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Ángel

Espero sus comentarios. Darlos es dar amor y ganas♥️ Gracias por llegar hasta acá desde ya ✨

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Capítulo I: Nuevo comienzo

Yo una vez ame a alguien tanto que mí mundo era solo él.

"Si tu saltas, yo salto"

Por muchos años fue así hasta que ...

Mí mundo creció cuando el hombre que más ame me dio algo invaluable que creí que jamás iba a poder tener.

Una pequeña niña.

El día que nació fue el día más feliz de mi vida.

Richard Grayson nos tomo una fotografía de cuando la tuvo por primera vez en sus brazos.

No le salían las palabras de su boca de tanta felicidad.

Era idéntica a mi misma.

Sus orbes eran celestes con destellos amatistas.

Su tez era blanca como la nieve y su cabello oscuro.

Lloraba muy fuerte.

Todos señalaban que tenía los pulmones de él ¿Si no de quién más?

Raven siempre silenciosa y calma acarició su rostro.

Le susurró algo al oído que nadie pudo escuchar y de a poco se calmo casi por arte de magia.

"Estoy muy orgulloso de ti amada"

Recordaba el beso que le dio en su frente como si hubiera sido ayer.

Helena fue el nombre que optaron ambos por darle.

Habían decidido aquel nombre meses antes de que naciera.

Nunca en sus primeros años demostró tener los poderes de su madre.

Raven jamás halló magia dentro de ella.

No pudo haberse sentido más aliviada de ello.

Sin magia no sería de interés jamás para su padre ni nunca podría ser usada como un portal.

Para Damian era una pena pero jamás eso hizo que la amara menos.

Era la luz de sus ojos y su motor para hacer de ese mundo un lugar mejor para su pequeña y su mujer.

Eso era lo que siempre decía él al menos.

Unas lágrimas corrieron por su rostro el cual estaba bastante oculto por una gran capucha.

Se abrazaba asimisma.

Muy cerca de ella estaba su esposo.

Cerca pero a una distancia prudencial a la vez.

- ¿Cómo voy a vivir sin ti mí bebé?- Sus piernas comenzaron a flaquear y cayó de rodillas sobre el césped que rodeaba el pozo donde iba a terminar el ataúd de su hija.

Su mundo ya no existía.

Apretó el suelo con fuerza y sus uñas se llenaron de tierra.

Levantó la mirada y justo en frente tenía a Bruce Wayne.

Se quedó viéndolo por unos intensos segundos.

Quería atacarlo y desaparecerlo como a él pero bajo la mirada una vez más al cajón.

Ella lo amaba tanto como a su padre.

Helena jamás hubiera querido que siguiera sus instintos más primitivos.

Eras buena bebé...

Eras mejor que todos nosotros.

Ayudabas a todos los animalitos desamparados que veías en la calle. No había semana en donde no me trajeras uno a casa.

Pasabas noches enteras pese a tu corta edad cuidando de ellos.

De los lastimados y enfermos.

Valorabas mucho la vida de hasta el más pequeño y vulnerable ser...

- Siempre estuve orgullosa de cada una de tus locuras.-

Me arrepiento mucho de no habértelo dicho más seguido.

Las lágrimas no dejaban de caer por más que intentará ser fuerte.

¿Cómo iba a vivir después de esto?

Era tan poderosa que podía hacer caer rascacielos con un solo movimiento de su mano.

Abrir mares a su paso.

Enloquecer a un humano con tan solo mostrarle su alma.

Un aura oscura comenzó a rodearla.

Tan fuerte era y ...¿Cómo no vio entonces que podría recibir un puñal por detrás de los suyos?

Ella pudo haberla salvado y no la dejaron.

Dick se acercó a ella y la abrazo.

Ella cerró los ojos y dio un gran suspiro.

No tenía que voltear para saber quién era.

- No hay palabras que te pueda decir en un momento así pero tu sabes que la venganza nunca es la solución a nada. -

No le respondió pero él sabía que lo escucho.

El cajón fue bajando lentamente frente a ellos y dejo de escuchar absolutamente todo a su alrededor.

