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Capitulo seis

TaeHyung llevaba dos meses y medio yendo y viniendo del bar de Solar. SeokJin no había vuelto a aparecer, pero parte de él lo sentía jodidamente cerca. Su trabajo había disminuido, el infierno se preguntaba ¿Qué estaba pasando con el ángel de las almas en desgracia?.

Eso verdaderamente enfurecía a la muerte, algunos demonios se habían relajado al ver que el antiguo ser de luz estaba comenzando a fallar en su cometido. Obviamente seguía trayendo almas a las puertas del infierno y undiendolas en aquel lago de azufre, pero no era nada a comparación de tiempo atrás.
Nuevamente, otra noche, iba camino al bar, con la excusa de hablar con Solar y ver las almas en desgracia que siempre llegaban a lugares como esos, pero todo lo que deseaba, era cruzarse con él.

—¿Otra vez visitando a la rubia o estás esperando ver a tu antiguo amor?.

«Agalariept»

—Touché —musitaba cerca de TaeHyung—. ¿En algún momento serás lo que solías ser?

—¿A qué te refieres? —mentía—. Sigo siendo el mismo, tengo muchas almas por llevar abajo. ¿Desde cuándo están tan ansiosos?.

Agalariept sonreía secamente.

—Niño bonito, deberías reconocer tu lugar allá abajo —no sonaba amenazante, pero tampoco amigable—. Muchos te quieren destrozar y otros reclutar. Yo no estoy en ningún grupo y lo sabes, pero te advierto que deberías enfocarte

—Estoy enfocado—decía entre dientes.

—¿En serio? —el demonio lo observaba con ojos entrecerrados—. No te creo ni un poco, pero deberías de recordar cómo llegaste a esto —lo señalaba de arriba a abajo—. Tu eterno amor, asesinado en tus brazos porque decidiste que era mejor estar con él a protegerlo

—No. Hables. De. Él —puntualizaba—. Sé muy bien como llego a esto. Continuaré mi trabajo por muchísimos asquerosos milenios más.

El demonio vestido en su finísimo traje gris perla, acomodaba su corbata, aclaraba su garganta y añadía—. Sácalo de tu sistema o serás mediocre

—No necesito sacar nada de mi sistema —respondía—. Estoy bien, muchas almas en desgracia hay en este lugar

—La barwoman, la rubia —comentaba—. Ella sufre por tu chico, lo pude sentir. ¿Que estás esperando para que corte sus venas o se arroje de algún edificio o se tire frente a un auto? Lo que sea... ¿Que estás esperando? Es una alma en desgracia, un corazón roto. Ese chico la arruinó

—No es su tiempo —aclaraba.

—Tú no respetas los tiempos de los mundanos —añadía—. ¿O será que te identificas con ella por estar sufriendo por el mismo hombre? ... ¿Cómo se llamaba?...SeokJin

—No digas su nombre —ordenaba con rabia en sus ojos celestes—. No menciones su nombre

—Ya folla con el maldito y siéntete libre —decía alejándose—. Físicamente es el mismo

—No es el mismo. Él...no tiene los mismos gustos

—Sacalo de tu sistema o vendrán por tí —añadía—. Su muerte habría sido en vano ¿Es lo que quieres?

—No necesito sacar nada de mi sistema —respondía—. Él no es mi SeokJin

—Como sea. De noche todos los gatos son iguales —soltaba socarron y salía de la vista de TaeHyung.

La verdad era que el ex ser de luz, se odiaba, se detestaba por ser tan sentimental, sabiendo que podría usar sus encantos y engatuzar a SeokJin para llevarlo a la cama. Pero muy en su interior, sabía que no podría lidiar con el rechazo y el asco que los ojos verdes de SeokJin detonaban cuando lo miraban.

El último encuentro lo había dejado confundido, estaba más que listo para rendirse a los caprichos del mundano, para que hiciera lo quisiese con él, pero estaba más que seguro que SeokJin, éste SeokJin, no podría desarrollar ningún tipo de sentimientos o atracción hacia él.

Y eso le dolía.

