Al día siguiente me desperté muy feliz.

¡Había hecho un nuevo amigo!

Pero más que eso, había no sé, logrado entrar en tu vida. El día anterior platicamos de muchas cosas, me hablaste un poco sobre ti y sobre tu mamá.

Contaste maravillas de ella, sonaba como una mujer admirable y con un gran corazón, pero dejaste de hablar de ella de repente y cambiaste repentinamente el tema.

Quise no preguntar, no quería incomodarte.

Ese día estaba dentro del local acomodando unos vestidos, la lluvia por fin había parado.

--Te traje estos Jo, son los nuevos, que los pongas en ofertas indico Jeremy.--hablo Karen y tome las prendas, ella se marchó y siguió atendiendo a los clientes.

Unos golpicitos en la ventana me sorprendieron, alze mi visita hacia mi costado y ahí estabas tú.

Llevabas nuevamente un gorro, pero está vez gris. Diría que esa vez te veías lindo, pero no, te veías precioso.

Moviste los labios, pero no decifre lo que decías por lo que entraste a la tienda.

--Hola.--sonreiste.--¿Estás ocupado?.--miraste las prendas a mi lado

--Hola Chris, no mucho, pero dime.--deje lo que estaba haciendo para prestarte atención.

--Queria invitarte a comer.--al instante tus mejillas se sonrojaron.--Y bien ¿Que dices?.

--¡Claro Chris!.--cai en cuenta que hable en voz demasiado alta, casi grite.

Karen me miró y me guiño un ojo, tu solo reiste.

Ese día me emocione al verte y al haber recibido tu invitación para comer juntos, y admito que eras un chico del cual quienes te vieran se enamorarían de ti al instante.