44. Casi parece real
Sí, merecía la pena. El dolor y la pena eran terribles y difíciles de asimilar, pero la alegría de amar lo hacía valioso. Nunca lamentaría haberlo conocido y amado, incluso cuando ese amor le había sido arrebatado tan pronto.
(K. Sherwood)
—¡Cállate! —Ángel se sacudió la tierra de encima y miró mal a Wolf, señalándolo molesto como si fuera su culpa.
Wolf mordió sus labios con fuerza para no reírse ni sonreír siquiera, pero su barbilla empezó a temblar y el fruncimiento de su boca atrajo la atención de Ángel haciéndolo olvidar su molestia.
¿Por qué se había enojado para empezar?
—Agh —Ángel dejó de intentar limpiar su ropa y tomó un puñado de la camisa de Wolf, atrayéndolo hacia él para probar esos labios húmedos. Sintió el latido lento del corazón del humano, su Ancla, cuando sus pechos chocaron, y sonrió cuando se aceleró. Enterró los dedos de su mano libre en su cabello y presionó con más fuerza para besarlo.
Ambos gimieron cuando una mano de Wolf apretó la cadera del Ángel y la otra fue a su espalda baja, subiendo lentamente hasta encontrar aquel punto entre sus omóplatos. El cuerpo de Ángel se estremeció ante el contacto, sintió como su cuerpo parecía volverse líquido, un líquido que ardía por el perfecto humano que ahora lo llenaba de sensaciones nuevas.
Ningún beso con Darren Wolf era igual al anterior. Cada uno era diferente, nuevo, mejor.
La mano de Wolf vaciló un poco cuando algunos humanos pasaron a su lado y una vocecita infantil dijo “Mira, mami, son dos chicos besándose...”
Ángel no supo qué más dijo el niño o qué respondió su madre. No se detuvieron, siguieron avanzando y sus sentidos estaban centrados en el humano en sus brazos como para que le importara.
El humano cuya sonrisa podía sentir contra sus labios antes de romper el beso. Ángel iba a quejarse o preguntar si le molestaba o quería ir a otro lugar, pero Wolf no se alejó, él simplemente enterró su rostro en algún punto entre su hombro y su cuello y se rio, erizando la piel de Ángel, enviando pequeñas corrientes eléctricas por todo su cuerpo.
Ángel frunció el ceño, pensando que todavía se reía de él, pero entonces Wolf dejó un beso húmedo a un lado de su cuello y se separó todavía sonriendo: —¿Pensaste que sólo los ángeles tenían prejuicios? Ya deberías saberlo, acá abajo en la Tierra también suele ser un asco. La pregunta de ese niño fue hecha con inocencia, él no nos juzgaba, no te sientas incómodo, pero la respuesta de la madre... Esa es la que hace la diferencia. Un simple comentario de quien ese niño ve como su guía, su héroe, la que lo sabe todo en el mundo y siempre tiene la razón, puede cambiarlo todo. La forma en que ella se lo explique al niño va a tener una repercusión a gran escala, para toda su vida.
Ángel se sintió extraño entonces. Ese maldito instinto protector comenzando: —Tú... —se detuvo sin saber cómo seguir, no muy seguro de qué haría si la respuesta de Wolf era afirmativa—, ¿a ti...te han...herido o molestado por ser...?
No sabía cómo llamarle, cómo terminar su pregunta, pero no hizo falta, Wolf lo entendió. Pareció un poco sorprendido al inicio, pero después se encogió de hombros y negó con calma. —No. Es decir, lo normal, supongo que todos en algún momento, independientemente de nuestra sexualidad, pasamos por momentos incómodos. No importa la razón, no puedo negar que mi raza no es del todo inteligente, siempre hay un pretexto para burlarse, para herir al otro...
La mano de Ángel, acariciando con ternura un lado de su rostro, no era algo que hubiera esperado. Algo brillaba en esos ojos azules, parecía triste, pero también molesto y Wolf no sabía cómo reaccionar. Algo estaba cambiando entre ellos y no estaba seguro si era por parte de ambos o si era sólo su imaginación, sus deseos...
—Lo siento.
Wolf resopló, tratando de restarle importancia, e intentó quitarse su mano de encima, pero era un ángel después de todo y si no quería soltarlo, no podía obligarlo.
—De verdad lo siento. Yo... Sé que no hemos tenido el mejor comienzo, nuestra relación...nuestra historia es extraña, y no tienes la mejor opinión de mí, pero...
—Ángel...
—No —Ángel negó y volvió a acercarlos, no importa quién los veía, su brazo libre rodeó la cintura de Wolf, ignorando cómo éste intentó resistirse porque no le gustaba cómo Ángel parecía ver más allá de su cuerpo. Una cosa es desnudarse físicamente, pero otra hacerlo con el alma; aunque se enamorara de él, no quería darle ese poder, no quería ser débil otra vez—, déjame decirlo, no quiero que... —“no quiero que si un día me voy no lo sepas”—, debes saber que, a pesar de todo, no quiero que estés mal. No te deseo ningún mal. Si pudiera evitar cualquier daño para ti...
Wolf sintió su corazón apretarse y un nudo en su garganta. No quería más mentiras de las personas que amaba, no quería sufrir de nuevo..
—G-gracias —apenas logró que saliera y Ángel lo miró extraño, antes de pronunciar un “De nada”.
—De cualquier manera soy bisexual.
Y Ángel casi tropieza de nuevo cuando Wolf soltó esa información como si nada.
—¿Qué?
Wolf lo miró raro. —Uh, no sé cómo funcionen las cosas con ustedes —sonrió recordando lo inexperto que era Ángel—, pero aquí hay una amplia gama. Yo...a mí no me importa si es hombre o mujer, y no me refiero sólo al físico, mientras haya algo de química... Yo puedo conectar con cualquier persona...
El ceño de Ángel se frunció. Él prefería no pensar en ningun hombre, o mujer, con Wolf.
—Antes de mí... —casi no quería preguntar—, ¿fue un...?
Wolf tampoco quería pensar en eso. No quería volver a saber de ella. No lo había obligado a nada, fue su estúpida decisión, pero aun así...
—Fue una mujer, pero no quiero hablar de eso.
Ángel gruñó en respuesta.
Y después más fuerte cuando el móvil de Wolf sonó de nuevo.
—¿Es que el incompetente de tu empleado no puede hacer nada sin ti?
Wolf sonrió otro vez y lo besó, un beso fugaz, antes de tomar su mano y comenzar a caminar de nuevo, ignorando las llamada.
—No seas celoso. Y Charlie —Angel gruñó de nuevo ante el nombre— es sólo un amigo...
—No son celos —ni él se lo creía del todo, era tan extraño sentirse así —, pero me prometiste el día sólo para nosotros y...
—Y estoy cumpliendo. Si tú no te hubieras caído...
—Agh —Ángel se quejó de nuevo y se soltó, avanzando por delante a grandes y molestas zancadas.
Wolf lo miró irse con una sonrisa triste, sin saber si el dolor que provocaría la pérdida valía la alegría de estos extraños momentos.
Incluso parecían una pareja real. No un triste humano que había secuestrado a un ángel y se había enamorado de él, aceptando lo que quisiera darle, por el tiempo que quisiera.
Absurdo pensar que él tenía el control. Nunca lo tuvo.
¿Cómo puedes tú, simple mortal, ganarle a un ángel?
* * *
Hola 👋
¿Qué piensan de Estella? ¿Quieren saber de ella y su historia con Wolf? 🙈💔
¿Qué piensan ustedes? ¿Vale la pena el dolor siempre y cuando hayas vivido ese amor?
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