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── chapter six ¡!

.‧₊ ❨✧ capítulo six 。゚ੈ・°
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Las cosas entre Francisco y Felicitas se habían solucionado. Él había hablado con ella para darle ánimos y decirle que alguien estaba conspirando contra ella. Por suerte, la chica le hizo caso y a pesar de las miradas de algunos de sus compañeros decidió salir del cuarto y dejar de lado, al menos por un tiempo, las opiniones.

Para suerte de las chicas, Lujan había aclarado las cosas con Laura. En uno de los recreos, las chicas se habían sentado a aclarar sus diferencias y así comenzaron de nuevo su amistad. Ambas se habían llevado bien al principio y Laura no quería perder por un simple mal entendido a Lujan. A penas empezaba en el colegio y por su bien y el de sus padres, debía intentar mantener el perfil bajo y evitar conflictos, en especial con una de las pocas personas cuerdas que había en ese colegio.

Luego de la charla y reconciliación ambas se dirigieron al salón donde se encontraban todos los alumnos preparando la bomba para el director. Todos estaban enojados con Dunoff por el castigo que habían recibido injustamente. Por ello, decidieron dejarle una pequeña "sorpresa" en su oficina. Como siempre, Marizza era la cabeza de la movida, pero esta vez Marcos era las manos. De entre todos, él era el mejor capacitados para armar el artefacto. Era de los pocos, por no decir el único, con la inteligencia suficiente como para saber cómo preparar una bomba.

—Yo sabía que dios te dio esa cara de tarado, pero tenés un cerebro— lo halagó Marizza después de que Marcos explicara cómo funcionaba.

La pelirroja besó la cabeza del chico, lo que causó que Lujan la alejara de golpe debido a sus celos. Allí Laura entendió que su posesividad era incluso hasta con sus mejores amigas. Se anotó mentalmente el dato y siguió prestando atención al resto.

—Bueno, pero con amor se lo digo— le contestó Marizza mientras seguía pegada a Marcos.

—Bueno, esto hay que activarlo justo antes de dárselo a Dunoff— explicó el chico.

Valeria, completamente desinteresada en la parte teórica de la broma, decidió sentarse en las mesas detrás de los chicos. Mientras miraba sus uñas y pensaba en que debía pintárselas, sintió como alguien separaba sus piernas y se posicionaba delante de ella. Al alzar la vista, se encontró con la espalda de Francisco y lo abrazó por debajo de los hombros mientras él se apoyaba en ella. El chico la había visto sentarse y decidió acompañarla.

—¿De qué color creés que tengo que pintarme? — le preguntó en un susurro para no llamar la atención.

—¿Cuál es tu color favorito? — le preguntó el chico mientras tomaba su mano para ver el esmalte negro.

—El violeta, pero me pinté de ese color la anterior vez— explicó.

Francisco tomó la otra mano y las revisó. Luego, las soltó y giró levemente la cabeza para verla de reojo.

—Entonces de azul—

Francisco quiso agregar que era su color favorito pero no vio razón para hacerlo. Decidió que eso no era de importancia y simplemente siguió como si nada.

Con una sonrisa de oreja a oreja, Valeria quedó satisfecha con el color que le había sugerido. Pronto, ambos volvieron su atención al resto.

—¿Se imaginan al chancho haciendo cuerpo a tierra cuando todo esto explote? — Lujan se rio ante la imagen del director asustado por la bomba.

—A lo mejor pide la transferencia a una zona de combate— bromeó Tomás.

—Bueno, un aplauso para Dexter— celebró Marizza.

Los aplausos de los chicos fueron interrumpidos por Pablo quién quería saber cómo llevar la bomba al despacho de Dunoff.

—Ya pensé en todo— les respondió la pelirroja a él y a Vico, quien tenía la misma pregunta —¿Escucharon hablar del caballo de Troya? —

Justo en ese momento, entró Laura con lo que le había encargado Marizza. Era una estatua del director. Según la pelirroja, meterían allí el artefacto y se lo darían Dunoff como regalo.

—No sé qué es peor, sí que te explote una bomba en tu oficina o tener eso en tu oficina— le susurró en broma Valeria a Francisco.

—Definitivamente...—el chico fingió pensarlo por unos segundos y contestó: —tener eso en tu oficina—

Ambos rieron hasta que el aula se llenó de tensión por ver cómo Marizza y Marcos intentaban poner la bomba en la estatua. Todos miraban atentos y preocupados de no hacer movimientos bruscos. La pelirroja puso la cabeza sobre el cuerpo, tapando el explosivo, y el resto pudo respirar de nuevo.

—Bueno, ahora... a hacer la entrega— dijo Marizza mientras agarraba fuerte el muñeco.

Marcos, de un grito, la detuvo: —Despacio que volamos a la mierda—

—Bueno... los que se animan, síganme— habló Marizza yéndose al despacho del director.

Valeria había optado por no ir. Todavía no había terminado sus tareas y ya las había atrasado lo suficiente yendo a preparar la mezcla de la bomba. Francisco le dijo que luego la buscaría para contarle cómo les había ido. Él aseguraba que Marizza le contaría también de la hazaña pero no podía desaprovechar cualquier excusa para hablar con ella. Por alguna razón que aún no descifraba, le interesaba demasiado estar junto a Valeria.

˖*°

El director había citado a los padres de los alumnos de cuarto año en su oficina. Dunoff estaba seguro de que la bomba estaba en la sorpresa que le habían dado los chicos por lo que llamó no solo a los padres sino que también a la policía y al jefe de la junta directiva del colegio. Todos estaban expectantes de lo que pasaría cuando los de seguridad abrieran el busto. Incluso Marizza se encontraba presente en el lugar. Sin embargo, el director se llevó otra sorpresa muy distinta a la esperada. Dentro de la figura del director no había nada. Por ello, él había quedado muy mal parado frente a los presentes.

Aprovechando el regreso al país y la llamada del director, Lorena y Martin decidieron saludar a su hija. La encontraron en el pasillo hablando con Francisco y Marcos. Al verla, los padres de Tomás y Teo siguieron caminando y ellos se quedaron a saludar.

—Se acordaron que tenían una hija por lo que veo— bromeó Valeria en cuanto los vio. La chica se acercó a la pareja y los saludó con un abrazo. Al rato, se volvió a sus amigos y presentó a Francisco —Fran ellos son mis papás, papis él es Francisco. Entró este año. —la morocha se acercó al mencionado y le susurró — Fran de antemano te voy pidiendo disculpas, pueden ser un poco raros con mis amigos—

Francisco, restándole importancia, se acercó a la pareja y les ofreció la mano en saludo—Francisco Blanco, mucho gusto—

Lorena fue la primera en tomar la mano del joven —Lorena Diaz, pero decime Lore. Lorena parece de vieja—

—Mucho gusto, soy Martín Foster— se presentó —Todo amigo de mi hija es bien recibido— dijo mientras lo acercaba para darle unas palmadas en la espalda como hacia con cada uno de los amigos de su hija.

—Marquitos, querido. Estás bellísimo ¿Cómo andan las cosas con Lu?— le preguntó Lorena al chico luego de abrazarlo.

—Bien, bien. Vamos re bien. ¿Y ustedes? ¿Cómo estuvo Chile? —

—Espléndido, fue tan relajante. Pero seguro Valu ya les contó todo. Es más, estoy segura que sabe más ella de Chile que nosotros. Nos las pasamos casi todo el tiempo en el hotel. Me pasó Soña el dato y la verdad que deberíamos haberle traído algo ¡No sabes el jacuzzi que tienen ahí!— le respondió la mujer.

Valeria, avergonzada de la confianza que podía llegar a tener su madre la interrumpió para decirle a los chicos que se le adelantaran. Marizza los esperaba en el patio pero seguro la esperaría hasta que se despida de sus padres.

—Mamá, no hacía falta lo del jaccuzzi— le reprochó.

La familia se puso al día de lo poco que había pasado en la vuelta a clase de Valeria. Le hablaron de Octavio, Julia y Thiago. También le contaron sobre futuros proyectos y otro posible viaje. No había pasado mucho tiempo desde la última vez que se habían visto por lo que su conversación fue corta y concisa.

Con una dulce despedida, Valeria se dirigió al patio donde la mayoría ya estaba escuchando la historia de Marizza. Al llegar, se puso al lado de Francisco. El chico pasó su brazo por los hombros de la morocha al verla a su lado y la dejó apoyarse en él para escuchar cómo Marizza se había dado cuenta de que todo era muy sospechoso.

—¿A ustedes no les pareció raro que Dunoff haya recibido nuestros regalos con tanto amor y tanto cariño? Era obvio que se había dado cuenta que estaba tramando algo— explicó la pelirroja —Entonces, Marizzita fue y sacó el explosivo del busto a la noche y hoy, cuando no había nada ahí... no saben la cara del chancho...Bueno nuestros viejos se lo querían comer crudos y ¡la brigada explosiva! —

Los aplausos hacia la inteligencia de la pelirroja fueron interrumpidos por la llegada de la pareja de Erreway. Mía y Manuel aparecieron por la puerta del patio bronceados y con las maletas del viaje. Todos, incluidos los nuevos, se acercaron a saludarlos y ponerse al día.

Lujan pudo ver a Mía y su "séquito", como le gustaba decirle a ella, hacer su típico saludo. Cuando estas estaban yéndose a contar los chismes del viaje, la castaña aprovechó para molestar a la ex participante del grupo. Aquel pasado la perseguiría por siempre y Lujan se encargaría de ello.

—Val, Val, andá más rápido que te perdés el saludo— la molestó tomándola bruscamente del brazo.

La chica seguía medio abrazada a Francisco. Él tenía su brazo sobre los hombros y ella lo abrazaba por la cintura ya que le resultaba más cómodo caminar de esa forma. Al principio, su amiga no sospechó nada de la proximidad de ambos. Valeria era bastante amorosa con sus amigos. Le costó bastante comprender que era así y que de esa forma sería su amistad con Marcos. Con el tiempo se fue acostumbrando, como pudo. Ahora, viéndola con el nuevo, pensó que se trataba del mismo tipo de amistad, así que no le dio rienda al asunto.

La morocha se alejó del agarre de Francisco y se acercó a su mejor amiga para tomarla del cuello y bajarla a su altura. Si había algo que odiaba, era aquel apodo de su época oscura.

—Ya te dije mil veces que dejes de decirme Val. Dejá de recordarme mi trauma o me vas a pagar el psicólogo—

—Todavía me acuerdo cuando me dijiste roncha por no usar perfume de marca—le recordó Lujan haciendo reír a ella y a Francisco, quien escuchaba atento la conversación.

—Ahora no lo hago más porque te regalé uno, porque mi opinión sobre un buen perfume sigue intacto. Ni la mejor hipnosis me va a hacer cambiar de parecer. Mi meta en esta vida es regalarle a mis amigos perfumes buenos así no son un par de roñosos — le contestó.

—¿Vale era como Mía? — preguntó sorprendido Francisco.

—Fran— se le acercó Lujan como si fuese un secreto —Era peor—

El chico estalló de risa al imaginársela hablando como Mía y actuando como ella. Era una escena, a su parecer, digna de ver. Si bien cada vez que veía a una nenita de papá actuar caprichosamente le hervía la sangre, imaginarla a Valeria haciéndolo le parecía extrañamente tierno. Parecía alguien segura, fuerte y prepotente si se lo proponía.

—Manu— lo saludó Valeria con un abrazo fingiendo no haber escuchado a su mejor amiga—Decime por favor que es una peluca lo que tenés ahí—

—Tan amorosa como siempre vos— le respondió al mismo tiempo que le devolvía el abrazo.

—¿Seguro no querés el número de mi peluquera? Hace maravillas, incluso con lo que parece insalvable — volvió a bromear la morocha. En realidad no bromeaba tanto como aseguraba pero no lo admitiría.

—¿Por qué te volviste? — preguntó Guido sacando a los dos amigos de su conversación.

—Y porque tenía miedo de que me iban a echar de Erreway—

Marizza apareció junto al nuevo rubio para afirmarle lo que acababa de decir. Manuel fingió asustarse al ver las rastas que se había hecho y ella, para devolverle el juego, también le criticó su nuevo look.

—Si, por eso también regresamos de Galápagos— agregó el chico

—¿Fueron a Galápagos? — preguntó confundida Valeria.

La chica había vuelto al lado de Francisco al verlo medio perdido en toda la situación. Él volvió a la posición que estaban unos segundos antes para escuchar al mexicano hablar sobre cómo habían llegado a parar en Galápagos.

—¡Ah sí! Lo que pasa es que ganamos un concurso y nos fuimos a Galápagos— dijo sin importancia, como si fuese algo habitual.

Entre que todos bromeaban enojo y celos, Sonia apareció desesperada corriendo hacia Manuel. Marizza aprovechó la distracción de su madre para salir corriendo. Valeria la quiso interponer pero ella había sido más rápida así que solo la miró con un gesto de pena. Ella creía que debía darle una chance de explicarse, conocía a Sonia y no hacía nada con el fin de perjudicar a su hija. Sin embargo, Marizza le fue clara que no tenía intención de escucharla.

—¡Ay Manuel! Nos tuvieron con el corazón en la boca— la actitud de la vedette cambió a seria en un instante —La verdad que lo que hicieron fue una chiquilinada—lo retó.

Sonia, viendo a su hija escaparse de ella, se apresuró a saludar a todos y a preguntarle a Manuel por el paradero de Mía. La mujer estaba a punto de tener canas por los nervios que ambos jóvenes le habían causado con su viaje espontáneo.

—Cielo, cielo espera—llamó a su hija para volverse a Valeria para saludarla —Valu querida, tu mamá está divina. La ví recién y estaba tan espléndida como tú. Mándale saludos que no llegue a hacerlo yo misma—

Valeria no tuvo tiempo de contestarle ya que salió corriendo tras su hija. Así que simplemente se volteó hacia Francisco y le ofreció ir a tomar algo a la cafetería. La morocha no tenía intenciones de quedarse con Marcos y Lujan a ser la tercera en discordia y Teo se iría a despedir de sus padres. Además, no tenían planes y pasar el rato con él a solas la emocionaba.

—No sabía que te decían Valu— le comentó el chico en el camino recordando como los padres de la chica y Soña la habían llamado de aquella manera.

—Es que acá a nadie se le ocurrió llamarme así. Me decían Val cuando me juntaba con Mía, Feli y Vico así que cuando me separé de ellas y me hice amiga de Marizza les pedí que me dijeran Vale—

—¿Y por qué no Valu? ¿No te gusta?—

—No es precisamente que no me guste, pero lo siento demasiado personal. Mis papás, Julia y Octavio eran los únicos que me llamaban así hasta que mi mamá se hizo mejor amiga de Soña. Cuando me quedé en su casa porque mis papás estaban de viaje ella me llamó así un día y no la corregí. Lo que sí, nunca me podría imaginar a las chicas llamándome Valu, sería extraño—

—¿Y si tuvieras novio? ¿Lo dejarías decirte así?—

Francisco aminoró el paso y la miró de reojo mientras ella pensaba la respuesta a su pregunta.

—Primero de todo dudo que en un futuro cercano tenga novio. Para eso tengo que enamorarme y eso implica romper mi segunda regla— explicó —Pero en el hipotético caso de que tuviese novio... supongo que sí, no lo sé. Dependería mucho de la persona—

—¿Tenés reglas? — Francisco no ocultó su extrañeza al preguntarle por las reglas.

—Tengo dos. La primera es 'siempre ser leal a mis marcas de lujo favoritas'. Antes de traicionar a Versace, me muero— contestó — Y la segunda 'no enamorarme'. Ya sabes, para evitar dramas innecesarios... Sin sentimientos no existen razones para sufrir por esa persona. —

—Entonces para decirte Valu tengo que convencerte de romper esa tal regla y volverme tu novio— coqueteó entre risas.

Valeria frenó sus pasos para mirarlo. Francisco tenía una sonrisa traviesa en sus labios y desde que lo había conocido nunca sintió tan imponente su cercanía.

La realidad era que no le preocupaba las posibilidades de tener algo con Francisco, sino que le asustaban las chances que tenía de terminar enganchada. Y aquello era algo que no se podía permitir. De todas formas, se obligó a creer que, si lo charlaban, podían llegar a tener algo como lo había hecho con Teo. Sin pensarlo demasiado, se convenció de que nada sucedería y decidió seguirle el juego.

—Si logras convencerme de enamorarme y ser mi novio... entonces, sí. Así sí podrías decirme Valu—

Sin mirar si la seguía o no, Valeria retomó su camino hasta la cafetería. Esperaba que su intuición le fallara y que Francisco no fuese una amenaza a su regla de no enamorarse.

Lo que ella no sabía, era que en la cabeza del chico ya se había instalado la posibilidad de ser el primer y único chico en romper la regla de la morocha sobre nada de romance.









🏹.ೃ ⌇❨nota de venus .‧₊

BUENASSS¡!
cómo andan???
<3

les prometo que se va a poner interesante pronto....
mientras tanto, tomen agua, coman algo rico y disfruten 🩵🫶🏼











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ÚLTIMA EDICIÓN
— 2024.01.03

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