su poeta muerto. Estando destinados a amarnos.

—Baila conmigo la vuelta a la luna y el sol, pétalo azul.—Envenenó. Provocándolo cerca de su oído. Viéndose como amantes que deseaban todo de sí. 

Haciendo una ruta de afecto; besándote el cuello como la primavera que arrasó todo a su paso. Besándote como las hojas irreales con colores del sol, tan parecido al otoño que se alejaba por los aires con el fin de tener un suicidio natural. Sonriéndonos entre la penumbra, volviéndonos firmamento de estrellas. Convirtiéndonos en pequeños dientes de león que robaban destellos. Compartiendo el arco iris que se asomaba por la ventana. Calmando tus tormentas con gotas de agua que se dejaban caer entre el mar de nubes.

Fundiéndonos en un abrazo; conteniendo el universo entero, cubriéndonos con sus ojos enormes pintados de colores neutros y hermosos que simulaban el abismo en persona. Sorprendidos por sentir que los rodeaba dos preciosas mariposas; una negra bajo el techo de luna y la otra blanca como la nieve en pleno invierno. Emocionados y felices después de tanto tiempo sin sentirse así... Enamorados. 

Comenzando el volcán en erupción que lleva tu nombre incrustado e iniciando una nueva era a tu lado. Desnudándonos los dos. Consumidos por la catarsis que se avecina y por el fuego que se apacigua. Con las palabras en la boca y los suspiros estancados. Explotándole así, su corazón.