Alice y Cinthya caminaban detrás de su madre durante su habitual ida al museo como día exclusivo solo de chicas, aquel museo era nuevo y traía consigo los más hermosos cuadros con él, la fachada era elegante y aristócratas que parecía opacar las vestimentas de las personas que estaban en su inauguración.

- Esto no se ve bien - Comento Cinthya mirando hacia un lateral donde estaban situadas

Alice al escucharla viendo hacia otro lado, que no era el cuadro del hermoso paisaje enfrente de ellas, ladeo su rostro hacia donde su hermana menor estaba viendo, empezó a buscar con la mirada el problema... entonces la distinguió, era Gael caminando tranquilamente con su brazo derecho siendo abrazado por una mujer, desde aquella distancia podían distinguir el tono de piel pálido muy bien cuidado y sus cabellos de una matriz rojizo debidamente peinados de aquella mujer.

Las dos parecían hablar alegremente sobre la pieza de pintura enfrente de ellas, intercambiaban sonrisas o pequeñas miradas, las hermanas Brandon no podían distinguir que clase de miradas eran debido a la gran distancia entre ellas.

- Oh mira, que preciosa es esta pintura ¿No creen, niñas? - Les pregunto la señora Brandon

Al no recibir respuesta las miro, noto la mirada dolida de su hija mayor así que busco la razón de ello, reconoció la figura aristócrata de Gael junto a una pelirroja, ambas parecían una pareja feliz en una cita al museo.

- No me ha hablado por días y ahora esta con ella aquí - Comento dolida, Alice

- Debe haber una explicación, hija - La trato de consolar- Tal vez sea un familiar o una amiga cercana.

- Exacto - Apoyo Cinthya rápidamente- Una prima lejana que llegara de imprevisto.

Alice miro a su madre y hermana para volver a llevar su mirada hacia Gael, pero ya no estaba, la busco con la mirada entre la multitud y la encontró nuevamente, estaban caminando hacia la dirección de Aniela y Arael, quienes admiraban una pintura.

Las dos se reunieron con los mayores y empezaron a caminar hacia la salida de aquel museo, ahora la desconocida estaba del brazo de Aniela mientras hablaban tranquilamente, Arael y Gael las seguían mientras hacían lo mismo que ellas.

- Ves, todo tiene explicación - Hablo su madre- Cuando vuelvas a tener contacto con ella, te dirá que ocurrió y todo resuelto.

La familia Campbell salía del museo mientras discutían sobre las pinturas de aquel lugar, Arael y Gael comparaban como los humanos veían ciertas cosas mientras que Aniela empezaba a cambiarle el tema a su invitada especial.

- Deja de intentar de persuadirla - Reprendió suavemente a la pelirroja- Nuestra querida Aniela es un hueso viejo de roer.

- Imbécil - Insulto a Gael subiendo a la carroza

- Yo igual te quiero - Le sonrió con inocencia mientras abatía sus pestañas ligeramente

Arael se reía de como ambas eran tan infantiles cuando querían.

- Extrañaba tanto esto - Comento con un suspiro acompañándolo- La atención de los humanos en mí, oír sus risas o los cotilleos cercanos a nosotros, ver museos... El mundo terrenal.

- Sabes perfectamente que puedes estar con nosotros los siglos o décadas que quieras, pequeña Ignis.

- Lo sé, pero papá no me dejaría - Hizo un pequeño puchero con su labio inferior

- Hablaré con él personalmente - Prometió Arael abrazándola por sus hombros con su brazo

Ignis suspiro aliviada ante la ayuda del mayor, llevo su mirada a Gael al no escucharla pelear con Aniela. Veía como sus ojos azules miraban a la nada mientras posaba su mentón en los nudillos de sus dedos.

- Otra vez pensando en esa humana.

- Siempre pienso en ella, le tendré que cobrar al estar alojada en mi mente todo el tiempo.

La pelirroja negó con diversión, Gael siempre fue ligeramente elocuente solamente con ellos y al parecer eso jamás cambiaba.

- Ya hablamos de eso, Gael - La voz fría de Arael hizo que ambas lo miraran- Mary no puede saber nada, menos debemos relacionarnos de aquella forma con los humanos.

- Es mi pareja, Arael - Discrepo molesta- Claro que puedo relacionarme con ella, no te molesta que me acueste con los humanos, pero sí, que quiera acercarme a mi pareja ¿Quién te entiende? Te estas pareciendo a padre con esa actitud confusa.

Los ojos azules de Arael se oscurecieron ligeramente por el enojo que estaba sintiendo ante las últimas palabras de Gael. Aniela y Ignis se alejaron de ambos deslizándose de los asientos sabiendo lo delicado y polémico que era el tema la figura paterna de los tres rubios.

Edgar Brandon acomodaba su saco de negocios disgustado ante a quienes irían para hacer negocios, negocios extremadamente bien cerrados y pagados. Odiaba ser de menor jerarquía social que aquella familia de rubios con ojos azulados adinerados.

- ¿Ya están listas? - Le pregunto a Frank

- En unos segundos las señoritas bajarán, mi señor - Asintió terminando de bajar las escaleras de la mansión

Lillian bajo las escaleras siendo seguida por sus dos hijas, la matriarca terminaba de colocarse sus nuevos aretes mientras que Mary y Cynthia parecían estar ansiosas por llegar a la mansión de la familia Campbell.

- Como ya saben, no será una reunión de negocios habitual. La familia Campbell nos invitó a montar caballos, Frank se encargó de llevar sus conjuntos a la mansión Campbell.

- Será un excelente negocio, querido - Aseguro Lillian destensando ligeramente a Edgar- Trajiste nuestras adquisiciones que le gustaran.

Edgar dejo que Lillian y Cynthia subieran primero a la carroza Brandon hasta que llegó el turno de Mary, sostuvo su hombro con firmeza sin llegar a usar verdadera fuerza.

- Solo tengo una petición para ti, Mary. Nada de cotejamientos con la señorita Campbell, no al menos ante mi presencia, quiero nietos.

El señor Brandon subió a la carroza dejando a Alice con la palabra en su boca, suspiro sintiendo desilusión ante la falta de aprobación de su padre con su futuro con Gael a su lado, el apretón de mano de su madre y hermana menor la reconfortaron ligeramente.

Alice tenía tantas preguntas sobre la ausencia de su querida Gael ya que lo que le hacía sentir era tan intenso y rápido que le era tan confuso la mayoría de veces que se podía a pensar sobre cada uno de los sentimientos amorosos que tenía con aquella hermosa rubia.

- Edgar, Lillian - Las saludo Aniela sonriendo afablemente- Un placer verlos nuevamente, lamento la ausencia de mi esposo e hija ante la bienvenida, pero mi esposo quería alistar las cosas perfectamente.

- Totalmente entendible, Aniela - Lillian sonrío despreocupadamente- Mis hijas y yo estábamos ansiosas por otra invitación para tomar el té.

- Está todo listo, pasen, por favor - Aniela les empezó a guiar con su mayordomo cerrando la puerta principal- He de informarles que tenemos una invitada especial, quien es la autora principal en los negocios, Edgar. Apenas vio nuestras perlas las amo, así que no dudamos en llamarlo.

- Será un placer hacer negocios con su invitada - Sonrió afablemente

- Lamento tanto mi ausencia, Edgar - Se disculpo Arael llegando con su fino conjunto de equitación

- Los gajes de ser el patriarca, Arael - Sonrió con diversión haciendo reír al rubio- Le estaba mostrando a Aniela mientras nuevas adquisiciones, espero también sean de tu agrado.

Ambos adultos llevaron a la familia Brandon a los establos después de ver las joyas y perlas, donde estaban los caballos listos siendo cuidados por Gael, Alice se alegró al verla terminando de acomodar la correa al último caballo.

Gael tenía el típico traje de equitación más a la moda que tenían en esta temporada, verla concentrada con el cabello la hizo suspirar, la belleza y aura tan resplandeciente de Gael siempre hacía temblar sus delgadas piernas.

- Señor y señora Brandon, es un placer verlos nuevamente - Sonrió ampliamente- Espero los nuevos tratos de negocios sean cerrados el día de hoy.

- Lo mismo espero, señorita Campbell.

Edgar y Gael compartieron miradas duras, tan frías como un iceberg y tan duras como el metal más duro del mundo. La mirada de Gael le decía; <<Tu hija es mía>> mientras que la mirada de Edgar le decía; <<Aléjate de mi hija>>.

- Que calor hace en este establo - Se quejo una suave voz femenina a un lado de ellos- Buenas tardes, familia Brandon. Espero que nuestros negocios sean cerrados, señor Brandon.

Ahí estaba, la pelirroja que había visto abrazada del brazo de su amada Gael, vestida en la costosa vestimenta de equitación, que irónicamente eran de colores rojos, trayendo con ella una yegua de color café claro con manchas café más oscuras.

- Le presento a nuestra invitada especial, Edgar - Gael sonrió de lado mirando a la pelirroja mientras Aniela la presentaba- Aunque algo inesperada, ya que no nos había avisado con tiempo ante su llegada.

- Las llegadas dramáticas son las mejores, querida - Sonrió dejando ver sus perlados dientes siendo resaltados por su labial carmesí- Ignis Morningstar, para servirles, familia Brandon.

Edgar se relajó por completo cuando escucho el apellido de la señorita enfrente suyo, no parecía tener relación sanguínea dejando en evidencia como parejas.

- Un placer conocer a la pareja de la señorita Gael - Edgar beso la mano de Ignis cuando estrecharon la mano

La familia Campbell se carcajearon ante la suposición del señor Brandon, todos ellos sabían que emparejarían a ambas y no dudaron en reírse al acertar, dejando confundidos a la familia visitante.

- Oh, no - Negó Ignis con diversión- Mi querida Gael y yo no somos pareja, señor Brandon.

- Ignis es mi prima, señor Brandon - Continuo Gael reteniendo su risa- Mi tío nos mandó a su primogénita con nosotros unos días en lo que él terminaba unos asuntos de negocios.

- Mi hermano nos dejó a mi sobrina inesperadamente ante la urgencia de negocios mientras que su esposa y segunda hija prefieren ir con la familia de ella - Explico Aniela mirando con diversión todo el panorama

- Mil perdones, señorita Morningstar - Se disculpo con Ignis sintiendo esa tensión nuevamente ante sus hombros