Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15. Una lección para recordar.

Bien, lo admito. No recuerdo absolutamente nada de lo que sucedió la noche del sábado. El domingo tuve una resaca del asco, fue horroroso. Creo que aún tengo algunos síntomas ya que el dolor punzante en mi cabeza persiste y no tengo ánimos de hacer nada. Lo único que sé es que desperté a la mañana siguiente en mi habitación entre mis mantas con la cabeza vuelta un pandemonio. Luego apareció Blake junto a Jim para explicarme todo lo que me había sucedido en la fiesta y ahora soy consciente de que fui un completo idiota. Cuando Jim relataba todo lo que hice no podía procesar que estuviera hablando de mí, ese no era yo. Era el licor actuando por mí. Jamás en mis cinco sentidos hubiera sido capaz de besar a Treena Harris y herir a Drew. Juro que después de esa noche no volveré a tomar nada que contenga alcohol, fue mi primera y última vez. Además, no creo soportar esta fastidiosa resaca cada vez que beba en exceso porque sé que no podré controlarme y terminaré tomándome más de un galón de cerveza.

Por otro lado, lo he arruinado todo con Drew. Debí haberme quedado en casa esa noche como ella sugirió, pero creo que últimamente esto de ser protagonista cliché me está afectando un poco la cabeza ya que al parecer todo lo que hago conlleva a una consecuencia. Lo sé, en todo cliché los protagonistas discuten por x razón de manera dramática, pero gracias a esto siento que no soy yo. Si fuera el Andy de hace unas semanas atrás nada de esto hubiera sucedido y quizás ya tuviera algo más avanzado con Drew a que este simple "juego" absurdo. Jim me trajo a casa esa noche mientras que Drew prefirió irse con Rudie. El domingo no la vi ya que nunca apareció en casa así que le rogué a Blake que le hiciera una llamada a Rudie ya que yo apenas podía silabear algo y ya estaba preocupado. Ella le dijo que Drew estaba bien, pero que no pensaba regresar hasta el momento.

Cuando Jim me terminó la historia de todo lo que sucedió aquella noche quedé perplejo, pero me tragué esa historia ya que mi memoria tuvo un colapso y no recuerdo nada en absoluto. Mi parte favorita fue cuando vomité en los zapatos de Treena, sería glorioso poder recordarlo.

Hoy lunes, estoy de vuelta en lo que es mi tortura durante cinco días de la semana, la escuela. Prácticamente camino como zombie, modelando la chaqueta del equipo y arrastrando mis pies por el pasillo con desgana, siendo escoltado por Jim y Rudie quién ha aparecido junto a nosotros hace unos poco minutos atrás dándonos un reporte de que Drew se ha ido a la cafetería con la excusa de que debe "desayunar" cuando la verdad es que no quiere verme. Un dolor apuñala mi pecho cuando la escucho declarar eso. Me limito a soltar a un suspiro con la esperanza de aliviar mi aflicción, pero lo único que logra es empeorarlo. 

—¡Mira el lado positivo! ¡Por lo menos no embarazaste a nadie! —dice Jim intentando animarme.

—Eso es cierto —le apoya su novia—. Pudo haber sido peor.

—Que pudo haber sido pero que besar a Treena Harris —me quejo sin remedio.

—Embarazarla —repone Rudie.

—Si no fueras Andy, eso sonaría bien —comenta Jim provocando que Rudie y yo lo fulminemos. Seguimos avanzando por el pasillo en completo silencio.

—Malas noticias —Rudie se detiene en medio del pasillo mientras mira su móvil con los ojos abiertos más de lo normal.

—¿Qué sucede? —Se adelanta a preguntar Jim, ella me lanza una mirada vacilante.

—La reportera anónima.... —declara por lo bajo.

—¿Ahora qué? —ruedo los ojos sin poder contenerme.

