Capitulo 20: "Una maravillosa noticia"
Dos meses después:
Luego de aquella platica por medio de Kaiosama, Gokú y Milk no pudieron platicar más pues Kaiosama fue descubierto por el supremo Kaiosama quien le prohibió volver a incumplir alguna norma suya.
Eso deprimió más a Gokú que ya no hablaba con nadie y ni siquiera practicaba sus artes marciales con Gregory o Bubbles como lo hacía antes.
La pelinegra ya había empezados su clases de robótica con sus amigas. Durante ese tiempo había encontrado en Diecisiete un buen amigo que la escuchaba y la apoyaba cada vez que la pelinegra solicitaba su ayuda para algo que ella necesitase.
Ese último mes la pelinegra había empezado a sentir muchos cambios en ella, había subido de talla de ropa, su apetito se había incrementado, a veces por las mañanas se sentía nauseosa y sentía una inmensa alegría a pesar de su tristeza que no alcanzaba a comprender, además su periodo se le había retirado desde hace ya dos meses atrás pero ella no le dio importancia debido a la depresión en la que se encontraba. Esos cambios no pasaron desapercibidos por su padre y sus amigas que empezaban a sacar sus propias conclusiones con respecto a los malestares que sentía la pelinegra.
Mansión Ox:
Una bella pelinegra bebía su tercer vaso de jugo y tomaba su segunda rebanada de pastel bajo la mirada sorprendida de su padre.
Hija creo que deberíamos ir al médico, me preocupa que la ansiedad te tenga así, has aumentado de peso debido a que en estos últimos meses tú apetito se ha incrementado, decía el gigantesco hombre.
No es necesario papá, yo no siento mal, dijo la pelinegra.
Tal vez no te sientas mal, pero no es normal que tengas tanta hambre, además Bulma me dijo que ayer te dio un mareo en clases, dijo el padre de la pelinegra.
Esta bien, iremos al médico para que estés más tranquilo, dijo la pelinegra.
Me parece bien, antes de que vayas a la universidad iremos con el doctor, dijo el padre de la pelinegra.
Horas después:
Una bella pelinegra junto a su padre esperaban sentados fuera del pasadizo de un consultorio médico su turno.
La señorita Milk Ox, decía la enfermera.
Soy yo, dijo la pelinegra.
Pase, es su turno, dijo la enfermera abriendo la puerta del consultorio para que la pelinegra y su padre entrasen.
Siéntense, dijo el médico mirando a la pelinegra y a su padre.
Mi hija se ha sentido un poco mal,.................., decía el padre de la pelinegra mientras el médico escuchaba con atención lo que este decía.
Minutos después:
Aumento de apetito, peso y mareos, decía el medico anotando en su historia clínica.
¿Algún otro síntoma señorita Ox?, dijo el médico.
A veces por las mañanas me da mucha nausea, dijo Milk mientras su padre la miraba intrigado.
Nauseas matutina, dijo el galeno volviendo a escribir en la historia clínica.
¿Por qué no me dijiste eso?, dijo el padre de la pelinegra mirándola.
Porque creí que no era relevante, además eso debe ser por la ansiedad, ¿verdad doctor?, dijo la pelinegra.
¿Hay algo que te tenga tan ansiosa?, dijo el médico.
Tal vez los estudios, por eso hasta mi periodo ya no me viene desde hace algunos meses, dijo Milk.
Te mandare sacar unos análisis pero necesito que me respondas algo con sinceridad, dijo el médico.
Sí, ¿dígame?, dijo la pelinegra.
Has tenido intimidad con tu novio, dijo el médico mientras el padre de la pelinegra lo miro alarmado.
Pero que demonios dice, mi hija es una niña, ¿cómo se atreve a preguntarle algo así?, dijo furioso el padre de la pelinegra levantándose de su asiento.
Señor, cálmese, su hija ya no es una niña, es una señorita muy bella, yo supuse que tiene novio, pues los síntomas que ella presentan me hacen pensar que esta embarazada, dijo el médico, mientras el padre de la pelinegra miraba al galeno con molestia y Milk sonreía ante esa posibilidad.
Eso es absurdo, mi hija no tiene y nunca a tenido novio, dijo el padre de la pelinegra mirando intrigado al ver la felicidad en los ojos de su hija.
Dime que lo que digo es cierto, dijo el padre de la pelinegra tomándola por los hombros mientras la zarandeaba.
Señor suéltela, puede lastimarla, dijo el médico.
El gigantesco hombre la soltó con molestia, el médico mando tomarle unos exámenes a la pelinegra quien salio del consultorio acompañada por una enfermera mientras el médico y el padre de esta se quedaban dentro.
No puedo creerlo, dijo el gigantesco hombre con tristeza.
No la juzgue, hable con ella, por la cara de su hija, ella esta feliz, no se la ve triste, no le de la espalda su deber como padre es apoyarla, no la deje sola es muy joven, dijo el médico.
No, no lo haré, si esto sucedió en parte yo tengo la culpa, por haberla dejado tanto tiempo sola, pero necesito saber algo, dijo el padre de la pelinegra.
Si dígame, dijo el galeno.
Mi hija consumió drogas, ello afectara su posible embarazo, dijo preocupado el gigantesco hombre.
Hace cuanto tiempo dejo que consumirlas, dijo el médico.
El padre de la pelinegra le comento todo lo que la pelinegra había pasado por las drogas, el médico escuchaba con atención todo lo que el gigantesco hombre decía.
Siempre hay posibilidades de secuelas en las mujeres que consumen drogas, lo bueno es que ella ya está desintoxicada, esperemos que si confirmamos su embarazo este no tenga riesgo ni para ella ni para el futuro bebé, dijo el medico.
Minutos después:
Milk ingresaba al consultorio acompañada de la enfermera que ya traía el resultado de los análisis y le entrego al médico quién inmediatamente abrió el sobre y esbozo una sonrisa.
¡Te felicito serás mamá¡ dijo el médico, mientras la pelinegra sonreía de felicidad y su padre la abrazo brindándole su apoyo.
Milk decidió no ir ese día a clases, decidió volver a la casa de su padre, Durante el camino en el auto del padre de la pelinegra ninguno toco el tema, el viaje fue en completo silencio, una vez que llegaron a la mansión el padre de la pelinegra dijo: Dame el nombre del infeliz que te embarazo, hablare con sus padres para que se case contigo.
Eso es imposible papá, dijo Milk.
¿Por qué?, dijo el padre de la pelinegra aguantando su molestia.
Porque él ya no está aquí, porqué él es un ángel, un bello ángel que me dejo el mejor regalo que he recibido en mi vida, dijo la pelinegra sollozando de alegría mientras su padre la miraba sin comprender.
Luego de algunos minutos de silencio entre los dos Milk decidió contarle a su padre su historia con Gokú, le enseño la foto que tenia de él, su cuaderno donde escribió lo que había pasado junto a él y le mostró la esfera que él le había obsequiado.
Su padre escuchaba todo con atención tratando de asimilar lo que su hija decía.
¿Un ángel?, dijo el gigantesco hombre.
Si papá, un bello ángel, dijo Milk sonriendo mientras llevaba sus manos a su imperceptible vientre.
Es algo difícil de creer hija, dijo el gigantesco hombre.
Él me ayudo mientras tu viajabas y me dejabas sola, él me saco de ese mundo de oscuridad, decía la pelinegra.
Hija, ¿a quién estás encubriendo?, dijo el padre de la pelinegra.
A nadie papá, Gokú Son, es el nombre del padre de mi bebé, dijo Milk sonriendo.
El padre de la pelinegra no quiso escuchar más pues supuso que si ese joven existió, lo más probable es que haya muerto recientemente dejándola embarazada eso explicaba la depresión de la pelinegra de hace algunos meses atrás. Entonces dijo: Yo te apoyaré, a mi nieto y a ti no les faltara nada.
Papá, quiero irme a vivir a Paoz, dijo la pelinegra.
¿A Paoz?, dijo el gigantesco hombre.
Sí en la montaña Paoz, Gokú tenía su cabaña, yo quiero ir a vivir allá, allá criare a mi hijo o hija, dijo la pelinegra.
¿Y tus estudios?, dijo su padre.
Eso no me interesa, solo quiero ser feliz, educar bien a mi niño en el lugar donde fui tan feliz con su padre, dijo la pelinegra.
Está bien, si eso es lo que deseas, así será, mañana mismo, te llevaré a ese lugar, dijo el padre de la pelinegra.
Minutos después:
La pelinegra entro a su habitación con una bella sonrisa tatuada en sus labios mientras pensaba en la maravillosa noticia que había recibido ese día.
Al día siguiente:
Milk fue llevada por su padre a Paoz, el se encargo de que la cabaña donde la pelinegra viviría tuviera todo lo necesario para una vida digna. Él quiso dejar a una empleada de su mansión para que apoye a la pelinegra pero ella se negó a aceptar la ayuda, entonces su padre quedo en venir a verla cada tres días como le traía algunos víveres de la ciudad.
Así mismo, Milk comunico a sus amigas que ya no estudiaría en la universidad pues se dedicaría a cuidar a su futuro bebé en cuerpo y alma. Las amigas de está tomaron con asombro la noticia pero a la vez sintieron una gran alegría por ella pues ya no se sentiría triste pues un pedacito del hombre que tanto amo se desarrollaba dentro de ella.
2 meses después:
La barriguita de Milk ya empezaba a notarse, ellas recibía la visita de su padre cada tres días y cada fin de semana sus amigas y su novios venían a verla como disfrutar de un bello día de campo.
Milk cada día estaba más feliz, su bebé ya empezaba a moverse y eso la llenaba de alegría.
Mientras tanto: "Planeta Kaio"
Un joven de cabello alborotado a pesar de no poder olvidar a su amada pelinegra había decidido continuar con su destino.
Gokú se encontraba practicando su rutina de calentamiento junto a Bubbles mientras Kaiosama y Gregory lo observaban.
Al menos ya volvió a entrenar, decía Kaiosama, cuando Kamisama apareció junto a él.
Kamisama, ¿a qué se debe tú visita?, dijo Kaiosama.
Me da gusto verlo que ya está mejor, dijo Kamisama mirando correr al joven de cabello alborotado.
Ni lo creas, sigue triste por esa niña terrícola, creo que nunca podrá superarlo, ¿hasta ahora no comprendo como es que él y ella no pudieron borrar sus recuerdos?, dijo Kaiosama.
Eso se debe a la fuerza de su amor, dijo Kamisama.
¿Fuerza de su amor?, pero si lo de ellos es algo sobrenatural, dijo Kaiosama alarmado.
Lo sé, pero el amor logra hacer hasta lo imposible, justo vengo a traerte una noticia que tiene que ver con esa niña terrícola y él, dijo Kamisama.
¿Qué noticia?, dijo Kaiosama intrigado.
Ella está embarazada, dijo Kamisama.
Quéeeeeeeeeee, dijo Kaiosama.
Milk, espera un hijo de Gokú, dijo Kamisama.
La niña terrícola tendrá un bebé, dijo Kaiosama tan fuerte que Gokú llegó a oírlo y paro su carrera para ir al lugar dónde estaba Kamisama y Kaiosama.
¿Qué has dicho Kaiosama?, dijo Gokú mirando los ojos de Kaiosama.
Kaiosama miro a Kamisama y luego al joven de cabello alborotado que esperaba ansioso la confirmación de lo que había oído.
Milk está esperando un bebé tuyo, dijo Kamisama.
Un bebé, Milk y yo tendremos un bebé decía feliz Gokú tomando las manos de Bubbles y dando vueltas con él mientras Kaiosama y Kamisama lo miraban y sonreían.
Nota:
Esta bella historia de amor GoChi esta en sus últimos capítulos.
¡Gracias por seguirla, votar y comentar¡
Con mucho cariño.
PrincesaLirio.
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