38. Yo quiero hacerlo
Dile que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, de todas maneras te vas a arrepentir toda la vida si le dices que no.
(Mario Benedetti)
«—¿Encontraste a una mejor opción? Un ángel que caería por ti... Él estaría dispuesto, ¿no? Parece que hubo una conexión entre ustedes...»
¿Cómo se atrevía Ángel a decirle eso?
¿Cómo se atrevía a acusarlo de traición?
¿Cómo, cuando Wolf sentía que se estaba perdiendo por él, que moriría por él, que se dejaría morir para no tomar el deseo de nadie más?
«Voy a la empresa. Charlie llamó, es importante...»
Mentira. Mentira. Charlie sólo había llamado para pedirle autorización para una nueva prueba, no se necesitaba su presencia, pero Wolf prefería hacerlo, sobre todo ahora que sabía que quedarse con Ángel sólo traería consecuencias negativas.
«Tú regresa a casa...o haz lo que quieras...»
Y estúpidamente Wolf se refirió a "Casa" como la suya, no al Cielo. No fue hasta que ya se había alejado varios metros que se dio cuenta que Ángel podría malinterpretarlo, que podría pensar que lo dejaba libre otra vez, que lo estaba echando...
Quería volver. Quería girarse y correr de regreso a él, quería apretarlo contra su pecho y decirle que era un estúpido, que –aunque no tenía sentido y aunque cuando lo compró en la subasta, no lo esperaba– lo quería, que dejara de pensar en el Cielo y fuera a Casa, su casa, con él. Que podían arreglarlo, sólo debían dejar de luchar contra ellos...
Pero no lo hizo, no pudo. Porque eso que tanto criticaba de Ángel, su terquedad, ese aferrarse a lo que él creía era correcto, era probablemente también uno de sus mayores defectos. Tan iguales y tan diferentes que quizá por eso se atraían tanto como se repelían; se volvían locos, pero necesitaban esa locura.
«Eso es la libertad, y la libertad es de uno sólo, Ángel. No para un grupo. Tú tienes la tuya, solamente.»
¡Y es que incluso Rafael se lo había dicho! ¿Por qué Ángel no lo entendía? ¿Por qué todavía quería algo imposible?
«Dale tiempo. No es malo, es sólo...»
Y ellos no tenían tiempo. No sabía cuánto le quedaba a Ángel en la Tierra, pero él no tenía mucho más.
* * *
«—¡¿Darren?! —Charlie había dejado lo que estaba haciendo cuando Wolf entró al pequeño laboratorio privado.
Wolf alzó un poco su cabeza a modo de saludo, pero nada más. Todavía seguía volviéndose loco con la culpa por haber dejado a Ángel solo a media plaza, por lo herido que se veía Rafael cuando se fue —no hubo ningún "clic", como Ángel había dicho, simplemente Wolf lo admiraba por su fortaleza, porque si la historia de la Luna era real, Rafael era demasiado fuerte y valiente para enfrentarlo y todavía buscar una solución–, por su lucha interna entre volver a suplicarle perdón aunque fue su culpa o dejarlo sufrir un poco más...
Y después, lo peor, ¿Ángel realmente sufría?
Probablemente ya ni siquiera estaba cerca. Había abierto sus alas y se había ido ya...
—¡Hey! —el grito de Charlie lo sacó de sus pensamientos. Señaló con una mano enguantada un tubo que Wolf casi había tirado—. Sabes que si no estás de humor es mejor que salgas.
Sí, había tanta confianza que Charlie era capaz de correrlo aunque era la empresa y el proyecto de Darren Wolf.
Darren negó y se alejó de los tubos. Entrelazó sus manos a su espalda.
—¿Qué te trae por acá? —preguntó Charlie, después de haberlo recorrido lenta y descaradamente con la mirada, volviendo a su mezcla.
—Ya lo sabes. Lo de siempre...
Charlie hizo una mueca ante el tono triste y resignado de su amigo.
—¿La esperanza? A veces creo que debería dejarla ir. Es obvio que no vamos a lograrlo.
—¡Callate! —Charlie gritó y apretó demasiado el tubo que sostenía, provocando que se rompiera y la mezcla se desperdiciara.
Wolf lo miró sorprendido. Su amigo, aunque bromista, coqueto y lleno de confianza, rara vez le gritaba. No así.
—Sabes que es verdad.
—¡No! —y juraría que los ojos de Charlie brillaban demasiado, pero debía ser su imaginación. Ellos no llorarían por Wolf, tenían un trato.
—Charlie —Wolf mismo sintió sus ojos arder y un nudo en su garganta mientras se acercaba a su amigo, su mano enfundada en el guante buscando su hombro—, tenemos que aceptarlo, el tiempo se termina y... —sus labios temblaron, mirando los ojos de su amigo—, ...me estoy muriendo.
—No —Wolf sintió la tensión en su hombro y en su voz, los dientes rechinando, la mandíbula apretada—. Todavía hay tiempo. Seguimos buscando, sigo buscando... ¡No te rindas, joder! No lo has hecho en todo este tiempo, ¿por qué lo harías ahora?
Wolf no pudo sostener su mirada, pensando en aquellos ojos azules.
Tal vez porque ya no tenía ganas de vivir, ya no tenía una razón.»
* * *
—Ángel, ¿estás...? —no terminó su pregunta, él mismo estaba sorprendido por la actitud de Ángel. Estaba retorciéndose bajo su toque, un toque inocente como nunca antes, arqueándose y moliéndose contra las sábanas. Wolf no se esperaba esto después de que se hubieran separado tan molestos, con aquella brecha enorme –que amenazaba con devorarlos y escupirlos lejos del otro– abriéndose entre ellos.
