Mi táctica es mirarte, aprender como sos, quererte como sos. 

Mi táctica es hablarte 
y escucharte, construir con palabras un puente indestructible. 

Mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo ni sé con qué pretexto, pero quedarme en vos. 

Mi táctica es ser franco y saber que sos franc(o) y que no nos vendamos 
simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos.

Mi estrategia es, en cambio, más profunda y más simple:

Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin me necesites.
(Mario Benedetti)

* * *

«¿Me recuerdas? –había preguntado Ángel, con el corazón acelerado, ¿será que alguien por fin iba a tener poder sobre él? Si Michael recordaba su verdadero nombre...

Michael, que había estado caminando hacia él, sonrió y casi al instante negó. —Lo siento, pero si eres amigo de Cris y Alejandro, ¿supongo que también lo eres mío? –y terminó como una pregunta.

—¿Eso haría alguna diferencia? –preguntó Ángel y Michael asintió–. ¿Por qué? ¿Recuerdas algo de ellos y no lo has dicho?

Michael negó, de nuevo. —No los recuerdo, pero hay... –se ceño se frunció, su cabeza se ladeó un poco mientras parecía buscar la palabra correcta–, ...hay algo en Cris que me hace confiar en él, hay algo que me dice que nunca me haría daño. Supongo que la mente olvida, pero...no sé, ¿el corazón no? No me refiero a literalmente, ya sabes, no sentimos con el corazón, pero... –se encogió de hombros.

Ángel lo entendía totalmente. —¿Y tu corazón cree en él, entonces? ¿En él y no en el atr... –tuvo que detenerse abruptamente, por Dios, qué manera de casi arruinarlo todo–, en Alejandro.

Michael ni siquiera pareció haberlo notado y, Dios, la forma en que sonrió y sus ojos se iluminaron fue tan clara. Michael podría no recordar que era un brujo, pero confiaba en su aprendiz, sí. Pero, más allá de eso, incluso si no recordaba su historia con Alejandro Stevens, su alma seguía entrelazada a la de él, como sería siempre, y eso todavía lo sentía. Las almas no olvidan.

Durante un momento fugaz, Ángel deseó poder verse con los ojos de alguien más. Su alma no estaba entrelazada a Wolf, pero era su Hogar, su Ancla, ¿sería eso más o menos fuerte? ¿sus ojos se iluminaban cuando lo veía? ¿algo cambiaba en él físicamente?

En caso de olvidarlo, ¿algo en él todavía sabría que ese humano terco era importante para él?

—...con Alejandro es diferente –estaba diciendo Michael cuando Ángel volvió a prestar atención–. No me malentiendas, confío en Cris, él es calmante por alguna razón, su presencia me tranquiliza. Pero Alejandro –él negó, sonriendo ampliamente–, Enaid –y fue tan apropiado que usara ese nombre, Enaid significa literalmente "Alma"– él acelera mi corazón de un modo que es bienvenido completamente. Me hace sentir...vivo, real. Que tengo una razón en el mundo.

¿Una razón en el mundo?

¡Michael Owl era un poderoso brujo! ¿Cómo podía encontrar su razón en el mundo en una persona y no en su magia?

—¿Pasa algo? –Michael debió haber notado algo en su rostro o su silencio.

Ángel se apresuró a negar y sonreír, de repente sintiendo envidia por él, por ellos.

—No, me alegro que te sientas bien aquí aunque no recuerdes. Estoy seguro que lo harás –y eso era cierto. Obviamente recordaría, tal vez pronto, tal vez no, pero lo haría. Su magia dormida sentía la de Cris y su alma entrelazada nunca olvidaría a la de su Alejandro, su atrapador de almas.

—¿Somos amigos entonces? Lo siento por no recordarte.

Ángel sonrió, más genuinamente esta vez. —Soy... –y casi dijo "novio"– amigo de Wolf. Wolf y Alejandro se conocen de hace tiempo...

—Oh –y sólo con eso Michael ya estaba sonriendo de nuevo y confiando abiertamente en él.

—...y supongo que nos recordarás a todos en su momento.

—Espero hacerlo.

Y el mundo cambiaría para Ángel cuando lo hiciera.»

Ángel miró a Wolf. Seguía dormido. Estaba junto a él, tenía una de sus manos extendida sobre su estómago y una de sus piernas sobre las suyas.

Y Ángel se encontró amando la sensación de sus pieles rozándose, el calor del cuerpo de Wolf contra el suyo. Su rostro estaba contra su hombro y se veía tan en paz, tan cómodo con Ángel.

Odiaba discutir con él, saber que al despertar inevitablemente terminaría transformándose esa expresión.

Ángel recordó que cuando se alejaban de la casa, no pudo evitar escuchar, con sus poderes ahora libres, aquel "¿Te quedarías a pasar la noche?" y después cómo el corazón del atrapador de almas pareció detenerse y después acelerarse.

