41. Lo que puedo ofrecerte
—Habló de tu corazón roto. Que no había visto nada parecido antes. Y tú le dijiste que había sido remendado, pieza a pieza. ¿Lo crees? ¿Confías en el hombre que lo tiene en sus manos?
—Siempre.
(T.J.K.)
Wolf no había podido retirar sus manos del cuerpo de Ángel.
El ángel en su cama, la criatura que le permitió estar dentro de él.
¿Y no era una locura?
Porque, aunque lo deseaba más que nada y a pesar de cómo en unas pocas semanas habían cambiado tanto las cosas, nunca creyó que realmente Ángel se rendiría.
Sí, claro, obviamente su cuerpo relacionaba al suyo. Era natural, era puro instinto; su cuerpo se arqueaba buscando el toque de Wolf, sus caderas se movían buscando más, su entrepierna latía, ardía por ser tocada, envuelta con manos fuertes que podían ser suaves según la ocasión... En cierto sentido, y a pesar de que probablemente tenía siglos de edad, Ángel era como un adolescente, reconociendo su cuerpo y sus necesidades por primera vez. Sus deseos.
Pero aun así, Wolf nunca creyó que Ángel llegaría hasta el final. Tocar y dejarse tocar claro porque, como ya dijo, era natural, era instinto, lo necesitaba; pero de ahí a entregarse como lo hizo anoche...no. Hay una gran distancia.
¿Qué había provocado esa reacción en él?
¿Por qué, cuando antes se negó tan tajantemente y juró nunca ceder, de repente decidió hacerlo?
¿Y por qué no se sentía tan bien como debería?
Wolf había estado maravillado. Su cuerpo saciado, todavía vibrando por la experiencia, sentía su sangre correr de un modo diferente, como si Ángel lo hubiera llenado de energía, de algo...especial.
Estaba exhausto, sí, pero no podía cerrar los ojos, no podía dejar de admirar al hermoso ser sobre él, la piel brillante por el sudor y parecía resplandecer, no era sólo pálido, su piel era tan suave y de un tono que ningún humano nunca igualaría; la línea de su cuello y Wolf no quería más que enterrar su rostro ahí y sentirlo, inhalarlo; sus brazos fuertes, las manos aferrándose a él antes de colapsar sus cuerpos juntos; y Wolf había dejado sus manos ansiosas vagar sobre toda esa piel, los costados, las líneas de sus costillas, hombros, espalda y entonces...
Y entonces era realmente un ángel.
Y no se comparó a nada que hubiera sentido antes. Algo dentro de él pareció romperse y comenzar de nuevo, se quedó sin aliento y pensó que debería estar soñando porque esto no era posible.
Las alas de Ángel.
Las veía por segunda vez, pero tanto como la primera había dolido, porque se iba lejos de él, tomaba su libertad; hoy su pecho se hinchó con un sentimiento que Wolf no entendía.
Sus dedos cosquilleaban sintiendo el fino plumaje de las alas de Ángel. De nuevo, y como debía ser, no eran como nada que un humano pudiera tener, no era de este mundo.
Sintió, apenas rozándolas, antes de volver a aquel punto donde se unían con la espalda de Ángel, entre sus omóplatos. Y Ángel emitió aquel sonido delicioso que Wolf pensó podría ser su favorito, mientras se derrumbaba sobre él.
No pudo dejar de tocar. Simplemente no podía, ni siquiera cuando Ángel se quedó dormido.
Era un ángel libre, sin grilletes, sin magia retenida y con sus alas completamente extendidas...Cualquier humano se habría aprovechado, cualquiera excepto Darren Wolf.
Wolf simplemente lo sintió sobre él, se removió hasta estar cómodo con el peso de Ángel encima, sin querer moverlo ni mucho menos alejarlo.
Sus ojos se cerraron, sus manos errantes cada vez más perezosas y lentas conforme él mismo iba cayendo en un sueño tranquilo.
Y soñó, tenía que ser un sueño, que esas alas le devolvían las caricias.
* * *
Wolf dormía profundamente, su rostro enterrado en el hueco del cuello de Ángel. Era cálido, era dulce, era perfecto. Un brazo de Ángel estaba debajo de él, rodeándolo, manteniéndolo cerca. Su otra mano estaba en la espalda baja de Wolf, el brazo sobre su cadera. Sus cuerpos tan juntos, piernas enredadas, corazones tranquilos.
Y esto debía ser como el paraíso.
Había algo suave y cálido, que latía, y era tan delgado, cubriéndolos, cubriéndolo.
Wolf se removió entre sueños, sus caderas chocaron con las de Ángel, hubo un gemido y entonces aquella capa se removió, acariciándolo, subiendo por su pierna...
—Mnm —Wolf gimió también, sus labios se separaron, arrastrándose sobre la piel de Ángel, antes de mordisquear suavemente.
Y entonces la caricia se volvió más fuerte, más salvaje, más segura. El cosquilleo que le provocaba aumentó y Wolf se estremeció cuando lo sintió en su cadera y en su espalda, uniéndose a la mano de Ángel...
