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12. Invitaciones.

Después de lo que le dije a mi amigos aquella tarde todo se volvió más raro. Recuerdo que se miraron con cierta lástima y guardaron silencio. Intenté obtener sus opiniones pero decidieron cambiar el tema por alguna razón.

Hoy durante la clase de Biología, el profesor asignó un proyecto en grupo que debemos realizar mañana. Por pura casualidad de la vida a Drew y a mí nos tocó juntos. ¿Me pregunto por qué? Lo más sorprendente fue que por primera vez en la vida a Sarah y a Kian no les tocó en el mismo grupo. Creo que el cliché está tomando su forma, me parece irreal que todo lo que Drew había dicho se esté cumpliendo.

Estoy jugando un partido de FIFA con Joshy en la consola. El pequeño adefesio lleva ventaja, dos goles a cero. No lo culpo, él vive pegado a esta máquina; Ha de ser todo un genio. Drew trabaja en nuestro proyecto intentando investigar sobre el tema mientras Sandy dibuja junto a ella alguna tarea para el colegio. Blake no está, se ha ido a una fiesta organizada por una fraternidad de su Universidad. Mamá y papá están de aniversario así que se fueron a cenar y luego a un hotel, por lo tanto me dejaron a cargo de los engendros del mal. Los pasarán a buscar mañana en la mañana.

Me tomo unos segundos para observar a Drew, está sentada en el suelo con el portátil sobre su regazo y una libreta sobre su abdomen en donde anota algo con mucha concentración. Los rulos le caen sobre el rostro de una manera adorable y su semblante pasivo sin duda podría ser el símbolo internacional de la paz.

—¡GOL! ¡GOL! ¡Golazo!— aulla Joshy junto a mí.

Miro la pantalla sorprendido, tres a cero. Aparte de que apesto haciendo ecuaciones, también apesto en fútbol. Lanzo el mando al suelo en un acto de rendimiento y a continuación Joshy se sube al sofá y se lanza sobre mi cuerpo sin dejar de anunciar que me ha hecho un tercer gol. Roza sus nudillos contra mi cabeza y me da codazos en el abdomen. Yo lo tomo del cuello en un intento de defenderme pero puedo decir que Joshy es como una pulga molesta y es muy difícil sacarla de encima.

—¡Aléjate! —le ordenó inútilmente.

—¡Eres un nene! ¡Vamos! ¡¿Quién es el mejor?!

—¡¿Quién fue el que hizo el Touchdown?! ¡Que lástima que esto sea sólo un juego y no la vida real! ¡Apestas enano!—lo halo de sus rubios mechones.

—¡Te arrepentirás de haber dicho eso!

Drew suelta un sonoro suspiro.

—Hombres...—creo que la escuché decir.

Después de un rato nos aburrimos de darnos golpes y continuamos jugando.

—Y... ¿Ustedes tienen algo? —pregunta Joshy sin apartar la mirada de la pantalla, concentrado en el juego.

Por instinto mi mirada se encuentra con la de Drew, ella intenta reprimir una sonrisa al igual que yo. ¿Cómo rayos se ha enterado?

—¿Por qué la pregunta?

—Vi la foto en el website del colegio—se encoge de hombros—Y cada vez que están juntos se ven tan... asquerosamente ridículos—saca la lengua en un gesto de disgusto. —Drew, no andes con este tarado. No te sorprendas cuando lo encuentres intentando olerse las axilas....

Drew deja salir una carcajada y yo le doy un empujón al rubio junto a mí, la situación se tornó un poco incómoda y personal pero ella parecía estar disfrutando como mi hermano me avergüenza. Una vez llegué a casa en bicicleta después de un día caluroso, me encerré en mi cuarto dónde se supone que debería tener "privacidad" y quise comprobar que no olía tan mal pero de pronto una pequeña bestia de cabello amarillo entró en mi habitación. El resto es historia.

—Cierra la boca.

—Es cierto, y si quieres te cuento la historia de aquel día...

Paso mis brazos por sus hombros y le cubro la boca con mi mano para que pare de decir babosadas. ¿Para qué tener un diario personal cuando puedes tener a tus hermanos que se saben cada detalle vergonzoso de tu vida?

—No le prestes atención.

—Yo creo que ese tarado es lindo, Joshy—Drew se acomoda un rizo detrás de la oreja.

