Cap 3 pt 2: ¡Se los has dado a mi hermano!
Alma fue la primera en llegar a clase el lunes y, como siempre, guardó su sitio y otros tres, pero esta vez, Shun la saludó con un escueto "buenos días" y dejó a Agnetha y Yoko entre ellos. No podía creerlo: ¿tendría el valor de estar enfadado? ¿Por haber besado a su hermano? ¡Como si él no hubiese estado entretenido con Kitty!
Sus amigas notaron que las cosas no iban como siempre y dedicaron la hora del almuerzo a indagar, a su peculiar manera:
- Estáis un poco raros hoy, como distantes... ¿Es que pasó algo el sábado? –preguntó Yoko.
- Estáis súper raros... Como si os hubieseis liado... –mirando sus caras de enfado y sorpresa- ¡Esperad, vosotros os habéis liado!
- ¿No-nosotros? ¡No, qué va! –se apresuró a responder Alma-. Pero Shun estuvo muy bien acompañado toda la noche... –sabía que aquello era una puñalada, pero no podía aguantarse.
- ¡Shunny! ¡Cuéntanos todo! –las dos gritaban a la vez, presas de la emoción, dando saltitos.
- No pasó nada, Kitty apareció y nos dimos unos besos, eso fue todo... –repuso él, con modestia- Pero Alma tampoco perdió el tiempo, ¿verdad? –la miró, con algo de ira contenida en sus ojos del color del mar, y ella sintió una mezcla de tristeza y enfado que la retorcía por dentro.
- ¿Y qué se supone que tenía que hacer yo? ¿Esperar a que terminaseis para seguir bailando contigo?
- Bueno, chicos –intervino Agnetha, preocupada-, tampoco fue nada grave, no os pongáis así...
- ¡Al menos, podrías haber dicho que te ibas!
- ¿Y molestarte mientras explorabas la tráquea de tu novia?
- Chicos, de verdad, no hace falta que sigamos hablando de esto...
- Huy, mirad, tengo un código descuento en Forever21... – Yoko ya no sabía cómo desviar la atención del tema que ellas mismas habían sacado.
- ¡Ya he dicho que solo fueron unos besos!
- ¡Pues lo mismo que yo!
- ¡Pero tú se los has dado a mi hermano!
Un silencio pesado y opresivo envolvió a los cuatro amigos. Alma sentía las mejillas calientes; Agnetha y Yoko se escabulleron y les dejaron solos. Ambos permanecieron callados durante unos minutos, mirando al suelo.
- Alma, perdona, no debería haber mencionado lo de Ikki... Además, tú no me debes explicaciones de tus actos –comenzó el chico, con aire contrito.
- Tú tampoco me las debes a mí; mejor dejamos el tema. Tenemos que ir a las prácticas.
- Eh, espera...
- No pasa nada. Olvídalo, Shun. Tú tienes tu vida y yo tengo la mía.
Gracias por leerme. Por favor, si te ha gustado, déjame una estrellita y un comentario. ¡Siempre anima a continuar escribiendo!
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