Otra noche bebiendo a más no poder, ese día Solar salía más temprano, por lo que se había puesto a beber a la par de él. La rubia estaba completamente ebria, escalando encima de TaeHyung para probar sus labios. Él podría ceder, si podría, pero no quería.

—¿Que tal si llevo a casa? —preguntaba en la oreja de la rubia.

La chica refunfuñaba de forma adorable y repetía—. ¿Me vas a follar?

—No lo creo. Vamos —decía arrastrándola fuera del bar.

Al salir por la puerta Solar no dejaba de reír, mientras él la sostenía con delicadeza para que no fuera de bruces al piso.

—No vivo muy lejos ¿Sabes? —decía la chica, acariciando incesantemente su rostro.

—Eso es genial, así no tendré que cargarte por tanto tiempo ¿Dónde vives? —preguntaba al momento en el que Solar reía completamente ida y él se sentía mareado y débil.

—Vive dónde no te importa —resonaba la voz de SeokJin, detrás de ellos.

El tipo venía completamente de negro, chaqueta de cuero, sus labios y nariz rojas del frío viento que corría en Seúl. Se veía tan perfecto.

—Jin, Jin, Jin —decía Solar intentando soltar a TaeHyung y pararse recta frente al castaño—. Siempre que estoy a punto de superarte... —decía golpeando debilmente el pecho de SeokJin—. Tú apareces más bueno que la última vez y lo único que quiero es abrirme de piernas y que me sometas a cualquiera de tus locuras.

Solar comenzaba a reír, totalmente ida y ebria.

— Se nota que quieres superarme —decía viendo a un TaeHyung algo así como mareado—. Quieres llevarte a esta mariposita a tu casa ¿Para dejar de pensar en mí? —ahora volvía a mirar a Solar.

—TaeHyung no es una ma-mariposita —escupía con dificultad la rubia—. Él quiere follarme hasta hacerme perder la cordura.

TaeHyung lo observaba fijo, intentando que el suelo no temblará debajo de él. SeokJin ignoraba a solar y se dirigía a TaeHyung quien intentaba mantenerse en pie.

SeokJin arrimaba su nariz e inhalaba su olor.

—Estás ebrio —decía sombriamente—. ¿Pretendes follarte a mi chica, aún cuando te advertí que te alejaras?.

TaeHyung tragaba el nudo en su garganta, sin saber cómo responder a eso. Pero repentinamente un empujón de Solar a SeokJin, lo obligaba a poner sus manos sobre el pecho de castaño para que no lo empujara al mismísimo suelo.

Los ojos verdes del castaño habían destilado una llamarada de odio y asco al tener a TaeHyung tan cerca, quería alejarse, pero sentía unas manos pequeñas tomar su chaqueta, lo cual lo obligaba a mantenerse demasiado cerca de SeokJin.

Solar estaba abrazando al castaño por detrás o mejor dicho, estaba colgándose de los anchos hombros de SeokJin y tomaba fuerte a TaeHyung de su ropa.

—Yong-Sun ¿Qué mierda estás haciendo? —cuestionaba el castaño mirando hacía atrás.

—Ven a casa con nosotros, Jinnie —pedía colgada de SeokJin—. Podemos divertirnos los tres —murmuraba ahora alejándose de la espalda del castaño, soltando a TaeHyung, quien apenas retrocedía y se metía en medio de ambos—. No sería nuestro primer trío, Jin.

La cabeza de TaeHyung daba vueltas y lo único que podía hacer era mirar el rostro perfecto del chico de ojos verdes frente a él.

—¿Qué te hace creer que quiero compartirte con este imbécil? —decía seriamente sin quitar sus ojos de un ebrio TaeHyung.

Solar reía amargamente—. Yo te he compartido muchas veces. Dame esto a mi una vez

—No habrá una vez, Yong-sun —exclamaba ahora viendo a la rubia.

—Oh vamos. Es tu jodido patrón enfermizo —decía la chica. TaeHyung prestaba atención—. Terminamos y volvemos con un trío, para que luego sigas acostandote conmigo hasta aburrirte de mi.

