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Capítulo 1



El señor Brandon miraba con desconcierto a la heredera de la familia Campbell, no podía creer la petición que había traído con ella a su humilde morada.

- ¿Mi hija? ¿Mary? - Pregunto por tercera vez

- Así es, señor - Asintió con seguridad por tercera vez- Solo pido su bendición para que corteje adecuadamente a su hija, Mary. Mis padres están totalmente de acuerda ante mi petición.

- No - Declino secamente

Edgar no podía aceptar aquello, no por querer negar la oferta monetaria que tanto codiciaba, sino porque su hija tenía las premoniciones y no quería que aquello se saliera de las paredes de su hogar.

- No está entendiendo, señor Brandon - Gael se enderezo en su lugar- No es negociable mi petición, usted me da su bendición y yo le daré la cantidad que le estoy ofreciendo, como cortesía ante su aceptación y cooperación.

- Y usted no me está entendiendo, señorita Campbell - Masculló entre dientes- No estoy negociando nada, mi decisión es un no.

Gael suspiro profundamente dejando que una sonrisa falsa se plasmara en su rostro lleno de cólera bien disfrazada de tranquilidad.

- Bien, hablado esto, me retiro.

La rubia se levantó de su lugar con la elegancia que la caracterizaba al igual que los de alta sociedad como ella, el señor Brandon solo observo como aquella sorprendentemente intimidante señorita se retiraba de su despacho.

- ¿Qué se le ofrecía a la señorita Campbell?

- ¿Mary sigue con sus estúpidos drama de presagios? - Pregunto mirando hacia la puerta e ignorando la pregunta de su esposa

- No son dramas, son predicciones - Aclaró la señora Brandon- Pero sí, aun las tiene.

El señor Brandon apretó con fuerza su mandíbula pensando en que hacer, sin embargo, a fuera del hogar de la familia Brandon estaba una Gael colérica al no obtener lo que quería.

- Haz que acepte mi trato - Ordeno entre dientes- Haz lo que tengas que hacer para lograrlo.

- Si, mi señora - Asintió el cabecilla- ¿Y cuándo lo logremos?

- Traigan a su hija, la mayor, ante mí.

Gael subió a su carruaje listo para partir de regreso a su hogar, miro por última vez la pequeña mansión a su lado encontrándose a Alice mirando por su ventana. La cólera que sentía se esfumo con solo verla, se saludaron cordialmente con un movimiento de mano y una sonrisa ligeramente dandi.

El carruaje avanzo sin oportunidad de que disfrutaran más el momento de verse, aunque sea desde la distancia por ese día.









El señor Brandon había estado fuera de casa por su trabajo, pero podía sentirse vigilado desde la distancia, aunque aquella sensación ya la tenía desde que la heredera de la dinastía familiar Campbell había abandonado su casa en Biloxi.

- Discúlpeme, señor - Se disculpo el señor Brandon cuando chocó contra un señor

- No se preocupe. Aun no es momento para pedir disculpas, señor Edgar - La voz áspera y profunda del hombre hizo que alzara la vista

Lo último que vio fue el rostro malévolo de aquel sujeto enfrente suyo junto a una sonrisa siniestra, otro hombre había llegado por su espalda golpeándolo fuertemente dejándolo inconsciente.

- Bájenlo - Escucho la voz de aquel hombre seguido del sonido de una polea moverse

El agua helada golpeo con rudeza su cabeza entera junto a sus hombros quedando a la altura de su pecho, el líquido trasparente se deslizo por su nariz ahogándolo en el proceso, abrió los ojos cuando su cabeza fue sacada de aquel contenedor de agua helada -Que había quemando su rostro y vías respiratorias- tosiendo al estar ahogándose.

- Miren nada más quien se despertó por fin - Se burló el hombre- Ahora, hablemos un poco ¿No cree?

- ¿Quién es usted? - Gruñó molesto forcejeando contra las cuerdas que los amarraban

- No creo que quieras hacer eso, si logras desatarte, caerás y te romperás el cuello - Se acerco hasta quedar a un pie de distancia del señor Brandon- El quien soy no debe importarle, lo importante es lo que te haré y que debes hacer si no quieres malos términos.

- ¿Qué me hará? - Le pregunto temeroso

- Que no le haré mejor dicho, señor Brandon.

Mientras el señor Brandon temía por su integridad física, las cosas en Biloxi se estaban tornando tensas, Alice estaba teniendo visiones de su madre siendo asesinada por un desconocido al mismo tiempo que su padre siendo torturado.

- ¿Estás segura? - Le pregunto su madre por segunda vez

- Sí madre, sé lo que vi - Le aseguro- Papá será torturado y tú... asesinada.

