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7. Soy escritor.

Al llegar a casa de Blake le mostré su habitación a Drew. Ella se acomodó, aunque no fue tan complicado ya que no trae equipaje. Solo dejó su morral de libros sobre la cama y salió detrás de mí. Ella examina con sus curiosos y grandes ojos el lugar, toma el aspecto de una niña pequeña en un lugar desconocido-de hecho lo es para ella- y la comprendo. Esto no debe ser para nada fácil.

Bajamos a la planta baja de la acogedora casa y nos acomodamos en el living. A lo lejos escucho la risa chillona de Sandy, no sé exactamente de dónde proviene pero tampoco le doy mucha importancia. Al instante Blake sale de la cocina con un delantal puesto.

Frunzo el ceño-¿Estás cocinando?

-¿Qué? -se mira el delantal y ríe-Ouh, no. No te confundas. Yo no cocino-se lo quita de un tirón y lo lanza al sofá-Solo me lo estaba probando a ver cómo me veía. Yo sería un muy sexy cocinero-hace pose de modelo-¿Tienes hambre? Pediré pizza. ¡Vaya! Ella debe ser Drew-posa su mirada sobre la chica-Un gusto en conocerte, Andy me habla mucho de ti. Ahora este es tu hogar, eres bienvenida aquí cuando quieras-guiña un ojo y chasquea la lengua a la par de sus dedos. ¡¿Cómo rayos puede salirle a la perfección?!

Ella se sonroja levemente-Gracias. -Creo que los efectos encantadores de mi hermano ya le afectaron. No la culpo, casi le sucede a todas las chicas cuando hablan con él.

-¡Bájame, tonto! ¡Le diré a mamá! ¡Juro que te mataré, Joshy! ¡AGH! -los atronadores gritos de Sandy se escucha por todo el living.

Todos giramos nuestras cabezas en dirección hacia la escalera. La escena es algo desconcertante. Joshy baja los escalones de dos en dos con Sandy en su espalda como si de un saco de patatas se tratara. Ella patalea en un intento de zafarse pero es inútil.

-Hey, ¿Qué está sucediendo? -los detiene Blake.

-Estamos jugando a retos. -explica Joshy-A ella le toca darse un baño en la regadera con toda la ropa puesta. Se está negando, pero eso no es justo. ¡Ella me hizo comerme la asquerosa araña que estaba en tu habitación y ahora no quiere cumplir su reto! -se queja.

-¡Eso no es cierto! ¡AYÚDAME BLAKE! -sus gritos por poco me rompen los tímpanos.

-Lo siento, Sandy. Los retos son retos.

-Usaré la regadera.

-De acuerdo, pero ten cuidado de que no moje el piso. No quiero limpiar.

-¡ANDY! -chilla ella.

-Cálmate, solo va ser una mojada. Si Blake no te salva, Andy tampoco lo hará-habla Joshy mientras se la lleva por el pasillo que conduce al baño.

-Iré a pedir la pizza-Blake señala con su pulgar por encima de su hombro-Si necesitan algo, me llaman. -dice antes de retirarse.

Devuelvo mi mirada a Drew, quien lleva una mueca de diversión en el rostro.

-¿Tu hermano es niñero?

-¿Qué? No. Son mis hermanos.

-¿Enserio? Vaya. -Se acomoda un rizo-Debe ser genial tener tantos hermanos.

-Humm, no tanto. En ocasiones son insoportables.

-¿Te puedo pedir un favor? -dice repentinamente.

-Eh, por supuesto-me encojo de hombros.

-¿Me podrías prestar tu teléfono? Quiero llamar a mi familia para decirles que estoy bien. Deben de estar preocupados por mí, mi mamá debió de haber llamado a la policía que de seguro me debe de estar buscando por todo el estado. No se lo pedí a Rudie por qué me sentía algo incómoda, pero sé que puedo confiar en ti. Quizás ellos me puedan mandar algo de dinero para comprar un boleto de avión y regresar a Chicago. ¿No crees? Necesito hablarles con urgencia. No puedo quedarme en Vancouver para siempre. Lo pensé mucho y me di cuenta de que estoy en Canadá ilegalmente. No tengo pasaporte, ni registro. Sigo preguntándome cómo rayos llegué aquí sin ningún papel. Vale, eso ya no interesa. ¿Me lo prestas?

¡Patatas! No había pensado en eso. Ella no es de aquí-cuando digo "aquí" me refiero a la realidad-y si llama nadie responderá ya que su familia es ficticia al igual que ella. ¿Pero qué excusa puedo dar para no dejarla llamar a su familia? Creo que las mentiras no me servirán en esta situación. Piensa, Andy, piensa. Me golpeo mentalmente. Esto es cómo vivir dentro de mundos paralelos. Ella vive en un Chicago ficticio, pero en el Chicago real no encontrará a absolutamente a nadie. Ahora que lo pienso, dentro de los libros existen cientos de mundos diferentes dentro de los cuales existen millones de personas que no existen, pero ahora una pequeña personita ficticia ha roto esa regla y ha cruzado hasta el asqueroso mundo real, en dónde todo es una gran patraña. Genial.

-¿Andy? -ella mueve su mano frente a mí intentando sacarme de mis pensamientos. A veces soy muy ido, cuando pienso lo demuestro mucho en mis rostro ya que me quedo totalmente anonado mirando a la nada. En ocasiones es vergonzoso. -¿Me prestaras tu teléfono o no?

Piensa, piensa, piensa... bah.

-Claro.

Me llevo una mano al bolsillo en donde se encuentra mi móvil. Ella extiende su mano así que vacilo un poco antes de entregárselo. No tengo idea de que es lo que está a punto de suceder. ¿Y qué tal si alguien contesta? Por todos los cielos, eso sería extraño ya que el número que coloqué en la historia fue un número al azar, el cual supongo que no existe.

Me siento junto a ella para tener una vista más cercana de los números que marca en el aparato. Y... sí, son exactamente los mismos. Esto es increíble, es Drew. Sigo sin poder creerlo. Solo ella podría saberse ese número de memoria. Sonrío sin poder evitarlo.

-Eres tú...-susurro para mí.

-¿Qué? -al parecer me escucha.

-Eh... nada-niego con rapidez y maldigo por dentro.

Noto que un rizo se ha salido de su lugar y cae por el corte de su rostro. Siento la necesidad de colocárselo detrás de la oreja pero me retengo. No sería apropiado en este momento y en cierto modo temo tocarla. Desde aquella vez que entrelazamos nuestras manos y pude sentir su frágil piel bajo mi tacto, hay algo que me ha estado incomodando.

Por alguna razón ella coloca el teléfono en alta voz y agradezco por eso. La tensión comienza a condensarse en el aire, o quizás yo soy el único que la siento. Con cada tono mi corazón se acelera a la expectativa de quién será el que conteste del otro lado de la línea.

-¿Hola? -una voz afónica se escucha.

-¿Mamá? ¿Eres tú?

-¿Quién habla?

-Soy yo, Drew.

-Lo siento, número equivocado.

-¿Qué? No...

Pero al instante la llamada se corta. Drew observa el teléfono entre sus manos antes de volver a marcar el número.

-Mira niña, no estamos para llamadas de bromas. No soy tu mamá, ya ándate a molestar a otro lado. ¡Ugh, jóvenes! -La llamada se cierra otra vez y un silencio incómodo llena la habitación.

Entonces... al parecer el número telefónico si existe. ¿Quién lo diría, eh?

Ella suspira exasperada-Qué raro. Juro que este es el número de casa. -se lleva una mano a la maraña de rizos y los aparta de su rostro, incluyendo el delgado mechón que tengo en la mira. Segundos después, empieza a deslizar sus dedos por la pantalla de mi móvil.

-¿Qué haces?

-Necesito contactar a mi familia. Buscaré a mi hermana en Instagram, a mis padres en Facebook, algunos tíos en Twitter y a mis primos en Snapchat. Tiene que haber alguna forma de comunicarme con ellos-utiliza un tono de frustración sin despegar la mirada de la pantalla.

Y así estuvimos alrededor de 5 minutos cuando de pronto escuchamos un estridente chillido departe de Sandy. Segundos después escucho los pesados pasos de Joshy quién aparece en el living con los ojos muy abiertos, el pecho agitado y una sonrisa traviesa.

-¡Ya viene! ¡Escóndanse! -anuncia y empieza a correr hacia la cocina tropezándose con algunos muebles.

-¿Pero qué...?

-¡AHHHHH! -el chillido aparece detrás de mí. Fue cómo uno de esos gritos de masacre que aparecen en las películas de terror, es tan escandaloso que me deja algo aturdido. Creo que mi sistema auditivo se verá afectado por esto. Sobresaltado, caigo fuera del sillón y aterrizo en la alfombra, mi trasero se lástima un poco pero no le doy importancia.

Detrás del sofá se encuentra Sandy quien se acerca a mí con pasos amenazadores. Su aspecto es espeluznante. Su cabello rojizo ha cobrado un color más oscuro, lleva puesto un suéter negro de Monster High, una falda rosa y botas. Cómo ya han de suponer, está totalmente empapada. Su cabello se pegotea a su rostro al igual que la ropa a su piel. Su mirada aniquilante está posada sobre mí y debo admitir que me siento un poco intimidado.

Noto que Drew no despega la mirada del teléfono y lo prefiero así ya que esta situación es algo incómoda y vergonzosa.

-¡¿Dónde está el rubio?! -se coloca una mano en su pequeña cintura. Sus mejillas se encienden en furia y sus fosas nasales se hinchan a la vez que inhala y exhala salvajemente.

-Eh... no lo sé-trato de encubrir a Joshy ya que temo por él.

-Bien.

Antes de que pueda reaccionar, Sandy se encuentra encima de mí, aplastando mi cuerpo. Con uno de sus brazos se aferra a mi cuello mientras que con el otro reparte pequeñas cachetadas a mi rostro. Empapa mi playera y parte de mi jean haciendo que me sienta asqueroso.

-¡Blake! -pido auxilio.

-¡Dime dónde está! ¡Ahora!-me hala la oreja.

Es ridículo que una niña de 8 años me esté torturando y yo no pueda hacer nada. Estos son los hechos que me hacen sentir cada vez más patético. Sin embargo Sandy sabe muy bien lo que hace ya que me tiene bajo su control y me golpea hasta que decido rendirme.

-¡La cocina! ¡Está en la cocina! -suelto desesperado.

Ella no pierde tiempo y corre en la dirección que le indiqué. Segundos después escucho los gritos de Joshy. Pobre.

Me coloco de pie y me arreglo la playera mojada. Genial. Ahora tendría que cambiarme.

-Eso fue... peculiar-comenta Drew con una sonrisa burlona, tomándose unos segundos para observar mi húmedo atuendo. Luego regresa la vista al móvil y continúa navegando.

-Tengo que cambiarme. ¿Vienes? -hago un ademán hacia las escaleras.

-De acuerdo, así platicamos sobre el proyecto. -Se levanta del sofá y me sigue por las escaleras con la mirada clavada en el móvil.

Entramos en mi nueva habitación, aunque el término correcto no sería nueva si no temporal.

Drew se detiene en medio de la habitación sin parar de teclear. La observo durante unos instantes hasta que por fin levanta la cabeza, le da una última mirada al aparato y luego me lo lanza. Intento atraparlo pero este cae sobre la cama así que lo dejo allí.

Escucho como resopla-Todo esto es muy extraño. Es como si hubieran desaparecido y no haya quedado rastro de ellos. Los busqué en todas las redes y no aparecen. Hay personas con sus mismos nombres pero no son ellos. Mi hermana es adicta a Instagram, tiene más de seis mil seguidores y su cuenta no aparece. Estoy confundida. -se lleva una mano a la cintura. -Tampoco entiendo cómo soy estudiante de intercambio en un Instituto en Canadá. Mis padres jamás me comentaron sobre esto. -frunce el ceño, parece estar enojada. -Tengo tantas preguntas pero al parecer ninguna tiene respuesta.

Intento comentar algo, pero decido quedarme en silencio.

-Olvídalo. Mejor hablemos sobre el proyecto de Historia. -se sienta en el borde de mi cama y posa sus oscuros ojos sobre mí.

Estoy por sentarme junto a ella cuando me doy cuenta de que sigo empapado.

Veamos, un protagonista intrépido cómo Kian Dobers, teniendo una chica en su habitación se quitaría la camisa sin vacilar con la excusa de que tiene que cambiarse, así ella podrá ver sus ejercitados abdominales y lo deseará. Típico. Pero yo no puedo hacer eso por muchas razones. Primero, no soy Kian Dobers. Segundo, Drew es un tanto paranoica y podría sacar conclusiones antes de que siquiera pueda sacarme la camisa. Tercero, no tengo abdominales ejercitados, solo un abdomen plano y por último todas las razones anteriores harían que quedará cómo un total hazmerreír.

-¿Qué sucede? -habla Drew al ver que he guardado silencio por mucho tiempo.

-Tengo que cambiarme la playera-digo monótono.

-¿Y? -Ella alza una de sus cejas.

-¿Te darías la vuelta? -hago una mueca con los labios. Me siento ridículo.

Drew deja escapar una sonrisa traviesa y pícara. Se coloca un mechón detrás de la oreja y se cruza de brazos sin dejar de mirarme.

-Uh, creo que no.

-Vamos, por favor.

-Eres muy tímido-se queja. -Ya quítate la camisa, necesito ver ese pecho de macho. -se muerde el labio inferior cómicamente.

Suelto una risa nerviosa-Anda, ya date la vuelta. -hago un ademán para que se gire.

-Aguafiestas-se levanta de la cama y me fulmina antes de darme la espalda.

Me acerco al closet en donde acomode mi ropa la noche que me mudé. Tomo una playera gris de manga larga y me la coloco en unos cuantos movimientos. Me queda tan grande que mis manos se esconden por debajo de las mangas. Es de algodón por lo tanto es cómoda y cálida. Por alguna razón tengo frío y supongo que es por la mojada que me ha dado Sandy.

Me doy la vuelta cuando mis ojos observan una escena inesperada. Drew ha estado curioseando entre mis cosas y ahora tiene el bloque de páginas en blanco dónde solía estar escrito Imperfecta entre sus manos.

-¡Por todos los cielos! ¡¿Qué haces?! -exclamo alarmado y me acerco a ella.

Drew da un respingón y gira sobre sus talones para observarme con los ojos muy abiertos. Mira el bloque de páginas y luego a mí.

-Yo... me pregunté porque tenías tantas páginas vacías sobre tu escritorio. No creí que te molestara tanto.

-No... no me molesta, es solo qué... olvídalo-niego con la cabeza sintiéndome culpable. No debí haberme sobresaltado tanto.

-¿Para qué son? ¿Tarea? -les da una ojeada deslizando sutilmente sus dedos entre las páginas. ¿Mencioné que también es muy curiosa? ¿No? Pues ahora lo saben. No la culpo, yo fui quien la cree. Le quito el bloque de páginas y lo guardo en la cajeta debajo de la cama. 

-La verdad, soy escritor. Pero tienes que guardar el secreto.

Ya me había cansado de mentir tanto así que decidí ser sincero esta vez. Jamás me había confesado de una manera tan fácil. Aunque ahora que lo pienso se sintió bien confiar este secreto en alguien por primera vez que no fueran Rudie, Jim o Blake. Yo confío en ella cómo confío en mis amigos y mi hermano, sé que no me puede defraudar. Tampoco creo que esta confesión pueda traerme repercusiones. Después de que ella no se entere que es un personaje ficticio y que yo soy el escritor que la ha creado, supongo que todo estará bien.

-¿Enserio? Eso es genial. ¿Qué escribes?

Inclino la cabeza hacia un lado, dudando-Novelas.

-¿Género?

-Juveniles y románticas. O ambas mezcladas.

-Grandioso. ¿Puedo leer algo? -se muerde el borde de la uña-Tengo curiosidad. -No era necesario que me lo dijera para saberlo, puedo verlo en ese brillo inquieto que tienen sus ojos.

Lo pienso bien antes de aceptar-Vale.

No estoy seguro de lo que estoy haciendo. Solo Rudie ha leído todas mis obras y me pone nervioso el hecho de que alguien más lo vaya hacer. Pero al fin y al cabo Drew es parte de todo esto y debo empezar a confiar en ella.

Busco mi portátil y me lanzo sobre la cama, ella se sienta junto a mí y me observa. Como dije al principio, he escrito muchas obras que son demasiado clichés y no las considero excelentes pero selecciono una de las mejores. Busco entre mis archivos hasta que doy con el documento. Se llama "Sol de Verano" Lo sé, hasta el título es cliché. Trata sobre un amor veraniego entre dos adolescente y ya saben, escenas románticas, playa, amor imposible, discusiones, ustedes me entienden. Selecciono uno de los capítulos y le entrego el portátil a Drew para que lo lea.

Recuesto mi espalda sobre el colchón, coloco mis manos detrás de mi cabeza y observo el techo a la vez que con mi vista periférica la veo leer con atención.

-Esto es increíble. Eres muy romántico y profundo-me mira con una sonrisa de oreja a oreja. Creo que está leyendo el capítulo en el que Henry le declara su amor a Carly.

-Eh, no. Yo no soy romántico, Henry lo es-me excuso-Yo no soy lo que escribo.

-Deberías publicar un libro.

-No. -contesto automáticamente. -No, quiero publicar libros... aún. Prefiero reservarlos para mí. -me siento sobre el colchón con mis piernas extendidas. -¿Enserio crees que es bueno? -hago una mueca de inseguridad.

-Es algo predecible pero... tu forma de escribir le da un toque diferente.

-Predecible. Cliché. -concluyo.

Ella regresa la mirada al portátil-¿Qué es esto de Imperfecta? -frunce el ceño.

Abro los ojos de golpe y le arrebato el portátil de un jalón para cerrarlo al instante. Su gesto se profundiza aún más al ver mi comportamiento. Lanzo el portátil por debajo de la almohada y regreso mi mirada a ella.

-Eres raro.

-Lo sé-asiento.

-Me agradas-sonríe. Dios mío, esa sonrisa sin duda tiene un toque magistral. No es perfecta, pero ese el chiste. -¿Sabes? Creo que algún día deberías escribir sobre mí. Ya sabes, la chica loca de Chicago que apareció de la nada en Canadá y no tiene ni la mínima idea de cómo. ¿Qué tal?

Me muerdo el labio inferior intentando esconder una sonrisa irónica pero las comisuras de mis labios se imponen y halan en direcciones opuestas provocando que mi objetivo falle. Vaya, esto es tan gracioso. Bajo la mirada y miro mis pies intentando contener una carcajada.

Créeme, ya lo he hecho.

-Quizás algún intente escribirla. ¿Quién sabe? -me encojo de hombros.

Nos mantenemos en silencio durante unos segundos.

-¡Renacuajo! ¡Drew! ¡La pizza ya llegó! ¡Bajen o me la como toda! -grita Blake desde la planta baja.

-Será mejor que bajemos, habla enserio-doy un salto fuera de la cama y Drew me sigue.

-¿Me dirás que es eso de Imperfecta? Se ve interesante, quiero leerla-inquiere mientras salimos de la habitación.

-No, aún no.

#LecciónDelDía: Si eres escritor/lector y un personaje ficticio por alguna razón se vuelve real, aseguráte de pensar en todo y siempre estar preparado con una buena excusa. No sean cómo Andy.

#CanciónDelDía: Migraine- Twenty One Pilots

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