TaeHyung miraba hacía otro lado, claramente tenían algo que ninguno podía dejar y él sobraba en sobremanera.

—Yo debería irme —exclamaba con voz estrangulada, pero Solar no lo dejaba.

—Él me lo debe —decía viendo directo a SeokJin—. No voy a aceptar ninguna rubia o peliroja insípida que quieras traer a mi cama para luego dejarme por ella —decía entre dientes la barwoman—. Si me quieres, lo haremos con él.

Claramente TaeHyung no estaba al tanto del patrón que estos dos tenían, pero ellos parecían estar llegando a un trato, porque los ojos verdes del castaño se relajaban y ahora lo observaban sin rabia, pero cautelosos.

—Suban a mi auto —murmuraba viendo directo a TaeHyung y alejándose al segundo que los ojos celestes de éste, se abrían detonando sorpresa.

Solar tiraba de él para seguir a Jin a un auto rojo, TaeHyung se subía atrás y Solar al copiloto. SeokJin estaba en silencio, su rostro sombrío tenía sus cejas tupidas fruncidas, pero no decía nada. El camino era silencioso, aunque para su sorpresa la rubia giraba para verlo sentado atrás.

Aún seguía mareado, realmente sentía que todo el alcohol bebido, le estaba pasando la jodida factura.
¿O era la presencia de Jin?.
La mano de Solar viajaba a su muslo para comenzar a acariciarlo y tirarle miradas verdaderamente sensuales. SeokJin se removía en su asiento.

—Deja de tocarlo —ordenaba secamente.

Solar sonreía divertida, sin pensarlo dos veces se iba al asiento trasero pasando por encima de la manija de cambios.

—¡Yong-sun! —gritaba SeokJin al recibir un caderazo por parte de la rubia—. ¿Tienes ganas de hacerme enojar?.

Joder, aquello había erizado los vellos del cuerpo de TaeHyung. Su voz sonaba tan varonil y autoritaria, no era para nada aquel chico soft y erótico que recordaba de tiempos casi bíblicos.

Solar se reía y sin previo aviso tomaba a TaeHyung del rostro, para apartarlo y dejar su cuello libre. Su boca aterrizaba sobre aquella zona erógena, sus labios se movían besando y su lengua saboreaba su piel canela.

Todo bajo los ojos de SeokJin, quien acomodaba su espejo retrovisor y observaba como la rubia, estaba devorándose el cuello de otro hombre. En este caso, el suyo propio.

Su boca no había podido evitar largar un sonoro gemido. Solar, salía solo breves segundos de la corbatura de su cuello para ver a SeokJin y le sonreía. Éste se removía sin poner ningún rostro en particular, seguía tan serio y sombrío como siempre. La rubia continuaba su camino de besos y TaeHyung estaba tan mareado que no tenía ganas de luchar, si solo así podría estar cerca de SeokJin, lo haría.

—¿Es tu primer trío? —preguntaba SeokJin al azabache—. Tienes cara de asustado —el tono de este no era amigable, pero tampoco agresivo.

Y Solar seguía dándole aquella atención, ahora con un camino de besos que llegaban a su lóbulo.

—No, no es el primero —decía con voz estrangulada—. Joder, ah... —la pequeña mano de la rubia apretaba su entrepierna.

Primera vez que un músculo en el rostro de SeokJin se crispaba. Y sus ojos verdes se posaban en todo el cuerpo de TaeHyung y Solar atacandolo con todas las ganas que venía acumulando y TaeHyung venía rechazando.

—Yong-sun llegamos, suéltalo —exclamaba.

La chica reía y bajaba del auto, sorprendida miraba que se hallaban en casa de SeokJin y no en la suya.

—¿Creí que sería en mi casa y mi cama? ....como de costumbre —decía la rubia, enroscando sus brazos en la angosta cintura que el castaño alto poseía.

—No te ponga vainilla, Solar —pedía secamente y le quitaba las manos.

