Una vez que (él) lo vio, nada en la Tierra podía hacer que mirara hacia otro lado.
(C.D. & A.S.)

* * * * *

Mientras Wolf estaba en la ducha, después de haber dejado a su Ángel en su petite mort, intentó que su mente se apagara.

Recargó su frente en los azulejos fríos de la ducha mientras el agua caliente caía por su cuerpo, una de sus manos bajó hasta su entrepierna y tomó su miembro duro y palpitante, estaba mojado ahora, pero todavía podía reconocer entre el agua la humedad provocada por el glorioso ángel en su cama.

Él había acudido a la subasta de Deseos de Ángeles porque lo necesitaba, realmente necesitaba el poder de un deseo de ese tipo, algo que sólo un ángel le podía dar, pero cuando vio a este Ángel en particular se encontró caminando hacia él casi sin darse cuenta.

Wolf empujó sus caderas hacia adelante, hacia su mano trabajando su dura erección. Sólo recordar al inocente ángel ojiazul, sus intensos ojos azules que miraban a todos como juzgándolos, si ceño levemente fruncido, no se veía temeroso, estaba claramente molesto e incómodo por su desnudez, su cabello rubio que caía sobre su frente y, al tener las manos encadenadas, no tenía más opción que sacudir su cabeza para quitárselo de encima.

Había sido eso lo que hizo a Wolf mirar. El movimiento dejó al descubierto un momento su cuello, un delicioso cuello pálido, y la mirada oscura de Wolf bajó por esa piel con un leve resplandor dorado hasta llegar a las clavículas.

—Mmm —su mano apretó más fuerte su miembro, su pulgar jugando con la cabeza que cada vez estaba con más fugas. Estaba tan cerca. Sus caderas siguieron empujando mientras recordaba.

Wolf amaba una buenas clavículas marcadas y las del ángel eran perfectas. Y después bajó a los abdominales, a la V que abría camino a ese miembro que sólo de imaginarlo duro hizo agua su boca.

Recordaba su lengua haber humedecido sus labios mientras subía hasta estar frente a aquel ángel.

Él podía tomar a cualquiera, pero quería a éste.

Cualquier deseo serviría, pero quería este cuerpo perfecto.

Se había detenido frente al ángel, amando aquellos ojos azul oscuro, llenos de lujuria seguramente parecerían negros. Iba a disfrutar cada momento con él. Le iba a enseñar a pecar al ángel.

Había esperado que la criatura bajara la mirada, y cuando no lo hizo, él llevó su mano hasta el abdomen duro y marcado del ángel, esperando por su reacción, su piel caliente contrastó con la fría de él y lo sintió temblar bajo su toque y después cuando envolvió su miembro, él quiso gemir y supo que el ángel también. Hubo un sonido estrangulado de su parte. Era obvia la sorpresa en esos ojos azules. Él no esperaba esto y no lo entendía.

Tan perfecto.

Wolf se había acercado hasta que sus labios rozaron su lóbulo y entonces dijo en un susurro lo que ya sentía: —Ya eres mío.

Wolf se corrió en ese momento, con una sacudida sin control de sus caderas, su miembro pulsando en su mano mientras chorros de semen caían.

Su respiración era pesada. Había tenido un orgasmo perfecto con sólo recordar la sensación de ese miembro semiduro en su mano y, después, la expresión de Ángel hace unos minutos al correrse en su cama.

Se veía perfecto, como bien le dijo.

Wolf sacudió su cabeza, recordándose no dejarse guiar por el corazón. Era eso lo que lo había llevado a este callejón sin salida. Del que sólo un Ángel podía sacarlo.

Terminó de ducharse y con sólo una toalla anudada en su cintura, volvió a la habitación, dispuesto a tomar lo que le pertenecía, pero Ángel se había quedado dormido.

Se veía claramente incómodo, todavía con los grilletes, aunque sin cadenas. Wolf le quitó todos, menos el de la mano izquierda, y lo cubrió con la sábana.

Dejó un beso -no sabría decir por qué- en la palma de su mano todavía encadenada. Tal vez disculpándose por lo inevitable.

—Tarde o temprano, vas a ser mío.

Después él se metió también en la cama, todavía desnudo.

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¿Para qué creen que Wolf necesita ese deseo? 🙊