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Capítulo VI. Réplica de un sueño

Ambientación: Afterlife - John D. Boswell (Melodysheep) para Timelapse of the Future (Álbum: The Arrow of Time) y The Princess - Brandon Boon para Slay the Princess

Moviéndose con dificultad en un lugar impío y sin saber cómo lo hacía, "Alétheia" veía a Hydor colapsar sobre sí mismo. En una escena llena de locura: su antiguo hogar se desintegraba al caer hacia su estrella. Un mundo de agua que se evaporaba.

            Pero, al mismo tiempo, su imagen se había duplicado: ahora también perdía el rumbo y caía en la noche eterna. Con lenta seguridad, un planeta lograba librarse de la atracción gravitacional de su Estrella Madre y se congelaba.

            La mismísima parte de la realidad alrededor del exoplaneta comenzaba a divergir en una infinitud de eventos cataclísmicos, para desaparecer. Un Armagedón del tamaño de un sistema planetario, del que: ni la Estrella Madre de Hydor, ni sus planetas hermanos, ni el polvo estelar... O tampoco sus testigos de su existencia, los ecos, se libraron. Se convirtió en un lugar cuya historia nunca existió, un evento inmemorial.

            Cuando al fin concluyó el espectáculo —una cuestión de pocos segundos en realidad—, "Alétheia" pudo dejar de luchar contra el tiro de la gravedad y descansar. Sólo quedábamos ella y yo. Dejándonos llevar por el momento a través del "vacío". Tantos oasis de luz inalcanzables que veíamos, y la mayoría tan inhóspitos a su manera. Mi diosa sentía todo tan ajeno. En serio estaba en el cielo que en antaño sólo podía contemplar. Sin embargo, también era un espacio familiar. Después de todo, sin quererlo, yo había hecho resurgir recuerdos suyos, que habían sido casi eliminados por completo.

            ¿Y sobre qué sentía yo sobre el falso vacío? Nada. No había un "yo" como lo conoces para sentir, en primer lugar.

            —«¿Puedes sentirlo? La enormidad» —dijo la kníde accidental. Eran palabras que ya no podían transmitirse con normalidad. Eran entendidas sólo a través de nuestra reciente conexión—. «Ella, la que vino antes que yo, sigue intentando hacerme agonizar. Pero las cosas son tan fascinantes aquí afuera, ¿por qué no admirar un poco más? Si sigue así, creo que lo único que quedará de su esencia, será una versión pulverizada de mi propiocepción. ¿Es lo que pasa por desafiar los límites de este organismo? ¿O mi "despertar"?»

            No podía entender lo que intentaba decirme en el momento, pero el cuerpo con el que me envolvía se sacudía. Espasmos con suficiente fuerza para hacerla arquearse y ahogarse en nada. Era como si luchara contra su propio ser.

 Ambientación: The World-Ender - Brandon Boon para Slay the Princess

            Cuando el conflicto en su interior comenzó a desistir, junto a la consciencia de la original, "Alétheia" comenzó a hablarme de nuevo. 

             —«...Estoy desorientada. Sé que esta sensación de querer volver y reconfortarme con los que me importan es un acto inalcanzable. Incluso antes de que llegara este día, estaban condenados» —pensaba ella. Ahora me sostenía no demasiado lejos de la altura de su rostro—. «Desde antes de que Alétheia extendiera su mano de agua para tocarme; y vertiera sus esperanzas en el yo sin consciencia ni pensamiento: creo que ya estábamos condenados. ¿Por cuánto tiempo más podríamos seguir dependiendo de la radiación para mantener vivo al planeta?»

            «Las entremezcladas y fuertes emociones de la kníde Alétheia me alcanzaron, interceptándome a cientos de miles de kilómetros. Por inercia, estaba a la merced de sus deseos e intenté cumplirlos. Me fusioné con su cuerpo, y alcancé el lugar donde su esencia se almacenaba».

            «Se suponía que la había librado del tormento de su inevitable muerte por desintegración radiactiva, tomando su lugar en nuestro cruel hogar. No obstante, este nuevo "yo" olvidó ese encuentro. Mi primera experiencia en la vida, ahora, eran las caricias de mi madre y el festejo de mi comunidad al quedar inaugurado el nuevo año. Todo siguió un curso tan normal como era posible, habiendo fallecido mi querida mamá».

            «Entonces comenzaron los cambios. Antes del verano, el calor no subió hasta hacer el aire inhóspito. Seguía sin ser lo suficiente agradable para querer estar en él, pero era una señal de esperanza. La lluvia del verano se adelantó y la temporada no duró tanto como acostumbraba. Su crueldad también decreció, ¡no nos quedamos en la total oscuridad de las nubes!»

            «Pero no sabíamos lo que podría significar para el invierno. Al llegar el intermedio, era la primera vez en mi vida que el aire se sentía tan agradable... La brisa besaba mi membrana. La Estrella Madre nos arrullaba con su luz y la noche no nos disecaba con su frialdad. Las posibilidades fuera de nuestro océano eran tantas como no se veían en milenios".

            «Sin embargo, necesitaba sacar una pregunta de mis pensamientos, y decírsela a todo el que pudiera escuchar».

            —«"Ninguno de nosotros, ni cientas de generaciones por detrás, pudieron ver nuestra pasada era de prosperidad. En la historia que hemos pasado de uno a otro, para no perder de vista ese sueño de estabilidad; ni siquiera el paso de Anant, parece haber creado el Gran Cataclismo con tanta rapidez. ¿Por qué ahora todo parece ansiar ir como lo queremos?"—esas fueron mis palabras. Era un tiempo en el que aún creía, que siempre fui Alétheia».

            «Mis preocupaciones, junto a mis intenciones ignorantes de pensar y adelantar al destino, fueron ignoradas por su implicación. El odiado invierno llegó, pero no sólo no corrimos ningún peligro. De las profundidades del manto resurgieron a los que perdimos. Congelados en el momento de sus muertes, sus cuerpos se levantaron y flotaron al mundo de los vivos. Todos aquellos que no tuvieron la dicha de ver la nueva era, estaban ahí. Incluida mi madre».

            «Ella me abrazó con su cuerpo decaído: sus ocelos negros y hundidos, su seiva seca alrededor de las heridas abiertas en jirones de su membrana, sus extremidades lánguidas y necróticas. Al terminar nuestro saludo, una parte de ella se quedó pegada a mí. La contemplé, ¡y no pude evitar pensar cuán hermosa se veía!»

            «Ahora sé, que el deseo de Alétheia nos hizo pensar que la apariencia corrompida de esos cadáveres vivientes; era igual a la de antes de que la radiación se los llevara de nuestro lado».

            «Nunca supimos cuándo cambió la estación, o si cambió siquiera, pero creíamos con firmeza: que la euforia de vivir sin esconderse continuaría para toda la eternidad... Hasta que apareciste tú, como un puntito grisáceo muy tenue en el cielo; apenas visible. En lugar de sincronizar con la agonía de un individuo, como lo hice yo antes de todo ese caos, pareciera que sincronizaste con la de mi mundo. De un momento a otro, revelaste a todos con tu interferencia, la realidad de nuestro planeta. Esa que el deseo que yo atendí intentó ocultar».

            «Y delataste a mi propia falsedad en el proceso. La sensación que venía de ti era estremecedora, pero lo suficiente conocida, para darme cuenta de que habían más cosas sobre mí de las que me hubiera atrevido a pensar».

Ambientación: Convergence - John D. Boswell (Melodysheep) para Life Beyond Chapter 2

            —«Oh no. Creo que he hablado demasiado» —dijo "Alétheia"—. «Ahora deberías de contarme tú, pequeña "estrella", el cómo fue tu travesía» —seguido de un mediano silencio de expectación—. «Parece que aún no estás en condiciones» —con decepción—. «Entonces, talla mi historia en tu ser: no puedo dejar que tomes toda esta esencia fragmentada, al ser lo único que te esperaría, un cruento despertar. Como a mí».

«Escúchame de alguna forma, por favor. No importa cómo, se única en tu clase».

            Porque la tristeza de quedarse sola, le parecía estar motivando a seguir hablando del pasado: esta criatura parecida a una kníde llamada Alétheia, me hizo un deseo propio sin darse cuenta. La inercia continuó guiándonos hacia un destino sin definir, cuando mi propio lento despertar comenzó. Eventualmente, debido al cansancio acumulándose en mi nueva dueña, terminamos en Prehensio.

            Otro mundo condenado, donde nos esperaba alguien más, como nosotras dos.






[Final de 1era parte: los orígenes de Anant ("Alétheia") y Adarte]


Conteo de palabras del capítulo: 1278 palabras

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