—¿Qué...? —se removió y después gimió porque, Dios, Dios, no era un sueño. No había sido un sueño. Estaban juntos, desnudos, Ángel parpadeando todavía adormilado, sus ojos azules asomándose, sus labios hinchados... Y cuando Wolf quiso separarse, sus manos lo apresaron. Sus manos y...
Wolf gimió con fuerza cuando una de las alas de Ángel lo envolvió.
¡Sus alas!
Simplemente cerró los ojos e intentó no enloquecer.
Las manos de Ángel se aflojaron cuando por fin despertó.
"¿Qué hice? ¿Qué he hecho?"
Sus ojos muy abiertos, antes de cerrarse. Y sus alas todavía envolvían como un capullo al humano a su lado.
La rodilla de Wolf chocó con su pierna cuando se levantó.
Ángel bajó la mano con la que había estado cubriendo su rostro, sus ojos se abrieron y...Wolf era hermoso.
Es decir, siempre lo fue, siempre fue físicamente atractivo, no podía negarlo. Pero algo había cambiado. Había un..., Angel no sabía si era debido a sus propias alas, su magia libre, pero había un levísimo resplandor alrededor de Wolf.
Incluso sus ojos, tan oscuros, tenían un brillo diferente mientras se arrastraba y se sentaba sobre él. —Pensé que había sido un sueño —sonaba como un niño.
Ángel no podía acostumbrarse a este lado de Wolf, tan inocente, tan puro. Alguien que compró a un ángel en una subasta no debería ser así, ¿cierto?
Era como un niño descubriendo el mundo, justo como había sucedido con Rafael.
Ángel gruñó, no pudo evitarlo. Sus manos en las caderas de Wolf se apretaron, no recordaba haberlo tocado. Y quería decirle que se moviera, que fue un error, que no iba a repetirse, pero su cuerpo se había movido, amoldándose al suyo para acomodarlo mejor, sus caderas y sus piernas dejándolo anidar sobre él y erección rozó contra Wolf y Ángel tuvo que cerrar los ojos con fuerza y morderse los labios. Recordó cada segundo de ayer, cada sensación y la fantasía de no sólo ser tomado, sino tomarlo.
Wolf se llevó una mano a la cabeza, apretando su sien porque ahí estaba esa imagen otra vez.
—¿Tú...? —quería preguntarle si él quería, si deseaba eso, pero no pudo, no tenía sentido—. Tus alas —dijo en su lugar.
Las alas de un ángel era poderosas. Un arma también. Delicadas, sí, un punto débil en ellos, pero también letales. Se movían libremente, en defensa o ataque, y justo ahora envolvían a Wolf. Obviamente no sólo su alma lo reconocía como su Ancla, también su cuerpo, y cada parte de él estaba dispuesto a protegerlo.
Ángel se quedó sin aliento al darse cuenta.
¿Qué iba a hacer ahora?
Sus ojos se abrieron, encontrándose con los de Wolf. Se calló los celos, se calló el arrepentimiento –que en realidad no sentía, no todavía–, se calló tanto que quería decir y seguro habría momento, y sólo preguntó lo importante: —¿Cuál es tu deseo?
Su mano vagando tranquilamente por la cadera de Wolf. Lo sintió tensarse y no entendió, ¿por qué ahora?, él ya no estaba tan seguro de poder negárselo.
Wolf lo miró en silencio.
Quería preguntarle por qué lo hizo, qué lo hizo cambiar de opinión, qué sintió, ¿le gustó?, ¿lo odiaba más ahora?, ¿o tal vez, como él, sentía el cambio entre ambos?
"¿También lo sientes?"
Quería explicarle cómo se sentía. Confesarle...todo. Que lo entendiera. Pedirle quedarse...por él.
Pero no podía. Parpadeó furiosamente, odiando las lágrimas que se acumularon.
Él no era débil.
Él no lloraba.
No desde...
Él era Wolf. Darren Wolf.
Y no podía decirle nada, porque ya no podía ofrecerle nada.
Sonrió. Sus ojos se abrieron. —Ya no importa.
—¿Qué...? —la mano de Ángel se detuvo, su ceño fruncido.
Wolf intentó salir de sus brazos, del capullo que sus alas formaban.
—¿Y ahora...? —Ángel quería preguntarle si ahora se iba, si se arrepentía, si lo iba a dejar...
—Ahora a vivir —Wolf dijo. Ahora aprovechamos lo que podamos.
Cuando por fin salió de la cama, aprovechando el aturdimiento de Ángel, lo miró y extendió su mano.
"Ahora vive conmigo...antes de que sea el final".
* * *
💔💔 ¿sienten a Wolf?
Otro enredo más... Se vienen momentos agridulces, se están dando una oportunidad, pero también se están guardando demasiado ambos 🙈
¿Qué les ha parecido hasta ahora la historia? ¿No se ha vuelto predecible o aburrida?
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