Jim y yo nos colocamos detrás de ella para poder ver la pantalla del aparato. El periódico escolar está abierto y el aquel ridículo título "Entre los pasillos de gris" suena cada vez más absurdo. Ahora el encabezado del artículo anuncia otro estúpido titular:  "Parece que al héroe le gusta montar a caballo" Hay unos tres párrafos y el resto del artículo se basa en imágenes que solo confirman que todo lo que me ha contado Jim la noche anterior es cierto. Esta chica debería abrir una revista o dedicarse a paparazzi, sería muy exitosa. A medida que Rudie desliza el dedo por la pantalla aparecen imágenes de mí en un estado de embriaguez preocupante. Me avergüenzo de mí mismo. Hay imágenes de: yo bailando como un mono de circo, yo bebiendo de una botella de vino, yo hablando con Treena, yo entrando a lo que parece ser un armario con Treena, yo encima de la espalda de Jim, yo ahogándome en la piscina. Sea quien sea esa reportera anónima, hizo un buen reporte de lo patética que fue mi noche.

—Demonios... —me limito a susurrar por lo bajo.

—Lo mismo digo —dice Rudie.

—¡Eh! ¡Buenísima, Anders! —me llama un chico desde el otro lado del pasillo, se acerca a mí y chocamos puños en saludo—. ¿Treena Harris? ¿Cómo rayos le hiciste? Llevo intentando tres años y no me hace caso. Eso amigo, se llama suerte —deja caer su mano sobre mi hombro y se retira. Ni siquiera sé quién es.

Bien, ahora todo el Instituto sabe que estuve en un armario con Treena Harris y que he traicionado a Drew, esto no podría ser peor. Por alguna razón cierto sentimiento de ira asciende por mi pecho hasta colarse entre mi sistema respiratorio convirtiendo mi aliento en un soplo cálido. Dejo a mis amigos a un lado y ajusto mi morral al hombro para avanzar hacia mi próxima clase —aunque falten casi 20 minutos para que la jornada comience—  como la haría el Andy de antes. El Andy de ahora o como yo lo llamo "El intento fallido de protagonista cliché" es un idiota y da vuelta entre los pasillos construyendo una vida social superficial. Pero ese Andy ya me tiene un poco harto.

Doblo por un pasillo camino a mi primera clase del día cuando me detengo. Me quedo allí varado, mientras observo como la escena se desenvuelve frente a mí. Drew está recostada a su taquilla mientras un chico que desconozco apoya su mano sobre el metal al nivel de la cabeza de ella. Están muy cerca, sus narices son divididas por un pequeño precipicio en medio de la nada el cual agradezco su existencia. Prontamente mi anterior soplo cálido se convierte en una llama ardiente que emana de mis fosas nasales como si de un dragón habláramos. Empuño mis manos reteniendo mis ganas de ir y golpear al bastardo. Aunque por su porte podría deducir que terminaría otra vez en la enfermería.

Me llevo una mano a mi cabello y me aproximo con pasos decididos hasta estar frente a ellos sin importarme en parecer cordial o nervioso. Lo admito, estoy celoso. Al ver que no me notan después de haberlos mirado fijamente tenso mi mandíbula y carraspeo.

—Buenos días —les doy mi más grande sonrisa fingida. El rostro de Drew se oscurece como un día nublado en octubre al darse cuenta de que quién los has interrumpido he sido yo. Sin embargo, el chico se limita fruncir el ceño.

—Anders —dice el chico. Bien, otro desconocido que sabe mi nombre sin siquiera yo conocerlo.

—Drew —le llamo ignorando al otro individuo presente—, ¿Podríamos hablar? En privado —solicito.

—¿Podría ser luego? —el tono que utiliza es cortante y algo duro—. Como verás estaba ocupada con Liam.

—Oh, entonces eres Liam —me dirijo hacia el chico—. Da igual, no me interesa. Necesito que hablemos ya, Rogers.

—Te dije que no puedo.

—¿Por qué estás con él? —decido ser más directo.

—¿Por qué no debería estarlo? —se lleva el morral al hombro y me enfrenta.

—Por qué eres mía —Cuando dije eso no pensé en las consecuencias que podría traerme. Me refería a que es mía en todos los sentidos, yo la creé. Soy su creador. Su existencia es gracias a mí, no es posible que ella me esté haciendo esto aunque tampoco justifico lo que yo le hice a ella esa noche en la fiesta.  Esta no es la Drew cariñosa y divertida que yo creé. Pero yo tampoco soy el Andy tímido y reservado de hace unos meses. Entre ella y yo hay una gran división. Yo soy un mugroso humano y ella un personaje ficticio que intenta adaptarse a esta realidad y lo ha logrado a la perfección. Pero eso no me gusta. Ya nada de este estúpido juego me gusta. No me gusta que la realidad la cambie. Si ella estuviera dentro de unas páginas o de mi portátil con un simple borrón podría hacerla cambiar de opinión y controlarla a mi manera. Lo sé, parezco un loco posesivo pero que les puedo decir... soy un escritor celoso.

—¿Tuya? —bufa con diversión y deja salir una leve risa. Ella me muestra el tatuaje de tulipán en su muñeca izquierda—. ¿Ves esto? Es un tulipán, no tu nombre —me guiña un ojo desatando una punzada de dolor en mi pecho—. ¿Aún no lo entiendes? Todo esto es parte del cliché, en algún momento los protagonistas discuten como es de esperarse. No tienes de qué preocuparte. Tú con Treena, yo con Liam. En algún momento el cliché se encargará de ponernos juntos otra vez —habla de manera tranquila y sencilla.

—¡No! —estrello mi puño contra el metal de la taquilla provocando un ruido seco que capta la atención de todos a mi alrededor, pero a este punto ya no me importa. Ella da un respingón gracias a mi repentino cambio de comportamiento. La miro directo a aquellos profundos ojos azabaches que aparentan contener los más íntimos misterios y secretos del universo, sin embargo, son inocencia pura.

—Andy, por favor —me susurra entre dientes temerosa.

—No Drew.... Necesito que sepas que ya estoy harto de vivir dentro de este mugroso cliché. Es todo tan repetitivo, sé cada una de las cosas que pasarán a continuación y no quiero que eso me suceda. ¿Para qué esperar un final feliz si no estoy viviendo cómo yo quiero y siguiendo el modelo de una vida ya prescrita? Al principio, pensé que todo esto sería glorioso y creí estar seguro de que lo era el día del partido —Su rostro toma una mueca neutral, parece estar procesando todo lo que sale de mi boca así que continúo. A medida que voy avanzando una nostalgia se instala en mi pecho— Pero me di cuenta que por un momento de gloria no quiero perderte. ¿Sabes qué es lo único que quiero?

Dejo que la pregunta planee como un avión de papel cortante en medio del aire hasta que ella niega con la cabeza.

—Te quiero de vuelta. Quiero a la Drew de antes, esa chica sencilla y alejada de todo esto —señalo todo a nuestro alrededor —. De este cliché —las personas que hace unos segundos nos observaban empiezan a perder interés en nuestra conversación al no entender de lo que hablamos y al darse cuenta de que este no es un problema amoroso típico en el cual no habrá cachetadas ni insultos. Noto como Liam al ver que la plática se torna personal, desaparece, aunque Drew no se dé por enterada—. Me rindo —digo a la vez que me saco la chaqueta de encima y la lanzo al suelo—. No pienso seguir con esta farsa —concluyo y alzo ambas manos al nivel de mis hombros en un acto de rendición.

Una sonrisa sencilla cruza el rostro de Drew, es algo extraño. ¿Cómo un simple movimiento de labios puede mostrar tanta satisfacción en un rostro? Ella me mira, asiente y durante un momento no entiendo nada. ¿Por qué me mira así? Es la mirada que tendría una madre orgullosa en la graduación de su hijo. Ella se acerca me rodea con sus brazos y siento la plácida calidez de su cuerpo contra el mío. Siento sus manos apoyadas delicadamente sobre mi espalda y su rebelde cabello debajo de mi mentón ya que tiene su cabeza sobre mi pecho. Antes de que pueda responder el abrazo, me suelta y apoya una mano sobre mi hombro sin dejar de sonreír.

—¿Qué? —suelto curioso—. ¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así? ¿Hice algo bien?

—Lo has hecho todo muy bien —el tono que utiliza es sospechoso. Siento como un signo de interrogación se dibuja encima de mi cabeza.

—¿De qué hablas?

—¿Acaso no te das cuenta?

—¿De qué tendría que darme cuenta? —ella suspira y pone los ojos en blanco, sin dejar de lado la sonrisa.

—Vamos, te explicaré —me invita a caminar y yo la sigo, pero antes escucho un grito a mis espaldas.

Es Ross.

—¡¿Pero qué demonios te sucede, Anders?! —se agacha y recoge la camiseta del suelo. —Esta no es cualquier prenda, idiota. Nunca fuiste merecedor de estar en el equipo, solo necesitábamos a alguien que reemplazara a Lenny. Eso es todo, eres un simple reemplazo insignificante.

—Bien. —sonrío sin darle importancia a su comentario.

—¡¿Bien?! —su rostro expresa confusión.

—Sí, bien. Igual ya no la quiero. ¿Podrías decirle al entrenador que renuncio al equipo? Me di cuenta de que no soy atleta, prefiero el lápiz y papel. —sonrío y le guiño el ojo antes de darle la espalda y seguir a mi chica.

.

.

Deberíamos estar en clases, pero estoy en la cafetería, sentado en una mesa con Drew frente a mí. Lo único que se escucha es el murmullo de nuestras voces y los ruidos de platos y cubiertos desde la cocina.

—Para que entiendas... comenzaré desde el principio. Hace tiempo me percaté de que siempre quisiste estar dentro de un cliché, fue fácil por cómo mirabas a Kian y Sarah y esa noche no había duda que querías estar dentro de High School Musical. Te hice escoger entre tu vida normal y un cliché para enseñarte, que estos últimos no son tan perfectos como creías que eran. Los clichés tienen su propia magia, pero también tú puedes crear la tuya. Cuando me dijiste que ya estabas harto de todo "esto" supe que estabas listo, que cumplí mi misión. Necesitaba enseñarte a ti, Andy, un escritor talentoso que puedes escribir cosas más allá de un cliché. Pero antes necesitabas empezar a cambiar eso en tu propia vida. Por eso hice... todo esto, en parte. No tengo idea de cómo ocurrió todo lo que tenía en mente, fue extraño, es cómo si hubiera una fuerza que pudiera controlar... bueno eso es ridículo. —se encoge de hombros.

Estoy anonado por sus palabras y la manera en que pronuncia cada una de ellas es deleitante. No tan solo eso, el sentido que les da es increíble. Habla sobre cosas que nunca habían llegado a mi pensamiento humano, pero quizás ella como personaje ficticio tenga otro tipo de razonamiento. No puedo creer que me haya dado una lección de tal magnitud frente a mis ojos y yo no me haya dado cuenta. No sé cómo, pero de un momento a otro ella tiene mis manos entrelazadas con las suyas mientras las acaricia de una manera tierna y sobreprotectora.

—Sólo piénsalo, cada uno es el protagonista de su propia historia, lo creas o no. No tienes por qué ser un extra en la historia de otro cuando ya eres el protagonista de la tuya. Cada día que vives es una página que escribes, de seguro será un libro muy grueso —guiña un ojo con diversión—. Está en tus manos quién será tu protagonista, villanos y extras que estarán dentro de ella. Pero sólo tú decides si esa historia será ordinaria o... extraordinaria. Cada uno es el escritor encubierto de su propia historia, Andy. —finaliza con una pequeña sonrisa de lado cargada en un sentimiento que creo que jamás seré capaz de describir con exactitud.

La miro y no puedo evitar ser contagiado por esa sonrisa. Me rio de mismo y de lo estúpido que he sido mientras niego con la cabeza sin poder creérmelo, quiero derramar lágrimas de satisfacción, porque así es como me siento en estos instantes. Sonrío porque sé que las tersas palabras que ha pronunciado hoy en esta silenciosa cafetería resonarán el resto de mi vida dentro de mi cráneo dándole razón a algo nuevo. No sé exactamente qué es ese "algo", pero estoy por descubrirlo a partir de hoy y estoy conmocionado por hacerlo.

—Te veo luego —dice interrumpiendo los pensamientos salvajes que revolotean en mi cabeza como una bandada de pájaros en migración. Se levanta de su asiento, suelta mi mano y siento un vacío desmesurado que me inquieta, sale de la cafetería sin causar el mínimo disturbio y me deja aquí vuelto un lío.