- Sabes que siempre te he apoyado, hija - Acaricio la mejilla de su hija con cariño mientras ella la miraba expectante- Y esta vez no será la excepción, cariño.

- Gracias, mamá - Abrazo a su madre con cariño relajándose visiblemente- Pero papá no me va a creer, nunca lo ha hecho.

- Hablaré con él cuando regrese de su viaje, cariño - Le prometió alejando suavemente a su hija- Ahora cuéntame sobre Gael, he visto cómo se envían cartas.

Alice se ruborizo ante la mirada burlona y picara de su madre, lo último que quería era que su madre la avergonzara enfrente de Gael, su dulce dama de una deslumbrante y brillante armadura.

- Ella es dulce, atenta, erudita, en pocas palabras una mujer de alta sociedad - Sonrió embelesada pensando en la sonrisa galante de Gael- Es caballerosa y siempre me trata con respeto, me hace reír y me siento... cómoda con ella, mamá.

- ¿Pretendes desposarte con ella? - Alzo una ceja curiosa- Porque hasta donde recuerdo, la señorita Campbell está disponible, escuche rumores sobre sus gustos y por lo que me dices, me confirma todo.

- A Gael si le gustan las mujeres - Asintió- Me lo confeso después de la cuarta o quinta carta, jamás lo oculto y sus padres la aceptan a como es.

- Y yo acepto que quieras desposarte con ella, cariño. Hacen linda pareja, no me molestaría verlas casadas, pero... sigo queriendo nietos.

- Mamá, por dios - Alice oculto su rostro ruborizado con sus pequeñas y finas manos

La señora Brandon se carcajeo al ver tan avergonzada a su hija, terminaron de hablar mientras bajaban al primer piso escuchando las sugerencias de Alice con lo del desconocido y su descenso.

- Buenas tardes, señora Brandon - Saludo educadamente entregándole uno de los ramos de flores que traía con ella- Unas flores para la hermosa señora de la casa.

- ¡Oh, Gael! Que lindas son - Miro con ilusión el ramo, su esposo no le había regalado un ramo desde que eran novios- Pasa, querida. Y ya te he dicho que me llames por mi nombre.

- Gracias por la invitación de la cena, señora Brandon. Respeto a su nombre, se me hace algo muy informal, prefiero titubearla, pero usted manda, Lillian.

La señora Brandon le entrego las flores a su sirvienta.

- Ponlas en la mesa, Minie, son demasiado hermosas para no verlas.

- En seguida, señora - Asintió la morena tomando el ramo

- También traje una para su hija, Alice - Miro con timidez el ramo más grande- ¿Creen que le gustara? - Le pregunto en su susurro inseguro a ambas mujeres

- Le encantarán - Contesto la señora Brandon

- Son hermosas, señorita Gael. Las orquídeas son las favoritas de la señorita Alice - Le confeso Minie

Gael suspiro aliviada ante las palabras de ambas mujeres, las dos se rieron entre dientes al verla menos tensa. La señora Brandon la guio a la sala principal mientras que Minie se encargaba del ramo de la matriarca, solo duraron unos minutos conversando cuando Alice y Cynthia bajaron listas para la cena.

- Hola - Se saludaron al unisón con un suspiro

Alice y Gael mantenían sus miradas entre ellas olvidando donde y con quienes estaban, Gael se acercó a Alice entregándole las flores.

- Recuerdo que me comentaste sobre tu amor por los ramos mixtos, así que he aquí - Sonrió embelesada por la belleza de su chica- Y un pajarito me confirmo que las orquídeas son tus favoritas.

- Y ese pajarito se debe de llamar Minie - Concluyó Alice con diversión

- Puede ser - Se encogió de hombros con inocencia

Sonrieron ampliamente sin quitar el contacto visual, les era tan fácil perderse en los ojos de la otra olvidando hasta de respirar. El carrasqueo burlón de Cynthia hizo que su burbuja estallara y se avergonzaran ante ellas.

- Pido me disculpe, señorita Brandon. Pero no puedo evitar perderme entre la belleza de su hermana - Miro de reojo a Alice como se ruborizaba aún más

Cynthia se rio entre dientes como Alice fulminaba con la mirada a Gael mientras que Minie y su madre miraban con diversión toda la escena montada por ambas.

- Es mejor que vayamos al comedor - Intervino la señora Brandon- Minie, encárgate de las flores, por favor.

- Seguro, señora. Si me permite, señorita Alice.

- Gracias, Minie - Le agradeció más tranquila, entregándole el ramo de flores



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