Cap 19 Pt 1: Tus famosos gofres
Nota de la autora: Este capítulo y su segunda parte (que publicaré el viernes sin falta, porque está lista) responden a mis pocas ganas de dejar de escribir sobre Shun y Alma. Son dos textos que he creado este fin de semana, al darme cuenta de que había pasado muy por encima de sus cumpleaños, a pesar de ser los protagonistas principales, y creo que se merecían una pequeña celebración en compañía de sus amigos.
Me han acompañado desde principios de agosto, que es cuando la historia empezó a tomar forma en mi cabeza, y admito que me cuesta despedirme de ellos. "Andromeda in Love" quedará completamente publicada para finales de año.
"Me da pena, porque Yoko y Agnetha están de vacaciones fuera del país, pero es necesario organizar una fiesta para Ikki, ¿no os parece?"
El mensaje de Seiya llegó al grupo de Whatsapp llamado "Caballeros jubilados y damas guerreras" -creado por él e integrado por los chicos, Saori, Seika, Shunrei y Alma- tan temprano que despertó a Shun, que dormía abrazado a su novia. Se estiró por encima de ella para silenciar los teléfonos antes de que la molestasen y aprovechó para responder:
"Si a mi hermano le parece bien, podríamos celebrar también el de Alma, es el día veintiuno."
Ella se arrimó más a él, todavía dormida, rozándole la entrepierna con el trasero y haciendo que su erección matinal empeorase hasta casi dolerle.
Seiya ha creado el grupo "Fiesta para Alma e Ikki."
Seiya: Ahora podremos hablar más tranquilos, sin Ikki ni Alma.
Saori: Seiya, por favor, ¿no respetas ni los domingos? Es muy temprano, ya crearás grupos luego...
Hyoga: ¡La cama de Shun está haciendo ruido!
Shun: ¡Eso es mentira! ¡Si no me he movido!
Seiya: ¿Queréis centraros en la fiesta?
Shiryu: Shun cumple el día 9 y podríamos hacer las tres fiestas juntas... Es más práctico que pasarnos tres fines de semana saliendo sin parar.
Seiya: No sé cómo una chica tan alegre como Shunrei puede querer casarse con un muermo como tú. ¡Las fiestas de cumpleaños son lo mejor!
Shiryu: Somos como el yin y el yang... ¿Quieres que le preguntemos a Saori qué ve en ti?
Saori: ¿Notáis eso? Soy yo, pasando de vosotros. ¡Dejadme dormir!
Shun: A mí una fiesta conjunta me parece bien, pero prefiero que me sorprendáis y me dejéis dormir ahora.
Hyoga: ¿Dormir? ¡Claro! Voy por los tapones para los oídos...
Saori: Voy a silenciar este grupo y os escribo cuando vuelva a despertar, se me acaba de ocurrir una idea que creo que os va a gustar.
Shun ha salido del grupo.
Volvió a dejar los teléfonos en la mesita de noche y, de nuevo, Alma se apretó contra él, murmurando palabras inconexas y haciendo que su cuerpo reaccionase inmediatamente. Se acomodó la erección en el delgado pantalón del pijama e intentó volver a conciliar el sueño con el brazo alrededor de la cintura de la chica, pero era imposible: ahora, su mente estaba invadida por un único pensamiento. Durante su estancia en Madrid, Alma había aprovechado para comenzar a usar un anillo anticonceptivo y la sola idea de que en un par de semanas tendría efecto y podrían hacer el amor sin ningún tipo de barrera le encendía todavía más.
Con delicadeza, le deslizó la mano bajo la camiseta y le acarició los pechos, complacido al oírla ronronear.
- Buenos días... -murmuró ella, todavía adormilada.
- Hola, muñequita. Tengo una cosa para ti...
Ella se giró, sonriendo, y le besó en los labios.
- ¿A que es esto? -asió su erección con la mano, moviéndola con firmeza.
- ¡Joder! Está tan dura que me duele... -se quejó él.
- Pues yo tengo el remedio para eso... -le pasó la pierna sobre la cadera hasta que quedaron pegados y comenzó a frotarse con él, recibiendo a cambio besos en el cuello y las orejas.
- Has creado otro problema, Almita... Ahora los dos estamos súper cachondos -gruñó Shun, notando la creciente humedad y extendiendo el brazo para buscar un preservativo en el cajón de la mesita.
- Qué mal, vamos a tener que follar ahora mismo... -refunfuñó ella, con un puchero- ¡Me pido encima!
- Como si fuese a quejarme por eso... -comentó él al ponerse la protección.
Alma le besó de nuevo y se acomodó sobre él, dándole la espalda y cabalgándole despacio. A cada movimiento, gemía quedamente para no despertar a Ikki y hacía cosquillas a Shun con la melena cuando echaba la cabeza hacia atrás. Él le pasó las uñas por la espalda, disfrutando de la imagen y de la sensación de su miembro envuelto y apretado por aquel calor abrasador, hasta que la sujetó por el cabello y tiró para que se recostase sobre su pecho. Ahora, sus cuerpos quedaban paralelos y el movimiento era algo más complicado, pero también más excitante. Ella le tomó la mano para colocarla sobre su clítoris y le besó para ahogar los jadeos de ambos, que iban en aumento.
- Shun... -gimió, con sus bocas pegadas.
- Lo sé, muñequita, te gusta justo así -respondió él, situando sus dedos en el punto exacto-. No tienes secretos para mí...
Ella continuó meneando la cadera, aumentando la velocidad conforme se acercaba al orgasmo, sin dejar de besarle.
- Ahora...
Shun sonrió y empujó contra ella con fuerza, impulsándola al clímax y gozando con sus estremecimientos. Sin dejar de moverse, se giró para quedar de lado y adaptó el ritmo a su propio gusto, mientras ella se relajaba y se ofrecía para su placer, volviéndole loco con su entrega. Sujetándola por las caderas, embistió una y otra vez, corriéndose con un sonido gutural que le costó reprimir.
- Me siento mucho mejor, ya no me duele... -balbuceó, acariciándola.
- Encantada de haber sido de utilidad -rio ella-. Y ahora, ¿me preparas tus famosos gofres para desayunar?
- En este momento, te diría que sí a todo, como si me pides que te construya un castillo con cerillas...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro