𝚇 𝙸
POV: Park Jimin
Después de asearme, y que hyung se pusiera mi ropa, bajamos para desayunar con mamá.
—Buenos días, señora Park.
—Hola niños—nos sonrió—, y solo dime mamá Park—revolvió el cabello de YoonGi y luego el mío—. ¿Les preparo café con leche?
—¡Yo si quiero!—sonreí con entusiasmo, y me giré a explicarle en un susurro a mí amigo—, mamá hace el café más delicioso del mundo mundial.
—Oh... S-si, ya lo creo.
Algo me hizo creer que no estábamos en la misma sintonía, y ojalá no me equivoque.
—Mamá—hablé, sin dejar de observar a YoonGi—, ¿puedes hacer un vaso de leche caliente para hyung?
—¡Por supuesto! Sus órdenes enseguida salen, muchachos—bromeó, y se perdió en la cocina
Él me sonrió avergonzado, y musitó un suave 'gracias' por lo bajo.
Nos acomodamos en la mesa, enfrentados, simulando que de verdad estábamos en una cafetería esperando nuestra órden.
—Tu casa es muy linda—comentó, paseando la vista por cada rincón del comedor.
La vez pasada habíamos estado aquí dentro de casa, pero en el living jugando videojuegos con la play en el televisor. Pero ahora YoonGi conocía, prácticamente el noventa por ciento de mí casa; faltaban el garaje y el patio.
Luego le podría enseñar mí vieja casa del árbol que...
Un momento. ¡Hasta Kim lo dijo ayer!
—¡No hemos hecho el trabajo de biología, YoonGi Hyung!
—¿Qué...?—su cara se tiñó de horror—, mierda, Jimin, es verdad.
—Ok, tranquilicemonos. No pasa nada, no pasa nada. Vamos a llegar, ¡Y nos va a ir bien!—sonreí, él asintió—, ¿verdad? Por qué si no es así... ¡No puedo desaprobar! Y la profesora no nos dará otra fecha, ¡Santo cielo, Hyung!
—Oye, Jiminie—con un pie por debajo de la mesa me pateo suave, supongo para que bajará al planeta tierra y le prestara atención—, tranquilo. Veremos qué hacer, pero no te desesperes.
—Pe-pero...
—¡Nada!—me cortó—. No quiero oírte.
Iba a quejarme, pero la mesera apareció con una bandeja. Dejó un café con leche para mí y tostadas con dulce, y un vaso grande con leche caliente para hyung junto a galletas de oreo.
—Muchas gracias, mamá Park —sus mejillas se pintaron de rojo.
YoonGi se sonroja mucho, es gracioso.
—Que lo disfruten—respondió mí madre—. Subiré a cambiarme para ir al trabajo.
Sin decir más mamá desapareció por la puerta, y nosotros nos dedicamos a probar nuestros desayunos. Estábamos habmbrientos, quizá debiéndose a qué eran pasadas las diez treinta de la mañana y lo último que habíamos comido fue hace doce horas.
—Aww~, el gatito tiene bigotes blancos—me burlé en cuanto me di cue ta del detalle.
YoonGi se rió avergonzado y con una servilleta se limpió rápido.
—Y el pollito tiene migajas de pan hasta en la nariz—me señaló el rostro con el dedo índice.
—No digas...—me pasé la mano por el rostro, y efectivamente, no era una simple broma—..., to-tonterías.
Hyung terminó de beber su desayuno, aunque casi no había tocado las galletas, y yo recién estaba por la mitad de mí café...
—Debería regresar a casa—murmuró en cuanto dejamos de reírnos por un chiste que hice respecto al desayuno.
Fue como si un baldazo de agua fría me cayera en toda la espalda. Una simple y corta frase que acabó con el feliz momento.
—¿Ahora? ¿No puedes quedarte un rato más?
Qué puto egoísta.
—Y-yo... Me gustaría pe-pero—me miró con pena, antes de bajar la cabeza y juguetear con sus manos.
Pedazo de idiota.
Lo haces sentir mal por algo que ni siquiera es su culpa.
¡Qué buen amigo resultaste, eh rubio!
Sacudí la cabeza, no quería oírlos.
—Hyung, mírame—hizo caso a mí petición en cuanto puse mis manos sobre las suyas—, te acompaño hasta tu casa. Le pedimos a mamá que nos lleve, ¿si? Y nos vemos mañana más temprano de lo normal en la escuela.
YoonGi asintió.
—Paso por ti y vamos juntos caminando—una sutil sonrisa surcó sus labios, justo cuándo escuchaba los tacones de mamá chocando con la madera de la escalera.
Me levanté rápido y tomando a hyung de la mano para hacer que también se pusiera de pié, corrimos al living.
—¡Mamá, nosotros vamos contigo!—alcancé a gritarle antes de que saliera por la puerta principal de la casa. Ella simplemente asintió con una sonrisa, y nosotros la seguimos hasta el auto para subir a la parte trasera. No fue un viaje incómodo, como lo que se entiende por "incómodo", pero no hubo una gran conversación entre los tres.
—Cuídate YoonGi, espero verte seguido por casa—sonrió sincera, una vez se estacionó frente a la casa.
Mí amigo volvió a sonrojarse, asintiendo a las palabras de mi madre—. Jim, ¿Seguro puedes volver solo?
—No me voy a perder, mamá—rodé los ojos—. Pero gracias y adiós—abrí finalmente la puerta para bajar, y luego lo hizo YoonGi.
—¡Hasta la próxima!—hyung murmuró moviendo las manos, viendo cómo el auto se alejaba en cuanto cerré la puerta. El coche de mamá se perdió de nuestras vistas y YoonGi me miró—. A qué no sabes...
—¿Qué?—pregunté con una risa al ver la expresión divertida de su rostro.
—Mi mochila está en tu habitación.
—Oh, mierda. Lo olvidé.
—No insultes—me empujó por el hombro—, de todos modos no tengo nada importante
Desvié la mirada a la casa, y vi justo como una mujer que observaba en nuestras direcciones cerraba las cortinas a los pocos segundos.
—Tengo que volver—susurré. Pero no quería irme tan pronto en realidad.
—Lo sé—sonrió, llevando las manos a los bolsillos de sus pantalones.
Es decir, MIS pantalones, que él tenía puestos
—¿Estarás bien?
—Su-supongo que sí—se encogió ligeramente de hombros.
Me acerqué unos pocos pasos hasta estar a su lado. Respiré su aroma, ese que parecía tener impregnado solo en su piel, y besé su mejilla.
Fue como tocar un interruptor para encender esa bonita luz roja.
—Adios—murmuré.
Y sin más, me marché.
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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