Te amo. Me amas. Sabemos que lo que tenemos puede ser fuerte. Más fuerte.
(M.U. & A.R.)

* * * * *

«—Vístete y vamos a cometer necromancia»

Y esa frase no debería haber hecho que Wolf sonriera como un tonto, ¿dónde había quedado el romanticismo?

Estaba desnudo, aferrado a un ángel -que lo secundaba en su decisión de cometer necromancia para revivir a un viejo brujo- en un apretado abrazo, con el estómago lleno de mariposas y una sonrisa que tenía doliendo sus mejillas. ¿Qué demonios estaba mal con él?

Los labios suaves y cálidos seguían sobre su mejilla, se arrastraron sobre su piel, hasta que fue la nariz de Ángel la que se frotó sobre su rostro.

Los ojos de ambos se habían cerrado, perdidos en las sensaciones. Las manos de Wolf aferraban los hombros de Ángel y las de éste bajaron de su nuca a su espalda desnuda, sintiendo los músculos bajo sus dedos.

Wolf se movió un poco más cerca de Ángel, sus caderas adelantándose, su miembro latió y todo él se estremeció cuando su entrepierna rozó el muslo del ángel. Ángel clavó sus dedos con fuerza en su espalda, había dicho que nunca lo tocaría ni se rendiría tocándose él mismo, contagiado por la locura del humano, y no sabía si era por saber que no estaba enfermo sino que dicho humano se había convertido en su Hogar en la Tierra, pero sentía la tentación de ceder al deseo.

Quería estar con él, completamente.

Wolf gimió cerca del oído de Ángel, pero se contuvo. Tenían algo importante que hacer y además todavía no sabía ni siquiera por qué Ángel había vuelto y era dolorosamente obvio que se iría, si no ahora, pronto.

No podía evitar que su cuerpo reaccionara a su cercanía, pero sí podía y debía controlar sus sentimientos. Un corazón roto era lo único que le faltaba.

Wolf retiró una de sus manos, arrastrándola a lo largo del brazo de Ángel antes de dejarla caer. Con la otra presionó suavemente un breve momento el hombro del ángel y después la retiró sin ningún otro contacto. Abrió los ojos y comenzó a ponerse de pie, buscando el autocontrol que obviamente había perdido.

Pero entonces las manos de Ángel aferraron sus caderas y sus cuerpos se movieron a la vez, alineándose, pegándose, a pesar de las capas de ropa, Wolf podía sentir la calidez de Ángel, la dureza de su cuerpo y lo acelerado de su corazón.

Ángel siguió aferrado a un lado de su cadera y con la otra acunó su rostro, acercándose por otro beso. Se sentía como un hombre sediento habiendo encontrado un oasis. Necesitaba a Wolf.

Pero éste giró su rostro en el último momento y los labios de Ángel rozaron su mejilla en su lugar.

—¿Por qué volviste? —preguntó Wolf sin moverse, pero necesitando saber—, ¿por qué de repente aceptas ayudar al brujo y a Alex?

Ángel gruñó suavemente. Era ridículo, primero el tal Charlie y ahora el atrapador de almas que además estaba obviamente enamorado de Michael Owl.

Respiró profundamente. Su mano dejó la cadera de Wolf y éste sintió su estómago apretarse y una presión en su pecho. Era ahora cuando Ángel se burlaba de él y se iba, pero Ángel no se retiró más que lo suficiente para poder mirarlo. Tomó ahora su rostro con ambas manos, obligándolo a sostenerle la mirada mientras lo decía, al menos parte de la verdad:

—Por ti.

El corazón de Wolf se saltó un latido o dos, sintió que dejaba de respirar un momento antes de tomar una profunda respiración. Sus ojos oscuros muy abiertos, fijos en aquellos de un azul único. Sonrió antes de poder contenerse, una sonrisa que duró sólo unos instantes porque fue Ángel quien volvió a besarlo.

Wolf gimió, pegándose más al ángel, todo su cuerpo en contacto, su erección pegada a Ángel, él mismo endureciéndose también. Las manos de Ángel seguían en su rostro, tomándolo con fuerza para resistir la tentación de bajarlas. Wolf llevó las suyas a la espalda de Ángel, acariciando con fuerza, bajando a través de la tela delgada de su camisa. Y esta vez fue Ángel quien gimió con fuerza y se retiró abruptamente, volviendo a caer sobre la cama.

Sus ojos estaban muy abiertos, aunque desenfocados.

—¿Qué pasa? —la voz de Wolf entrecortada, se acercó de nuevo a Ángel, pero éste se retiró, retorciéndose un poco.

La expresión de Wolf cambió, sintiéndose rechazado de nuevo.

Pero era todo lo contrario, el cuerpo de Wolf, sus besos, el deseo que provocaba en Ángel y después sus manos tan cerca de sus omóplatos, Ángel casi había perdido él control de sus alas ahora que no había grillete.

Bajó de la cama, dando un rodeo para evadir a Wolf, estaba por entrar al baño cuando se volvió a mirarlo. Darren todavía desnudo, a un lado de la cama, sus hombros caídos y miraba hacia abajo. Ángel podía imaginarse claramente su ceño fruncido. Gruñó bajo cuando su propio pecho dolió sólo de verlo así, caminó de regreso hacia él, pegó su cuerpo al suyo, su pecho contra esa espalda desnuda y rodeó su cintura con los brazos, tratando de no perderse cuando sus manos rozaron su miembro. Habló cerca de su oído, su voz suave: —No tenemos tiempo, Darren. Vamos a hacer esto rápido para poder volver, ¿está bien?

Wolf no respondió con palabras, sólo hubo un sonido ronco y su cuerpo se recargó contra el de Ángel.

Ángel se permitió un momento para disfrutar de esa sensación tan nueva y tan deseada, antes de retirarse y dar un golpecito en la cadera del humano. —Voy al baño. Vístete rápido. Entre más rápido hagamos esto, más rápido podremos volver.

* * * * *

Cuando Ángel salió del baño unos minutos después, Wolf ya estaba listo. Enfundado en un traje negro que acentuaba sus ojos y su cabello oscuro. Una media sonrisa torcida cuando vio salir a Ángel, su rostro sonrojado y su cabello húmedo después de haberse refrescado.

Wolf estiró su mano hacia él, pero después pareció dudar y comenzó a bajarla, y Ángel no dudó, no le tomó más de un segundo estar a su lado, tirando de esa mano, entrelazando sus dedos juntos.

—¿Vamos?

Wolf parpadeó sorprendido, pero asintió. "Podría acostumbrarme a esto -pensó- el tiempo que dure."

Ángel tiró de él antes de que pudiera decir algo más.

—¿Estás seguro? —susurró Wolf de camino a su estudio—. No tienes que hacerlo o estar presente. Yo voy a ayudarlos, pero tú...

Ángel negó. No, no estaba seguro, pero se lo debía a Michael y además él podría tener algunas respuestas que necesitaba.

—No estoy seguro de nada, pero no voy a dejarte solo en esto. Eres un idiota —y nadie pensaría que podría haber cariño en esa palabra, pero en la forma que Ángel lo dijo lo hubo— y de esto sí estoy seguro: tú querrás estar ahí en todo momento. ¿Un brujo inexperto, un humano y un atrapador de almas tratando de revivir a un Owl? ¿Crees que te dejaría solo con ellos?

Wolf se detuvo, provocando que Ángel se viera obligado a hacerlo también.

—¿Te preocupa que pueda pasarme algo?

Ángel lo miró como si lo creyera tonto y resopló, soltando su mano antes de entrar al estudio. —Si no,  ¿por qué crees que volví?

Ángel entró primero al estudio. Las discusiones entre los dos detectives -Alejandro y Theo- se detuvieron en ese momento. Los tres, el joven brujo incluido, lo miraron. Wolf fue a ponerse a su lado, no pudo evitar mirar a su ángel y sonreír antes de decirlo: —Estamos listos. Vamos por Michael.

Sus tres visitantes miraron a Ángel como si esperaran una réplica u otra discusión entre ellos, pero Ángel sorprendió a todos, Wolf incluido, cuando rodeó su cintura y lo pegó a él.

—La necromancia es incorrecta —dijo mirándolos y después a Wolf—, pero supongo que hay excepciones a la regla.

Wolf no podría estar más sorprendido. Sus ojos muy abiertos incapaces de apartarse de los del ángel. "Ojalá sigas pensando lo mismo después..."

Pero no fue eso lo que dijo, sus palabras fueron otras muy distintas mientras besaba su mejilla con una sonrisa: —Y por eso te quiero.

Y no, no se refería al maldito deseo. Ni quería saber de dónde diablos habían venido esas palabras y lo sincero de ellas.

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¿No aman a este par? Cuando no son necios pueden ser hermosos juntos 😻

¿Imaginan su momento a solas después de revivir a Michael? 😏❤

¿Y qué será lo que Ángel quiere averiguar cuando lo revivan? 🙊