Una sonrisa cruza mi rostro tomándome por desapercibido. Joshy forcejea para librarse de mi agarre y poder decir algo pero es inútil así que escupe la palma de mi mano. Aparto mi brazo y utilizo el dorado cabello de mi hermano como servilleta para limpiar la saliva. Hago una mueca de desagrado hacia él.

—Eres repulsivo.

—Ew— musita Sandy.

—Uh—escucho a Drew.

—Y es por eso, pequeño girasol, que no tienes novia. —termino de limpiarme con su camiseta.

—Púdrete. Muy pronto tendré una.—Me lanza el mando al pecho con enojo pero lo atrapo en un reflejo antes de que impacte, evitando así un golpe.—Sólo que debo aprender cómo... conquistarla—hace un mohín de decepción.

—¿Te gusta una chica?—pregunta Drew.

Él me mira y luego a ella. Durante unos segundos lo desconozco, la mirada que nos da es totalmente nueva para mí. Se muestra retraído y tímido, dos palabras antónimas de Joshy.

Luego asiente, vacilante.

Alzo mis cejas—Vaya.

Drew cierra el portátil de golpe y se acomoda frente a él con interés.

—Cuéntanos más sobre ella. ¿Cuál es su nombre? ¿Como es?—en su tono desborda curiosidad. Al parecer le gusta hablar sobre este tema ya que puedo ver cierto brillo en sus ojos oscuros.

Joshy se muerde una uña mientras parece pensarlo, se cruza de brazos. —Se llama Georgie, es británica y su acento es precioso— cierra los ojos y sonríe—Es muy graciosa, pero tengo miedo de hablarle...—baja la mirada a su regazo—Soy muy torpe cuando estoy cerca de ella y siempre termino haciendo el ridículo.

El Andrew Etcétera se sentiría identificado, pero ese Andy ya no existe más... creo.

—Me gusta mucho.

—Aw, está enamorado—Drew se lleva una mano al pecho, conmovida.

Pongo los ojos en blanco—Que bonito. Eres una ternurita—utilizo el sarcasmo mientras le aprieto las mejillas como una abuela lo haría, pero Drew me da un golpe en la pierna para que me detenga.

—Baboso—susurra Joshy por lo bajo mientras se acomoda su cabello.

—Cuando estés cerca de ella, toma una profunda respiración llena de valentía y saludala. Eres muy lindo y si te rechaza es una ilusa.

—¿En serio lo crees?

—Claro—Ella deja caer sus hombros. —Además no tienes nada que perder.

—Si me rechaza perderé la dignidad frente a todos mis amigos.

Drew sonríe—Tranquilo, eso no va a suceder. ¡Mírate! ¡Eres todo un galán!

—¿Y qué crees que debería decirle?

—Puedes comenzar con cosas pequeñas, como un saludo de mano, una sonrisa, decirle los buenos días y buenas noches, ya luego cuando ves que ella muestra interés en ti puedes comenzar a hablarle con más seguridad.

—¡Eso es!—se levanta de un salto del sofá, lleno de entusiasmo—...Buenas noches. ¡Iré a escribirle buenas noches! ¡Gracias Drew! ¡Eres increíble!—sube las escaleras con zancadas hasta llegar a la habitación de Blake, en dónde pasará la noche.

—Parece que tienes mucha experiencia en eso—hablo en monótono mientras apago la consola.

—No es experiencia—Se excusa—Todas las chicas sabemos eso. —pone los ojos en blanco y se levanta del suelo sacudiendo su pijama. —Eh... Andy.—Me llama.

Doy la vuelta sobre mis talones y no puedo evitar mirar hacia el suelo. Hace unos segundos mi pequeña hermana coloreaba un dibujo para su clase de mañana y ahora duerme plácidamente sobre su tarea. Un pequeño hilo de saliva cae de la comisura de sus labios hacia la alfombra, sus párpados demuestran el cansancio y aún empuña el crayón entre sus manos mientras los mechones pelirrojos descansan sobre sus mejillas.

—¿Está dormida?—susurra.

Me encojo de hombros—Quizás muerta.

—¿Qué?—Drew abre los ojos de par en par.

—Solo bromeo—bufo.

Me arrodillo frente al vulnerable cuerpo de Sandy. Aparto los mechones de su angelical rostro y pongo de lado los crayones y la tarea. La tomo entre mis brazos con sencillez, es apenas una niña por lo tanto se me facilita cargarla, no quiero imaginarme como será cuando se convierta en toda una mujer.

—Creo que se va a quedar conmigo esta noche. —le comento.

—Entonces... iré a arreglar la cama, para que puedas acomodarla—se ofrece y yo asiento.

Drew sube por delante de mí, hasta entrar en mi habitación. Llevo a Sandy con facilidad hasta la segunda planta. Cuando entro Drew está sentada en el borde de mi ahora ordenada cama la cual en la mañana era un completo desastre. Dejo a Sandy del lado izquierdo para luego yo poder acomodarme del derecho sin ningún problema. Por suerte la cama es grande y Sandy pequeña así que no creo que haya percances.

Ella se revuelve sobre el colchón, entre un par de quejas. Busco en su mochila el edredón de puntos coloridos que le envió mamá para que pasara la noche; es uno de sus preferidos junto al de rayas blancas y negras, dice que la hace parecer una cebra. La cubro hasta los hombros y me siento junto a ella para quitarle el cabello que cae nuevamente sobre su cara. Para mi sorpresa ella abre sus párpados, mira a Drew y luego a mí antes de volver a cerrarlos. Sin embargo empieza a hablar.

—Drew...—musita. —Debe... debe ser lindo ser una... princesa...—balbucea mientras se aferra con sus brazos a la almohada.—Yo quisiera ser... una.—Eso último lo dice con dificultad ya que se está volviendo a quedar dormida.

Abro los ojos más de lo debido. Sandy está hablando dormida, no solía hacerlo desde hace un buen par de años. Anteriormente dije que los hermanos son como diarios, entonces que Sandy hable dormida es como dejar un diario abierto. La última vez le contó a mamá que me había hecho un moretón en el trasero tras caerme en la bañera, el cual ya estaba sanando. Tenía 15 para entonces y tuve que dejar que mamá me untara un raro ungüento en el trasero. Fue incómodo.

Drew alza una de sus pobladas cejas y le da una mirada desconcertante.—¿De qué hablas, Sands? No soy una... princesa.

—Pero... pero Andy dijo que tú...—deja la frase en el aire y a continuación un silencio inquietante llena la habitación. Solo se puede escuchar la pesada respiración de Sandy quién por suerte el sueño le ha ganado.

Me encuentro empuñando mis manos en un intento de detener el pulso de mi sangre. Sandy no era consciente de lo que decía pero con una sola palabra más podría arruinarlo todo. Drew mira a la niña con el ceño fruncido hasta que finalmente posa sus ojos sobre mí persona.

Trago en seco y siento como mi respiración se corta al instante.

—¿Le dijiste a Sandy que... soy una princesa?—se acerca acompañada de una ceja arriba y una pequeñísima sonrisa de labios cerrados.

Retrocedo y me golpeo con la mesita de noche, suelto una maldición por lo bajo. ¿Como rayos se supone que voy a explicar esto? De seguro ya parezco un idiota. Cuando me referí a Drew con el término de "princesa" era solo para que Sandy se hiciera una idea de que Drew no existía y ahora sí. Es como si Blancanieves viniera a la vida o algo parecido. Nunca quise decir que Drew fuera literalmente una princesa de esas que salen en los cuentos de hadas. Bien, vamos a tomar esto con calma. Sabes mentir Andy, puedes salir de esta.

—Oh vamos, está dormida.—la señalo— No creerás que lo dijo enserio.

—Es una niña. ¿Por qué inventaría una mentira así mientras duerme?

—Ni siquiera ella sabe lo que estaba diciendo. Todos decimos tonterías mientras dormimos.

—Entonces no crees que sea una princesa—se cruza de brazos y deja su peso sobre una pierna.

Ahora sí que la embarré.

—Eh...sí. Después de todo no lo eres. No te veo ninguna corona. —hago un ademán hacia su cabeza.

—Es princesa. No reina, baboso. Las princesas no usan coronas, usan tiaras.—rueda los ojos.

—Pues de todos modos tampoco tienes una— Cierra la boca, Andy. Cierra la boca de una puñetera vez.

—Bien.

Noto su entrecejo fruncido, la piel detrás de sus pecas se encuentra sonrojada de un momento a otro y su mandíbula está tensa. Sé que la he ofendido de alguna manera. Pero es tiempo de arreglarlo.

—Yo sería incapaz de llamarte princesa por una sola razón... demasiado cliché para mi gusto. Me parece patético que un chico llame a una chica "princesa" cuando lo único que hace es mentir. No eres hija de una Reina. ¿O sí? Utilizan esa sustantivo para un ligue ya que las mujeres desde pequeñas han deseado ser como las princesas y que alguien del sexo opuesto las llame así las hace sentir mejor consigo mismas. ¿Pero te digo algo querida Drew? Las princesas no existen... bueno, la de los cuentos de hada. Y las princesas reales viven a partir de cosas superficiales y materiales, enterradas en un mundo de fantasía interminable, lleno de lujos y etiquetas. Para mi llamar a una chica "princesa" es un insulto. Los galanes románticos de las películas son los que utilizan ese apodo para conquistar y algunos tarados intentan imitarlos. Lástima que no soy uno de esos chicos, pero por el momento estoy intentando serlo.—sonrío— Por fortuna, tu eres real y te prefiero a tí mil veces antes que a una princesa.

Me acerco a ella vacilante, la tomo de los hombros y deposito un terso beso sobre su frente. Segundos después ella me rodea en un abrazo y esconde su cabeza sobre mi pecho.

—¿Tenías que ser un mugroso escritor? Acabas de arruinar lo que quedaba de mi infancia, Andrew. —suena apenada—A ustedes los escritores deberían prohibirles hacer análisis como esos fuera de las páginas. Te ves muy lindo cuando lo dices. Por cierto, sonaste estúpidamente romántico—suelta una risa.—Jamás había pensado en tal cosa.—niega con la cabeza y levanta su rostro para mirarme.

Me encojo de hombros, llevo una sonrisa infalible en el rostro gracias a nuestra cercanía.

—Al parecer tengo un lado romántico... que hasta yo mismo desconocía—hago una mueca de inseguridad y Drew deja salir otra de sus raras pero divertidas risas.

—Oye...—susurro.

—Dime.

—Cierra la boca, vas a despertar a mi hermana.

—Así es como arruinas el estúpido momento, Anders—Drew me da un golpe en pecho con su puño. Esta vez me río yo.

—¿Esto podría quedar entre nosotros? No quiero que Sandy se entere de que hable así de las princesas, me va a torturar con otra de sus raras técnicas de artes marciales. Mamá la inscribió en uno de esos cursos durante 3 meses. Algo aprendió.

—De... acuerdo. —asiente con diversión. —Ni una sola palabra de esto a Sandy.

.

.

—¡Hey! ¡Andy!

Me detengo en medio del pasillo al escuchar que alguien me llama a mis espaldas. Giro sobre mi eje para encontrarme a Katrina Harris, mejor conocida como "Treena" caminando en mi dirección. Mis músculos se tensan ante su mirada. Esta chica emana discordia desde tan solo algunos metros de distancia.

Quizás ya se estaban preguntando en dónde estaba la miserable capitana de porristas, cuyo segundo nombre es "Odiosa" con cabello rubio y cutis perfecto que le hace la vida imposible a Sarah Bush y se liga a todos los chicos del Instituto en una sola noche incluyendo a Kian Dobers. Alma despiadada, físico sumamente atractivo, líder de nacimiento y mucha influencia dentro de West Point Grey Academy. Así podríamos describir a la querida —nótese el sarcasmo—Treena Harris. Se fue de vacaciones a Dubai con su familia que por cierto está forrada en dinero y decidió volver hasta ahora. Por ello aún no habían tenido el placer de conocerla. Es raro que tome vacaciones en época escolar pero que les puedo decir... así es la loca vida de Treena.

Ya saben, este personaje es indispensable en un cliché y aquí lo tienen. ¿Me pregunto por qué siempre las rubias son las malas del cuento? ¿Es acaso algún hechizo ancestral que las hizo malditas de por vida? No creo que todas las rubias sean así, pero da igual. Cuando solía ser una "Etcétera" Treena me intimidaba de cierto modo. Esta chica puede ser una completa dulzura e incluso puedes llegar a pensar que es tu ángel guardián, como también puede que su nombre cambie a "Lucifer" y se dedique a atormentar cada día de tu miserable existencia.

Antes de hoy, jamás me había dirigido la palabra así que me impresiona un poco el hecho de que sepa mi nombre.

Se acerca a mí con los rítmicos pasos de tacones, su minifalda y su blusa ligeramente escotada. Su dorado cabello parece haber sido confeccionado con oro, sus provocativos y rojos labios son imposible de ignorar. Aún me pregunto por qué no es modelo de Victoria Secret's. Es perfecta y todo en ella exige un poco de atención.

—¿Cómo estás, Andy?—deja caer su delicada mano sobre mi hombro mientras mastica su chicle con estilo. Vaya, esto sí que es raro. ¿A Treena le importa como estoy? Utiliza un tono cargado en simpatía lo que alivia la tensión de mi cuerpo. Por lo menos sé que no me he ganado su odio. Aunque puede que sea una simpatía sarcástica pero quedémonos con lo primero.

—Bien... supongo—suelto entrecortadamente y me ajusto el morral al hombro.

—Fantástico. ¡Vi el vídeo de tu jugada y debo admitir que fue legendaria! Qué lástima que no puede estar en el partido. Pero da igual—hace un ridículo ademán con las manos. Su manera de hablar me irrita, suena todo tan... falso.—Estoy organizando una fiesta para celebrar la victoria de los Greys Wolves y tú claramente no puedes faltar. Eres el héroe, puedes invitar a quién quieras—se encoge de hombros y deja salir una sonrisa—Toma —entre sus dedos índice y corazón sostiene un sobre lo cual supongo que es una invitación, lo sostengo entre mis manos y lo observo para luego regresar mi mirada a ella—Te estaré esperando.

Lo que sucede luego es sorprendente. Treena me guiña un ojo de una manera muy seductora y se aparta de mí dejando el fragante aroma de su carísimo perfume a mi alrededor. Se aleja contorneando sus caderas y yo me quedo allí, viendo como desaparece entre los pasillos. Observo una vez más la invitación entre mis dedos, le doy la vuelta al sobre y puedo ver que hay una muestra de su lápiz labial lo que me coloca los vellos de punta. Miro en la dirección en que desapareció, trastocado por la anterior escena. ¿Que rayos estaba pasando? ¿Cómo es posible que me ha haya mentido en todo este lío?

Me doy cuenta de que algunas personas me miran y murmuran entre ellos pero decido no darle importancia. Intento moverme, pero es inútil. Sigo allí, parado como un completo inepto.

—Déjame adivinar...—Drew aparece de pronto junto a mí y mira hacia el fondo del pasillo, en la misma dirección por la cual Treena había hecho su deslumbrante salida. Aunque ahora que lo pienso cada paso que ella da es deslumbrante. —La líder de porristas cliché, enemiga de Sarah y la que es "amiga" de todos los chicos te acaba de invitar a una fiesta—hace comillas con los dedos al decir lo de "amiga"

—¿Cómo lo supiste? Espera... ¿Estabas espiando?

—Pude deducirlo con tan solo verla. Ya me estaba preguntando en dónde estaba la mala de todo esto, se me hacía raro que no estuviera por aquí. Y sí, estaba espiando. Lo de la fiesta lo supuse por la invitación. —señala el sobre. —¿Vas a ir?

—Vamos a ir.

—Pero no me invitó.

—Pero me dijo que podía invitar a quien yo quisiera. Además de seguro ya está enterada de nuestro apasionado beso. Está por todos lados.

—¿Apasionado beso?—suelta una carcajada mientras empieza a avanzar.

La sigo.

—Tenemos que ir, es la primera fiesta a la que me invitan.

—Claro que vamos a ir.

—¿Como la pareja cliché del año? —sonrío con ese absurdo apodo para nuestra relación.

—Cómo el intento de pareja cliché del año—me guiña un ojo.


#LecciónDelDía: Si eres un chico, jamás llames a una chica "princesa" y si eres una chica,  ten siempre un sartén a mano por si en cualquier momento se aparece un "príncipe"

Uff, me siento tan mal por no poder actulizar tan seguido. Lo sé, tengo semanas sin actualizar pero de veras que ando ocupada y apenitas saco un tiempo para escribir. Mis examenes se acercan así que trataré de ponerme las pilas y escribir. Espero me disculpen de todos corazón,  mi vida se ha tornado un poco de cabeza últimamente pero traigo MEGAPROYECTOS gigantes en los que estoy trabajando para ustedes. Espero les haya gustado el capítulo ;) Espero leerlos pronto.




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