Ángel acarició un lado del rostro de Wolf, éste se removió, pero no despertó y su rostro se acercó todavía más, su nariz chocando contra el cuello de Ángel. Su pecho quedaba ahora contra su brazo y podía sentir los latidos tranquilos. Llevó su mano a su propio pecho y parecían compartir un mismo ritmo.

Ángel pegó su mejilla al rostro de Wolf, se giró un poco con cuidado para no despertarlo y después, casi tentativamente, lo envolvió con un brazo.

¿Y si hubiera alguna forma?

¿Si pudiera volver al Cielo, a su Hogar, pero sin perderlo?

¿Valdría la pena intentarlo?

¿Por qué no se sentía como algo sólo físico?

Era más fácil entonces. Era más fácil odiarlo.

* * *

En algún momento mientras dormían debieron haberse movido, porque Wolf despertó con algo cálido envolviéndolo.

Alguien.

Estaba ahora Ángel sobre él, su cuerpo cubriendo el suyo. Y Wolf se encontró inseguro de qué hacer. No quería dejar caer todas sus barreras porque iba a doler cuando se fuera, él ya le había dicho, ni siquiera mintió. "No me iré sin decírtelo...", pero nunca prometió no irse.

Wolf suspiró y llevó sus manos a la espalda de Ángel para intentar salir de él sin despertarlo, pero sin darse cuenta tocó entre sus omóplatos y Ángel se retorció contra él, gimió todavía dormido y lo aplastó con más fuerza.

Cualquier humano que intentara siquiera tocar ese punto tan delicado en un ángel podría morir sólo por eso, pero no Wolf. Wolf sólo provocó estremecimientos y suaves gemidos por parte de Ángel.

Y era tan dulce que Wolf quiso más. Comenzó a acariciar esta vez a consciencia, sus pulgares clavándose suavemente y dibujando pequeños círculos. Y Ángel comenzó a mecerse suavemente contra él, sus labios encontraron el cuello de Wolf y dejó adormilados besos que erizaban su piel. Ambos se estaban volviendo locos.

Ángel podía sentir sus alas a punto de liberarse. Fue eso por fin lo que lo hizo despertar y salir rápidamente de la cama. En un segundo estaba completamente dormido sobre su humano y al siguiente estaba definitivamente despierto, al otro lado de la habitación, respirando con dificultad, mirando a Wolf casi asustado.

Wolf lo miró con el ceño fruncido, él también más despierto ahora. Obviamente estaba confundido por su reacción, pero no debería sorprenderse. Ángel era voluble y no hubo ninguna promesa entre ellos, lo sucedido ayer no cambiaba nada.

Miró la hora y aunque todavía era muy temprano, decidió salir de la cama ya, podía tomar una ducha e ir a su empresa temprano. Debería preocuparse más por encontrar la Cura y dejar de darle vueltas a lo imposible, porque lograr que Ángel lo quisiera era imposible.

—¿A d-dónde v-vas? –incluso su voz temblaba cuando preguntó.

Wolf se detuvo a punto de entrar al baño. —A ducharme para ir a trabajar. Espero que Charlie vaya temprano hoy porque...

Y sólo así, con sólo esas palabras, Ángel estaba ahí, de nuevo sobre él, en un segundo. —¿Te quedarías hoy?

Wolf se tensó un momento, no dispuesto a caer en su juego, ¿qué pretendía Ángel ahora?

Ángel se estaba aferrando a él de un modo en que un ángel nunca debería hacer con un humano y, por supuesto, no uno de su jerarquía.

—Yo creo que tenemos que hablar, Darren. No me estoy yendo, me estoy quedando –al menos por ahora–, es necesario que haya comunicación entre tú y yo. Hace tiempo me pediste hablarte de mí, querías saber de mí, pero tú nunca me hablas de ti. Hablemos. Si queremos que esto deje de ser incómodo, deberíamos hablar.

Pero si hablaban, si se conocían, si no era sólo físico...

—¿Estás seguro que no es sólo para impedir que vaya con Charlie? –medio bromeó Wolf.

—Idiota –Ángel dejó un golpe en su cadera y después intentó alejarlo.

Pero Wolf lo aferró riéndose, ¿qué daño podía hacer? Tal vez si hablaran, si realmente se conocieran, podrían entenderse el uno al otro.

Y un día, cuando ya no estuvieran juntos, sabrían el por qué y tal vez, sólo tal vez, dolería menos.

—Espera, no te vayas. Si quiero hablar, pero, ¿podemos ducharnos primero?

* * *

Ducha juntos 😏
¿Quieren esa escena?

Y bueno, van a comenzar a conocerse más 😅 o a conocerse para empezar, se están dando una oportunidad aunque ellos no se den cuenta 😻

He visto comentarios desesperados por un escena de sexo entre ellos, sean pacientes. Su primera vez, incluso en sus circunstancias, es importante. Prometo que valdrá la pena la espera ❤

Y esa fue la conversación con Michael. No lo recuerda 💔 pero creo que hizo a Ángel dudar y entender ciertas cosas sin proponérselo 😅 ¿creen que en algún punto Ángel podría tener prioridades distintas y cambiar de opinión?