Cap 7 pt 2: Shunigurumi
Soledad y Miguel se marcharon una semana después, para visitar a sus viejos amigos repartidos por el país y dejar a Alma estudiar. En la ciudad solo quedaban los dos hermanos, que andaban bastante atareados ultimando el ōsōji o limpieza general de fin de año, así que ella pudo dedicarse a terminar el regalo de Shun.
Al día siguiente, 31 de diciembre, Alma y Hyoga, recién llegado de Siberia, estaban invitados a cenar en casa de Ikki y Shun; ella estaba subiendo las escaleras, cargada con la media tonelada de turrón que aún quedaba en casa, cuando coincidió con el rubio, que salía de su apartamento en ese instante y se ofreció amablemente a ayudarla.
- ¡Qué bien huele! ¡Eso va a estar riquísimo! –exclamó Hyoga nada más entrar, aspirando el delicioso aroma proveniente de la cocina.
- ¡Hola, Hyoga! –Shun, cuchara en mano, el pelo recogido en una coleta y ataviado con un delantal estampado con nigiris sonrientes, abrazó a su amigo- Hola, muñequita –la besó sin importarle que les viesen.
- ¡Shun, date prisa! ¡Que va a empezar el Kōhaku Uta Gassen*!
- ¡El concurso! Vamos al kotatsu, chicos, ¡tenemos que hacer equipos para animar! –Shun agarró a Alma por el brazo y prácticamente la arrastró hasta que ambos estuvieron sentados juntos en un lado de la mesa baja, con las piernas entrelazadas bajo la manta.
- Bueno, Hyoga y yo animamos a los chicos y vosotros a las chicas –decidió Ikki, ofreciéndoles pintura facial roja- Hyoga, toma, para nosotros el blanco.
Entre gritos y carcajadas, con las caras pintadas como en un evento deportivo, los cuatro jóvenes cantaron, animaron y casi discutieron con fervor en defensa de sus correspondientes equipos mientras cenaban los tradicionales fideos preparados por Shun y el turrón que había traído Alma. Hyoga, chupándose los dedos, juró solemnemente que pasaría su próxima Navidad en Alicante, alimentándose en exclusiva de aquel manjar.
- ¡Sí! ¡Hemos ganado! ¡Os la coméis! ¡Girl power! –como hooligans descerebrados, Alma y Shun celebraron la victoria del equipo femenino corriendo en círculos por el salón, encaramándose a la espalda de los perdedores y agitando los puños.
- ¡Para ser tan canijos, estáis bastante locos! –rio Hyoga, intentando librarse de la chica, que se le agarraba al cuello gritándole "¡perdedor!" con la voz de George Fisher.
Tras la cena, vieron en la televisión el cambio de año y a continuación fueron al templo, tomaron amazaki y ozoni ** y observaron a la gente quemar los amuletos del año que acababa de terminar. Hyoga les invitó a pasar por la fiesta que organizaban sus compañeros de clase, lo cual Ikki aceptó enseguida, pero Shun se excusó, alegando que tenía que ir por la moto para acompañar a su novia a casa y aprovechar el día de Año Nuevo para estudiar.
De vuelta en el apartamento de los chicos, Alma entregó a Shun su oseibo***: una pareja de amigurumis cabezones tejidos por ella misma que les representaban a ambos.
- Alma, esto es una pasada... –afirmó Shun, sosteniendo los muñequitos en sus manos. Se sintió halagada, tenía que reconocer que "Shunigurumi", con esa melena verde que había confeccionado cabo a cabo durante horas, había quedado espectacular.
Shun la condujo al dormitorio y le tendió una hoja de papel. Ella se quedó boquiabierta: era un retrato a carboncillo que la representaba de perfil, con la mirada al infinito y la mejilla descansando sobre la palma de la mano.
- No sabía que dibujases tan bien...
- Cuando la modelo es buena, la inspiración es inevitable... –respondió, haciendo hueco a sus nuevos amigurumis entre la colección de figuritas de la estantería- Oye, Alma... ¿por qué no te quedas? Solo a dormir, lo prometo. Me encantaría empezar el año contigo.
Aquella expresión tan dulce, el tacto de sus dedos... Hasta el gesto con el que le ofrecía una camiseta a modo de pijama era irresistible, así que no le quedó más remedio que ponérsela y acurrucarse en el hueco de su hombro, desde donde podía oler su pelo mientras veían anime antiguo en el portátil.
Aún seguían abrazados cuando despertó, más temprano que él. Le miró, embelesada: no podía creer que existiese un chico tan atractivo –sus ojos, su mentón, la curva de la nuez, aquellos hombros de nadador- y a la vez tan divertido e inteligente. Y, además, la quería. Se sentía tan feliz que le daban ganas de bailar. Sin hacer ruido, se escabulló de entre sus brazos y se puso el jersey y los vaqueros sobre la camiseta que él le había prestado -y que no tenía ninguna intención de devolverle-. Antes de salir, echó un vistazo a la pareja de amigurumis, flanqueados por todo tipo de personajes: dos docenas de Minions, un camaleón, un pegaso, un cisne, un "lanzaguisantes", un pequeño fénix, un dragón, un unicornio... "Todo lo que tiene de guapo, lo tiene de friki", pensó, y salió hacia su casa, dejándole dormido con una sonrisa asomándole en los labios.
* El concurso de canto o Kōhaku Uta Gassen es un programa de la televisión japonesa que se emite en Nochevieja y en el cual los cantantes más famosos del país compiten divididos en dos equipos: las mujeres son el equipo rojo y los hombres, el blanco.
**El amazake se prepara en los templos sintoístas la última noche del año y se sirve a partir de medianoche, es una bebida tradicional, dulce y con algo de alcohol confeccionada a partir de arroz fermentado. El ozoni es una sopa dulce que se sirve con mochi.
***Oseibo: regalo.
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