—Loco —el susurro de Ángel no le llegó muy bien, sólo supo que dijo algo antes de girar y tomar su mano, pero no para alejarlo, no, Ángel tiró de él hasta que lo tuvo encima.
Y Wolf no pudo callarse un gemido –o tal vez fue un gruñido porque su corazón se estaba volviendo loco dentro de su pecho y necesitaba gritarlo– cuando sus cuerpos chocaron y se dio cuenta, a través de la delgada sábana que Ángel estaba desnudo –¿por qué rayos estaba desnudo?– y duro.
Dios, el hermoso ángel debajo de él estaba excitado.
—Ángel —su voz y su cuerpo temblaron mientras se alzaba, apoyándose con una mano a un lado de su cabeza, porque Ángel parecía drogado y no creía correcto aprovecharse de él en este estado.
—No —Ángel tomó su mano con más fuerza, rodeándolo con su brazo libre y se arqueó, subió sus caderas buscando más contacto, su corazón latía acelerado y Wolf podía sentirlo ahora que sus pechos estaban tan juntos.
—¿No q-qué? —y esta vez el tartamudeo de Wolf fue tan obvio. Su propio corazón latiendo tan fuerte que lo dejaba sin aliento.
Ángel lo miró y había tanto no dicho en su mirada que Wolf realmente no se sorprendió cuando éste lo dijo: —Perdón.
Los ojos azules del ángel se abrieron un poco más, como si él sí se sorprendiera por haberlo pronunciando. Pero no Wolf, Wolf sentía que a veces él conocía demasiado a su bello ángel cautivo, que aprendía fácilmente de él, tomando pequeños detalles aquí y allá hasta armar la pieza completa que estaba amando, mientras que el propio Ángel se estaba conociendo realmente hasta ahora.
Y entonces aunque en realidad no lo sorprendió, sí fue suficiente para que dejara de luchar y de intentar levantarse. Se dejó caer sobre él, amando sus cuerpos juntos, adorando la sensación, la calidez, el suave frotar de Ángel, susurró contra su cuello, casi rozando la piel caliente: —¿Por qué?
Y Ángel respondió después de un largo silencio: —Por no ser lo que esperabas.
Wolf, sintiendo su ceño fruncirse, con sus caderas clavándose en las de Ángel y su mano bajando de su cuello hacia el centro de su espalda, se levantó buscando su mirada.
Sus labios se abrieron –"No eres lo que esperaba. Eres mejor, aunque me vuelvas loco"– justo cuando sus dedos se clavaron entre los omóplatos de Ángel y su cuerpo vibró, sus labios también separados, dejando escapar un sonido exquisito que provocó escalofríos en Wolf.
Wolf iba a retirarse justo cuando los ojos de Ángel se abrieron de nuevo, sus miradas chocando en el momento exacto en que esos ojos cambiaron de azul a dorado.
¿Qué...?
—Dios... Sólo... Sólo tócame... —el orgulloso ángel que le juró a Wolf nunca cedería, estaba hoy rogando sin pena alguna—. Wolf... Darren...
Y Dios. El modo en que pronunció su nombre, la reverencia, el deseo, la súplica fueron suficientes para que Wolf bajara de nuevo y lo tomara en un beso. Adorando los ruiditos que de Ángel salían y cómo su cuerpo parecía derretirse bajo su toque, bajo su peso. Wolf clavó con más fuerza su mano en la espalda de éste, buscando apoyo para anclarse mejor, y Ángel gimió, apretándolo más a él, algo entre sus omóplatos parecía vibrar.
Algo cantaba para Wolf a través del zumbido de la excitación, "Wolf, Wolf, Darren", "Sólo un poco, un poco más", "Sólo tú. Tú. Humano. Mío", y debía ser sólo su imaginación, pero eso removió algo en su interior, lo suficiente para besarlo con más fuerza, para que su miembro gritara por liberación, por entrar en contacto con Ángel, cualquier parte del ángel que se retorcía deliciosamente bajo él.
—Hazlo —Ángel susurró entre besos, entreabriendo los labios y suspirando cuando Wolf los mordisqueó—. Hazlo —sus manos se clavaron en sus caderas antes de volverse suaves y deslizarse a su frente—, lo prometí en casa de Michael, hazlo. Soy...quiero ser... Tuyo...
Y entonces Wolf se detuvo porque él no lo quería así, ya no.
Iba a alejarse, Ángel lo sabía, lo sintió. Su espalda se tensó, su cuerpo todavía vibraba por la excitación, pero había algo más y eso es lo que Wolf debía entender.
Sus ojos se abrieron, buscando el rostro de Wolf en la oscuridad que todavía los envolvía, sus manos dejaron de tratar de abrir su pantalón y subieron por su cuello. —Darren Wolf, no entiendo nada de esto, cómo es posible, sé cómo comenzamos, sé lo que te he dicho, sé lo que me he dicho, y tal vez me arrepienta, pero lo haré más si un día me voy y no lo viví contigo. Yo quiero que lo hagas, que lo hagamos. Por favor.
¿Y así como negarse?
* * *
Hooola 🙆
¿Comentarios del capítulo?
¿Qué piensan de Wolf? 😭 ¿Por qué necesita ese deseo, qué le pasa?
Y viviendo todo esto, ¿qué creen que sucedió para llegar al momento roto y tenso del prólogo? 🙈
Hasta el siguiente capítulo, gracias por seguir leyendo ❤
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