31. Me anclas
Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente son a veces navajas y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente son dos astros que caen en un cielo vacío.
(Octavio Paz)
* * *
—¿Me besarías? –Ángel sentía su corazón golpeando fuerte, latiendo tan acelerado, y en su garganta un nudo mientras miraba a los ojos oscuros de Wolf.
Ya no estaban sus cuerpos en contacto, pero sentía sus piernas casi vibrar, como el resto de su cuerpo, los músculos contrayéndose mientras Darren sólo lo miraba, los dedos de sus pies se movían nerviosos. Y su entrepierna dura, tan dura, latía.
Y lo que antes lo había asustado y enfurecido tanto, ahora simplemente lo fascinaba. Como su miembro latía, y quería recargarse contra el cuerpo de Wolf, envolverlo con fuerza con sus brazos y empujar sus caderas suavemente al principio, mientras se besaban. Sólo...sentirlo.
Dios, quería exactamente eso. Ni siquiera era sexo o que Wolf tocara esa parte de su cuerpo –aunque no se negaría si lo hacía– o su boca envolviéndolo, y oh, quería gemir de sólo recordar las primeras veces. Pero ahora lo que quería era sólo sentir, cada milímetro de piel rozando la suya, el cuerpo de su Ancla contra el suyo.
No supo en que momento Wolf dio el par de pasos que los separaba, sus miembros duros entraron en contacto a la vez que su mano se posaba a un lado de la cadera de Ángel, la otra acarició un lado de su rostro, con ternura, uno de sus dedos delineando lentamente su ceja rubia, perdido en esos ojos azules.
Y entonces Wolf tiró de su cabello, echando su rostro hacia adelante. Ángel cerró los ojos en el último momento, esperando una rudeza que nunca llegó. Wolf simplemente juntó sus labios con suavidad, lento, frotando contra los suyos, jugueteando con el inferior y probando.
Ángel estaba sin aliento, aunque habían sido sólo segundos, nunca suficiente. Su entrepierna latía un poco más y ahora entendía que nunca fue sólo físico. Siempre hubo una razón para que su cuerpo reaccionara así por primera vez.
Wolf bajó sus manos, las dos sobre las caderas de Ángel, sus dedos largos y fríos sobre su piel caliente, rozando su erección.
Y Ángel sentía que iba a explotar.
Si Wolf no lo soltaba ahora iba a morir de necesidad.
Las manos de Wolf, mientras sus ojos oscuros estaban fijos en los azules de Ángel, se deslizaron lentamente hacia su frente, hasta que ambas envolvieron su miembro duro.
Ángel gimió suavemente, todavía con algo de pena, echando su cabeza hacia atrás. Se tambaleó un paso y agradeció que la cama estuviera ahí para recibirlo, pero Wolf no lo dejó ir. Enganchó uno de sus brazos a una pierna de Ángel, mientras se arrodillaba ahí mismo, separándolas y buscando una posición mejor. Su otra mano seguía envolviendo su erección palpitante y alzó sólo miraba, como esperando que Ángel lo detuviera...
No lo hizo.
Wolf sonrió. Sus labios todavía en una pequeña sonrisa cuando tocaron la punta húmeda del miembro de Ángel. Fue como un beso, sucio, dulce y esperado.
Después esos labios se abrieron y probaron. Su mano comenzó a bombear mientras su lengua acariciaba.
—Ah –Ángel no sabía si quedarse quieto o empujar como su cuerpo le pedía. Sus manos terminaron en el cabello de Wolf, tomándolo con fuerza. Nunca empujó, pero siempre en contacto–. Ah... Darr... –y no podía hablar y no podía creer que estaba disfrutando esto.
Sus piernas no iban a sostenerlo mucho más, pero Wolf seguía siendo su pilar, sólo la sensación de su boca y manos sobre él le aseguraba que esto era real. Sólo él lo estaba... Anclando.
Ancla.
Con ese pensamiento, y con un fuerte gemido, Ángel se vino.
Wolf tomó todo y lo limpió antes de soltarlo y dejarlo resbalar lentamente hasta el piso. Tan saciado. Ángel ni siquiera podía abrir los ojos. Aunque sus manos, pesadas y descoordinadas, buscaban a Wolf.
Darren que quedó ahí, mirándolo y deseando que la única sensación en su cuerpo fuera deseo y no esta necesidad absurda de besarlo y acurrucarse con él hasta quedarse dormidos.
Mirando a Ángel, su espalda contra la cama y su cabeza ahí mismo, su cabello rubio revuelto y húmedo, sus ojos cerrados, mejillas enrojecidas y esos labios dulces en una sonrisa perezosa. Wolf entre sus piernas abiertas y extendidas. Su miembro, ahora blando, descansando contra su muslo. Toda su piel brillaba con una ligera capa de sudor.
Era perfecto.
Wolf no se dio cuenta en qué momento su mano envolvió su miembro y se corrió en silencio. Sólo los espasmos de su cuerpo y la humedad en su mano se lo avisaron.
¿Qué me estás haciendo?
¿Qué me vas a hacer cuando te vayas?
Habría deseado tomar una ducha con él para limpiarse ambos, pero Ángel parecía sin fuerzas para eso.
Wolf se puso de pie, como pudo, y se arrastró a la ducha. Fue rápido, sólo lo suficiente para limpiarse y secarse. Volvió con un paño húmedo para limpiar a Ángel, después lo tomó en sus brazos –y alguien tan grande como él no debería encajar tan bien ahí– y lo llevó a la cama.
Un Ángel adormilado se aferró a él y balbuceó cosas sin sentido:
"Quédate..."
"...no otra vez"
"No me dejes..."
"Ancla...me anclas"
"...equivocado...".
Wolf no entendía nada, pero aun así lo abrazó con fuerza. Y él nunca había deseado dormir, sólo dormir, con alguien, como lo hizo ahora.
De frente, con sus cuerpos saciados y agotados juntos, cerró los ojos. Dejó un beso en el hombro de Ángel cuando enterró su rostro ahí y, sabiendo que era seguro porque ya estaba dormido, lo susurró: —Incluso sin deseo, quédate. Sólo no me rompas...
El corazón.
* * *
¿Qué les ha parecido el capítulo?
Como fue corto, porque quise quedar sólo este momento entre ellos. actualizaré en un día o dos 🙌
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