Su mente estaba totalmente colapsada de recuerdos de ella.

Llantos, risas, gritos, carcajadas, caricias...

"Mamá eres muy bonita. Quiero ser como tu cuando sea grande."

Eso fue lo último que le dijo antes de dejarla en su cama donde se suponía que estaría segura.

En su cama, su habitación, su casa...

Bajo el mismo techo de la más poderosa hechicera de la Tierra y el hombre...

Estaba justo detrás de ella.

Su mente era una tempestad.

Un océano de culpa y tristeza.

Cerro los ojos y escucho la tierra caer sobre la madera.

Ese sonido era algo que jamás olvidaría sin lugar a dudas.

Probablemente resonaría en sus más oscuras pesadillas.

Arrojo su rosa de pétalos lila cubierto de su sangre.

Una parte de su alma quedaría allí con su bebé para siempre para cuidarla en el más allá y más.

Nunca la olvidaría.

Se lo juraba ahí mismo por lo más sagrado.

Nunca cometería los mismos errores que cometió ahora.

"Nunca amor de mí vida."

- Amada...- Su voz era casi un susurró.

Solo ella pudo escucharlo.

Él necesitaba que le hable.

Necesitaba su perdón.

No necesitaba decírselo con palabras ya que Raven nunca necesito ni verlo, ni escucharlo para saber lo que necesitaba.

Amor. Eso quería.

Una sonrisa amarga se dibujo en su rostro.

¿Era una broma?

¿Cómo pedirle amor a quien le arrebataron su corazón?

Se dio la vuelta y cabizbaja se marcho.

Ya no había nada más que hacer allí.

Todos la miraron con atención marcharse sola a paso lento y desaparecer en una cortina de magia oscura espesa.

¿A dónde iba?

No lo sabía.

Iría a dónde fuera que sus poderes quisieran que estuviera.

Confiaba en ellos para ser sus ojos y alma...

Solo confiaba en ellos.

Cuando volvió a abrir los ojos y levantar la mirada supo de inmediato que no estaba ya en Gotham.

Estaba en un lugar conocido dónde fue feliz con ella también.

Estaba distinto.

Donde habían grandes montañas de prado verde ahora habían caminos de rosas lilas adornandolo todo.

"Ella hubiera amado ver esto."

Se tapo la boca e intento sofocar su tristeza.

- Esto me destruye. No lo puedo soportar. Haría lo que sea...- Dijo entre sollozos.

- Volveremos a verla. Para nosotros no hay nada imposible Rachel.-

Esperanza.

Aunque sea quería verla otra vez y abrazarla.

No pedía nada más.

Eso era lo que quería oír una madre al perder a su hija.

Solo eso.

Esperanza.

Que alguien le recuerde que no hay imposible para ella...

- ¿Me puedo quedar aquí un tiempo?-

- Somos amigos. Tu sabes que puedes quedarte aquí como si fuera tu casa todo lo que quieras pero no lo verán bien.-

No necesitaba mencionar de quienes hablaba.

- No hay nadie allí afuera que me importe ya.-

Tomo su anillo que estaba en su dedo anular y lo miro.

Una gema amatista en el centro.

Tantos recuerdos...

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Hace años atrás...

Raven estaba con su capucha baja y caminando por el jardín de los Wayne.

Hectáreas de parque inutilizadas ya que el dueño era un rico que se la pasaba en juntas de trabajo, cocteles, salvando el día en sus tiempos libres y jamás tenía tiempo para disfrutar esa gran Mansión.

Había un establo con caballos de carrera, un pequeño lago artificial con botes y un muelle.

Tanta tranquilidad se respiraba en ese día primaveral...

Estaba sola y tenía bastante tiempo para hacer lo que quisiera hasta que Robin llegará de la Corporación.

Se quitó las botas y la capa.

Camino hasta estar sumergida por completa en el agua y nado.

No era muy buena nadadora pero le relajaba hacerlo en lugares de aguas calmas como ese.

No había riesgos allí.

El mar era otra cuestión.

Se colocó boca arriba y floto pensando en todo lo que cambio su vida en el último año.

Damian la besaba abiertamente en público y se sentía extraño.

Al principio era incomodo tener todas las miradas encima encima de ambos pero con el tiempo se fue acostumbrando.

Era cada vez más osado y por alguna razón su cuerpo dejaba que él hiciera lo que quisiera con ella.

Se derretía literalmente en sus brazos.

Fueron varias las veces en las que un titán o incluso Bruce Wayne los atrapo en algún pasillo.

Ella contra la pared y el obligándola a aferrar sus piernas contra su cintura para no caer.

Toda una escena armaban ellos cuando simplemente no parecía suficiente todas las noches que pasaban juntos.

Dick lo llamo "la calentura de los primeros meses".

Se oía muy vulgar su forma de definirlo pero al fin y al cabo eso era lo que sentía.

Necesidad absoluta de él.

Amaba tocar esos pectorales tan firmes y sentir su aroma a hombre entrar por sus fosas nasales.

La volvía loca su sola presencia y a él tener su cuerpo apretado contra el suyo le hacía volar su imaginación a confines por de más prohibidos.

Nunca tenía suficiente de ella.

Se sentía totalmente poseído por una sensación inexplicable que burbujeaba dentro de él.

Lo mismo ocurría con ella.

- Te amo. Te amo. Te amo tanto. ¿Cómo puede ser posible qué no te pueda decir "no" a nada?-

Amaba dormir en sus brazos.

Solo le era posible dormir en paz si lo hacía acurrucada en su pecho.

¿Cómo pudo convertirse en un ser tan dependiente de otra persona?

¿Cómo...

De pronto alguien la tomo de la cintura y la asustó.

Iba a defenderse pero al ver quién era su semblante cambio a uno de descreimiento de lo que veía.

-¿Cómo se te ocurre meterte con ese traje caro? ¿Desde cuándo me estás viendo? -

Que vergüenza...

- Desde hace bastante. Me gusta verte sin que te des cuenta. Lo sabes. Pero cuando te escuché confesando cuánto me amabas no pude evitar arruinar tu momento a solas.-

- ¿Qué pretendes ahora que sabes eso?-

Manoseo con descaro sus pechos con una mano y con la otra abrazo su cintura atrayéndolo hacía él.

- Pretendo muchas cosas ahora. Una de ellas es que me lo digas mientras te corres justo debajo mío Raven. Quiero que me lo grites mí pajarito. ¿Entendido?-

- ¿No deberías estar en una junta de trabajo?-

- Ya está cubierto.-

- No puedes ser tan irresponsable.- Él estampo sus labios contra los de ella provocándole un gemido profundo que lo excito aún más.

- Mí empresa, mis reglas.- Comenzó a quitarse los pantalones y ella lo ayudo con su camisa.

Ambas cosas las arrojaron al muelle y continuaron besándose hasta que sus labios ardieron como fuego.

- Te extrañe Damian.-

- Fueron tan solo dos días.-

- Si pero tan solo quería verte. No espere que te avisarán que estaba aquí ni mucho menos que vinieras tan pronto.-

- No soportaba estar lejos tuyo tampoco.- Las mejillas de ambos se colorearon.

No era común para personas como ellos ser tan demostrativos.

- Me siento bajo un hechizo. ¿Será posible?-

Él se comenzó a reír al escuchar la explicación que le intentaba dar al asunto Raven.

La tomo de la barbilla con suavidad y le beso lentamente los labios.

Mordió un poco.

- Quiero vivir lo que me resta de vida contigo.-

- Eso parece una propuesta de ...- Estaba asustada de lo que iba a escuchar.

No quería escucharlo.

Esto iba demasiado rápido.

- Es justamente lo que parece. Quiero que seas mí esposa.-

Ella miro a otro lado de inmediato.

No podía responder a eso.

No estaba lista.

- No te voy a presionar a darme una respuesta ahora. Solo quiero que sepas que pretendo vivir contigo por el resto de mi vida y que haré todo lo que esté a mí alcance para convencerte de que me aceptes. -

- No tienes que hacer nada. - Otra vez. Esa piel oliva, esos ojos esmeralda tan penetrantes y ese aroma tan varonil inundaban sus sentidos.

Estaba muy cerca.

Todo lo que pudiera responder iba a ser producto del deseo que le provocaba Robin.

- Casarnos implicaría formar una familia. Nunca pensé en niños hasta que me enamoré de ti. No sé si estoy lista para dar ese paso. No sé si algún dia lo estaré.-

- Nunca te presionare para que pase y si sucede intentaremos aprender juntos.-

Ninguno de ellos sintió el calor de una familia.

- Podría nacer con mí maldición o peor aún ¿Y si estás con una mujer que jamás podrá darte lo que tú quieres? Sabes que no soy del todo humana.-

Siempre le preocupaba fallarle por sobre todas las cosas.

Damian era todo para ella.

Era estúpido negarse a su petición si lo amaba.

Estaba insegura de muchas cosas pero de ese hecho no.

¿Y entonces porqué vacilaba tanto?

- Me gustaría también estar contigo .- Ella también tocó su rostro y le sonrió tímidamente.- Por siempre, amado mio.-

Estaba totalmente entregada a él...

Robin la abrazo con fuerza y le susurró algo que la tranquilizó en ese momento.

- No tengas miedo. Siempre te cuidare con mí vida. Lo juro.-

Por alguna razón sintió una sensación extraña recorrer su cuerpo cuando lo dijo.

Una sensación que decidió ignorar en ese momento.

Un mal presagio ...

Cerro los ojos y se concentro en él.

No iba a dejar que nada arruinara ese momento...

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•Hoy•

Gotham

Sentado en su silla mirando por el ventanal de su despacho al jardín de la Mansión Wayne estaba Bruce que se preguntaba que hacer ahora.

¿Cómo seguir?

Tenía una remota idea de donde estaba Talía.

Lo que no sabía era que hacer una vez que la encontrará.

Estaba seguro de que jamás hubiera querido hacerle daño a Helena.

Eso era un hecho.

Ahora ¿Y si la encontraba?

¿Cómo resguardarla de Raven de quién no sabían absolutamente nada desde hace una semana?

¿Y Damian como reaccionaría ante ella?

A su hijo tampoco lo veía desde el funeral pero sabía donde estaba.

Se debían una charla pero a la vez sabía que en un momento así necesitaba tiempo a solas.

Sin ella sabía que en cualquier momento se terminaría desmoronando y era por eso que debía ocuparse en encontrarla.

Tocaron a la puerta.

Dio su permiso.

Giro su silla y vio a Dick frente a él.

Por su semblante tenía malas noticias y en el fondo admitía que ya su paciencia se estaba agotando.

Ni siquiera pudo pasar su duelo tranquilo a solas porque Metrópolis fue invadida por unos mutantes desconocidos que conllevó un trabajo de campo por varios días.

El joven de cabello oscuro estaba visiblemente demacrado y cansado.

- Alguien sabe lo que estamos pasando. Hay problemas por doquier. Día y noche estamos siendo atacados en la costa este. -

- Ella tiene que ver con esto. Intenta mantenernos ocupados y borrar su rastro.

- ¿Tus contactos?-

- Moscú al parecer. Iré en unas horas.-

- Damian sabe dónde está ella.- No hablaba de su madre obviamente.

- Supongo que con Zatara. Zee estuvo evadiéndome estos últimos días.-

- No entiendo que está haciendo. -

- Es una mujer buscando consuelo en un hombre que se lo dará sin dudarlo y que no le teme a mí hijo claramente. Seguramente terminará con él y Damian sufrirá. Lo conozco y acabará encontrando la manera de hacerla volver a la larga.

No podíamos esperar que después de esto su pareja saliera indemne. -

- No es justo lo que les está sucediendo. Eran felices. Talia nunca debió involucrarse. -

- Será juzgada e irá a prisión como debe ser. Me encargaré de ello.-

- Quiero dejarte en claro que no me enfrentare a Raven. Respetaré lo que ella decida hacer siempre.-

- Lo sé y es por eso que quiero que te mantengas alejado de este caso. Jason está en San Francisco y se encargará de vigilar a mí hijo.-

- No lo puedo creer.-

- Todos la amábamos pero no puede ser una excusa para convertimos en lo que juramos combatir.-

- Bruce. Raven está ... esperando un niño o niña.-

- ¿Qué?-

- Días antes de que pasará todo lo que sucedió lo supe. -

- ¿Te lo dijo?-

Negó.

- No. A Zachary.-

Y después de mucho tiempo finalmente vio a Bruce suspirar de frustración.

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Días atrás...

Raven Roth fuera de la Torre era llamada Rachel.

Así la conocían sus vecinas en el edificio y algunas madres de otras niñas que eran amigas de su hija.

Podía ser elegante y digna esposa de Damian de vez en cuando.

Eso lo demostraba cada día mejor.

Vestía una falta negra entallada y una camisola blanca con volados pequeños.

Llevaba de la mano a su hija y caminan juntas a un parque cerca del edificio donde vivían.

A ella no le agradaba mucho las salidas a un lugar tan concurrido.

Temía que la reconocieran en el fondo.

Que alguien le haga preguntas por Cass.

Que una vida normal sea imposible habiendo sido alguna vez un héroe.

Que...

- Oye hermosa. Te hemos visto viniendo aquí por semanas. ¿Quieres compañía?-

Ella puso una nueva de total desagrado.

Eran solo unos chicos...

Quizás recién habían salido del Instituto.

- ¿Te parece que vine en plan de joder con chicos de preparatoria cuando estoy en una salida con mí hija?-

El evidentemente más patán de ellos se acercó y la tomo de la mejilla dejándola estupefacta por su osadía.

- ¿Enserio eres una mami? Te ves genial. - Era un total perverso.

No necesitaba ni entrar a su mente para saber lo que quería sobre todo él.

- Mami, papi dice que nunca permitas que otro hombre te toque.-

En ese instante se pregunto si quizás ella podía percibir sus emociones.

¿Y si sentía su ansiedad creciente?

¿Estaría bien atacarlos o usar sus poderes sobre ellos en público?

Aún debía intentar resolver esto de forma civilizada.

El otro se los chicos.

El más tranquilo se agachó a la altura de la niña y la miró extrañado.

- Enserio te pareces a ella ahora que te veo bien.-

Helena asintió mientras se aferraba a la falda de Raven.

- Si es mi mamá y mi papá es Damián Wayne. Lamentaran molestar a mí mami cuando se entere.-

Ambos chicos se miraron y Raven tomo a la niña en brazos.

- ¿Tu eres la chica hermosa que acompañaba al millonario ese en la gala de la semana pasada entonces?-

Ambos estaban impactados.

Finalmente la reconocieron no como Titán si no que como la "mujer de...".

- Me confunden.-

Maldecía haberse dejado fotografiar.

Haber permitido que difundan sus imágenes en revistas y en haber usado ese estúpido vestido verde olivo que Damián le consiguió.

Intento huir.

La tomo del brazo el más alto y no la dejo seguir.

- Una chica rica, hermosa caminando entre nosotros. ¿Puedes creerlo Sam? Estamos de suerte.-

- SASODLAB SOLNERUTPAC.- El suelo se levanto y los capturo contra la pared.

- Gracias.- Le dijo Raven con simpleza.

Suspiro levemente.

- ¡Tío Zach!- La pequeña dio un brinco hacia sus brazos dejando olvidando absolutamente a su mamá.

- No me avisaste de que andarías por aquí.- 

- Te juro que pensé que te envié a ti también un correo.-

- ¿Así que le avisaste a mi hija que vendrías y te olvidaste de mi?- Se cruzo de brazos y lo miro de arriba a abajo.

- Me debo a mis fans Rach.- El mago acaricio su cabello y ella lo abrazo más fuerte.

- ¿Cuándo sea grande te casarás conmigo tío Zach?-

- Mí niña. No me comprometas por favor. Las estrellas como yo no se casan.-

Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas rápidamente.

- No, por favor. No.-

- Helena. Tú padre lo mata antes de que pase algo como eso. Además estás muy pequeña para decir esas cosas. Ven aquí.-

Ella se negó.

- No quiero. No quiero.-

Estaba haciendo un escándalo tremendo.

En momentos como ese le daba ganas de usar sus poderes pero...

- Conocí un lugar donde venden los mejores helados que probé en este país cerca de aquí. ¿Qué te parece princesa?-

La niña dejo de haber berrinche y lo miro por unos breves segundos hasta que se le dibujo una sonrisa en los labios.

- ¿Puedo pedir chocolate?-

- Desde luego. -

La llevo casi ignorando la presencia de Raven que caminaba tras ellos.

Estuvieron un buen tiempo en la heladería hasta que la niña comenzó a bostezar de sueño y de tanto comer probablemente.

- Creo que nos tenemos que ir a casa ya. -

- Espera. Vengan un rato a mí departamento. Quiero invitarles unos bocadillos que aprendí. Se que los amaran.-

- Vamos mami.- Helena al escuchar "bocadillos" se levantó de su letargo de un salto prácticamente.

- Pero solo un momento. ¿Entendido? Papá estará temprano hoy en casa y quiero llegar antes de que vuelva. - Le advirtió y su hija asintió de inmediato.

Tomaron un taxi y Rachel vio con atención a Zachary cocinando.

Nunca imagino que sabía hacer algo más que ser un egocéntrico saco de...

- ¡Listo! - Grito al escuchar el horno sonar.

Saco la bandeja para mostrarle una bolitas de chocolate.

Las emplato y tomo una.

Sopló primero y se atrevió a morder pese a lo caliente que estaba.

- Delicioso. Te encantará. -

Miro a dónde estaba Helena y vió que se quedó dormida mirando el televisor.

Fue a cubrirla con una manta.

- Fueron muchas emociones para ella en el día de hoy al parecer.-

Al voltear a ver a Raven vio que casi se había terminado el plato de bocadillos de chocolate.

Tenía los labios llenos de dulce.

- ¿Rachel estás bien?-

No podía preguntar otra cosa al ver a la bruja en medio de un atracón...

- No. - Sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas.

Nunca la vio llorar.

No iba a ser el día.

Fue de inmediato a su lado y tocó su hombro.

- Dime qué te pasa. Puedo ayudarte en lo que sea.-

- Estoy embarazada otra vez. -

- Pero eso es...-

No sabía que decir.

Tenía que felicitarla pero a la vez no le salía hacerlo.

Además se sentía afligida.

- Tengo un mal presentimiento y además no puedo controlarme. Nunca pase por algo así.-

Intento dejar de lado los bocadillos pero era como si no pudiera.

Siguió comiendo mientras hablaba.

- ¿Se lo dijiste?-

Negó.

Se mordió los labios.

- Te enseñaré a hacerlos. ¿Qué te parece? - Le dijo tomando unos de los bocadillos.

- De acuerdo.-

Asintió.

Se sintió bien por alguna razón.

Que ignorara de alguna manera lo que dijo.

Que le propusiera distraerse con algo más...

Lo miro por un segundo en silencio.

Zachary sentía algo por ella.

Lo sabia.

Por momentos deseaba alejarse de él para no lastimarlo por no poder corresponderle a sus sentimientos.

Pero Helena realmente lo quería y ella...

- Gracias Zach.- Murmuró.

Se sentía un poco mejor.

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~Hoy~

Raven comenzó a gritar.

Zachary fue corriendo a su habitación.

La vio llorando al entrar.

Sus sábanas blancas...

Sangre.

No...

- Se fue. Mí bebé también se fue.-

- Raven ven. Toma mí mano. Tengo que llevarte a un hospital. Vamos.-

Negó.

- Me quiero ir también. Quiero irme con mis bebés Zach.-

Negó enérgicamente.

La tomo en sus brazos y la llevo a su coche aunque se negaba a irse.

Sus ojos habían perdido absolutamente el brillo que conocía en ellos.

- ¿Quieres que lo llame?-

Debía preguntar.

Tenía que preguntar.

No quería hacerlo para nada pero él era solo su amigo en cambio ...

- No. Él mato a mí hija. No quiero saber nunca más nada de él...-

Siguió llorando pero está vez lo abrazo.

Oculto su rostro en su cuello.

¿Por qué dices eso?

No me cae bien pero jamás haría nada que la pusiera en peligro a Helena...

¿No?

- Talia quiso cambiarla. Algo salió mal y quiso meterla a ese pozo. Yo me negué.

¿Recuerdas cuando te dije que tenía un mal presagio? Yo la vi cerrar sus morir bajo esas aguas. Quise detenerla y Damian me detuvo. Pude haber salvado a mí hija. Mis instintos me dijeron que no debía dejar que lo haga y sin embargo deje que él me detuviera...-

No sabía que decir.

- Por mí culpa se fue Zach. Mí bebé también...- Lo tomo del rostro y lo miro.

- No soporto más tanto dolor. -

Se veía tan angustiada, cansada...

Su mano cayó, sus ojos se cerraron y ...

Tomo su pulso.

Lento...

- No te voy a dejar a ir. No puedo...- Aceleró su paso.

Tenía que llegar pronto a que la atiendan.

Debo llamar a Robin...

La sentó en el asiento de acompañante.

Tocó su frente.

Volaba en fiebre.

Murmuraba cosas.

- Sueltame Damian...Suel...tame por favor.-

Unas lágrimas cayeron por sus pálidas mejillas.

Seguía inconciente.

Vio el collar que le regaló a Helena colgando del cuello de Raven.

Quería mucho a su hija.

Más de lo que jamás iba a admitir.

Se ganó su corazón con su dulzura.

No asimilaba aún era evidente de que ya no estaba.

No. No tengo que decirle absolutamente nada.

Absolutamente nada.

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Noches atrás...
~Nanda Parbat~

- TU LA MATASTE Y LA VOLVISTE A MATAR DEJÁNDOLA HUIR. NO ME TOQUES.- Su magia lo repelio y lo alejo. Muy lejos. - NUNCA MÁS LA VUELVAS A TOCAR.-

Sus lágrimas caían sobre el rostro de su pequeña hija.

Quiso destruir a Talia luego de que emergió de aquel pozo sin vida.

Su piel estaba oscura.

Oscura.

La toxina de Bane.

¿Qué clase de monstruo intentaría hacerle eso a una pequeña niña?

No lo resistió.

No lo hizo y el pozo no le devolvió la vida porque ella no es como ellos.

Lo sabia.

Sabía que no funcionaría.

Agravó incluso su condición.

Ella con su magia tal vez pudo hacer algo.

Seguramente.

Hubiera entregado su vida al mismísimo Trigon con tal de tenerla otra vez bien.

Sonriente.

- Eras muy buena para ellos bebé...- Acaricio su rostro. - Despierta por favor. No te puedes ir. No me dejes...-

La abrazo.

Damian le mintió.

Prometió cuidarlas.

Fingió ser un buen padre, compañero, esposo...

- No podía permitir que la matarás. Tú no puedes...- La voz de él se quebraba.

Estaba de rodillas.

Lejos de ambas.

- Te odio...-

Un puñal.

Nunca creyó que escucharía algo así saliendo de su boca.

Era un mal sueño.

Debía serlo.

Su brazo sangraba.

Ella lo hizo cuando lo atacó.

- Habibti...- Murmuró.

Raven envolvió a ambas en energía.

Desaparecieron al instante.

- No quise esto. Nunca hubiera querido esto...-

¿Por qué con ella no funciono?

No lo entendía...

Fuera de allí Talia puso en copiloto la nave submarina.

Llevo una mano a su pecho.

Strange le advirtió que no sobreviviría la dosis.

Ella insistió en que la sangre demoníaca que corría en sus venas la hacían incluso más fuerte que Damian a su edad...

Se equivoco.

- No quise mí niña... no quise.-

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Continuará
Capítulo I de III
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