30
—Jeon Jungkook —animoso llamó al nombre del castaño—, hoy es tu día de suerte —Kibum se le acercó a la silla donde se acomodaba este, quien pausó cualquier movimiento en seco que estuviese haciendo—. Con tus puntos recaudados puedes tener una salida fuera del centro hoy —dio unos cuantos aplausos y palmeó la espalda de Jungkook para luego sacar de su bolsillo una pequeña libreta y un bolígrafo plateado—. Dime con quién quieres ir y los anotaré. También puedes ir solo, si así gustas.
—No, no. Está bien —le sonrió humilde y se tomó unos segundos para meditarlo. Y se aclaró—. Ya sé a quién llevaré conmigo —todos los ojos estaban posados sobre su ser, mas Jungkook sabía rotundamente a quién llevar y porqué. Y fue así como eligió a esa persona—. Im Yoona. Ella viene conmigo.
A esa persona. La menos pensada.
—Por supuesto. Los anotaré en la lista y después del desayuno pueden partir.
—Bien —trató de pasar desapercibida la cara de estupefacción de Yoona.
Kim Taehyung no podía creerlo. Su sangre comenzaba a borbotar y su mirada decayó. Estaba convencido que su amigo lo llevaría consigo, luego de todo lo que pasaron juntos esas últimas semanas. No estaba cabreado ni molesto, no. Se sentía totalmente indignado, de una manera desmesurada y abatido por la decepción. No quiso reencontrarse con los ojos de Jungkook que aullaban por una señal de él. No pudo probar bocado ni articular una frase de su boca. Su cara se tiñó de un pálido amarillo y se sintió enfermizo. Su entrecejo podía reflejar una incordia, pero muy en lo profundo hirvió un descorazonamiento.
Kim Taehyung no sabía que Jeon Jungkook tenía sus razones.
A las diez y media partieron en bicicleta a pedalear lejos del centro. Yoona no podía dejar de cuestionarse la elección del chico, pues todos asumían que iría junto al pecoso. Sin embargo, se distrajo de la realidad y sujetándose firme de los hombros del castaño, sintió el refrescante viento en su cara y abrió la boca para reír.
—¡Oh, Dios...! —exhaló con gusto para luego dejarse llevar y alzar los brazos al cielo— ¡Wow...! —no pudo creer lo gustosa que se sentía.
—¡YOONA! ¡Joder...! —se escandalizó Jungkook— ¡Agárrate de mi! ¿¡Qué haces!?
—¡Viviendo la vida! —rió histérica, aparentando estar ebria sin haber probado una gota de licor— ¡Esto es precioso, Jungkook!
—¡Claro! ¡Precioso será cuando deba explicar la causa de tu muerte...! —se quejó negando con su cabeza mientras llegaban al lugar destinado— Llegamos... —suspiró con estrés y ayudó a la delgada chica a bajar de la bicicleta.
—¡Eso estuvo demasiado entretenido! ¿Lo has intentado alguna vez? —de un brinco aterrizó al suelo y soltó la palma que le ofrecieron.
—No. Yo sí quiero permanecer vivo —recibió un codazo—. Ahora ven, sígueme.
Después de asegurar la bicicleta en un poste de luz habían llegado a una playa. Con sus pies descalzos y las alpargatas en sus manos iniciaron un paseo por la costa, sintiendo la mezcla entre la arena y agua de mar fría. A veces pegaban un brinco cuando una ola les amenazaba, pero terminaban riendo de todos modos. Muchos cangrejos pequeños recorrían las piedras cercanas y los chiquillos no pudieron sobrellevar su entusiasmo. Corrían tras ellos y lanzaban un alarido cuando se atemorizaban de sus diminutas pinzas. Las horas se iban volando y acabaron por dejarse caer en la cálida arena, lejos del oleaje.
—Hace mucho que no salía de ese lugar... Vaya... No sé cómo agradecerte. ¡Juraba que ibas a elegir a Taehyung! —dejó salir un gran suspiro y al no oír respuesta del castaño se giró a verle— Porque... ibas a invitarlo a él, ¿no es así? —hubo un silencio. Yoona creyó que era el momento de un cuestionario. Estaba segura— Jungkook... ¿Por qué me elegiste a mi? Sé honesto.
—Yoona —miró al infinito cielo sobre ellos—. Verás... tu eres la mejor amiga de todos aquí. En especial de Dahyun. Además compartes habitación con ella y yo quería...
—¿Te gusta Dahyun? —lanzó— ¿Es eso?
—¡No! —se apresuró en decir y se enderezó para acabar sentado— ¡No, no, no! No es eso... Nunca podría... —se refregó ambas manos por toda la cara— Es solo que... quería que supieses algo. Necesito confesarte algo —recalcó lo dicho seriamente.
—Ah, Jungkook. Me estás preocupando. Escúpelo ya... —se sentó también, enfrentándose.
—Me urge pedirte un favor, Yoona.
—Dime.
Jungkook llenó sus pulmones de aire y le miró compungido, sin poder evitar la angustia en el pecho. Yoona estaba impacientándose por su hablar y jugueteaba con sus dedos entretanto veía al chico buscar las palabras correctas para expresarse. Era ahora o nunca.
—Yoona. Yo te invité porque quiero pedirte que vigiles a Dahyun —tragó duro y la chica parpadeó varias veces—. Tal vez tienes el sueño muy pesado pero... Dahyun se destruye por las noches —desahogó y fijó sus orbes en los de ella—. Dahyun se mata ejercitando hasta el cansancio y nadie le escucha. Nadie, hasta que yo la vi.
—Oh, Dios —tiró de sus cabellos y se le hizo un nudo en la garganta—. Ahora lo entiendo todo... Por eso estaba empeorando... —miró a Jungkook una última vez y le abrazó fuertemente— Por supuesto que ayudaré. La vigilaré. Te lo prometo.
—Gracias...
El asir entre ellos culminó cuando de pronto se oyó el rugir de un estómago.
—Ay, no... —rió Yoona— Creo que tengo hambre —rascó tímida su nuca.
—No hay problema. Vamos a un sitio cerca de aquí.
—Vale.
Caminaron hasta encontrarse frente a una tienda de comida al paso. Habían tomado asiento en unos taburetes y el menú arribó de inmediato. Jungkook no tenía deseos de comer, quería aprovechar de un ayuno intermitente hasta llegar a casa. Algo indebido. Por ello pidió solo una botella de agua con un toque de limón mientras su amiga permanecía estudiando toda la carta, la cual no era muy extensa.
—Yoona, es tu día libre. Deberías gozarlo al máximo disfrutando de las cosas que te prohibías. Estamos solos tú y yo, y no me burlaré de ti ni nada por el estilo. Por favor, deléitate. Sé feliz por hoy y déjate llevar por tus antojos —le sobó cariñoso un hombro, dándole vigor.
—Tú... ¿Tú crees? —tartamudeó y Jungkook asintió fervientemente con una sonrisa de esquina a esquina— ¡Bien! Entonces voy a querer una porción de papas fritas, unos champiñones salteados, una ensalada con mucho aderezo, un jugo de mango y unas gomas de mascar para llevar. ¡Ah! También quiero llevarme una bebida energética sin azúcar. Gracias.
Wow.
● ● ●
Al poco rato inició una feria de juegos cerca de la playa. Hubieron sorteos, apuestas, carreras y puntería. Ambos quisieron probar suerte con la puntería. Un puesto repleto de peluches les llamó la atención y entre ellos lucharon por reventar la mayor cantidad de globos con dardos. El ganador resultó ser Yoona, ganándose un gigante gato de peluche. Había decidido obsequiarlo a la pelinegra Dahyun en cuanto llegasen. La estaban pasando muy bien, pero a mitad de camino de regreso a la bicicleta...
—¡Voy a...!
Yoona enfermó y corrió para vomitar todo su almuerzo en un basurero.
Pasados unos treinta minutos para refrescarse y tomar aire, se subieron a la bicicleta con cuidado de que el gran premio no cayese y terminaron de vuelta a casa. Yoona no paraba de agradecer de mil formas al castaño, y con un abrazo de buenas noches se despidieron para encaminarse a sus cuartos. No tuvieron problemas con llegar tarde, pues los enfermeros estaban de un humor cordial.
—Jungkook.
Taehyung le estaba esperando sentado en la cama con un semblante frío y cortante. Tanto así que dolía de lejos.
—Tae... —se apresuró en acercársele y arrodillarse frente a él para quedar frente a frente— Necesitaba hablar algo con ella, ¿sí? Perdóname por no haberte llevado conmigo —todo su cuerpo se sintió gélido como el invierno— No es como si no me hubiese gustado ir contigo. ¡De verdad te quería a mi lado! Tú saliste conmigo y yo debí hacer lo mismo. Te debo una. Lo siento, yo-
—Dara... —le interrumpió, poniendo los pelos de punta al castaño. Taehyung permanecía inexpresivo y algo parecía rondarle por la mente, pues se veía perdido. No había brillo en sus ojos y no movía ni un músculo. Jugaba con sus pulgares y se tornó cabizbajo. Jungkook se preocupó por él. Iba a preguntarle si algo sucedía, pero Taehyung simplemente le cortó— Dara quiere tener sexo conmigo.
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