La rubia esbozaba una sonrisa triste, pero seguía al castaño a la entrada. Éste abría la puerta y dejaba entrar a la rubia, quien se tambaleaba un poco y por último miraba fijamente a TaeHyung quien llegaba hasta su lado y parados en el umbral, exclamaba:

—¿Quieres que me vaya? —decía con toda la fuerza de voluntad.

SeokJin lo observaba finalmente—. Si te vas, no podré estar con ella —respondía, arañando el corazón mundano y frágil del ex ser de luz.

—Entonces... —tragaba el nudo en su garganta y posaba sus ojos celeste, casi azules aquella noche, sobre las verdes orbes de SeokJin—. Haré lo que tú me pidas.

Su voz sonaba grave y dócil, esperaba una mirada de asco como las que venía dándole sin tapujos, pero para su sorpresa SeokJin tenía un rostro neutro.

—¿Tanto es tu deseo de estar con ella? —miraba en dirección a la rubia—. La aprecio, pero no es la gran cosa —expresaba.

—¡Tú tampoco lo eres, Jin! —decía Solar quitándose sus botas.

TaeHyung la observaba riendo, SeokJin negaba con una risa falsa en su rostro.

TaeHyung aclaraba su garganta y veía como Solar subía unas escaleras—. Sabés muy bien que no me interesa estar con ella. Así que si quieres me voy. Me quedo y observo o participo. Lo que tú quieras, yo lo haré.

Ambos seguían bajo el umbral de la puerta, los ojos verdes de SeokJin casi parecían negros debido a sus pupilas, las cuales se habían dilatado en una fracción de segundos, aquel azabache tan dócil y temerario lo hacía sentirse extraño.

—Quiero follarla a ella, no a tí —exclamaba.

TaeHyung por primera vez reía ladino y acortaba la distancia descaradamente—. Seguro, Jin —soltaba con voz grave y con sus ojos celestes fijos en los labios de SeokJin—. Lo que el jefe quiera, será hecho —se aproximaba a la oreja del castaño, quien se había apartado apenas un poco de aquella cercanía—. Lo que tú me pidas. Yo. Lo. Haré.

Inhalando la masculina fragancia de SeokJin, sin esperar más, el ex ser de luz se adentraba en la casa del castaño. Quizás Agalariept tenía razón y de una forma u otra tenía que sacar a Jin de su sistema y volver a ser uno de los tantos angeles de la muerte. Mejor dicho, el ángel creador de los corazones rotos, que terminaba llenando el infierno de almas desdichadas que creían en el sentimiento más falso y errático que la historia de la humanidad había creado.

Esa cosa llamada amor. Eso no existía, no era real y lo había confirmado con el paso del tiempo. Ahora, lo veía pintado y bien demostrado en la imagen de la única persona que era sagrada para él. Este nuevo animal, este Jin que tenía frente a él, no era el mismo. No era digno siquiera de ser comparado con el amor de sus recuerdos.

Ahora era un jodido animal más, un imbécil que jugaba con otras personas, en este caso Solar, entre muchas otras. Se dejaría hacer o deshacer por ese idiota de rostro perfecto, porque aunque quisiera negarlo, él realmente se moría por sentir sus labios, o siquiera sus manos en su piel desnuda. Sus ojos sobre él, como esos minutos en aquel auto cuando SeokJin miraba entre él y Solar.

Él lo quería—aunque se sintiera tan débil en muchas formas posibles—junto a SeokJin. Él lo anhelaba, cualquiera sea la migaja que el castaño quisiera arrojarle, TaeHyung la tomaría y continuaría adelante. Aunque estaba seguro que se estaba arriesgando a sufrir un encuentro en dónde SeokJin solo lo miraría con desdén y asco, de una forma u otra serviría para cerrar el ciclo y continuar adelante.

No podía permitirse tener al infierno comiéndole los talones, por no cumplir su jodida condena.

Alo, aló, si.
Bueno, bueno...iba a pasar.
¿Que piensan? Solo las que leen este fic saben que el trío pasará acá. Por cierto, re feo el edit 😔
Se me cuidan del Coronavirus.

Con amor Niñita Nany 💜

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