No me imagino cómo será el día en que deba contarle la verdad de todo este meollo, de lo que ella es.Cuando deba decirle que es un personaje ficticio creado por mí persona y por alguna extraña razón se ha escapado de su libro. Todo suena tan raro e imposible de creer. En mi mente se encuentra estancada la anterior frase que pronunció en medio de la plática sin darle importancia alguna, pero para mí tiene una increíble vehemencia "Supe que estabas listo, que cumplí mi misión" Misión. Esa palabra me trasladó en el tiempo, hacia hace unas pocas semanas atrás cuando ella apareció en mi vida y conversaba sobre lo extraño que es todo con Jim.

"En algún momento deberá regresar al libro. ¿No crees? Quizás está aquí con un propósito. ¿Y si se escapó accidentalmente? Ella debe regresar de alguna forma." Fueron las palabras de Jagger para entonces. ¿Qué tal si tenía razón? Puede que la causa de su existencia haya sido esta, hacerme abrir los ojos hacia otra realidad desconocida para mí. Quizás yo era su cometido, su misión, su propósito. Pero si eso es cierto... ¿Qué sigue ahora?

Coloco mis codos sobre el frío metal de la mesa y coloco mis manos a ambos lados de mis sienes a manera de encerrarme en el búnker que es mi cabeza obstruyendo cualquier sonido distractor del exterior. Cierro mis ojos y me refugio en medio de mis pensamientos en dónde me dedico a descomponer cada una de las cosas que dijo Drew hace unos minutos.

Me he equivocado en muchas cosas, empezando por esa noche. Ella me hizo escoger entre mi vida "común" y un cliché, el error allí fue creer que mi vida era "común" Vaya estupidez. Por alguna extraña razón mi personaje ficticio cobró vida. ¡Eso no es común!  Soy un tarugo. Debía empezar a escribir mi historia a partir de allí, no de un insignificante cliché. Segundo error, fue besar a Drew en el estadio frente a cientos de personas. Fue un momento especial y sin duda jamás lo olvidaré, pero no fue el ideal. No era el beso que el Andy de hace unas semanas quería, el Andy que estoy dispuesto a ser. El verdadero Andy. Ahora que lo pienso, debí besarla ese día que estábamos en casa solos, en completa serenidad y armonía.

Por otro lado, ella ha logrado abrir mi mente hacia una nueva perspectiva. He podido darme cuenta de cuantas cosas ignoré por estar encaprichado con un mugroso cliché. El antiguo Andy debió empezar a escribir su historia extraordinaria a partir de aquel día en el que esta... impresionante chica apareció en su vida y no fue capaz de verlo. Pude haber creado un millón de aventuras y descubrir muchos misterios de su repentina llegada, pero decidí escoger el camino más patético de todos. Viví años engañándome a mí mismo y creyendo ser el etcétera de una historia que ni siquiera me pertenecía. Nadie merece ser el etcétera de nada.

Veámoslo de esta manera; Al nacer se no es otorgado un libro y un bolígrafo en manos, cómo un regalo por nuestra llegada a este mundo. Lo llevaremos a todos lados por el resto de nuestras vidas, somos escritores y seremos los encargados de rellenar cada una de las páginas de este inmenso libro con el contenido que decidamos. Nadie sabe cuál es límite de páginas y tampoco se nos es permitido contarlas. El día que tu libro llegue a su fin, te darás cuenta que cada capítulo que hayas comenzado o terminado será decisivo a la hora de mostrarlo al mundo. Tu libro puede llegar a la lista de best sellers mundiales como una de las historias más extraordinarias del momento, como también puede quedar en el olvido de una antigua biblioteca debajo de un montón de enciclopedias o libros de Historia. Tu libro también corre el riesgo de ser juzgado por su portada. Puedes hacer de tu libro una pequeña joya de la que todos quieran hablar. Tu libro será tu legado, por el cual podrás ser recordado u olvidado. Y yo viví diecisiete años sin tener noción de esto, tuve la oportunidad de escribir una de las mejores historias del siglo, pero pasé encima de esa oportunidad gracias a mi estúpida ignorancia.

Espero que no sea demasiado tarde cómo para intentar escribir una nueva aventura. 

#LecciónDelDía: Los personajes ficticios se han encargado de dejarnos lecciones desde tiempos inmemorables.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro