6. Autobús.
Le conté absolutamente todo.
—Entonces eres un escritor. Mamá y papá no lo saben. Tu personaje ficticio que es una chica llamada Drew ha cobrado vida y ahora está aquí. No tienes idea de cómo llegó pero necesitas ayudarla por qué tú eres el responsable. Bien, comprendo. —resume Blake.
—¿Comprendes?—frunzo el ceño.
—A la perfección. Es creíble. Esperaba que me dijeras que te había mordido una araña y ahora eres el Hombre Araña, pero con esto me conformo.
—Entonces... ¿Qué dices?
—Te ayudaré, tengo que ser parte de esto. Me ayudará a no extrañar tanto a Jade. Además quiero conocer a la cosa que has creado.
—Es una chica, Blake. Con sentimientos, no es una "cosa"—lo fulmino.
Pone los ojos en blanco— De seguro. ¿Es sexy?
—Ugh, ¡Blake!
—De acuerdo, lo siento. ¿Cuál es el plan, renacuajo?
—Me ayudarás a convencer a mamá y papá de que me dejen vivir contigo. Les diré que quiero aprender el estilo de vida universitario y eso. Ninguno dirá nada sobre Drew. Ellos no pueden enterarse de que voy a vivir con una chica desconocida. Por cierto, tienes que jurarme que no le dirás a nadie que soy escritor.
—¿Por qué le diría a alguien que eres escritor? Ni que fuera un súper poder.
—De hecho, lo es cuando el personaje ficticio que has creado se vuelve real—uso un tono de ironía.
—Buen punto. Yo, Blake Anders, juro por las nalgas de mi novia Jade, que no le diré a nadie que mi pequeño hermanito es un escritor—alza su mano derecha en juramento. —Te dejaré vivir conmigo solo si prometes no arruinar mi vida.
—Lo prometo—estrechamos manos concretando el acuerdo.
—Anda, sube al auto. Yo iré por las llaves.
.
.
Convencer a mamá y papá fue un tanto complicado. Al principio creyeron que era una broma, luego se dieron cuenta de que hablábamos enserio. Mamá empezó a negar y papá no dejaba de recordarme que soy menor de edad y de que aún sigo bajo su responsabilidad. Mamá no paraba de decir que yo era su pequeño y que no podía irme de casa aún. La verdad, fue un completo drama. Al final, después de insistir tanto accedieron aunque no fue nada fácil. Les dije que solo sería por unos meses. Ellos pusieron condiciones. Joshy y Sandy son muy pequeños para quedarse solos en casa, así que después del colegio se irán conmigo en autobús a casa de Blake. Mamá y papá los pasaran a buscar después del trabajo y darme una vuelta. Me parecieron justas así que llegamos a un acuerdo.
Esa misma noche empaqué lo necesario y me fui a casa de Blake. Me instalé en una de las 5 habitaciones que hay, es acogedora aunque admito que extrañaré el resto de mis libros ya que solo pude traerme algunos en la maleta. También aprovecho para acomodar la futura habitación de Drew. Le pregunté a Blake si podía tomar prestada la ropa de Jade para Drew y él accedió. El estilo de Jade es muy parecido al de ella. Si se preguntan porqué Blake tiene una casa a sus 22 años y al mismo tiempo va a la Universidad pues la respuesta es simple. Él odia las Universidades/ Campus/ Internados, que cuentan con habitaciones en las que debes vivir . Durante toda su adolescencia anheló ser independiente, por lo tanto va a The Univesity of British Columbia, es una universidad simple. Solo vas a estudiar y listo.
En estos instantes me encuentro en clase de Historia, tengo la cabeza recostada sobre el escritorio sin prestar atención a lo que dice el profesor ya que no me parece importante. Drew está unos puestos por delante de mí, todavía no le he dicho que vendrá a vivir conmigo y tampoco tengo idea de cómo reaccione. Por alguna razón estoy nervioso.
—Muy bien chicos, para sumar puntos para el examen deberán realizar un proyecto en grupo. A cada uno les asignaré una pareja y con ella deberán investigar sobre el tema seleccionado. El proyecto deberán entregarlo en...
Oh no. Volvimos a los clichés. Esto está a punto de convertirse en la típica escena en dónde por pura casualidad los protagonistas quedan juntos y van a casa a hacer el proyecto y terminan comiéndose a besos.
¿Cuánto a que Kian y Sarah quedan juntos?
El profesor empieza a dictar los nombres de las parejas, no me preocupo en levantar la cabeza ya que la pereza me gana. Después de que el profesor menciona algunos nombres...
—La Srta. Bush y el joven Dobers.
¡Ja! Era más que obvio. Levanto la cabeza para observar sus gestos tan típicos. Ella abre sus ojos con sorpresa y mira al chico con desdeño mientras él se limita a sonreír con arrogancia. ¡Bah, creo que vomitaré! Demasiado cliché para mi gusto. ¿Cómo rayos hacen para terminar juntos siempre? ¿Brujería? ¿Soborno? ¡¿Cómo?!
—El joven Anders y la Srta. Rogers.
Oh... vaya. Hasta el momento no me había preocupado por saber quién sería mi pareja. Pero ahora que sé que es Drew no tengo de que alarmarme. De hecho se me hace más cómodo ya que viviremos juntos. Llevo mi mirada hasta sus rizos que caen por debajo de su nuca, hoy lleva una playera negra y jeans azules.
De pronto, cómo si sintiera mi mirada, ella gira sobre su torso y me mira. Trato de apartar mis ojos sin embargo ella me atrapa con su fascinante sonrisa de brackets. Le devuelvo el gesto con timidez y agito mi mano en saludo. Ella me muestra sus pulgares sin dejar de sonreír y luego vuelve a su anterior posición. Minutos después me doy cuenta de que no he parado de sonreír cómo tarado, así que me obligo a dejar de hacerlo pero se me complica un poco. Debo admitir que se ve muy linda hoy, aunque su aspecto demuestre que no se ha preocupado por su apariencia esta mañana.
La campana suena y el aula comienza a vaciarse. Guardo mis cosas y salgo del aula seguido por Drew.
—Hola, Drew—saludo.
—Hola. ¿Tienes idea de sobre qué haremos el proyecto?
—Eh sí, sobre eso...
—¡Hey,And-And!¿Qué tal?— una voz irrumpe en nuestra corta conversación. Siento un golpe en el hombro y luego cómo su brazo rodea mi cuello.
—Bien, hasta que llegaste. —ruedo los ojos.
—Eh, creo que iré por Rudie—dice Drew mientras señala con su pulgar por encima de su hombro—Los alcanzo luego, chicos—se despide y comienza a caminar en dirección opuesta.
—¿Ya tienes idea de lo que vas a hacer con ella? —pregunta Jim, adoptando un tono serio.
—La llevaré a vivir conmigo, a casa de Blake.
—¿Y luego?
—No lo sé. ¿Qué se supone que debo hacer? Pienso observarla más de cerca, necesito conocerla. Ayer mientras intentaba dormir me di cuenta de que soy el escritor más afortunado de la historia.
—Pero ella no pertenece a aquí, Andy.
—Lo sé—sacudo la cabeza—¿Qué dices tú?
—En algún momento deberá regresar al libro. ¿No crees? Quizás está aquí con un propósito. ¿Y si se escapó accidentalmente? Ella debe regresar de alguna forma. Muy pronto comenzará a hacer preguntas y tú eres el único que le puedes dar respuesta. No va a poder quedarse contigo para siempre. Lo mejor es que no te apegues tanto a ella, créeme.
—Tienes razón—hago una mueca con los labios. —¿Entonces crees que debo devolverla lo antes posible a lo ficticio?
—¿Tienes idea de cómo hacerlo?
—No. ¿Y tú?
—Tampoco. Lo mejor es que no te preocupes por eso. En algún momento nos daremos cuenta, mientras tanto hay que conocerla. Esto va ser divertido.
—Bien—suelto un soplido.
Entramos en la cafetería y para nuestra sorpresa las chicas ya estan comiendo en una mesa mientras platican augustamente. Nos acercamos a la dispensa y tomamos nuestros desayunos para luego acercarnos a ellas.
—Buenos días, Rud—saluda Jim a su novia y le da un beso en la frente.
—¿Qué tal, amor? Hola, Andy.
—Hey...—digo sin ánimos y me siento junto a Drew.
—No puede ser. ¡¿Hay brownies?! —exclama al ver el brownie que está en mi bandeja. —Cuando llegué no habían. Iré por unos. —intenta levantarse pero yo la detengo tomándola de la muñeca.
—Estos eran los últimos.
Una de las pasiones de Drew son los brownies. Si leen Imperfecta se darán cuenta de que ellas es adicta al chocolate y su postre preferido son estos pequeños pastelitos. Le encanta el chocolate, pero si lo come en exceso podría a llegar a descontrolarse un poco. A mí no me gusta tanto cómo a ella, por eso se lo traje.
—¡Rayos! ¿Te lo vas a comer? —hace un puchero.
—Puede que sí... cómo también puede que te lo dé.
—¡Dámelo! ¡Dámelo! ¡Dámelo! —exige mientras da saltitos en su puesto cómo un cachorro.
Sonrío—De acuerdo, pero... solo una cosa—levanto mi dedo índice al aire.
—¡¿Qué?! —suelta impaciente.
—Vendrás a vivir conmigo y mi hermano.
—Bien—toma el brownie y comienza a darle pequeños mordiscones. Después de unos segundos, procesa lo que le he dicho—Espera... ¿Qué? —se limpia la comisura de su labio que ahora está sucia de chocolate.
—No puedes quedarte con Rudie para siempre ya que sus padres regresan pronto. Así que yo me haré cargo de ti. Mi hermano vive a unos 20 minutos de aquí. ¿Qué dices?
—Yo... no estoy segura, Andy. Me siento una invasora. ¿Y tus padres?
—No tienes que preocuparte por eso y no eres una invasora. Eres... una invitada.
Hace una mueca con los labios de inseguridad— De acuerdo. Así podremos hacer el proyecto— se encoje de hombros. —¿Cuándo me mudo?
—Hoy mismo, después de clases. Nos iremos en autobús.
—¿Autobús? —hace una mueca.
—No te preocupes...
—Ya lo sé, no tengo nada de qué preocuparme cuando estoy contigo Anders. Me lo has dicho muchas veces—rueda los ojos sonriente.
.
.
La jornada de clases finalizó antes de lo esperado. Drew y yo caminamos por los estacionamientos del Instituto buscando el autobús escolar. Mientras avanzo con el morral al hombro, a lo lejos puedo divisar a la pareja protagonista. Kian Dobers está recostado a su lujosa camioneta mientras intenta entablar una conversación con Sarah. Ella intenta resistirse a sus encantos y le sale muy bien. Parecen estar discutiendo, después de unos segundos ella sube a al asiento de pasajero y él al del conductor. Supongo que se dirigen a realizar el proyecto en casa de alguno. Por suerte no estaré allí para verlos comerse a besuqueos.
—¿Qué miras?
Drew habla junto a mí sacándome de aquella escena que observo. Me doy cuenta de que me he detenido en medio de los estacionamientos a ver cómo Kian y Sarah intercambian palabras. Esto es patético.
—¿Quiénes son ellos? —noto que ella mira en la misma dirección que yo. El auto se pone en marcha y salen a la carretera principal.
—¿De quienes hablas? —finjo no saber.
—Esos dos que estaban...
—Ya hay que irnos, el autobús nos va a dejar—empiezo a correr al ver que el autobús está prácticamente lleno.
Dejo que Drew suba primero y luego yo. Un mal presentimiento y malos recuerdos llegan a mí al sentir la cargada atmósfera de este transporte. Los asientos están ocupados en su mayor parte por estudiantes sudorosos, tímidos, gritones, gordos, flacuchentos, entre otra gama de personas.
—¿Este es el autobús en el que despertaste? —interrogo.
—De seguro que no.
Avanzamos por el pequeño y limitado pasillo hasta que finalmente encuentro un asiento de dos. Yo me siento primero y me corro, acercándome a la ventana. Ella está por sentarse junto a mí pero para nuestra sorpresa alguien grita su nombre a nuestras espaldas.
—¡Hey, Drew!
—¡¿Qué tal, James?! —ella gira su cabeza hacia el fondo del autobús y con su mano lo saluda.
—¿James? —entrecierro los ojos—¿Conoces a James?
James es uno de esos bravucones idiotas del Instituto y ex capitán del equipo gracias a que tuvo una pelea clandestina y fue lesionado lo cual no le permitió continuar; Su relevo fue Kian quien por cierto es su enemigo.
—Sí, lo conocí hoy en Química. Es muy buena gente.
—¡¿Te vienes a sentar con nosotros?! ¡Aquí hay un puesto! —lo escucho gritar. Resisto el impulso de girar la cabeza y mirar hacia ellos, no quiero hacer ningún tipo de contacto visual ya que eso solo me intimidaría más.
—¡¿Qué?! Él no es buena gente—niego con la cabeza.
—Oh vamos—ella hace una mueca—Eres muy negativo.
—¡¿Vienes o no?! —vocifera el chico insistente.
—Claro, ya voy—intento sostenerla pero fallo. ¡Maldición, Drew! Esto no se supone que sería así. Me sostengo el tabique con mis dedos intentando recuperar la calma pero no funciona así que le doy un golpe al asiento.
Escucho el motor del transporte cobrar vida y prontamente comienza a andar. El trayecto está lleno de toses, sorbidos de mocos, chicas cantando y sobre todo la risa de James y sus amigos en la parte trasera contándole chistes a Drew. Intento cerrar los ojos e ignorar el hecho de que mi personaje ficticio-real está conviviendo con una de los cretinos más grandes del Instituto. Quizás se pregunten dónde rayos están Joshy y Sandy. Ellos salen en un horario diferente al mío, así que se supone que deben estar en casa de Blake en estos instantes. El autobús da un bote y yo me golpeo la cabeza contra el metal de la ventana. ¡Pamplinas! ¿Por qué rayos me sucede esto?
—Déjame.
—Oh vamos, es solo parte del juego—escucho la melosa voz de James.
—Pues ya te dije que no quiero jugar—replica Drew.
—Pero yo sí.
—No me toques—se queja ella.
Aquella conversación tan arrulladora llega a mis oídos en medio del bullicio de las personas. Mi corazón comienza a alterarse sin saber con claridad lo que está sucediendo. Doy la vuelta, me arrodillo sobre el asiento y asomo mi cabeza lo suficiente como para tener una vista previa hacia el fondo del autobús. James tiene un brazo por encima de los hombros de Drew y una mano en sus piernas. Ella intenta forcejear inútilmente ya que él parece esta dominando la situación y lo sé gracias a la sonrisa de zoquete que lleva.
Me vuelvo a sentar en mi asiento mientras proceso lo que está sucediendo. Se supone que debo defenderla, pero yo jamás he hecho algo cómo eso. Si yo fuera un protagonista con experiencia cómo lo es Kian Dobers no lo pensaría dos veces antes de empezar a repartirles golpes a ese inútil. Pero yo no soy un protagonista con experiencia, yo soy un "Etcétera" ¿Enfrentármele a James, uno de los chicos más influyentes y poderosos de toda la preparatoria? Eso no es propio de mí.
Pero por allí dicen que siempre hay una primera vez para todo.
—¡James, detente! —protesta Drew una vez más.
Tomo un profundo suspiro antes de colocarme de pie en medio del pasillo.
—¡Te dijo que no la toques! —no sé de donde he sacado este tono tan firme y viril, lo único que sé es que me estoy muriendo de miedo, no sé qué tipo de consecuencias me pueda traer esto. Quizás un ojo morado... ¿Acaso siempre tenía que meterme en problemas en los autobuses?
Me acerco con pasos vacilantes hacia ellos.
—¿Y tú quién eres? —suelta James.
—Alguien cuya existencia no te interesa— trato de endurecer mi mirada como los tipos rudos de las películas.
—Eso ya lo veremos—me da una mirada fulminante y se coloca de pie quedando a una altura por encima de la mía. Mi respiración empieza a entrecortarse al ver al voluptuoso chico con intenciones de enfrentarme. —¿Qué piensas hacer? ¿Golpearme? ¿No crees que eso sería patético?
—Ahora que lo dices... creo que si es algo patético. —sonrío de manera modesta. —Mejor nos vamos—tomo a Drew de la muñeca y la arrastro por el pasillo mientras avanzamos a trompicones.
—¡¿A dónde rayos creen que van?! —grita James a nuestras espaldas.
—Lejos de ti— responde Drew. Para entonces ya nos encontramos en la parte delantera del autobús.
—¡Deténgase! —le ordeno al conductor.
—¡¿Qué?! —el viejo panzón frunce el ceño.
—¡Que detenga el mugroso autobús! —al instante el transporte se detiene y no lo pensamos dos veces antes de bajarnos.
Prontamente se pone en marcha dejándonos atrás en la acera. Observo de manera detallada a mí alrededor para poder ubicarme y me doy cuenta de que estamos más cerca de casa de Blake de lo que esperaba. Empiezo a caminar con pasos largos por la acera, ajusto mi morral al hombro mientras dejo a Drew atrás.
—¡Oye! Espera, detente. —Me llama a mis espaldas pero la ignoro y continuo—¡Andy! —suelta un grito ensordecedor, causando que me detenga de golpe. Creo que toda la manzana la escuchó.
Doy la vuelta sobre mis talones y me obligo a mirarla, trato de relajar el rostro pero se me dificulta un poco.
—¿Estás enojado? —se acerca a mi titubeante.
—Yo...—estoy por darle una afirmación pero me retracto. Relajo el entrecejo y tomo un suspiro antes de continuar. —...No, no estoy enojado—niego con la cabeza. —Es solo qué... no debiste haber hecho eso. Estás sola aquí, no hay nadie en Canadá que esté dispuesto ayudarte aparte de mí. Y... necesito protegerte. Necesito que me escuches para que no cometas errores de los que te puedes arrepentir. —Caigo en cuenta de que tengo sus manos tomadas de manera protectora—Sé de lo que te estoy hablando, Drew.
Ella asiente, retraída—De acuerdo, pero... ¿Te puedo hacer una pregunta?
—Vale.
—¿Por qué eres tan amable conmigo? ¿Me llevas a vivir con tu hermano y ni siquiera me conoces? ¿Quién soy para recibir todo esto departe tuya? —me mira con una mirada expectativa. Sus ojos demuestran un brillo algo poco común así que observo sus grandiosas pestañas mientras considero mi respuesta.
—La verdad, no lo sé. —Me encojo de hombros a la vez que alzo mis manos e intento sonreír—Solo sentí ese impulso de ayudarte. De hecho, me agradas.
Su sonrisa se ensancha dejándome ver parte de sus brackets.
—Esto no lo hago todos los días, así que considérate afortunada, nena— entono eso último con algo de picardía. Guiño un ojo y chasqueo la lengua a la par de mis dedos intentando imitar a uno de los galanes de las películas pero sé que he fallado ya que Drew ha empezado a reírse a carcajadas.
—No vuelvas....a hacer eso—dice entre risas.
—¿Qué cosa? ¿Esto? —repito la acción.
—Basta—me da un empujón y yo tropiezo con algo pero mantengo el equilibrio por suerte. Hubiera sido muy vergonzoso ver mi cara adherida al suelo.
—¿Sabes algo? Mejor vamos a casa— caminamos por la acera chocando hombro con hombro.
#LecciónDelDía: Si tu personje ficticio no tan ficticio es tan terco como Drew, ponle un arnes de seguridad y una correa para que lo puedas tener bajo control. O puede que este te demande a la ONU por haber antentado contra su libertad, nada grave.
No se les olvide seguirme en mis redes sociales:
TWITTER: 1DairyMoon
INSTAGRAM: 1dairymoon
Por allí les aviso cuando subo capítulo, noticas, memes, edits y todo lo relacionado con mis historias. :)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro